"!la tierra no se vende, la tierra se defiende"
Al grito de "!la tierra no se vende, la tierra se defiende!" marchamos
hoy por la tarde contra la megaminera Aratiri nuevamente, rompiendo con
el silencio en torno al tema y volviendo a ponerlo en la calle una vez
más
Proclama leída al final de la marcha, en las puertas de la Dinama:
Proclama leída al final de la marcha, en las puertas de la Dinama:
porque si hacemos silencio somos cómplices,
hemos decidido defenderla rompiendo el silencio.
Somos parte de una misma lucha, una misma resistencia que se yergue en todo el mundo.
Hermanos nuestros son los que en cualquier lugar están siendo presos, perseguidos y asesinados. También desplazados como se da hoy en Bella Unión con Ney Tedhy, expulsado ya hace más de un año de la tierra que trabajaba y habitaba. Como dicen los compañeros de UTAA: la tierra es para quien la trabaja y vive en ella.
Nos cercan las forestales, nos explotan los patrones, nos contaminan con los transgénicos y sus fumigaciones, nos envenenan el agua, nos contaminan el aire y nos quieren convencer de consumir cosas que no necesitamos.
Pero van a caer.
Repetimos, la tierra no se está muriendo, la están matando. Los responsables tienen nombre y sabemos a qué intereses responden.
Queremos un mundo sano, libre y sin relaciones mediatizadas, lo estamos construyendo y no pedimos permiso. Dando a la tierra parte de lo que nos entrega, atacando a lo que nos ataca.
El capital nos invade con sus megaproyectos, nosotros le oponemos a eso un mundo heterogéneo que defiende la vida en libertad.
Somos firmes, Aratiri y cualquier otro megaproyecto megaminero es contaminación, destrucción y muerte.
¡La tierra no se vende, la tierra se defiende!
Publicado por
Pelusa
en Otro Uruguay es Posiblehemos decidido defenderla rompiendo el silencio.
Somos parte de una misma lucha, una misma resistencia que se yergue en todo el mundo.
Hermanos nuestros son los que en cualquier lugar están siendo presos, perseguidos y asesinados. También desplazados como se da hoy en Bella Unión con Ney Tedhy, expulsado ya hace más de un año de la tierra que trabajaba y habitaba. Como dicen los compañeros de UTAA: la tierra es para quien la trabaja y vive en ella.
Nos cercan las forestales, nos explotan los patrones, nos contaminan con los transgénicos y sus fumigaciones, nos envenenan el agua, nos contaminan el aire y nos quieren convencer de consumir cosas que no necesitamos.
Pero van a caer.
Repetimos, la tierra no se está muriendo, la están matando. Los responsables tienen nombre y sabemos a qué intereses responden.
Queremos un mundo sano, libre y sin relaciones mediatizadas, lo estamos construyendo y no pedimos permiso. Dando a la tierra parte de lo que nos entrega, atacando a lo que nos ataca.
El capital nos invade con sus megaproyectos, nosotros le oponemos a eso un mundo heterogéneo que defiende la vida en libertad.
Somos firmes, Aratiri y cualquier otro megaproyecto megaminero es contaminación, destrucción y muerte.
¡La tierra no se vende, la tierra se defiende!
Marcha contra la megaminería 5-6-2012
VEA EL VIDEO:http://youtu.be/-5ao_B1dzm8
“La sangre joven hierve..."
“La sangre
joven hierve en la defensa de la vieja y eterna amiga del pueblo trabajador: la
tierra, una tierra que seguirá siendo también joven y fértil, si la defiende y
la protege el pueblo trabajador del mundo entero”.
La versión de la cultura del poder burgués pro imperialista sobre cómo funcionan
las cosas en un mundo caracterizado por la arbitrariedad de lo puramente
irracional y lo mezquinamente lucrativo, ha escondido prolongadamente el rasgo
vital y fundamental que explica y posibilita todos los demás aspectos funcionales
en cualquier sociedad humana pasada, presente o futura.
Ha ocultado o disfrazado lo esencial:
La relación entre la tierra y todo lo
producido en ella. La cadena de relaciones sociales de dominación fundadas en
la apropiación de un bien social no mercantilizable como sin duda lo es la
tierra. La relación indisoluble entre el ser humano y la tierra como su hábitat
natural “irrenunciable” y su fuente insustituible de vida.
Nada de lo humano, es ajeno a la tierra.
Nada, sin ella, podría existir.
No hay ni alimentos ni manufacturas necesarias o suntuarias, que no
procedan en definitiva de las entrañas del planeta sacrificadamente trabajadas
por mujeres y hombres que apenas sobreviven, mientras los chupasangre solamente
producen haraganería y miseria generalizada.
Nada ni nadie, ya, puede seguir creyendo en la fantasía de la prosperidad
de unos pocos adueñados de ella y la miseria de la inmensa mayoría de la
humanidad, despojada de ella violentamente.
Luego de centurias de oscurantismo cultural y ninguneo de lo realmente
importante, son hoy las mismas “necesidades” expansivas impuestas por la
irracionalidad extrema del sistema de los monopolios imperialistas, las que “ponen
las cosas en su sitio”, muy a pesar de la insistencia de los “ideólogos” de cultura
de la mentira en querer mantenernos en la plena ignorancia popular.
Es el mismo anacronismo del “súperindustrialismo” y el “súperconsumismo”
con sus catastróficas consecuencias, el que nos abre los ojos y permite percibir
a simple vista dónde está el carozo de la fruta y cómo debemos pararnos para
detener lo que no es exagerado llamar proceso de destrucción del planeta a
manos de una pandilla de energúmenas y energúmenos que se han creído sus “dueños”
y “dueños” y “administradores” de la misma vida humana.
Son las incursiones devastadoras por el estilo de Botnia, Upm, Montes del
Plata, Aratirí y muchas otras que vienen fraguándose en silencio y a espaldas
del pueblo, las que vienen a abrirnos los ojos en un Uruguay que se quiere presentar
a los monopolios saqueadores como el “paraíso terrenal”, “la tierra prometida”,
“el súmun de la seguridad empresarial”, luego de que estas mismas
multinacionales han dejado a los territorios de Europa y el norte americano
completamente desprovistos de suelo fértil, de materias primas, sin agua y sin
posibilidades cercanas de restablecimiento de atributos naturales devastados
irresponsablemente durante décadas y décadas de un falso “desarrollismo”
industrializante, que es, en realidad, un auténtico “desarrollismo” de
miserables grupúsculos de holgazanes que ni idea tienen de qué significa
trabajar sobre la tierra de sol a sol y desde la niñez hasta la muerte, para el
bienestar repugnante de otros.
Anoche, martes 5 de junio de 2012, por un par de horas, una nueva y
buyanguera marcha callejera repleta de juventud y de ideas claras claramente
expresadas en las consignas “La tierra
no se vende; la tierra se defiende” y “Tierra para quien la trabaja. Tierra para vivir”, irrumpió en
el Centro de Montevideo exigiendo el cese de toda acción política oficial de respaldo
a la invasión de capitales multinacionales que signifique más apropiación
indebida de nuestro suelo y el uso depredatorio y criminal de él.
Desde la Universidad de la República, por la Avda. 18 de Julio, hasta la “Dirección
Nacional del Medio Ambiente” (DINAMA), en la Avda. Del Libertador, un número
muy importante de esa juventud a la que la industria mediática pretende
pintarnos como “demonio” de la inseguridad ciudadana y otras yerbas
fascistoides, copó literalmente el asfalto céntrico de Montevideo y puso al
corriente de todo el mundo cuál es el principal peligro hoy para la “Banda
Oriental” proyectada como nuevo reservorio imperial-colonizador del sistema.
Por supuesto que, a pesar del intenso frío y la prolongada caminata, hubo
también veteranas y veteranos firmemente consustanciados con la sentida
reivindicación juvenil, y por supuesto que se equivocarán feamente los
gobernantes que crean que podrán hacer oídos sordos a esta nueva expresión
popular de enérgico y sostenido rechazo a la “aratirización” vendepatria del
país.
Anoche, en definitiva, el mensaje no pudo ser más claro:
“La sangre joven hierve en la defensa
de la vieja y eterna amiga del pueblo trabajador: la tierra, una tierra que
seguirá siendo también joven y fértil, si la defiende y la protege el pueblo trabajador
del mundo entero”.
A varios frentes
En el Día Mundial del Medio Ambiente, rechazo a la economía verde y a la megaminería.
Varias organizaciones se congregaron ayer de tarde en la plaza Cagancha
de Montevideo. Reivindicaron el cuidado del ambiente y reclamaron el
derecho de las comunidades a participar en las decisiones que involucran
las actuales y futuras generaciones.
La
invitación anunciaba una “Muestra de voces locales”, de experiencias en
pro de “un desarrollo que respete y conserve nuestro patrimonio
natural”. Los convocantes fueron el Movimiento por un Uruguay
Sustentable y Voces de la Sociedad Civil rumbo a Río+20, grupo que
nuclea a organizaciones que desde hace varios meses trabajan para llevar
una posición a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo
Sustentable, que tendrá lugar en Río de Janeiro, Brasil, del 20 al 22 de
junio, 20 años después de la Cumbre para la Tierra, celebrada también
en la ciudad carioca.
Los convocantes difundieron el posicionamiento de la sociedad civil de cara a la conferencia. Sostienen que es necesario “pensar un modelo de desarrollo alternativo sustentable, equitativo y solidario con las generaciones futuras”, basado en la justicia social y en la protección de los derechos humanos. Plantean que es “imprescindible” el fortalecimiento de la economía solidaria y de consumo responsable, y rechazan la propuesta de economía verde de Naciones Unidas: “Lejos de ser una alternativa, constituye una reconquista a través de la economía ortodoxa, dando continuidad y validez al sistema económico actual, que somete a la humanidad a la pobreza y agota los bienes comunes naturales”.
También había representantes de la Unión de Vecinos de La Paloma, que se oponen al proyecto autorizado por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas para que la empresa Botnia extraiga, por el puerto de la localidad, 250.000 toneladas anuales de madera. Asimismo, participó el grupo Guayubira, que defiende el monte indígena y se opone a plantaciones forestales en gran escala.
El documento polemiza acerca del tamaño del área que será afectada y del consumo de energía, y afirma que la empresa no difunde, como detalla en el estudio de impacto ambiental entregado a la Dinama, que en la extracción utilizará 200.000 litros de combustible por día, 43.000 toneladas anuales de nitrato de amonio y poliacrilamida, que es una sustancia usada para la floculación que “puede originar cáncer, lesiones genéticas y del aparato reproductor”, aclaran. El listado incluye también versiones contrarias sobre el mineroducto, el uso de los recursos hídricos y generación de fuentes laborales, entre otros.
la diaria dialogó con Cristina Ramírez, una productora que vive entre Cerro Chato y Valentines, al noreste del departamento de Florida, y que integra el grupo de productores que se resiste al proyecto. Sobre el plan minero de Aratirí del grupo Zamin Ferrous dijo: “Siguen pidiendo campos, siguen cayendo cedulones, seguimos recurriendo ante Dinamige [Dirección Nacional de Minería y Geología] para que no entren cuando nos traen los pedidos”, sintetizó. Según la entrevistada, son más de 300 los productores que han presentado recursos para no autorizar los trabajos de prospección de Aratirí en sus campos.
Ramírez y su familia se dedican a la cría de ganado en un campo de 600 hectáreas. Señaló que además del pedido de prospección de Aratirí, otra empresa solicitó buscar oro en la zona, a lo que también se opusieron. “Tenemos que ser muy exigentes, yo no digo que no se explote y que no se saque la riqueza si es que está ahí. Lo importante es la forma como se haga, que sean cuidadosos”.
La Diaria
Los convocantes difundieron el posicionamiento de la sociedad civil de cara a la conferencia. Sostienen que es necesario “pensar un modelo de desarrollo alternativo sustentable, equitativo y solidario con las generaciones futuras”, basado en la justicia social y en la protección de los derechos humanos. Plantean que es “imprescindible” el fortalecimiento de la economía solidaria y de consumo responsable, y rechazan la propuesta de economía verde de Naciones Unidas: “Lejos de ser una alternativa, constituye una reconquista a través de la economía ortodoxa, dando continuidad y validez al sistema económico actual, que somete a la humanidad a la pobreza y agota los bienes comunes naturales”.
Varieté
Las organizaciones expusieron afiches, folletos y fotos sobre las mesas que instalaron, y un puñado de integrantes en torno a cada una de ellas ampliaba la información a los transeúntes que se acercaban. De lejos, los más llamativos eran los miembros del grupo Chonik, que en lengua charrúa significa “somos la gente”, conformado en 1998 para la “investigación, recreación y divulgación” de la cultura indígena. Llevaban plumas prendidas de vinchas, ropas típicas, lanzas e instrumentos musicales. Paula Surí Hernández, una de las integrantes, dijo a la diaria que estaban allí convocados por el medio ambiente y para ir hacia Río+20, aunque aclaró que “en realidad los pueblos originarios no tenemos que manifestar lo del medio ambiente porque ya lo tenemos incorporado”. “En la cultura indígena vivimos con la tierra, sabemos cuidarla porque es un legado ancestral”, sostuvo, y agregó que a diario ponen cuidado en su conservación.También había representantes de la Unión de Vecinos de La Paloma, que se oponen al proyecto autorizado por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas para que la empresa Botnia extraiga, por el puerto de la localidad, 250.000 toneladas anuales de madera. Asimismo, participó el grupo Guayubira, que defiende el monte indígena y se opone a plantaciones forestales en gran escala.
Mina de controversias
Buena parte de los participantes pertenecían al Movimiento por un Uruguay Sustentable. “Existen grandes diferencias entre el folleto difundido a la sociedad y el Estudio de Impacto Ambiental que la empresa presentó a la Dirección Nacional de Medio Ambiente [Dinama]”, decía en uno de los folletos que repartían. Por ejemplo, indica que Zamin Ferrous difunde que los yacimientos de hierro alcanzan los 2.500 millones de toneladas y que la explotación durará entre 20 y 30 años; en cambio, el movimiento afirma que en la propuesta que entregó a la Dinama “la empresa dice que el yacimiento es de 764 millones de toneladas y que el tiempo de extracción del mismo será de unos 12 años”.El documento polemiza acerca del tamaño del área que será afectada y del consumo de energía, y afirma que la empresa no difunde, como detalla en el estudio de impacto ambiental entregado a la Dinama, que en la extracción utilizará 200.000 litros de combustible por día, 43.000 toneladas anuales de nitrato de amonio y poliacrilamida, que es una sustancia usada para la floculación que “puede originar cáncer, lesiones genéticas y del aparato reproductor”, aclaran. El listado incluye también versiones contrarias sobre el mineroducto, el uso de los recursos hídricos y generación de fuentes laborales, entre otros.
la diaria dialogó con Cristina Ramírez, una productora que vive entre Cerro Chato y Valentines, al noreste del departamento de Florida, y que integra el grupo de productores que se resiste al proyecto. Sobre el plan minero de Aratirí del grupo Zamin Ferrous dijo: “Siguen pidiendo campos, siguen cayendo cedulones, seguimos recurriendo ante Dinamige [Dirección Nacional de Minería y Geología] para que no entren cuando nos traen los pedidos”, sintetizó. Según la entrevistada, son más de 300 los productores que han presentado recursos para no autorizar los trabajos de prospección de Aratirí en sus campos.
Ramírez y su familia se dedican a la cría de ganado en un campo de 600 hectáreas. Señaló que además del pedido de prospección de Aratirí, otra empresa solicitó buscar oro en la zona, a lo que también se opusieron. “Tenemos que ser muy exigentes, yo no digo que no se explote y que no se saque la riqueza si es que está ahí. Lo importante es la forma como se haga, que sean cuidadosos”.
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