miércoles, 20 de marzo de 2019

Un concierto por Colombia


tomado de:
celag.org


4 min. lectura
Empecemos por el principio y sin rodeos. Según la Comisión Europea, en base a su propio índice (elaborado por el Comité Inter-Agencias Permanente del Grupo de Referencia sobre Riesgos, Advertencias Tempranas y Preparación, INFORM), Colombia es el país de Latinoamérica con mayor riesgo de crisis humanitaria, por encima de Guatemala, México, Honduras y, por supuesto, de Venezuela.
Un niño pobre en Colombia tendría que esperar 330 años en promedio para dejar de serlo, según informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Se requiere el paso de 11 generaciones.
Uno de cada diez niños en Colombia sufre desnutrición crónica, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Un informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), indica que entre 2012 y 2016 han muerto 1.562 niños por desnutrición en todo el territorio nacional. Según la misma Unicef, 1 de cada 3 niños viven en condiciones de pobreza multidimensional y la mitad de los niños menores a dos años están en hacinamiento crítico.
Colombia ocupa el tercer puesto, entre 175 países, con la tasa más alta de homicidio infantil en el mundo, según el último informe de la organización internacional no gubernamental Save the Children para los años 2015-2017.
En los últimos 11 meses, fueron asesinados 162 defensores de derechos humanos y líderes sociales en 99 municipios de todo el país, según datos de la Defensoría del Pueblo de Colombia.
Según el último informe de Transparencia Internacional, Colombia ha empeorado su índice de Percepción de Corrupción, que ya está en la posición número 99 de los 180 países analizados. La corrupción en Colombia cuesta anualmente 18.400 millones de dólares, según la propia Contraloría general del Estado; eso supone algo más del 5% del PIB, o el 15% del presupuesto nacional.
En Colombia los ataques contra periodistas se incrementaron en un 89% entre 2015 y 2018, según la Fundación para la Libertad de Prensa. De hecho, Colombia se encuentra (junto a México y Brasil) entre los 14 principales países del mundo donde los asesinos de periodistas no son castigados en los tribunales, según el índice global de impunidad elaborado por el Comité para la Protección de los Periodistas.
Colombia sigue siendo el país con mayor número de desplazados internos en el mundo, con 7,7 millones de personas en 2017, según la investigación publicada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En lo económico, el peso de la actividad industrial en Colombia retrocedió del 25 al 12% del PIB entre 1970 y 2016, según cifras del Banco Central de Colombia. Y, por el contrario, la banca ganó peso en los últimos años y sus activos alcanzaron a representar el 48% del PIB (cuando la cifra era de 23% en 1990). El 55% de los trabajadores gana menos del salario mínimo.
El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) alerta de una situación muy problemática en Colombia. En su último reporte señala lo siguiente: “los sistemas y herramientas de supervisión antilavado de activos y contra la financiación del terrorismo no están completamente en línea con el enfoque basado en riesgo y existen importantes brechas en la supervisión de las actividades”. Dicho informe determina que Colombia ha desconocido la realidad del monto total del dinero que se lava en el país. En un estudio del Banco Mundial, se estimó que el volumen de activos lavados en la economía colombiana asciende al 7,5% del PIB.
Por su parte, en el terreno democrático, Colombia es el país de la región con el nivel más bajo de participación electoral de toda Latinoamérica. Entre años 1994 y 2018, el promedio de abstención electoral para citas presidenciales fue del 54,21%. Dos datos adicionales constatan esta debilidad del sistema democrático colombiano: a) en el plebiscito sobre los acuerdos de paz, la abstención fue del 62,57%, y b) la consulta popular anticorrupción realizada en 2018 tuvo una abstención del 67,96%.
Por todo ello, y por mucho más, Excelentísimo Presidente de la República de Colombia, Señor Iván Duque Márquez, le propongo que convoque al Grupo De Lima para tratar de obtener ayuda para su país que, por lo visto, lo necesita según los datos de múltiples organismos internacionales. Le sugiero que acuda a Naciones Unidas o, si le gusta más, a la Organización de Estados Americanos (OEA), para encontrar los apoyos pertinentes para su país. Y si nada de esto le apetece, siempre le quedará lo del concierto.

POLENTAS ERAN LAS DE ANTES, AHORA SON TRANS…. QUÉ?


tomado de:

Ing. Agr Raquel Barg Venturini
Ing. Agr Fernando Queirós Armand Ugón

En Uruguay actualmente (2018), existen 12 eventos de maíz transgénico autorizados para ser sembrados y comercializados.
Se llama evento transgénico a la inserción en el genoma vegetal, en su ADN, de uno o más genes que no pertenecen ni al género ni a la especie en cuestión, en este caso al maíz.
En las polentas estudiadas, se encontraron los maíces transgénicos: MON 810 de la empresa Monsanto, hoy comprada por Bayer, cultivada en Uruguay desde el año 2003 y Bt11 de Syngenta, que se produce aquí desde el año 2004. En estos eventos se insertaron genes de una bacteria, Bacillus thuringiensis.
Para que el lector tenga una idea de los genes y elementos genéticos introducidos: la resistencia  que impide el desarrollo de las larvas de mariposas, conocidas comúnmente como gusanos o lagartas del maíz, se obtuvo por introducción del gen cry1A(b) de la bacteria Bacillus thuringiensis en el genoma del maíz para la síntesis de la toxina Bt. Además en el evento Bt11 existe una copia del gen pat, de la bacteria Streptomyces viridochromogenes, que confiere tolerancia al herbicida glufosinato de amonio. La expresión de cada uno de estos genes está controlada por un virus que provoca la enfermedad conocida como el mosaico de la coliflor.
Está claro que en la naturaleza esta combinación NUNCA se dio ni se dará, sólo es posible por ingeniería genética combinar maíz+bacteria+ virus...
Luego de esta intervención artificial, estos genes foráneos pasan a  formar parte de la información genética del maíz. Este proceso es irreversible y su alcance ilimitado (se encontró contaminación de maíz criollo por maíz transgénicos en la Quebrada de los Cuervos), ya que se mezcla a través del polen con otros maíces no transgénicos, contaminándolos con genes extraños. 
Por ejemplo un productor plantó maíz No transgénico y cosechó maíz transgénico. Está claro que estos hechos afectan el libre derecho de las personas y su capacidad de decisión, tanto a quienes no quieren producir ni consumir transgenes.
Estas plantas transgénicas de maíz Bt son plantas con efecto insecticida, en el caso específico del Bt11 además presenta resistencia a herbicida. El gusano de ciertas mariposas al comer la planta o el choclo mueren, ya que las plantas contienen la toxina proveniente del Bacillus que  los mata, pero recuerden, también nosotros estamos comiendo la toxina al consumir el grano de maíz enlatado o el choclo fresco o en forma molida, la polenta… y todos sus derivados como aceite, maicena, jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), entre otros.
Noticia del año 2012: La polenta que se vende en el mercado uruguayo es transgénica. La presentación de una tesis de grado realizada por Martín Fernández Campos en el año 2011, bajo la tutoría del Dr. Claudio Martínez Debat, “Análisis de Transgénesis de 20 polentas que se encuentran a la venta en el Mercado Uruguayo", permitió determinar que en 18 de las 20 muestras existía presencia de maíz transgénico. En las 2 restantes no se pudo extraer su ADN, por lo que no fueron analizadas. El estudio se realizó en el laboratorio de Trazabilidad Molecular Alimentaria, de la sección Bioquímica, de la Facultad de Ciencias. Fue posible identificar la presencia de 2 maíces transgénicos: el MON810 y el Bt11.
La polenta es muy popular entre los uruguayos, además es uno de los primeros alimentos que ingieren los bebes. Esta información permite alertar a los padres  y a los pediatras al momento de incluir en la dieta el maíz, ya que puede afectar la salud de los niños.
¿Qué se sabe sobre el maíz transgénico, la salud y el ambiente? 
Un estudio publicado en el International Journal of Biological Sciences revela que tres variedades de maíz genéticamente modificado producidas por la trasnacional Monsanto (MON810, MON863 y NK603) pueden ocasionar problemas de salud, sobre todo daños a los riñones y al hígado. 
El trabajo precisa que en el caso de los transgénicos analizados, se encontró que en animales y humanos, los riñones y el hígado “experimentaron problemas, pues son los principales órganos que reaccionan a la intoxicación química alimentaria”, según indicó Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión para la Revaluación de la Biotecnología, organismo creado por la Unión Europea en 2008. Cabe destacar que una de esas variedades, MON 810, se cultiva en Uruguay desde 2003 como ya se mencionó en este artículo y NK603 se siembra desde el año 2011. De acuerdo al estudio, se ha comprobado que los organismos genéticamente modificados (OGM) no son confiables para su consumo.
En el año 2016, los médicos Ibrahim y Okasha de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tanta, Egipto, publicaron un estudio experimental de mediano plazo (diseño de caso-control) que documenta graves lesiones en el intestino delgado de animales de laboratorio, luego de consumir una dieta con 30% de maíz transgénico Bt. Demostraron que el maíz Bt destruye el recubrimiento celular interno del intestino delgado en animales de experimentación. Las lesiones van desde inflamación grave con infiltración de glóbulos blancos, producción exagerada de mucus y muerte celular del epitelio intestinal, hasta la erosión del recubrimiento celular interno del intestino delgado, responsable de la absorción de los nutrientes. Esto aporta una prueba contundente más a la urgente necesidad de establecer el principio precautorio sobre su consumo animal y humano.
Por otra parte, la Asociación de Consumidores Orgánicos (ACO) de México, reportó haber encontrado niveles altos del herbicida glifosato y de AMPA, su metabolito principal en muestras de harina de maíz blanco y amarillo resistentes a glifosato, provenientes de diferentes partes del país. Las muestras fueron analizadas por los laboratorios del Health Reasearch Institute en Iowa, Estados Unidos.
Cabe acotar que los cultivos transgénicos más importantes a nivel mundial corresponden a cuatro especies: soja, maíz, algodón y canola. Dos son los rasgos que mayoritariamente tienen los cultivos transgénicos: tolerancia a herbicidas (principalmente glifosato) y toxicidad para ciertas lagartas o gusanos (cultivos Bt). Los transgénicos resistentes al herbicida o “matayuyo” han permitido que el productor lejos de disminuir  la cantidad de producto que aplica por hectárea, la aumente. En Uruguay se aplican 13.800.000 litros de glifosato por año.
El herbicida glifosato además presenta otras consecuencias como: afecta abejas y contamina la miel, afecta la biodiversidad, es altamente tóxico para peces, contamina el agua ya que es muy soluble, afecta la salud de las personas en varios aspectos. La OMS (Organización Mundial de la Salud) tuvo que reconocer que es probable carcinógeno en humanos, o sea que produce cáncer, además se sabe que tiene efectos sobre el sistema nervioso, puede impedir el desarrollo embrionario y fetal, provoca malformaciones en embriones de vertebrados, entre otros perjuicios. Existen 830 artículos científicos que recopilan los impactos del herbicida y su metabolito AMPA.
Respecto de la toxina Bt11 y sus impactos a nivel ambiental: investigadores estadounidenses han demostrado que parte de los residuos agrícolas del maíz Bt terminaron en los ríos. Esta vía de toxicidad no ha sido tenida en cuenta en la evaluación de los riesgos ambientales.
En su estudio mostraron que los cultivos que producen toxinas Bt  pueden afectar a los ecosistemas por vías inesperadas, puesto que las interacciones con el medio natural son complejas y nuestro conocimiento de las mismas limitado. En consecuencia, el procedimiento de evaluación actual es incapaz de valorar los riesgos de las plantas modificadas genéticamente (MG).
Cuanta toxina Bt produce una planta de maíz?
Un análisis de la literatura disponible sobre el maíz Bt MON 810 muestra que hoy por hoy, la concentración real de toxina es una gran incógnita. En Uruguay hace15 años que se cultiva este tipo de maíz.
¿Cómo evoluciona la concentración de toxina Bt en las plantas en condiciones reales de cultivo?
Se dice que las plantas Bt producen unos niveles de toxina estables, consistentes y más o menos independientes de las condiciones genéticas específicas o ambientales. Pero no es así, puesto que el comportamiento de un organismo y específicamente de un transgénico, está altamente relacionado con el contexto en donde se expresa.
En Uruguay, a nivel comercial existen más de 800 alimentos que contienen transgénicos, derivados de soja y maíz transgénico. Existen 7 eventos de soja transgénica y como ya se señaló en este trabajo, 12 eventos autorizados de maíz transgénico.
Como consumidores debemos estar muy bien informados acerca de los alimentos que estamos adquiriendo, de esta forma podemos exigir lo que QUEREMOS y rechazar lo que NO QUEREMOS, nuestro poder como consumidores es muy grande, muchas veces lo ignoramos y no por casualidad, más bien por causalidad.
El etiquetado obligatorio de los alimentos es un primer paso que nos permite elegir lo que consumimos, ya que debe figurar en los envases de aquellos productos  que provengan de organismos genéticamente modificados o que contengan ingredientes transgénicos que superen el 1% del total, considerado cada ingrediente en forma individual, o que en su fabricación se halla empleado microorganismos genéticamente modificados como levaduras, bacterias ácido lácticas. A partir de febrero de 2018 está vigente esta resolución de etiquetado por parte de la Intendencia de Montevideo, pero debería ser una normativa de carácter nacional. El logo actual es de forma circular, contiene una T en el centro y dice: “Contiene Organismos Modificados Genéticamente”.
Bibliografía Consultada
Ibrahim MAA, Okasha EF. Effect of genetically modified corn on the jejunal mucosa of adult male albino rat. Experimental and Toxicologic Pathology, año 2016.
Efectos ambientales potenciales de los maíces transgénicos Bt. Una revisión de los estudios disponibles. Greenpeace. Enero de 2009.
Potencial efectos ambientales dañinos del maíz Bt
20 años de Cultivos Transgénicos en Uruguay. REDES AMIGOS DE LA TIERRA. 2017
Cultivos Transgénicos en Uruguay. Aportes para la Comprensión de un Tema
Complejo. Fondo Universitario para Contribuir a la Comprensión Pública de Temas de Interés General’ de la CSIC – UdelaR. Este proyecto fue seleccionado por dicho programa en la convocatoria 2014.

Antología Tóxicológica del Glifosato, 4ª edición. Eduardo Martín Rossi, Fernando Caballero. Naturaleza de Derecho. 2018. Argentina

Análisis de Transgénesis Mediante PCR de 20 Polentas que se Encuentran a la Venta en el Mercado Uruguayo. Tesis de Grado de la Licenciatura en Biología de Martín Fernández Campos. Universidad de la República, Facultad de Ciencias, Sección Bioquímica. 2011.
Long term toxicity of a Roundup herbicide and a Roundup-tolerant genetically modified maize. Food Chem Toxicol 50:4221–4231. Seralini GE et al, 2012
Relevamiento de la presencia de transgenes en maíces de productores de la Red de Semillas Criollas. Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas y
REDES-AT.  2014
Interpolinización entre cultivos de maíz transgénico y no transgénico comerciales en Uruguay. Pablo Galeano, Claudio Martínez Debat, Fabiana Ruibal, Laura Franco Fraguas, Guillermo A. Galván. 2010
Asociación de Consumidores Orgánicos de México, ww.consumidoresorganicos.org. Octubre de 2018

martes, 19 de marzo de 2019

Venezuela La realidad de la calle frente al espectáculo mediático



tomado de:
rebelion.org
Rebelion. La realidad de la calle frente al espectáculo mediático

11-15 minutes



El fotorreportero británico Alan Gignoux y la periodista y cineasta venezolana Carolina Graterol, ambos residentes en Londres, han viajado a Venezuela durante un mes a grabar un documental para una importante cadena de televisión global. Han conversado con el periodista Paul Cochrane sobre el retrato que pintan los medios mayoritarios sobre el país comparado con sus experiencias sobre el terreno.

Paul Cochrane (PC): ¿Qué hacíais en Venezuela? ¿Cuánto tiempo estuvisteis allí y cómo os fue?

Allan Gignoux (AG): Pasamos un mes en junio de 2018 para rodar un documental. No puedo revelar todavía en qué canales se emitirá, pero pronto estará en antena. Visitamos Caracas, la capital, Mérida (en los Andes), Cumaná (en la costa) y Ciudad Guayana (cerca de la desembocadura del río Orinoco).

PC: ¿Como fue vuestra estancia en Venezuela, en relación con lo que trasmiten los medios de comunicación occidentales?

Carolina Graterol (CG): Yo soy periodista, tengo familia en Venezuela, y sabía que la realidad era muy diferente a la que retratan los medios, pero aún así me quedé sorprendida. Lo primero que advertimos fue la ausencia pobreza. Alan quería filmar a indigentes y pobres en las calles. Esta misma mañana he visto en Londres a tres personas durmiendo en la calle, pero en Venezuela no pudimos encontrar a ninguno, en ciudades grandes o pequeñas. Queríamos entrevistarlos, pero no pudimos hallarlos. Esto se debe a los programas multidisciplinares del gobierno, que incluyen servicios sociales para sacar a los niños de las calles o devolverlos con sus familias. El programa lleva funcionando mucho tiempo pero no había sido consciente de lo eficaz que era.

PC: Alan, ¿qué te sorprendió a ti?

AG: Debemos ser realistas. Hay desgaste y cansancio generalizados. Aunque hay comida y los restaurantes y cafeterías privados están abiertos, se aprecian las consecuencias de la crisis económica. Eso sí, la pobreza no tiene nada que ver con la que existe en Colombia o en Brasil, llenos de niños de la calle. En Venezuela no parece existir un problema de falta de casas, y las favelas tienen agua corriente y electricidad. La pobreza extrema no parece comparable a la de otros países sudamericanos. Antes del viaje, la gente me advirtió que tuviera cuidado con la delincuencia, pero trabajábamos con una señora de El Salvador que nos dijo que Venezuela era fácil comparada con su país, en donde existen guardias de seguridad con ametralladoras a la puerta de las cafeterías. También nos comentaron que muchos delincuentes se habían marchado porque no había mucho que robar y les iba mejor en Argentina, Chile u otros lugares.

PC: ¿Cómo han afectado las sanciones a los venezolanos?

CG: La comida está cara, pero la gente sigue comprando cosas. A causa de la inflación, hace falta efectuar múltiples pagos con las tarjetas, porque los datáfonos no aceptan transacciones tan elevadas de una sola vez. El gobierno ha creado un sistema, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), que proporciona una caja de alimentos a 6 millones de familias todos los meses. La idea era sortear las redes de distribución privada y evitar el acaparamiento y la escasez. Nuestra ayudante provenía de un barrio de clase media de Caracas y era la única chavista allí, pero los vecinos se unieron y crearon un sistema CLAP, por el que reciben una caja con 19 productos. A menos que percibas un salario muy alto, o dinero del exterior, necesitas encontrar modos alternativos para alimentarte. Pero las despensas estaban llenas, pues se han acostumbrado a prepararse para emergencias. En general, las personas han perdido peso, calculo que muchos adultos de 10 a 15 kilos. La última vez que estuve en Venezuela hace 3 años encontré muchas personas obesas, como en Estados Unidos, por una alimentación excesiva, pero en esta ocasión habían recuperado el buen tipo, y nadie muere de hambre o malnutrición.

PC: Entonces, ¿qué es lo que están comiendo los venezolanos?

Básicamente, una dieta vegetariana. Se disculpaban por no poder ofrecernos carne; comíamos verduras, lentejas y frijoles. Todos se han visto obligados a adoptar una dieta vegetariana y tal vez la principal queja era que no podían comer tanta carne como antes. La situación no es tan grave. Antes de que Hugo Chávez asumiera el poder, Venezuela tenía un índice de pobreza extrema del 40% y un 80% de pobreza. Esta cifra descendió hasta el 27%, y antes de la crisis la pobreza extrema era de tan solo el 6% o el 7%. Todo el mundo recibe asistencia del gobierno.

PC: ¿La comida es la principal preocupación?

CG: El ataque real a la economía afecta la comida. Cuando existe hiperinflación, todos los precios suben, pero la alimentación se ha convertido en el principal gasto porque es la variable que sube de precio a niveles exorbitantes. Otras variables como la electricidad, el agua o el transporte público no han subido tanto y representan un pequeño porcentaje del gasto familiar. Esa es la razón por la que las distorsiones en la economía no son intrínsecas, sino causadas por factores externos, de lo contrario todos los precios habrían aumentado.

PC: Alan, ¿perdiste peso en Venezuela?

AG: ¡No! Me sorprendió ver cuántas personas cultivan sus propias verduras. Es un poco como en Rusia, donde todo el mundo tiene una dacha. Venezuela posee un clima tropical, por lo que es fácil producir. Hay árboles de mango por todas partes, así que puedes tomar uno cuando te apetece.

PC: Entonces, ¿la crisis de la que nos hablan cada día se debe fundamentalmente a las sanciones de Estados Unidos?

CG: Las sanciones han afectado al país. Para ser justa, creo que el gobierno tardó en reaccionar frente a los acontecimientos a los que les estaban empujando. Probablemente no fue una buena idea desembolsar 70.000 millones de dólares en pago de deuda externa los últimos cinco años. En mi opinión, Maduro decidió cumplir con los pagos pensando que era lo correcto responsabilizarse de nuestros compromisos, pero al mismo tiempo empezó a librarse esta guerra económica tanto dentro del país como desde el exterior, y se bloquearon los préstamos internacionales.

El gobierno debería haber emprendido acciones contra Colombia por permitir la instalación de más de cien casas de cambio en la frontera con Venezuela. Esos comercios debilitaban la moneda, ya que usaban diferentes tasas de cambio, lo que contribuía a la devaluación del bolívar. Creo que deberían haber denunciado al gobierno de Juan Manuel Santos. Si Colombia afirma que el petróleo venezolano que atraviesa su frontera es contrabando, ¿por qué no es lo mismo con la moneda? Es preciso recordar que la mayor industria colombiana es la cocaína, el narcotráfico, y que ha crecido exponencialmente, por lo que tienen un exceso de dólares estadounidenses que necesitan blanquear, lo que merma el valor de la moneda venezolana. Es hiperinflación inducida. En Miami, por otro lado, la oligarquía venezolana creó hace doce años un portal web llamado DolarToday para destrozar la economía venezolana.

PC: ¿Qué más os llamó la atención?

CG: La gente no pierde la sonrisa y hace bromas sobre la situación, lo que me parece increíble. Están deseosos de compartir, de echar una mano, y nos vimos envueltos en algunas situaciones complicadas, como cuando nuestro coche se averió por la noche.

AG: Todo el mundo dice que no se debe conducir por la noche en Venezuela. Estábamos en carretera y nos figurábamos que solo nos quedaba como media hora de viaje, ¿qué podía salir mal? Entonces se quemó un transformador. Pensé que estábamos a punto de vivir una pesadilla, atascados en mitad de la nada, de noche en una carretera oscura. ¿Quién iba a encontrarnos?

CG: Como no había luces, tuvimos que usar los teléfonos para que los grandes camiones pudieran vernos.

AG: Me hice pasar por sordo, ya que nadie creería que era venezolano con mi acento español. Entonces, se detuvo una camioneta realmente vieja. Sus ocupantes parecían molestos pero fueron muy amables y nos llevaron hasta una estación de servicio.

CG: Le dije a Alan que no estábamos en Estados Unidos ¡que nadie iba a dispararnos!

AG: Iba acompañado de tres mujeres con dinero y pensé, vaya, nos van a asaltar, pero todo salió bien y pensaron que era sordo.

CG: Nos dijeron que podíamos dormir en una tienda, pero preferimos hacerlo en el coche y no estuvo tan mal.

PC: ¿Qué hay de los apagones que han proliferado por el país?

CG: Durante los apagones, la gente contaba historias, tocaba música o salía a charlar a la calle. Era un paraíso, sin televisión ni smartphones, un contacto real entre las personas. Se cocinaba en común. Durante el día, jugaban a juegos de mesa, al dominó, y los chavales lo pasaban bien. Probablemente las personas con hijos estaban más tensas, sobre todo si vives en un bloque de apartamentos y no tienes agua ni luz. Por eso EE.UU. atentó contra la red eléctrica, porque eso supone el corte de agua en Caracas (con un área metropolitana que agrupa a unos 7 millones de personas). Por suerte, existen pozos de agua limpia en los alrededores y la gente hacía cola para conseguirla.

PC: Entonces, ¿hay mucha discrepancia entre la imagen que os habíais hecho de la situación, a partir de los medios de comunicación, y la realidad?

AG: Bueno, hay colas para comprar gasolina, pero la gente no está muriendo de hambre y, como ya dije, la pobreza no se acerca ni de lejos a la que hay en Brasil. Yo no lo calificaría de dictadura, la gente es abierta y critica al gobierno y a Estados Unidos, pero también a Chávez y a Maduro. El Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) ha admitido haber tomado decisiones económicas erróneas. Pensé que encontraría más represión, pero no ha sido así. La gente no tiene miedo de expresarse. Creo que los venezolanos echan más la culpa de la situación a los americanos que a Maduro.

PC: ¿Qué os parece el revuelo que se montó en febrero cuando la ayuda de EE.UU. y Canadá quedó bloqueada en la frontera?

AG: La ayuda es un caballo de Troya, una buena forma de que EE.UU. entre en el país, y por eso las agencias internacionales no querían formar parte del plan. Sin embargo, se ha recibido ayuda de China y de Rusia.

CG: No se produjo el caos que EE.UU. y Trump esperaban que se produjera. (El líder de la oposición y autoproclamado presidente Juan) Guaidó es el tipo más odiado en Venezuela. Tiene que alojarse en un hotel lujoso en Las Mercedes, un barrio caro de Caracas. Ahí tienen electricidad, porque estaban preparados para el apagón y compraron generadores. Por eso Guaidó está viviendo allí, ocupa toda una planta de un lujoso hotel para él y su familia. Mientras el pueblo sufre, Guaidó se prueba trajes para su próximo viaje a Europa. Es un mundo paralelo.

AG: ¿Crees que Guaidó fracasará?

CG: Los venezolanos hacen muchos chistes con su nombre, pues suena similar a güevón (persona poco inteligente y de comportamiento ridículo). Y fíjate en la manifestación del otro día (12 de marzo) en Las Mercedes: las masas no aparecieron. Se está convirtiendo en un chiste en el país. Cuanto más le reconocen como presidente Estados Unidos y Europa, más ridícula es la situación, ¡Guaidó no es presidente de Venezuela! Es curioso que Chávez ya predijera lo que está ocurriendo, escribió sobre ello, y la gente está recuperando sus obras y volviendo a leerle.

PC: Hay mucho material sobre la historia del imperialismo norteamericano en Sudamérica para hacer dichas predicciones y también, más recientemente, los canadienses y sus compañías mineras, en Paraguay, Honduras, y ahora apoyando a Guaidó.

CG: Exacto. Mira Chile en 1973, lo que ocurrió con los sandinistas en Nicaragua, en El Salvador, en Guatemala.

Es una estrategia bien ensayada para destruir una economía mediante el uso de fuerzas externas que hagan subir los precios de suministros y productos. Cuando se produce un ciclo así, explota.

Alan Gignoux es un fotorreportero centrado especialmente en temas sociopolíticos y medioambientales. Sus trabajos han sido publicados en el New York Times, CNN Traveller, The Independent, Reuters y World Photography News, entre otros (www.gignouxphotos.com).

Carolina Graterol es una periodista cineasta y artista venezolana (www.carolinagraterol.com). Ha trabajado para el BBC World Service (es español) y Telesur. Es directora de “A letter from Venezuela”.

Paul Cochrane es un periodista residente en Beirut.

Fuente: https://www.counterpunch.org/2019/03/18/on-the-ground-in-venezuela-vs-the-media-spectacle/

El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su totalidad y se nombre a su autor, su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.