domingo, 13 de agosto de 2017

11 tesis sobre Venezuela y una conclusión escarmentada


aporrea.org

 
Juan Carlos Monedero /

"Y se empeñaba en repetir lo mismo: "Esto no es como en una guerra… En una batalla tienes el enemigo delante… Aquí, el peligro no tiene rostro ni horario". Se negaba a tomar somníferos o calmantes: "No quiero que me agarren dormido o amodorrado. Si vienen por mí, me defenderé, gritaré, tiraré los muebles por la ventana… Armaré un escándalo…"
Alejo Carpentier, La consagración de la primavera
1. Es indudable que Nicolás Maduro no es Allende. Tampoco es Chávez. Pero los que dieron el golpe contra Allende y contra Chávez son, y eso también es indudable, los mismos que ahora están buscando un golpe en Venezuela.
2. Los enemigos de tus enemigos no son tus amigos. Puede no gustarte Maduro sin que eso implique olvidar que ningún demócrata puede ponerse al lado de los golpistas que inventaron los escuadrones de la muerte, los vuelos de la muerte, el paramilitarismo, el asesinato de la cultura, la operación Cóndor, las masacres de campesinos e indígenas, el robo de los recursos públicos. Es comprensible que haya gente que no quiera ponerse del lado de Maduro, pero conviene pensar que en el lado que apoya a los golpistas están, en Europa, los políticos corruptos, los periodistas mercenarios, los nostálgicos del franquismo, los empresarios sin escrúpulos, los vendedores de armas, los que defienden los ajustes económicos, los que celebran el neoliberalismo. No todos los que critican a Maduro defienden esas posiciones políticas. Conozco gente honesta que no soporta lo que está pasando ahora mismo en Venezuela. Pero es evidente que del lado de los que están buscando un golpe militar en ese país están los que siempre apoyaron los golpes militares en América Latina o los que priman sus negocios por encima del respeto a la democracia. Los medios de comunicación que están preparando la guerra civil en Venezuela son los mismos conglomerados mediáticos que vendieron que en Irak había armas de destrucción masiva, que nos venden que hay que rescatar a los bancos con dinero público o que defienden que la orgía de los millonarios y los corruptos hay que pagarla entre todos con recortes y privatizaciones. Saber que se comparte trinchera con semejante gente debiera llamar a la reflexión. La violencia siempre debe ser la línea roja que no debe traspasarse. No tiene sentido que el odio a Maduro ponga a nadie decente al lado de los enemigos de los pueblos.
3. Maduro heredó un papel muy difícil -gestionar Venezuela en un momento de caída de los precios del petróleo y de regreso de Estados Unidos a Latinoamérica después de la terrible aventura en Oriente Medio- y una misión imposible -sustituir a Chávez-. La muerte de Chávez privó a Venezuela y a América Latina de un líder capaz de poner en marcha políticas que han sacado de la pobreza a 70 millones de personas en el continente. Chávez entendió que la democracia en un solo país era imposible y puso sus recursos, en un momento de bonanza gracias a la recuperación de la OPEP, para que se iniciara la etapa más luminosa de las últimas décadas en el continente: Lula en Brasil, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia, Kirchner en Argentina, Lugo en Paraguay, Mujica en Uruguay, Funes en El Salvador, Petro en Bogotá e incluso Bachelet en Chile referenciaban esa nueva etapa. La educación y la salud llegaron a los sectores populares, se completó la alfabetización, se construyeron viviendas públicas, nuevas infraestructuras, transportes públicos (después de la privatización de los mismos o la venta y cierre de los trenes), se frenó la dependencia del FMI, se debilitó el lazo con los Estados Unidos creándose la UNASUR y la CELAC. También hay sombras, principalmente vinculadas a la debilidad estatal y a la corrupción. Pero haría falta un siglo para que los casos de corrupción en los gobiernos progresistas de América Latina sumen, por citar sólo un asunto, el coste de la corrupción que significa el rescate bancario. La propaganda de los dueños de la propaganda terminan logrando que el oprimido ame al opresor. Nunca desde la demonización de Fidel Castro fue ningún líder latinoamericano tan vilipendiado como Chávez. Para repartir entre los pobres, hubo que decirle a los ricos, de América y también de Europa, que tenían que ganar un poco menos. Nunca lo toleraron, lo que puede entenderse, especialmente en España, donde, en mitad de la crisis, responsables económicos y políticos del Partido Popular robaban a manos llenas al tiempo que decían a la gente que tenía que apretarse el cinturón ¿Iba Chávez ese "gorila" a frenarles sus negocios? Desde que ganó las primeras elecciones en 1998, Chávez tuvo que enfrentarse a numerosos intentos de derribarlo. Por supuesto, con la inestimable ayuda de la derecha española, primero con Aznar, luego con Rajoy, y la ya conocida participación de Felipe González como lobbista de grandes capitales. (Es curioso que el mismo Aznar que hizo negocios con Venezuela y con Libia luego se convirtió en ejecutor cuando se lo ordenaron. Gadafi incluso le regaló a Aznar un caballo. Pablo Casado fue el asistente de Aznar en esa operación. Luego, cosas de la derecha, celebraron su asesinato).
4. Chávez no legó a Maduro los equilibrios nacionales y regionales que construyó, que eran políticos, económicos y territoriales. Eran una construcción personal en un país que salía de tasas de pobreza del 60% de la población cuando llegó Chávez al gobierno. Hay cambios que necesitan una generación. Ahí es donde la oposición pretende estrangular a Maduro, con problemas mal resueltos como las importaciones, los dólares preferenciales o las dificultades para frenar la corrupción que desembocan en desabastecimiento. Sin embargo, Maduro supo reeditar el acuerdo "cívico-militar" que tanto molesta a los amigos del golpismo. Algo evidente, pues Estados Unidos siempre ha dado los golpes buscando apoyos en militares autóctonos mercenarios o desertores. El ejército en América Latina solo se entiende en relación con Estados Unidos. Les han formado, sea en tácticas de tortura o en "lucha contrainsurgente", sea en el uso de las armas que les venden o en el respeto debido a los intereses norteamericanos. En Venezuela, los mismos que formaron a los asesinos de la Escuela Mecánica de la Armada argentina o que sostuvieron al asesino Pinochet lo tienen complicado (el asalto por parte de mercenarios vestidos de militares a un cuartel en Carabobo buscaba construir la sensación de fisuras en el ejército, algo que a día de hoy no parece que exista). Igual que ha comprado militares, Estados Unidos siempre ha comprado jueces, periodistas, profesores, diputados, senadores, presidentes, sicarios y a quien hiciera falta para mantener a América como su "patio trasero". El cártel mediático internacional siempre le ha cubierto las espaldas. Es la existencia de Estados Unidos como imperio lo que ha construido el ejército venezolano. Los nuevos oficiales se han formado en el discurso democrático soberano y antiimperialista. Son mayoría. Hay también una oficialidad -la mayoría ya jubilándose- que se formó en la vieja escuela y sus razones para defender la Constitución venezolana serán más particulares. Las deficiencias del Estado venezolano afectan también al ejército, aún más en zonas problemáticas como las fronteras. Pero los cuarteles en Venezuela están con el Presidente constitucional. Y por eso es aún más patético escuchar al demócrata Felipe González pedir a los militares venezolanos que den un golpe contra el gobierno de Nicolás Maduro.
5. A esas dificultades de heredar los equilibrios estatales y los acuerdos en la región (la amistad de Chávez con los Kirchner, con Lula, con Evo, con Correa, con Lugo), hay que añadir que la pugna de Arabia Saudí con el fracking y con Rusia, hundió los precios del petróleo, principal riqueza de Venezuela. Esta inesperada caída del precio del petróleo colocó al gobierno de Maduro en una situación complicada (es el problema de los "monocultivos". Basta para entenderlo pensar qué ocurriría en España si se hundiera un 80% el turismo por causas ajenas a ningún gobierno. ¿Sacaría Rajoy siete u ocho millones de votos en una situación así?). Maduro ha tenido que reconstruir los equilibrios de poder en un momento de crisis económica brutal.
6. La oposición en Venezuela lleva intentando dar un golpe de Estado desde el mismo día que ganó Chávez. Venezuela fue el mascarón de proa del cambio continental. Acabar con Venezuela es abrir la espita para que ocurra lo mismo en los sitios donde aún no ha regresado el neoliberalismo. A las oligarquías les molestan los símbolos que debilitan sus puntos de vista. Pasó con la II República en 1936, pasó en Chile con Allende en 1973. Acabar con la Venezuela chavista es regresar a la hegemonía neoliberal e, incluso, a las tentaciones dictatoriales de los años setenta.
7. Venezuela tiene además las reservas de petróleo más grandes del mundo, agua, biodiversidad, el Amazonas, oro, coltán -quizá la reserva más grande del mundo de coltán-. Los mismos que han llevado la destrucción a Siria, a Irak o a Libia para robarles el petróleo, quieren hacer lo mismo en Venezuela. Necesitan ganarse previamente a la opinión pública para que el robo no sea tan evidente. Necesitan reproducir en Venezuela la misma estrategia que construyeron cuando hablaban de armas de destrucción masiva en Irak. ¿O no se creyó mucha gente honesta que había armas de destrucción masiva en Irak? Hoy, aquel país antaño próspero es una ruina. Quien se creyó aquellas mentiras del PP, que mire cómo está hoy Mosul. Enhorabuena a los ingenuos. Las mentiras siguen todos los días. La oposición puso una bomba al paso de policías en Caracas y todos los medios impresos publicaron la foto como si la responsabilidad fuera de Maduro. Un helicóptero robado lanzó granadas contra el Tribunal Supremo y los medios lo silencias. Son actos terroristas. De esos que abren portadas y los telediarios. Salvo cuando suceden en Venezuela. Un referéndum ilegal en Venezuela "presiona al régimen hasta el límite". Un referéndum ilegal en Catalunya es un acto cercano al delito de sedición.
8. El cártel mediático internacional ha encontrado un filón. Se trata de una reedición del miedo ante la Rusia comunista, la Cuba dictatorial o el terrorismo internacional (nunca dirán que el ISIS es una construcción occidental financiada con capital norteamericano principalmente). Venezuela se ha convertido en el nuevo demonio. Así se les permite acusar de "chavistas" a los adversarios y les evita hablar de la corrupción, del vaciamiento de las pensiones, de la privatización de los hospitales, las escuelas y las universidades o de los rescates bancarios. Mélenchon, Corbyn, Sanders, Podemos o cualquier fuerza de cambio en América Latina son descalificados con la acusación de chavistas, ahora que acusar de comunistas o de etarras tiene poco recorrido. El periodismo mercenario lleva años con esa estrategia. Nadie nunca ha explicado qué política genuinamente bolivariana va en los programas de los partidos de cambio. Pero da lo mismo. Lo importante es difamar.Y gente de buena voluntad termina creyendo que hay armas de destrucción masiva o que Venezuela es una dictadura donde, curiosamente, todos los días la oposición se manifiesta (incluso atacando instalaciones militares), donde los medios critican libremente a Maduro (no como en Arabia Saudí, Marruecos o Estados Unidos) o donde la oposición gobierna en alcaldías y regiones. Es la misma táctica que construyó durante la guerra fría el "peligro comunista". Por eso en España, con Venezuela, tenemos una nueva Comunidad Autónoma de la que solamente falta que nos digan al final de los telediario el tiempo que va a hacer en Caracas ese día. De cada cien veces que se dice "Venezuela", noventa y cinco sólo buscan distraer, ocultar o mentir.
9. Venezuela tiene un problema histórico que no ha resuelto. Al carecer de minas durante la colonia, no fue un Virreinato, sino una simple capitanía general. El siglo XIX fue una guerra civil permanente, y en el siglo XX, cuando se empezó a construir el Estado, ya tenían petróleo. El Estado venezolano siempre ha sido rentista, carente de eficacia, agujereado por la corrupción y rehén de las necesidades económicas de los Estados Unidos acordadas con las oligarquías locales. El choque entre la Asamblea y la jefatura del Estado actual debiera haberse zanjado jurídicamente. Señales de la ineficiencia vienen siendo evidentes desde hace tiempo. El rentismo venezolano no se ha superado. Venezuela redistribuyó la renta del petróleo entre los más humildes, pero no ha superado esa cultura política rentista ni ha mejorado el funcionamiento de su estado. Pero no nos engañemos. Brasil tiene una estructura jurídica más consolidada y el Parlamento y algunos jueces han dado un golpe de Estado contra Dilma Roussef. Donald Trump puede cambiar a la Fiscal General y no pasa nada, pero si lo hace Maduro, Jefe del Estado igualmente elegido en unas elecciones, se le acusa de dictador. Una parte de las críticas a Maduro son tramposas porque olvidan que Venezuela es un sistema presidencialista. Es por eso que la Constitución permite al Presidente convocar una Asamblea Constituyente. Gustará más o menos, pero el artículo 348 de la Constitución vigente de Venezuela faculta al Presidente en esa tarea, igual que en España el Presidente del Gobierno puede disolver el Parlamento.
10. Zapatero y otros ex Presidentes, el Papa, Naciones Unidas vienen pidiendo a ambas partes en Venezuela que dialoguen. La oposición reunió en torno a siete millones de votos (si bien es más complicado que puedan llegar a ese acuerdo en torno a un candidato o candidata a la Presidencia del país). Maduro, en un contexto regional muy complicado, con fuertes estrecheces económicas que afectan a la compra de insumos básicos, incluidas medicinas, ha juntado ocho millones de votos (aunque sean siete, según las declaraciones tan sospechosas del Presidente de Smarmatic, que acaba de firmar un contrato millonario en Colombia). Venezuela está claramente dividida. La oposición, como otras veces, ha optado por la violencia y luego no entiende que Maduro sume tantos millones de apoyos. Si en España un grupo quemase centros de salud, quemase escuelas, disparara contra el Tribunal Supremo, asaltara cuarteles, contratara a marginales para sembrar el terror, impidiese con formas de lucha callejera el tránsito e, incluso, quemase vivas a personas por pensar diferente ¿alguien se extrañaría que la ciudadanía votase en la dirección contraria a esos locos?
11. Fracasada la vía violenta, a la oposición venezolana le quedan dos posibilidades: seguir con la vía insurreccional, alentada por el Partido Popular, Donald Trump y la extrema derecha internacional, o intentar ganar en las urnas. Estados Unidos sigue presionando (en declaraciones a un semanario uruguayo, el Presidente Tabaré dijo que votó para expulsar ilegalmente a Venezuela del Mercosur por miedo a las represalias de los países grandes). 57 países de Naciones Unidas han exigido que se respete la soberanía de Venezuela. Como Estados Unidos no logra mayoría para forzar a Venezuela, insiste en inventar espacios (como la Declaración de Lima, sin ninguna fuerza jurídica porque no han conseguido mayoría en la OEA). La derecha mundial quiere acabar con Venezuela, aunque eso le cueste sangre y fuego a la población venezolana. Por eso algunos opositores, como Henry Ramos-Allup, han llamado al fin de la violencia. Venezuela tiene en el horizonte elecciones municipales y regionales. Es el escenario donde la oposición debiera demostrar esa mayoría que reclaman. Venezuela tiene que convocar esas elecciones y es una oportunidad excelente para medir electoralmente las fuerzas. Porque, de lo contrario, el choque que estamos viendo se enquistará y se convertirá en una gangrena terrible. ¿A quién le interesa una guerra civil en Venezuela? No nos engañemos. Ni al PP ni a Trump le interesan los derechos humanos. Si así fuera romperían con Arabia Saudí, que va a decapitar a quince jóvenes por manifestarse durante la Primavera Árabe, o dan latigazos a las mujeres que conducen; o con Colombia, donde van 150 asesinados por los paramilitares en los últimos meses; o en México, donde se asesina cada mes a algún periodista y aparecen fosas comunes con decenas de cadáveres. Penas de 75 años están pidiendo en Estados Unidos contra manifestantes contra las políticas de Trump. Venezuela se ha convertido en España en la 18 Comunidad Autónoma sólo porque el Presidente Rajoy ha tenido que comparecer como testigo por la corrupción en su partido. Es más airoso hablar de Venezuela que de la corrupción de los 800 cargos del PP imputados. Hay ingenuos que les creen. ¿Qué dirán ahora que el grueso de la oposición ha aceptado participar en las elecciones regionales? El pacto entre el PSOE y Podemos en Castilla-La Mancha ha sido presentado por la derecha manchega como el comienzo de la venezonalización de España. Cuánta caradura y cuánta estupidez. Hay gente que les cree. Mientras, el PP guarda silencio ante, por ejemplo, las persecuciones que la dictadura monárquica marroquí hace en España de los disidentes políticos, o encarcela por orden del dictador Erdogan a un periodista crítico con la dictadura turca. ¿Nos va a decir alguien que a estos gobiernos les interesan los derechos humanos?
Conclusión: no hace falta comulgar, ni mucho menos, con Maduro y su manera de hacer las cosas, para no aceptar el golpe de estado que se quiere construir en Venezuela. Estamos hablando de no volver a cometer los mismos errores creyéndonos las mentiras que construyen los medios. Venezuela tiene que solventar sus problemas dialogando. Y es evidente que tiene problemas. Pero dos mitades enfrentadas no van a ningún lado monologando. Aunque a una parte le apoyen los países más poderosos del ámbito neoliberal. Ni el PP ni la derecha quieren diálogo. Quieren que Maduro se entregue. ¿Y cree alguien que los ocho millones de votantes de la Asamblea Constituyente se iban a quedar de brazos cruzados? El nuevo gobierno les reprimiría e, incluso, les asesinaría. Los medios dirían que la democracia venezolana se estaría defendiendo de los enemigos de la democracia. Y volvería a haber gente ingénua que les creería. Desde el resto del mundo, en nombre de la democracia, bastan dos cosas: exigir y alentar el diálogo en Venezuela, y entender que sería bueno no permitir ni al PP ni a las derechas internacionales, empezando por Donald Trump, reeditar una de sus miserias más horribles que consiste en sembrar dolor en otros sitios para ocultar el dolor que construyen en nuestros propios países.

martes, 8 de agosto de 2017

EL PUEBLO VENEZOLANO ASUMIÓ UNA ESTRATEGIA DE RESISTENCIA.....








“EL PUEBLO VENEZOLANO ASUMIÓ UNA ESTRATEGIA DE RESISTENCIA POPULAR PROLONGADA CONTRA LA GUERRA ECONÓMICA DE LA BURGUESÍA”
Contacto con Marcelo Lischinsky, desde Mérida, Venezuela, 1º de agosto de 2017.

Desde el Estado de Mérida, Marcelo Lischinsky, uruguayo-venezolano, director de la escuela de gobierno “Hugo Chávez Frías” de Mérida, en contacto con mañanas de radio analizó el resultado de las elecciones del pasado domingo. Lischinsky se refirió a la quema de centros de votación por parte de la ultraderecha fascista y a los centros provisorios que se debieron instalar en ómnibus. Indicó que el ejército tenía la orden de replegarse y no enfrentarse. También se refirió al bloqueo informativo de las televisoras privadas al evento electoral, que llegado el momento no tuvieron más remedio que informarlo. Hubo barricadas con gente armada impidiendo que los chavistas fueran a votar. Destacó la resistencia al bloqueo económico interno y externo. “La resistencia popular prolongada al bloqueo de la burguesía es por la conciencia de clase que ha ido creciendo”, sostuvo. Transcribimos la nota que puede volver a escuchar aquí:
http://www.ivoox.com/marcelo-1-8-2017-audios-mp3_rf_20131677_1.html

Hernán Salina: Estamos en contacto con Venezuela, tenemos un contacto directo con territorio venezolano, con el Estado de Mérida, la ciudad de Mérida, me corregirá Marcelo Lischinsky, este uruguayo - venezolano que conoce la audiencia de la 36, que estuvo hace pocos años en el proceso de inicio de la Asamblea Popular y que ahora está en el área de formación de gobierno, de la gobernación de Mérida precisamente y es militante del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Conversábamos el sábado en la previa con él, ahora lo estamos recibiendo para una primera evaluación de lo que dejó la jornada de votación del domingo y la nueva etapa política instalada con esa elección.

Buen día, un gusto recibirte de vuelta Marcelo.


Marcelo Lischinsky: Buen día Hernán. Un fuerte abrazo para todos los compatriotas y para todos los compañeros de la Unidad Popular y todos los usuarios de la Radio CX36 Centenario, la radio Imprescindible.
Un fuerte abrazo, una alegría enorme estar en contacto con ustedes otra vez y estoy a las órdenes para lo que me quieran preguntar en relación a la heroica jornada que vivió la Revolución Bolivariana y el chavismo popular revolucionario el pasado 30 de julio.

HS: Ubicanos brevemente, Marcelo, ¿estás en la ciudad de Mérida también? Sabemos que en el Estado. ¿Y en qué parte de la geografía venezolana corresponde Mérida?


ML: Bueno, yo ahora mismo estoy en mi oficina, en este momento me estoy desempeñando como Director de la Escuela de Gobierno "Hugo Chávez Frías" que fue creada -nosotros participamos en la fundación de esa Escuela en el 2014- casualmente el 6 de agosto va a cumplir 3 años. Y esta Escuela se dedica a la formación sociopolítica de los trabajadores de la gobernación pero también apoya en la formación sociopolítica de los distintos destacamentos de vanguardia, colectivos y organizaciones del poder popular vinculadas todas por supuesto al proceso revolucionario. Entonces, tenemos toda una cosa de formación política y esa es nuestra razón de ser y existir.
Mérida es uno de los tres Estados de los Andes venezolanos. Como todos sabemos la Cordillera de los Andes arranca desde Chile y termina en Venezuela. La parte de los Andes venezolanos tiene tres Estados. El Estado de Táchira que es fronterizo con Colombia, el Estado de Mérida un poco más adentro y el Estado de Trujillo. Nosotros estamos en el medio de los tres Estados que es el Estado de Mérida. La capital del Estado es la ciudad que lleva por nombre el Estado, la ciudad de Mérida es la capital del Estado y el Municipio es Libertador.
Entonces, me estoy desempeñando en lo institucional, en cuanto a responsabilidades de gobierno con la Escuela de Gobierno “Hugo Chávez Frías”, al frente de su dirección desde que se fundó la escuela.
Nosotros realmente fuimos los que tuvimos un papel allí en la fundación de la escuela, en la preparación de un proyecto que fue aprobado por el gobernador y luego se aprobó.
Y bueno, en lo militante, yo soy militante del Partido Socialista Unido de Venezuela. Estoy en un Municipio que es muy cercano. Digamos, es como si yo estuviera en Canelones, es como una ciudad dormitorio que se llama Ejido y el Municipio se llama Campo Elías, que es un Municipio que también tiene una parte agrícola importante en el Estado. Está apenas a unos 30 o 40 minutos de Mérida y es el tercer Municipio más importante del Estado de Mérida.
Mérida tiene una población aproximada de 1.100.000 habitantes y el Municipio donde yo formo parte, donde trabajé en la Constituyente el 30 de julio, es el Municipio Campo Elías, que hace nombre por un español que se sumó a las filas del Bolívar en la lucha por la independencia y cumplió un papel muy importante en el proceso independentista venezolano del período colonial.
Entonces, bueno, yo estaba ahí en Ejido que es la capital.
Por cierto en Ejido sufrimos la mayor agresión del fascismo contra el proceso electoral. Fue donde más centros de votación fueron tomados por la fuerza y fueron quemadas las máquinas de votación y los materiales electorales por las bandas fascistas terroristas de la ultra derecha venezolana. De hecho yo mismo me tuve que mudar del apartamento donde alquilo una habitación a un compañero, le alquilo una habitación de residencia, y me tuve que mudar de esas residencias porque son dominadas por la ultraderecha, unas residencias allí muy viejas en Ejido (...) vinculado a ellas, y en frente había un centro de votación que fue destrozado.
Ustedes se preguntarán: ¿pero el Plan República, las Fuerzas Armadas venezolanas no tenían tomado el control?
Sí, pero en este país el tema de la prevalecencia de los derechos humanos es fundamental. Entonces, aunque estaban armados con sus fusiles de guerra AK-103, hicieron algunos disparos al aire, pero igual cuando ellos se metieron, en todo el país, quemaron 150 máquinas de votación, en todo el país agredieron e incendiaron 200 centros de votación de los 13.400 que fueron habilitadas por el CNE, 200 fueron quemadas y destruidas por las bandas del fascismo.
Entonces todos centros de votación del Centro de Ejido, de la capital del Municipio, tuvimos que reagruparlos en los espacios donde funciona una empresa estatal de transporte público que se llama Tromerca y que funciona con sistema de trolebús y con autobuses de los que hemos comprado fundamentalmente a una empresa china, que han resuelto mucho el tema del transporte público en Venezuela, y es una empresa estatal de transporte. Que es baluarte y bandera de los logros de la Revolución en el Estado de Mérida.
Y ahí tuvimos que instalar todas las mesas de votación de todos los centros que fueron destruidos por la ultraderecha fascista en la capital del Municipio, en Ejido, donde yo vivo.



Diego Martínez: ¿Qué pasa con los medios? ¿Cuál ha sido el papel durante la jornada del domingo y cuál ha sido el papel luego de la misma? ¿Cómo funcionan?

Te pregunto esto porque se habla de dictadura en Venezuela, no conocemos dictadura que no controle todos los medios de comunicación.

ML: Bueno, el día 30 de julio...

HS: Y están diciendo que van a tomar medidas con Venevisión y otros canales.


ML: Sí, bueno, lo que quería decir, para terminar de cerrar la idea. Dirán: ¿por qué no impidió con las armas, el Ejército, que tomaran los centros de votación? Porque nosotros no íbamos a producir una masacre disparándole a manifestantes por muy armados que estuvieran. De modo que el Ejército se retiró y dejó que los destruyeran. Eran las instrucciones que tenían.
Y quiero decirles esto para, hablando de dictadura, quiero que ustedes se imaginen una dictadura como la que teníamos en el sur permitiendo que una instalación custodiada militarmente, fuera tomada por bandas armadas con armas de fuego y en lugar de reprimirlas con las armas de guerra, la orden que tuvieron fue replegarse y dejar que hicieran lo que quisieran.
Bueno, esa era la orden que tenían acá en Venezuela, de modo que es muy particular esta dictadura fascista que ellos dicen que tenemos acá, risible por lo demás.
Ahora, fíjense lo siguiente, los medios de comunicación, el día 30 de julio, lo decía Diosdado, lo decía Jorge Rodríguez, nos hizo recordar como nunca antes el 11 de abril cuando dieron el golpe de Estado al comandante Chávez. Que mientras el pueblo chavista, no el 11, el 13 de abril cuando 47 horas después de que el presidente Chávez había sido hecho prisionero y llevado a la isla de La Orchila donde no lo mataron porque hubo una división de los militares y amenazaron con matarse unos contra otros si algunos disparaba contra el comandante Chávez, recordar esas cosas es importante.
El 13 de abril, cuando se da el levantamiento y todo el mundo se va a Miraflores a pedir que vuelva Chávez, las televisoras privadas estaban pasando comiquitas (dibujos animados), Tom y Jerry estaba pasando Univisión por ejemplo.
Bueno, casualmente el 30 de julio hubo una autocensura brutal, un bloqueo informativo total de las televisoras privadas al proceso electoral que se estaba viviendo en el país. Se dedicaron a pasar programas de farándula, películas y comiquitas. Todos, Televen, Venevisión, Globovisión que prácticamente se dedicó a dar noticias internacionales y tuvieron un bloqueo informativo hasta que llegó un momento en que no tuvieron más remedio que sacarlo porque era inocultable lo que estaba pasando en el país.
Y que fue los 8 millones, que fueron mucho más de 8 millones, 8.089.320 votos fue lo que logramos efectivamente.
Pero quiero decirles que se estima que 1 millón de venezolanos más, de compatriotas, de chavistas, de militantes del proceso, intentaron llegar a los centros de votación y no pudieron por las guarimbas fascistas. Porque aun en pleno día del proceso electoral, hubo barricadas con gente armada esperando que los chavistas trataran de pasar, y tuvimos historias heroicas como gente que pasó por trochas -como les decimos acá en Venezuela e igual se le dice en Colombia- por trochas, por la montaña para poder evadir y hacer unas enormes vueltas con personas de tercera edad para poder burlar las barricadas del fascismo y llegar a los centros de votación.
Nosotros nos reagrupamos en la empresa de transporte público Tromerca, me tocó estar y tener el honor de estar en la organización de las colas, tuvimos que organizar 4 colas porque nada más de la tercera edad teníamos dos colas de personas, de abuelitos y abuelitas, que estuvieron estoicos desde las 6:00 de la mañana esperando para votar y con la contingencia electoral que sufrimos, con la quema de los centros de votación que todos, en Campo Elías fue el Municipio más grave del país de los 333 Municipios que tiene el país.
Tuvimos que reagrupar todos los centros de votación desde la capital, del casco central de Ejido, en Tromerca. Es decir, hubo que instalar más de 28 mesas de votación en un solo espacio improvisando todas las instalaciones para poder hacer el proceso electoral. Y sin embargo a las 9:00 de la mañana había miles de abuelitos, de abuelitas y de personas en general, de todas las edades haciendo cola.
Por supuesto, nos ayudó mucho el tema de las redes, inmediatamente todo el mundo empezó por las redes a decir "¡Todos a Tromerca!", "La votación será en Tromerca", "Rondón votará en Tromerca".
Cuando hablo de Rondón, ustedes habrán escuchado hablar mucho que Rondón no ha salido. Rondón hace referencia a un momento de una batalla en la que estábamos perdiendo en la independencia y Bolívar dijo: "Estamos perdidos, ya nos han derrotado".
Y uno de los comandantes se presentó, que era Rondón y le dijo: "No, libertador, no estamos derrotados, todavía Rondón no ha salido".
Y entonces le dijo el libertador: "Pues salga a pelear con toda su (...) para ver si logramos revertir"
Rondón sale a pelear contra los españoles, logra romper un anillo que le tenía a la fuerzas independentistas, y a partir de ese momento se hace un movimiento de reagrupamiento de las fuerzas, se logran revertir las condiciones de la batalla y finalmente las fuerzas (...) salen victoriosas.
Esa es la leyenda de Rondón que tanto habrán escuchado ustedes hablar de que Rondón no salió a pelear en estos 120 días al fascismo, Rondón no salió a pelear porque todos los colectivos de las organizaciones revolucionarias que están en capacidad de salir a pelear en otros términos en Venezuela, para no entrar en detalles, no lo hicimos porque hay llamado de la paz y a evitar una guerra civil que provoque justificar una intervención del imperialismo norteamericano y de la OTAN.
Entonces, tuvimos que mantener con pulso y con mucha paciencia estratégica y revolucionaria las provocaciones del fascismo, los 29 chavistas que fueron detenidos, atados y rociados con gasolina y quemados vivos. Yo sé que es duro decir esto al aire en Uruguay, pero eso lo vivimos en Venezuela.
Solamente yo pertenezco al Bloque del Colectivo Revolucionario, el BCR en Mérida, y aquí en Mérida nos mataron a 3 compañeros de nuestras filas, de nuestra militancia.
Y bueno, forma parte su sangre, y la sangre de todos, forma parte de la sangre de los mártires de todos nuestros tiempos, de todas nuestras luchas que corren por nuestras venas y templan todos los días nuestra determinación revolucionaria de seguir adelante con este proceso.



HS: Marcelo, dos preguntas para redondear este contacto.

Primero, en lo general, la evaluación política, ¿qué significado te parece que hay que darle a esa votación masiva que se dice que incluso sorprendió a la propia conducción política del país, del proceso bolivariano? ¿Qué sentido te parece que tiene esa masiva concurrencia a votar?

ML: Mira, para mí el sentido que tiene, lo he dicho en muchas partes y lo he tratado de explicar, que el chavismo ha resistido tanto a la guerra económica de la burguesía que nos hizo pasar hambre el año pasado, tenemos que decirlo, por desabastecimiento. Y este año, aunque el abastecimiento ha mejorado, la guerra de la burguesía contra el pueblo ahora es una guerra de precios.
Entonces, el pueblo ha tenido un desgaste social y económico, nosotros hemos sido sometidos a una masacre económica de la burguesía contra el salario real de los trabajadores venezolanos.
Entonces, por qué el pueblo se ha mantenido con semejante nivel de firmeza y determinación a la defensa del proceso a pesar de las condiciones materiales tan difíciles que nos han tocado vivir, lo que hemos llamado un bloqueo económico interno de la escuela de gobierno, lo hemos dicho así en los talleres. Hemos sufrido un bloqueo económico externo y un bloqueo económico interno.
Bueno, porque el pueblo chavista se encuentra en un Estado de resiliencia. Es decir, cuando un pueblo pasa de un estado de resistencia a un estado de insurgencia. Y la resiliencia la gente lo explica como un estado de elevación espiritual por encima de las dificultades materiales desde el cual el pueblo ha decidido asumir una estrategia de resistencia popular prolongada contra la guerra económica de la burguesía.
Un pueblo que se ha mantenido, precisamente por un estado espiritual de mucha lealtad al legado y a la memoria del comandante Chávez en primer lugar. En primer lugar por eso, pero además por un estado, por una consciencia de clase que ha ido creciendo a la luz y al calor de la lucha de clases que hemos tenido contra la burguesía en todo este tiempo, que la ha sufrido el pueblo de una manera notable, fundamentalmente desde el 2015 hasta ahora y muy especialmente en el 2016 donde tuvimos una pérdida de peso promedio de 15 kg. por persona y por habitante en Venezuela. Es bueno que lo sepan, yo personalmente perdí 25 kg. el año pasado en 3 meses, y lo comparto con ustedes. Llegamos a comer una sola vez al día y mal, durante meses.
Entonces, todos hemos resistido la guerra con hambre contra la burguesía.
De modo que el pueblo tiene tanta consciencia de clase, de que está resistiendo a una guerra económica de la burguesía, que lo único que procura es hacerlo claudicar por hambre y necesidades, de su determinación de ser libre, de lograr la emancipación, de consolidar su liberación nacional y su independencia y de finalmente construir el socialismo para superar la esclavitud asalariada del capital.
Yo creo que lo que hay es un pueblo que se ha mantenido firme en la defensa del legado del comandante Chávez, de las conquistas fundamentales de la Revolución Bolivariana, más allá de todas nuestras incongruencias, de todas nuestras inconsecuencias y de todas nuestras vacilaciones.
Porque también valga decir que estamos en un proceso de depuración interna, y lo decimos así, de depuración contra la corrupción, contra los que se ponen la bobina roja y quieren mostrarse todos rojos, hasta los calzoncillos se ponen rojos si es necesario, pero es una cobertura, una coartada para no mostrar lo que realmente son. Y tenemos funcionarios así que han caído en corrupción.
Tenemos dos fenómenos, los principales dos enemigos de la revolución en este momento, si tuviera que definirlos son la corrupción y el reformismo. La corrupción que daña y socava las bases morales de la revolución. Y el reformismo que sigue jugando a un colaboracionismo de clase con una burguesía que hace rato ha decidido que su único interés estratégico es sepultar la Revolución Bolivariana por cuanto su carácter socialista. Ya fue definido por el comandante Chávez, en lo programático en el propio plan de la Patria, y definitivamente esta Constituyente tiene que ser la herramienta del poder constituyente originario del pueblo venezolano que nos permita dar un salto cualitativo tanto para consolidar la fase de la liberación nacional como para avanzar en la construcción del socialismo venezolano.
Entonces el pueblo salió a dar una lección, una lección hermosa. Podemos decir que tuvimos una intifada electoral chavista contra la corrupción y el reformismo y por la revolución y el socialismo.
Eso fue lo que tuvimos el 30 de julio en la República Bolivariana de Venezuela



HS: Muy buen resumen, Marcelo, un buen análisis que da para seguir sacándole punta.

Tenemos que cerrar, se nos terminó el tiempo, a cuenta de futuros contactos para seguir profundizando todo esto.
Marcelo, muchas gracias por estos elementos que nos has volcado, un abrazo y hasta un próximo encuentro

ML: Un abrazo para todos y todas en el equipo de la Radio. Un fuerte abrazo a mi diputado Eduardo Rubio por quien tuve el honor de votar en el 2014 y ser delegado de mesa en la Escuela Kennedy por la agrupación Buceo - Malvín por la Unidad Popular.
Un fuerte abrazo para toda la militancia de la Unidad Popular en general y muy especialmente a la militancia del Movimiento 26 de Marzo en particular.


Tomado de: http://www.radio36.com.uy/

lunes, 7 de agosto de 2017

¿Por qué es legítima la Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela?


cubadebate.cu


Venezolanos salen a las calles para apoyar el proceso constituyente. Foto: Agencias.
Venezolanos salen a las calles para apoyar el proceso constituyente. Foto: Agencias.
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Derrotados en las urnas el 30 de julio por más de 8 millones de infantes de la paz, el imperio y sus adláteres en Venezuela y en otros sitios han iniciado la nueva etapa de su arremetida para destruir la Revolución Bolivariana.
Intentaron boicotear el proceso más democrático que pueda realizarse en cualquier país: la elección por la gente, a través del voto secreto, libre y directo de una asamblea nacional constituyente con poderes soberanos plenos.
Desde 1999 el imperio y la oligarquía venezolana no han parado mientes en su empeño de destruir el proyecto emancipador bolivariano y chavista. Pero nunca como ahora actuaron con tanta alevosía y desenfreno. Las tropelías recientes son conocidas. El emperador acaba de sancionar al digno presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro Moros. Cayeron todas las máscaras. Incluso las de varios presidentes latinoamericanos, que se han convertido en cómplices del plan imperial, cargado de imprevisibles consecuencias para la paz regional y los principios sagrados de soberanía y autodeterminación de las naciones.
Luego de la elección de la ANC, han comenzado a utilizar el subterfugio previsto para escalar la agresión. Pretenden deslegitimar a la ANC con el argumento de que la abstención superó el 58 %. Y los más torpes, como Henry Ramos Allup, Henrique Capriles Radonski, Julio Borges y otros voceros de la contrarrevolución aducen que solo votaron algo más de 2 millones de electores
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La noticia no es el monto de la abstención. Lo extraordinario es que ejercieran el voto más de 8 millones de personas, a pesar de los estragos provocados por la inhumana guerra económica, y a contrapelo de miles de acciones violentas, más de 100 crímenes horrendos, cientos de heridos, sanciones contra figuras del Estado, y las campañas mediáticas fascistas ejecutadas por el imperio y la contrarrevolución.
Hubo presiones insólitas vísperas de los comicios, como la amenaza del presidente Trump de que adoptaría sanciones económicas “rápidas y firmes”, si el gobierno de Venezuela seguía adelante con la Asamblea Nacional Constituyente. También aplicaron castigos a varios funcionarios del Estado y jefes militares e hicieron la advertencia pública al personal diplomático estadounidense en Venezuela, para que abandonara urgente el país ante la inminencia de acontecimientos imprevisibles en un país supuestamente anarquizado.
Tal cruzada para aterrorizar al pueblo venezolano a fin de que no saliera a votar, en verdad reflejó el temor a que este ejerciera el poder de modo directo y soberano por medio de la ANC.
El acoso, los crímenes y las amenazas levantaron aún más la hidalguía de mucha gente. 8 millones 69 mil 320 venezolanas y venezolanos nadaron a contracorriente del maremoto de violencia y falacias mediáticas generado por el imperio. Y triunfaron. A pesar de tales circunstancias sufragó el 41,5 % de los electores. Una proeza histórica.
Al ejercer el voto y no sucumbir ante el terror y la coerción, ellos reafirmaron el coraje y la sabiduría del pueblo bolivariano. Enviaron un mensaje inequívoco al mundo: Votaron por la paz, y por el derecho de decidir por sí mismos su destino.
¿Acaso la abstención del 58,5% hace ilegítima la elección de la ANC? ¿Es inusual ese nivel de abstención en Venezuela? La respuesta podemos hallarla al comparar el actual proceso constituyente con el de 1999.
Es asombroso que dieciocho años después, luego que el imperio empleara contra la Revolución Bolivariana buena parte de su arsenal, en esta ocasión el pueblo venezolano, con más madurez política, organización, experiencia y conciencia de su rol histórico, ha tenido una participación numérica y cualitativa más elevada que en 1999.
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Recordemos los tres eventos comiciales del proceso constituyente de 1999. Entonces la Revolución daba sus primeros pasos y el gobierno de los Estados Unidos suponía que el joven presidente electo Hugo Chávez no era un peligro para sus intereses en Venezuela y menos a escala continental y global.
Los presidentes de los Estados Unidos (Bill Clinton), Gran Bretaña (Tony Blair), España (José María Aznar), Colombia (Andrés Pastrana), Argentina (Carlos Saúl Menem), Brasil (Fernando H. Cardoso) y otros, todos defensores del neoliberalismo y de la democracia burguesa tradicional se acercaron a Chávez y buscaron comprometerlo. Adoptaron una postura de apariencia neutral y en buena medida respetaron el proceso político venezolano, hasta que en septiembre de 2001 el nuevo gobierno estadounidense (G.W. Busch) decidiera derrocar a Chávez y destruir a la Revolución Bolivariana.
Vinieron después los numerosos sucesos e intentos conocidos: golpe de Estado de abril de 2002, golpe petrolero de diciembre 2002 y enero 2003, financiamiento y asesoría electoral a ONG’s y partidos opositores para derrotar a Chávez en el referendo revocatorio de 2004 y en posteriores elecciones, guarimbas, intentos para asesinar al líder bolivariano, uso de paramilitares colombianos, presiones y maniobras diplomáticas, sanciones a figuras bolivarianas, acciones subversivas copiadas de las llamadas revoluciones de colores, campañas contra la figura de Chávez acusándolo de dictador y populista, desconocimiento del gobierno de Nicolás Maduro, declaración de que Venezuela representa una amenaza inusual para la seguridad nacional de los Estados Unidos, guerra económica despiadada, presiones en la OEA para aplicarle a Venezuela la Carta Democrática, boicot al proceso constituyente y al diálogo de paz promovidos por el presidente Maduro. Y todo lo demás que acontece en nuestros días…
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Pero regresemos a 1999, a fin de poder hacer algunas comparaciones.
El primer evento comicial ocurrió el 25 de abril, cuando fue necesario preguntarle a los electores si estaban de acuerdo en que se convocara una ANC, consulta necesaria porque tal variante no estaba incluida en la Constitución de 1961. La abstención ascendió a 62,2%.
Al sumar la cifra de los que no votaron (6’850,747) y los que votaron en contra (300,233) resulta que del total de electores inscritos (11’022,031), se aprobó activar el proceso constituyente por el 35 % de los votantes (4’129,547). ¡El 35%!
El segundo acto comicial se realizó el 25 de julio, para elegir a 128 integrantes de la ANC. O sea, es la elección equivalente a la que acaba de celebrarse.
En aquella ocasión la abstención ascendió a 53,8%. De los 128 escaños a elegir, la alianza chavista (Polo Patriótico) obtuvo 123 y la oposición solo cinco. En porcentaje de votos, el Polo Patriótico sumó 78 % y la oposición 22%.
De los 10’ 986 871 electores, sufragaron a favor de los candidatos del Polo Patriótico 3’ 961 967. De tal modo, el 36 % de los votantes inscritos dieron la inmensa mayoría de los escaños a la alianza chavista. ¡El 36%!
El tercer evento fue el referendo del 15 de diciembre, para aprobar el proyecto de Constitución Bolivariana. Esta vez la abstención ascendió a 55,62%. La Constitución fue respaldada por el 72% de los electores y la rechazó el 22%, entre ellos Julio Borges, Henry Ramos Allup, Henrique Capriles, Antonio Ledezma, Leopoldo López, la cúpula de la iglesia católica, y toda la amalgama de entes políticos que hoy dicen defenderla.
Del total de electores (10’940,596) ejercieron el voto 4’819,056 (44,38%) y se abstuvieron 6’041,743 (55,62%). Por el NO votaron 1’298,105. La suma de esta cifra con los que no votaron, alcanza 7’339,848 (67% de los electores).
En resumen, la Constitución resultó aprobada por el 33 % del total de los votantes inscritos. ¡El 33%!
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Durante el proceso constituyente de 1999 los partidos y otros sujetos políticos de la IV República, al igual que casi todos los medios de comunicación privados de Venezuela y del mundo occidental, y la jerarquía católica, actuaron contra el empeño constituyente. Primero para evitar que fuera convocada la ANC, después para ganar el control de esta y, finalmente, oponiéndose al proyecto de la nueva Constitución y llamando a votar contra él.
Fueron muchísimas las acciones mediáticas al mejor estilo de la Guerra Fría para engañar al pueblo. Por primera vez se acusó a Chávez de ser un dictador por promover el poder soberano de la ANC y se quiso presentar a la Constitución Bolivariana como una copia de la cubana. Hasta Fidel Castro tuvo que ofrecer una conferencia de prensa en La Habana, con medios venezolanos, para desmentir tal absurda campaña.
No es casual, que el 12 de abril de 2002, el dictador Carmona Estanga pisoteara la Carta Magna bolivariana, aplaudido por casi todos los que hoy, de manera impúdica, proclaman ser defensores de ella.
El proceso constituyente de 1999 marca un hito primordial en la historia de la Revolución Bolivariana: de su vientre nació la República Bolivariana de Venezuela. Las cifras que he evocado sobre la baja participación del electorado en los comicios aludidos, resultan intrascendentes ante tal hecho medular. Ese 33% de patriotas que en 1999 legitimaron con sus sufragios la Constitución Bolivariana, encarnan el legado de la nación. Aquel 15 de diciembre muchos salieron a votar en medio de intensas lluvias, que provocaran ese día el desastre natural más grande de la historia venezolana.
El proceso constituyente de 1999 marca un hito primordial en la historia de la Revolución Bolivariana: de su vientre nació la República Bolivariana de Venezuela. Las cifras que he evocado sobre la baja participación del electorado en los comicios aludidos, resultan intrascendentes ante tal hecho medular. Ese 33% de patriotas que en 1999 legitimaron con sus sufragios la Constitución Bolivariana, encarnan el legado de la nación. Aquel 15 de diciembre muchos salieron a votar en medio de intensas lluvias, que provocaran ese día el desastre natural más grande de la historia venezolana.
El 30 de julio pasado, ese mismo pueblo, ahora más consciente, politizado, unido y organizado, lanzó una ráfaga luminosa de 8 millones de mensajes en defensa de la paz, la justicia y la soberanía nacional. Chávez diría, sonreído, “el que tenga ojos que vea…”. Su admirado pueblo otra vez demostró ser el valladar contra la escalada violenta e intervencionista del imperio y sus acólitos, que no va a cesar.
Agresión vasta y sucia, cada vez más peligrosa, que como ha reiterado el presidente Nicolás Maduro no debe ser subestimada. De nuevo el látigo de la contrarrevolución provoca que el pueblo bolivariano, con la guía de sus líderes, avance por el derrotero liberador tan caro y hermoso, que iluminan Bolívar y Chávez.
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En la retórica pública, los voceros de los Estados Unidos y de la contra venezolana no se cansan de repetir que defienden la vía democrática y pacífica. Sin embargo, todo cuanto hacen desnuda el verdadero objetivo: arrasar con la Revolución Bolivariana. No menos. Se conocen los motivos: adueñarse del petróleo, extirpar el ejemplo emancipador de Venezuela y eliminar uno de los gobiernos con mayor influencia en la nueva etapa liberadora que viven los pueblos de nuestra América.
El imperio promueve elecciones cuando resultan convenientes al afán superior de socavar la Revolución, pero no representan su principal medio para lograr el fin último. Están concebidas sobre todo para coronar la victoria, o sea el control total del poder. No importa si ello se consigue sobre miles de cadáveres y víctimas que resulten de la actual escalada de violencia –todavía impredecible–, y de las armas inhumanas de efectos masivos empleadas en la guerra económica –que van a continuar utilizándose y es previsible que estrenen otras.
También es predecible que a partir de que se instale la ANC, van a acelerar y arreciar todos los componentes del plan contrarrevolucionario. El gobierno de los Estados Unidos ha decidido darle jaque mate al proceso bolivariano, y no va a sellar la partida ni aceptar tablas.
La ANC es una pieza fundamental del tablero. Su fortaleza va a depender de cómo se desplace, de la legitimidad que gane ante la opinión pública –sobre todo la nacional, que es la decisiva–, de los temas que aborde y del consenso que logre, y de su capacidad para identificar asuntos medulares y adoptar acuerdos tendentes al desmontaje del plan imperial en sus ejes fundamentales.
El enemigo hará todo para desprestigiar a la ANC y castrarla. Las campañas de mentiras y manipulaciones serán bestiales. Y centrarán el esfuerzo en desconocer su autoridad y en lograr una alta abstención en el referendo destinado a aprobar la nueva Constitución, o tal vez, llamen a votar en contra. Y con seguridad, luego que el pueblo la refrende con su voto mayoritario, dirán que todo el proceso es írrito, y las elecciones amañadas. Por eso lo más sensato es prepararse y actuar para encarar las peores variantes.
Los dirigentes bolivarianos y el pueblo chavista, junto a la FAN, tienen experiencia y capacidad para implementar acciones que derroten tales argucias y propósitos. El mejor antídoto es el prestigio de los integrantes bolivarianos de la ANC, el debate democrático en su seno, la permanente consulta a las bases populares, y los acuerdos del cónclave. Sus mayores retos son derrotar la violencia, lograr el mayor consenso posible de la ciudadanía en torno a la paz, la defensa de la soberanía, la justicia social y jurídica, la democracia para todos, basada en el poder comunal y la solución radical de las causas que provocan la guerra económica.
Del éxito de la ANC dependerá en buena medida el desenlace estratégico de la actual lid y el futuro de la Revolución Bolivariana. Ello está en la base de la audaz y exitosa iniciativa del presidente Maduro. No puede haber espacio para errores o deslices. La fuerza de la ANC es enorme, y por ello sus artífices saben que debe ser conducida desde el pueblo, por el pueblo y para el pueblo, con equilibrio, firmeza y sabiduría. Y sin levantar expectativas mágicas, incumplibles, pues los problemas existentes son muy complejos, el enemigo imperial es poderoso, y habrá que seguir enfrentándolo hasta derrotarlo plenamente.
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La modalidad de cualquier variante de guerra irregular, solo tiene una respuesta lógica: crear fuerzas especiales contrainsurgentes, apoyarse en el pueblo organizado y evitar a la vez caer en el desfiladero de una guerra civil, como muy bien ha logrado la dirección bolivariana.
Los dos ejercicios militares previstos por el Comando Sur de los Estados Unidos, bajo su dirección y con la participación respectiva de un grupo de países caribeños y otro formado por Perú, Colombia y Brasil, no obstante sus objetivos hipotéticos de apariencia inofensiva para Venezuela, representan una amenaza bélica cuya intencionalidad extrema es conveniente registrarla y actuar en consecuencia. Sin alarmismo ni ingenuidad. Y si tales ejercicios militares solo fuesen una acción desestabilizadora bajo el concepto de “amenaza creíble”, el tiempo lo dirá.
La declaración de la Celac suscrita en la cumbre de La Habana, que define a la América Latina y el Caribe como zona de paz, debiera ser esgrimida con más firmeza por los gobiernos que en efecto la profesan. Y convertirse en bandera de los movimientos sociales y de todas las fuerzas interesadas de veras en evitar que Estados Unidos convierta a nuestra América en pasto del terrorismo, y un escenario de guerras sucias, intervencionismo de grandes potencias occidentales y caos, como ha hecho en el Medio Oriente.
Venezuela es hoy el “caso prueba”, que debe definir el predominio de la paz y el respeto a la soberanía, la independencia y la autodeterminación de nuestras naciones.
Felicitemos al bravo pueblo venezolano por la proeza del 30 de julio y bajo el estímulo de esa victoria redoblemos la solidaridad nuestra americana, que urge hacerla más versátil y efectiva. En cada país lo yanquis tienen que sentir el rechazo medular de la gente a sus pretensiones recolonizadoras y los gobernantes cómplices de sus fechorías deben pagar muy alto su entreguismo. Porque el imperio cree que esta vez podrá borrar del mapa el proceso revolucionario que iniciara en 1999 la nueva fase histórica de nuestra América, hacia la conquista de su segunda independencia.
Con seguridad van a surgir escenarios más complejos y peligrosos. Los seguidores de Bolívar y Chávez son mayoría en Venezuela, poseen la fuerza de la razón histórica y enfrentan con tenacidad, unión e inteligencia los embates de la contrarrevolución. Desarrollan sus acciones sin dejarse arrastrar por las provocaciones y no rehúyen encarar sus propios errores y debilidades, ni enfrentar a los traidores.
La Revolución Bolivariana dispone del potencial necesario para vencer y avanzar en el camino del Plan de la Patria trazado por Chávez. Y ante los crecientes ataques enemigos, su dirección cívico-militar pareciera que se guía por un conocido axioma: a grandes problemas, grandes soluciones… Sea.
La Habana, 2 de agosto de 2017

martes, 1 de agosto de 2017

Gana la democracia en Venezuela


 


Más de ocho millones de venezolanos acudieron a las urnas para elegir a los delegados de la Asamblea Nacional Constituyente. Foto: Luis Franco/ Correo del Orinoco.
Más de ocho millones de venezolanos acudieron a las urnas para elegir a los delegados de la Asamblea Nacional Constituyente. Foto: Luis Franco/ Correo del Orinoco.
Yo no comparto las reglas de la representación electoral en España y, sin embargo, ejerzo mi derecho a votar. De ninguna manera se me habría ocurrido hablar de fraude ni de dictadura a pesar de que la proporcionalidad electoral no exista. Cada voto en España, según el lugar donde votes, vale diferente. Pero esto no quiere decir que España tenga un régimen totalitario. La democracia está vigente desde hace décadas, aunque podamos cuestionar la matemática electoral.
Con la Asamblea Nacional Constituyente, se cumple la cita electoral número 21 de Venezuela en 18 años. El promedio es superior a más de una elección por año. El chavismo ha vencido en 19 de ellas. En las dos derrotas, se reconocieron los resultados. La democracia en Venezuela en el plano electoral siempre ha sido un rasgo característico de este proceso revolucionario y jamás ha sido puesto en tela de juicio por el propio gobierno. En el próximo diciembre habrá elecciones a gobernaciones regionales. También se votará para refrendar el texto constitucional resultante y luego, como corresponde, se llevará a cabo la cita electoral presidencial.
Toda discusión sobre las normas para la elección de la Constituyente es bienvenida. Cabe todo en este debate, siempre y cuando sea por la vía pacífica y política. Estar en desacuerdo es tan legítimo como apoyar esta cita electoral. La democracia es eso: confrontar propuestas incluso en la fórmula para elegir a los representantes de la ciudadanía. Lo que está absolutamente tirado de los pelos son esos titulares que hablan de “jaque a la democracia”, “dictadura” o “régimen totalitario” para caracterizar un proceso electoral que lo que hace es invitar a la gente a votar.
Y finalmente lo que pasó es que el pueblo venezolano salió a votar sin miedo; 8 millones 89 mil 320 venezolanos dieron su visto bueno a la Constituyente (41,53%), muy cerca del récord histórico (que obtuvo Chávez en 2012). Muchos lo hicieron porque son fieles chavistas y están dispuestos a dar su voto en cualquier circunstancia. Ahí estarán seguramente los más de 5 millones y medio que ya lo hicieron en las elecciones parlamentarias del 2015 a pesar de las dificultades económicas. Pero además habrán acudido a votar todos aquellos que tuvieron algunas críticas al chavismo, o que tenían cierto descontento, pero que ahora están absolutamente hartos de la violencia de esa minoría opositora que ha impedido que exista vida cotidiana. Este es un bloque importante que la oposición no ha sabido seducir en este tiempo desde las últimas legislativas, sino más bien todo lo contrario: los ha ahuyentado para que nuevamente vuelvan al lugar en el que antes estuvieron, con el chavismo. Indudablemente, esta elección demuestra algo que la oposición, nacional e internacional, no quiere aceptar: el chavismo como identidad política sigue estando muy presente en el país.
La realidad es que las elecciones en Venezuela no se ganan con tanta mentira desde afuera ni con exceso de violencia adentro. El pueblo venezolano hace muchos años que se siente plenamente emancipado y no vota por lo que diga la prensa hegemónica internacional. Menos mal. Y esto es lo que no logran entender desde los centros tradicionales de poder. La gente vota según confíen en unos u otros más allá de lo que diga la CNN, El País, el FMI, Trump, Peña Nieto o Santos.
Una vez más ganó la democracia en Venezuela. Sí, la democracia. Un país en el que vota la gente, según los cánones liberales, es que vive en democracia. En Venezuela, la democracia representativa se aplica al pie de la letra. La cita electoral a la Constituyente es una muestra más de ello. Y se pone así el foco en lo que viene por delante con el objetivo de seguir construyendo un país que nada a contracorriente y que tiene múltiples desafíos que atender. La Constituyente tendrá que dar nuevas respuestas a las nuevas demandas que el pueblo venezolano tiene.
La política en Venezuela abre de nuevo sus puertas para que los conflictos se resuelvan por esta vía y no por otra. Los votos seguirán siendo los que determinen el futuro del país a pesar que otros prefieran las balas. Así no, gracias.
(Tomado de CELAG)