viernes, 27 de diciembre de 2019

Atilio Borón: Vargas Llosa, discípulo de Goebbels





cubadebate.cu


12-15 minutes

26 diciembre 2019 |



Mario Vargas Llosa. Foto: EFE.

En su reciente entrevista concedida al diario O Estado de Sao Paulo el escritor volvió a repetir sus fatigosas letanías sobre la política latinoamericana asegurando que “los argentinos van a lamentar enormemente la derrota de Mauricio Macri”.[1] No sólo eso: volvió a calificar como una “tragedia” el triunfo de Alberto Fernández y atribuyó esa –para él infausta– decisión de votar al Frente de Todos a una supuesta vocación suicida de los argentinos. Abundando en el tema afirmó que “esa vocación suicida es algo verdaderamente extraordinario, pues ya se sabe que todos los problemas actuales del país fueron causados por el peronismo”.

La verdad es que dudé mucho antes de sentarme a escribir una respuesta a sus dichos. Pero habida cuenta de que estas “ocurrencias” –ese producto semi-intelectual que debe diferenciarse de las “ideas”– del narrador adquieren una enorme difusión gracias a la acción concertada de la oligarquía mediática mundial me pareció que valía la pena saltar al ruedo y refutar su discurso. La confusión y el embrutecimiento que promueve en la opinión pública exige prontas respuestas a sus venenosos ataques.[2] Me concentraré en tres temas.

Primero, sería insólito o estúpido que los argentinos nos lamentásemos por la derrota de un gobierno que sumió en la pobreza al 40,8 % de la población y ha dejado al otro 35 % apenas por encima de la línea de pobreza (LP), cosa que normalmente se soslaya en muchas intervenciones periodísticas y académicas. Como si el 60 % restante “no pobre” estuviera constituido por sólidas clases medias o ricachones de abultada billetera. ¡No! Buena parte de ese conglomerado lo conforman gentes que en cualquier momento se hunden por debajo de la LP. Con cierto optimismo podríamos aventurar que tal vez haya un 25 % que no son pobres ni están en riesgo de serlo. Pero el resto está caminando sobre el filo de la navaja, apelando a diario a mil estrategias para evitar hundirse por debajo de la LP. Un dato adicional ilustra lo que decimos: 6 de cada 10 niños argentinos es pobre. Incurriría en el mal gusto de la reiteración si volviera a exponer aquí los archiconocidos datos sobre la crisis económica y la emergencia nacional en que nos ha dejado el gobierno de Macri: caída de los salarios reales y los haberes jubilatorios, impresionante número de pymes que cerraron sus puertas, derrumbe del PBI, tarifazos a destajo en los servicios públicos, inflación descontrolada y un fenomenal endeudamiento externo, vehículo para practicar una fuga de capitales sin precedentes que constituye una marca a fuego del carácter corrupto del gobierno de Cambiemos. La tragedia es la que hemos sufrido estos últimos cuatro años de gobierno de su amigo Mauricio, no la recién inaugurada gestión de Alberto Fernández cuyo signo en el sentir popular es la esperanza. En suma: ¡nada de lo que debamos lamentarnos!

¿Puede un hombre como Vargas Llosa ignorar datos tan elementales como estos? Imposible. Descartemos esa hipótesis. Sus críticas son expresión de la fanática obcecación de un converso o, peor aún, de alguien a quien le confirieron la misión de execrar todo lo que contraríe al paradigma neoliberal, aunque para ello deba mentir y barrer la realidad debajo de la alfombra.

Segundo, hay una afirmación que insulta la inteligencia de sus lectores cuando sentencia que todos los problemas de este país fueron “causados por el peronismo”. ¿Cómo desconocer que la Argentina padeció desde 1930 sucesivos golpes de estado, todos los cuales tuvieron como signo distintivo la aplicación de los preceptos económicos del liberalismo? La dictadura de los años treinta tuvo esas características, como la de 1955 que abrió de par en par las puertas del país al FMI; la de 1966, pomposamente llamada “Revolución Argentina” promovió las ideas que el autor de Tiempos Recios abraza con singular fervor. A las anteriores hay que sumar la genocida junta del mal llamado “Proceso” que tomó por asalto el poder en 1976, dejó al país económica y socialmente deshecho, desapareció a 30 mil personas, alejó por décadas la posibilidad de recuperar las Islas Malvinas e hizo del neoliberalismo y su consigna principal: “achicar el estado es agrandar la nación” el pilar de toda su política económica y social. Como si lo anterior fuera poco un gobierno peronista travestido, el de Carlos S. Menem adhirió a esa nefasta doctrina con fervor. Una estudiosa del tema comprueba que “en los cincuenta años transcurridos desde el ingreso de nuestro país al organismo (el FMI) en 1956 hasta el pago total por adelantado de la deuda pendiente desde la crisis de la convertibilidad en 2006, la Argentina estuvo bajo acuerdo (con el FMI) durante 38 años.” [3] A estos hay que añadir los dos años más en los cuales la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, se convirtió en la verdadera Ministra de Economía del gobierno de Macri. Por eso nuestra decadencia económica y social se explica muchísimo más -por no decir en su totalidad- por esos cuarenta años de “co-gobierno” entre la Casa Rosada y el FMI que por los errores que, como cualquier otro gobierno, pudo haber cometido el peronismo en cualquiera de sus cambiantes concreciones históricas, el alfonsinismo de inicios de la reconstrucción democrática e inclusive la nefasta Alianza de finales del siglo pasado.

Tercero y último: alguna lectora o algún lector podría preguntar qué diantres tiene que ver Joseph Goebbels en todo este asunto. Respuesta: mucho, porque el autor de La tía Julia y el escribidor demuestra conocer muy bien las tácticas comunicacionales del Ministro de Propaganda de Hitler (y doctor en Letras por la Universidad de Heidelberg, ¡ojo con la academia y los “hombres de letras”!). Una de las frases que resume el pensamiento del jerarca nazi dice textualmente que “la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: ‘Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad’”. Eso es precisamente lo que hace Vargas Llosa con la maestría que le otorga su dominio del lenguaje: manejar unas pocas ideas y repetirlas hasta la saciedad “sin fisuras ni dudas”. Como cuadra a todo fanático su discurso está herméticamente sellado y los incómodos datos de la experiencia no hacen mella en la gruesa coraza de su ideología. Sus mentiras se repiten incansablemente, como aconsejaba Goebbels. La tenacidad militante de Vargas Llosa es admirable, lástima que esté al servicio del mal. Gracias al inmenso poderío de los medios de comunicación hegemónicos esas mentiras se convierten en verdades indiscutibles, o en un “sentido común” difícil de desafiar. Hacerlo es visto como un acto temerario, casi como un sacrilegio. Pese a ello su ensayística es una artificiosa construcción que se derrumba como un castillo de naipes ni bien se la contrasta con el análisis histórico o la elocuencia de las estadísticas. Por algo en los últimos cuarenta años sólo en contadísimas ocasiones se lo ha visto debatir sus ideas, y casi siempre con benévolos interlocutores cuidadosamente seleccionados. Resumiendo: las afirmaciones contenidas en la entrevista que hemos analizado son pura y simple propaganda, imbuidas de un odio y un resentimiento que mucho dicen sobre la naturaleza de los tiempos que corren en donde el hundimiento del neoliberalismo es un dato absolutamente insoslayable que enfurece y ofusca la mente. del escritor peruano. Tendrá que acostumbrarse.
Notas:

[1] La nota se publicó en O Estado de Sao Paulo el 22 de diciembre y se reprodujo horas después en lengua castellana en Clarín. Disponible en https://www.clarin.com/politica/mario-vargas-llosa-argentinos-van-lamentar-enormemente-derrota-mauricio-macri-_0_42-G4vHQ.html

[2] Una refutación completa de sus artificios propagandísticos se encuentra en mi El Hechicero de la Tribu (Madrid, Buenos Aires, México: AKAL, 2019)

[3] 1 Noemí BRENTA, Argentina atrapada. Historia de las relaciones con el FMI 1956-2006 (Buenos Aires, Ediciones Cooperativas, 2008)

(Tomado del blog Atilio Borón)

Atilio Borón




Economista y periodista argentino, quien dirigió Clacso.
 

domingo, 24 de noviembre de 2019

Analisis America Latina Los protagonistas de la disputa


tomado de


en América Latina

21 de noviembre
por Claudio Katz
América Latina registra un abrupto cambio, al calor de grandes confrontaciones entre desposeídos y privilegiados. Esa disputa incluye revueltas populares y reacciones de los opresores. En un polo aflora la esperanza colectiva y en el otro el conservadurismo de las elites.
Las batallas se dirimen en las calles y en las urnas. Los poderosos no sólo recurren a la represión. Manipulan la información, difaman a los luchadores y alientan el resentimiento de la clase media empobrecida. En toda la región los anhelos de igualdad chocan el fascismo y en ningún país se observan resultados definitivos. En un proceso vertiginoso, las victorias significativas coexisten con los preocupantes retrocesos.


 Las revueltas de octubre

La sublevación en Chile es el gran acontecimiento del tsunami latinoamericano. Es la mayor rebelión de la historia del país. Todos los días miles de jóvenes salen de los colegios, universidades y barrios para enfrentar a los gendarmes.
Las pancartas son categóricas: “Chile se cansó y despertó”. Un pueblo harto de humillaciones se ha insurreccionado contra el modelo neoliberal. Los padecimientos generados por ese esquema han salido a la superficie. El 70% de los hogares tiene su ingreso comprometido con deudas para solventar la educación, la salud y el ahorro previsional privados. El país comparte el podio de las ocho naciones más desiguales del mundo.
El grueso de la población confronta con un gobierno aislado, que surgió de comicios signados por la abstención. Piñera despliega una represión salvaje, que ya causó más de 20 asesinatos, miles de detenidos e incontables heridos. Los carabineros se drogan para continuar la balacera y disparan a los ojos de los manifestantes, para quitarles la vista de por vida. Hay abrumadoras denuncias de abusos sexuales contra las mujeres detenidas.
El ejército sostiene ese vandalismo para preservar los privilegios legados por Pinochet. Recibe un porcentual fijo de las exportaciones de cobre y sus miembros están exentos de la vejez pauperizada que padece el resto de los jubilados. Pero algunos soldados se han negado a reprimir y los jefes exigen garantías de impunidad para seguir repartiendo palos. La demanda de juicios a sus tropelías se ha instalado en la sociedad.
Piñera está desbordado. Impuso el toque de queda y tuvo que levantarlo. Convocó al dialogo y refuerza la sangría. Todos los días anuncia alguna concesión social sin ningún resultado. El pánico imperante en su círculo íntimo aflora en confesiones graciosas (“tendremos que disminuir nuestros privilegios”)o en la descripción de los manifestantes como “alienígenas”.
Las movilizaciones persisten para no repetir las frustradas experiencias del 2006 y 2011, que desembocaron en cambios cosméticos. La oleada actual comenzó en forma espontánea y sin liderazgo, pero ya emerge una organización por abajo. En los cabildos abiertos se debate cómo encauzar las protestas y las propuestas.
El activismo de los estudiantes se ha extendido a los sindicatos y a los colectivos sociales, que demandan el fin de Piñera y la convocatoria a una Asamblea Constituyente. La presión es tan fuerte, que el propio gobierno maniobra para deformar ambos reclamos.
También los políticos de la Concertación buscan diluir las exigencias del levantamiento. Sostuvieron durante 30 años el régimen y convalidaron la militarización del último mes. Ahora propician el llamado a un plebiscito que asegura la continuidad de Piñera y bloquea la soberanía de una eventual Constituyente. Ensayan un nuevo dique para frenar las movilizaciones.
Ecuador ha sido el segundo epicentro de las revueltas. Las comunidades indígenas resistieron a escala local el aumento del combustible e incorporaron otros sectores popularesasu monumental marcha sobre Quito.
Lenin Moreno se escapó a Guayaquil y apostó al salvajismo represivo, provocando siete muertos y miles de heridos. Pero al cabo de varias jornadas de intensa batallase rindió. Anuló el incremento de las naftas y aceptó la victoria conseguida por la firmeza de la CONAIE. Cuando los indígenas ingresaron en el Parlamento, el presidente tránsfuga recordó cómo tres antecesores suyos fueron tumbados por ese movimiento (1997, 2000 y 2005).
El levantamiento logró la derogación de un decreto redactado por el FMI, en un país asfixiado por el endeudamiento externo. Todo el paquete de reforma laboral y apertura de importaciones ha quedado afectado, en una economía ahogada por la dolarización. Ese cepo impide compensar los ajustes con paliativos monetarios.
Los manifestantes también ocuparon las oficinas del FMI, para advertir a los banqueros cual será el tono de su resistencia. Después del éxito conseguido en las barricadas, los colectivos sociales organizaron un Parlamento de los Pueblos, que propuso aumentos del salario mínimo, impuestos progresivos y mecanismos para salir de la dolarización, junto a la titularización de las tierras y la reestructuración de las deudas campesinas. Estas definiciones ilustran cómo las revueltas comienzan a madurar con proyectos alternativos.

 La irrupción de los fascistas

El golpe de estado en Bolivia ha introducido un dramático contrapunto con las sublevaciones de Chile y Ecuador. La derecha tomó la iniciativa y capturó el gobierno.Toda la controversia sobre la definición de esa asonada es ridícula. Se consumó el golpe de estado más abierto, descarado y evidente de las últimas décadas. No tuvo disfraz institucional, ni mascaradas blandas.
Fue una acción virulenta con protagonismo directo del ejército. Evo renunció a punta de pistola, cuando los generales se negaron a obedecerlo. No dimitió por simple agobio de la crisis (como De la Rúa en el 2001). Fue expulsado de la presidencia por la cúpula militar.
Pero la principal peculiaridad de esta operación fue su tinte fascista. Los gendarmes impusieron una zona liberada, que ocuparon los matones para instaurar el terror. Forzaron la indefensión del gobierno aplicando el manual de las bandas ultra-derechistas. Secuestraron dirigentes sociales, tomaron instituciones públicas y humillaron a los opositores.
Camacho puso en práctica las proclamas de Bolsonaro. Con biblias y rezos evangélicos quemó casas, rapó mujeres y encadenó periodistas. Emitió gritos racistas contra el cholo, mientras sus secuaces se burlaban de los coyas, quemaban la bandera Whipala y golpeaban a los transeúntes de la raza denigrada. En La Paz imperó el vandalismo ensayado en Santa Cruz. La valentía del “macho Camacho” estuvo garantizada por la protección policial.
Ese odio contra los indios recuerda la provocación inicial de Hitler contra los judíos. Camacho no disimula la irracionalidad de sus diatribas contra los pueblos originarios. Considera que las mujeres de esas nacionalidades son brujas satánicas y que los hombres son únicamente aptos para la servidumbre. Como en Alemania durante los años 30 ha creado legiones de resentidos para humillar a los indígenas.
La clase dominante celebra la venganza. Como no digiere que un indio haya ejercido la presidencia, permite las descontroladas tropelías de Camacho. Los poderosos esperan estabilizar el golpe, para equilibrar luego el manejo del estado con sus hombres de confianza. Su prioridad inmediata es consolidar el desplazamiento de Evo.
Por eso invierten lo ocurrido y culpan al líder del MAS de un fraude que justificaría su remoción. Convierten a la víctima en responsable y transforman la impugnación del golpe en una crítica a la ambición de Morales. El presidente electo es presentado como un dictador y los golpistas son elogiados como salvadores de la democracia. La versión light de esta infamia declara que “ambos bandos son culpables”.
Pero los difamadores no presentaron ninguna prueba del alegado fraude. Tampoco objetaron el triunfo de Evo. Sólo discutían si obtuvo el 10% de diferencia requerido para evitar el ballotage. La oposición legitimó la elección con su participación y por eso al principio sólo hablaba de irregularidades. Cuando percibió la posibilidad de perpetrar el golpe improvisó el cuento del fraude.
El protagonismo del Estados Unidos en el complot quedó confirmado con el elogio de Trump a la intervención del ejército. Los jugosos negocios internacionales que ofrecen los golpistas, indujeron también la bendición de la Unión Europea a los usurpadores.
Pero habrá que ver cuál es la consistencia de una mandataria auto-elegida en una asamblea trucha. Añez intentará mantener la presidencia durante el tiempo requerido para amañar elecciones con proscripciones. Oscila entre los compromisos requeridos para montar esa farsa y el simple ejercicio de una dictadura. Bajo su conducción, Bolivia ha retomado sus viejos parámetros de ingobernabilidad.
La heroica resistencia popular se desenvuelve en las duras condiciones de la militarización. En los primeros cinco días hubo 24 muertos. Pero las movilizaciones se extienden desde el bastión de El Alto al resto de las ciudades. Los cabildos organizan la lucha de un pueblo muy experimentado en la batalla callejera.
En el curso de esa acción podrá evaluarse la actitud adoptada por Evo. El principal problema no fue su estrategia de permanencia en el gobierno (plebiscito y reelección), sino la total imprevisión frente al golpe. Quedó atado al arbitraje de la OEA y fue sorprendido por la insubordinación de un ejército, que reforzó con equipamientos y pertrechos. El desmovilizado oficialismo no tuvo repuesta frente a la decidida ofensiva de la derecha. Este balance ya está en la mente de los militantes que ahora priorizan la resistencia.

 Una resonante victoria

Los contrastes que dominan el contexto latinoamericano tuvieron otra manifestación en la liberación de Lula. Esa excarcelación suscitó una inmensa alegría entre los participantes de la campaña contra su detención. Las marchas, campamentos y pronunciamientos internacionales permitieron ese logro.
Ese desenlace propinó una gran derrota a la farsa montada por el juez Moro y sus cómplices de O Globo, para impedir la presidencia del candidato más popular. La conversión del inquisidor en superministro de Bolsonaro desenmascaró ese operativo. Ahora deberán lidiar con las caravanas que exigirán la restitución de los derechos políticos a Lula.
Esa campaña tendrá resonancia continental frente a un mandatario desprestigiado. Bolsonaro carece de la serenidad mínima, requerida para ejercer una función ejecutiva. Mantiene su perfil carnavalesco y no logra hilvanar un discurso. Responde con insultos a cualquier cuestionamiento.
Esa brutalidad agrava los problemas de su entorno. Ya tiene varios familiares comprometidos con el lavado de dinero y algunos testimonios lo vinculan directamente con el asesinato de Marielle Franco.
Bolsonaro depende del sostén de los nueve generales que ejercen el poder efectivo. Sobrevive por el gran servicio que presta a las clases dominantes, a través de sucesivos paquetes de agresión a los trabajadores.
El ex capitán debutó reduciendo el salario mínimo por decreto. Luego motorizó una reforma laboral precarizadora e impulsa cambios regresivos en el sistema previsional. Además, implementa privatizaciones en los estratégicos sectores de la energía, las finanzas y el transporte y se propone rematar antes del 2022, un centenar de empresas estatales. El recorte del presupuesto educativo ha sido tan brutal, como la caza de brujas para destituir funcionarios con ideas progresistas. Sus diatribas anticomunistas incentivan atropellos a los derechos humanos, mientras aumenta el salvajismo de los gendarmes en las favelas.
Pero Bolsonaro no ha podido traducir su verborragia reaccionaria en un programa de concreción del fascismo. Carece de condiciones para materializar ese proyecto. No logró un liderazgo reconocido en el grueso del sistema político conservador y continúa soportando la resistencia popular.
Ya afrontó una huelga de gran acatamiento contra la reforma previsional y una marcha de tres millones de personas contra la homofobia. También las protestas estudiantiles contra los recortes del presupuesto alcanzaron una inédita masividad, bajo la impactante proclama de “libros sí, armas no”.
El desorbitado capitán programa varios contragolpes y una movilización de su base social derechista para intentar el re-encarcelamiento de Lula. El próximo escenario emergerá de esa confrontación.

 Un ejemplo de respuesta

La victoria democrática en Brasil complementa un triunfo más significativo obtenido en Venezuela. En ese país se libra la disputa más dura de la región. Durante todo el año la derecha intentó capturar su presa más codiciada y sufrió una sucesión de contundentes fracasos. Trump no pudo repetir la invasión de Granada (1983) o Panamá (1989) y debió contentarse con la apropiación de la filial de PDEVESA en Estados Unidos.
Sus lacayos venezolanos intentaron todos los complots imaginables, pero su capacidad de acción quedó socavada por la fracasada auto-proclamación de Guaidó. Falló también la farsa de la ayuda humanitaria y no pudieron consumar ningún levantamiento militar. La guerra eléctrica no funcionó y la improvisada asonada de Leopoldo López naufragó sin pena, ni gloria.
Las amenazas de provocación militar igualmente persisten enla frontera con Colombia. Por eso el Departamento de Estado dinamita las negociaciones con la oposición. Pero el gobierno ha logrado desbaratar una conspiración tras otra.
En un escenario social muy difícil (y agravado por los gigantescos desaciertos de la política económica), David logró frenar a Goliat. El campo bolivariano mantiene un intenso nivel de movilizaciones callejeras y disputa el espacio público, cada vez que asoma la oposición. Se ha preservado la cohesión militar, a través de una intervención política constante en el ejército, utilizando la carta condicionante de las milicias populares.
Esta conducta ilustra cómo actuar frente a la derecha. Confirma la necesidad de respuestas de la misma escala que las acciones golpistas y sin ningún atisbo de rendición. Venezuela ratifica la conveniencia de exhibir la fuerza junto al accionar diplomático, manteniendo la serenidad y las banderas de la soberanía y la paz. Para vencer a los fascistas hay que actuar sin vacilaciones.

 Batallas sin respiro

Las tensiones en Venezuela extreman otras confrontaciones que se dirimen en la calle. En ese ámbito se zanjó la protesta contra el presidente de Puerto Rico, que se mofaba de las víctimas del huracány desplegabacomentarios homófobos.
El pueblo hizo valer sus demandas a través de la movilización, en una isla agobiada por el ajuste del FMI. Laley federal impuesta por los financistas para afrontar la bancarrota fiscal genera terribles padecimientos a los trabajadores. Pero por primera vez en la historia deesa nación, un gobernador ha sido tumbado porla presión popular. La crisis continúa y no se avizoran soluciones, en una colonia sin mecanismos políticos para procesar las tensiones habituales de cualquier estado.
En la vecina Haití, las manifestaciones del último semestre han sido monumentales. Todos los días se levantan barricadas en las ciudades, para protestar contra un gobierno que agravó el indescriptible empobrecimiento de la población. La galopante inflación impide a la mitad de los haitianos completar su alimentación cotidiana y la represión se ha cobrado la vida de 51personas. Las principales demandas afectan a tres presidentes, que malversaron los fondos aportados por el chavismo a través de Petrocaribe. Los mandatarios incrementaron sus fortunas personales con los recursos destinados al abaratamiento del combustible.
Los manifestantes exigen la renuncia del títere actual de Washington, que Trump sostiene para recompensar su traición a Venezuela y su alineamiento con la extrema derecha. Pero la marea de protestas no cede y la exigencia de enjuiciar a los ladrones, ya es complementada con el reclamo de una Asamblea Constituyente, para introducir drásticos cambios en el bochornoso sistema electoral.
También Honduras continúa convulsionada por una persistente resistencia contra el régimen sanguinario surgido de un fraude (2017), que reforzó la estafa electoral precedente (2013). Los criminales que conducen el estado no sólo cargan con el asesinato de Berta Cáceres. Han ultimado a 200 militantes populares que enfrentaron la mafia de los gendarmes. El país ha sido convertido en un narcoestado, manejado porun presidente con familiares condenados en Estados Unidos por el tráfico de cocaína.
La mecha de las rebeliones tiende a expandirse a toda la zona y ya impactó en la próspera Panamá. En el istmo se registró una gran marcha universitaria, que repudió el paquetazo de contrarreformas negociado en la Asamblea Legislativa.

  Confrontaciones en las urnas

La gran disputa en América Latina se procesa también en el terreno electoral. El año pasado López Obrador consiguió en México una arrolladora victoria, que cerró el ciclo de sofocantes gobiernos del PRI y del PAN. Con ese impulso electoral desbarató las maniobras de fraude,que preparaban los perdedores para eternizar su manejo del estado. La expectativa suscitada por este cambio quedó expuesta en la multitudinaria manifestación que coronó la asunción de AMLO.
La esperanza está centrada en poner fin a la violencia, que ha convertido al país en un gran ataúd de 300 mil muertos reconocidos y 26 mil cadáveres sin identificar. Son incontables los líderes sociales masacrados, en una guerra que sobrepasa los ajustes del crimen organizado.
López Obrador fue votado para terminar con el desplazamiento forzado de poblaciones y para esclarecer masacrescomo la ocurrida en Ayozinatpa.Pero ese anhelo de pacificación y justicia no ha sido satisfecho.Sigue pendiente la desarticulación de las bandas y el esclarecimiento de las complicidades militares.
El logro de esos objetivos choca con la reciente sanción de una norma de seguridad interior, que legaliza la acción de las fuerzas armadas. Esa gravitación ha sido reforzada con la aceptación del chantaje de Trump, para taponar el desplazamiento de los migrantes con mayor despliegue de la Guardia Nacional.
AMLO recibió también una catarata de sufragios para frenar las privatizaciones, recuperar la autosuficiencia alimentaria y reducir el pesado endeudamiento externo. Pero tampoco en este terreno aparecen las medidas prometidas,para implementar una “cuarta transformación” fundacional de México.
La otra convulsión electoral en la región fue suscitada por el triunfo de Fernández en Argentina. Macri no pudo forzar el ballotage y la derecha perdió el gobierno, en el país que catapultó la restauración conservadora.
La prensa hegemónica disimula este resultado con lecturas invertidas de lo ocurrido. Presenta a los perdedores como si hubieran liderado los comicios, por la simple reducción de la distanciade sufragios con la fórmula triunfante.Ese premio consuelo no altera el contundente veredicto de la población contra el ajuste.
Los derechistas inflan su performance para condicionar al nuevo gobierno. Desde sus órganos de opinión lanzan advertencias contra cualquier medida progresista. Mientras convocan de palabra a “cerrar la grieta”, preparan las cacerolas para hacer valer sus exigencias.
La confrontación se dirimirá en las respuestas a la catástrofe económico-social que deja Macri. La derecha atribuye ese colapso a la sociedad, la cultura y la historia de los argentinos. Pero el desplome obedece a razones más terrenales: el modelo neoliberal, las políticas de endeudamiento y los ajustes impuestos por el FMI. Ese dramático escenario induce al reinicio de la movilización, en el país con mayor nivel de organización sindical y social de toda la región. Sin ese resurgimiento de la lucha, no se podrá recomponer el deteriorado ingreso de la población.
También en otros países se libran importantes choques electorales con resultados más contradictorios. En Colombia se verifica el lento surgimiento de fuerzas de centroizquierda, que por primera vez disputan intendencias y gobernaciones con la oligarquía y los paramilitares.
En Uruguay se avizora en cambio un escenario difícil para el Frente Amplio,en el ballotage contra la derecha,luego de 15 años de gobierno. Hace pocos meses en El Salvador, un improvisado derechista consiguió la presidencia, poniendo fin a una década de cuestionable gestión del Farabundo Martí.
Las elecciones constituyen un terreno muy relevante de la confrontación en curso. La derecha articula sus estrategias en el Grupo de Lima y el progresismo define su perfil en el núcleo de Puebla. Construye esa alternativa tomando distancia de los Encuentros Antiimperialistas, el ALBA y el Foro de Sao Paulo.
Estas últimas instancias aportan un explicito sostén a la movilización popular. Como no restringen su acción al terreno de las urnas, mantienen vasos comunicantes con los organismos que emergen de las luchas sociales. Esas modalidades ya se vislumbran en los Cabildos de Chile, en el Parlamento de Pueblos de Ecuador, en los Encuentros de Movimientos en Bolivia y en los Organismos Coordinados de Haití.

 Pretextos y manipulaciones

Es evidente que el golpe de estado ha resurgido como instrumento de las clases dominantes. Su reciente implementación en Bolivia corona la secuencia iniciada en Honduras (2009), seguida en Paraguay (2012) y extendida a Brasil (2016).
Los golpistas actúan con el sostén directo de los gendarmes y aseguran su permanencia con algún socio civil. En Paraguay desplazaron a Lugo, pusieron a Cartes y se afianzaron con Abdo, en comicios signados por la abstención y la ilegitimidad de los mandatarios.
En todos los casos el ejército vuelve a ocupar el primer plano, como garante de nuevas formas autoritarias sostenidas en el estado de excepción. El colombiano Duque encarna la modalidad más acabada de esos mecanismos. Apaña el asesinato de militantes populares, legaliza el accionar de los paramilitares y sepulta los Acuerdos de Paz para ultimar ex combatientes.
Otros golpistas justifican el uso de la fuerza resucitando viejos fantasmas de la guerra fría. Atribuyen las protestas sociales en cualquier rincón del continente, a un plan de subversión monitoreado desde Venezuela y Cuba.
Difunden esas tonterías sin ningún rubor, mientras afinan burdas operaciones judiciales para proscribir a los líderes progresistas. Sin magistrados adictos, las causas que inventan no podrían traspasar la primera instancia de cualquier tribunal. Pero cuentan con los medios de comunicación para proclamar las sentencias que repite el gran público.
Los medios manipulan la información,presentando la corrupción como una enfermedad de los gobiernos que se distancian de las normas conservadoras. Eximen de ese mal a la derecha y por esa razóntienen poca prensa, las coimas de Oderbrecht o las estafas al fisco en los paraísos fiscales. No se ha gastado tinta en describir, por ejemplo, la trama mafiosa de los presidentes peruanos, que encubrieron sus fraudes con pactos de impunidad. Los grandes medios operan como usinas de fake news, que elaboran los servicios de inteligencia a pedido de los grupos derechistas.
El doble discurso de los diarios y emisoras traspasa también todas las fronteras. Diariamente difunden nuevas denuncias sobre Venezuela -calcadas de los informes elaborados por el Departamento de Estado contra Cuba- mientras silencian el asesinato de 648 líderes sociales en Colombia.
La derecha complementa sus mentiras con diversos dispositivos para obstruir la reflexión popular.La ceguera que propicia el fanatismo religioso es el instrumento predilecto de esa operación. Los evangélicos aportan sus recursos multimillonarios para crear miedos y destruir solidaridades.

 Presiones y demoliciones

Washington no ceja en su acoso contra Venezuela. Su prioridad es recuperar el principal yacimiento petrolero del hemisferio. Ha reforzado también el embargo contra Cuba y conspiró contra Bolivia,para manejar las enormes reservas del litio que acumula el Altiplano. Evo tenía muy avanzadas las tratativas para ampliar la explotación de ese estratégico recurso con firmas chinas.
Trump intenta reconquistar elcontrol estadounidense de las riquezas naturales latinoamericanas. Afianza la subordinación de sus vasallos tradicionales y explora una nueva sociedad con Bolsonaro. Pero habrá que ver si la clase dominante brasileña mantiene ese eje geopolítico, a costa de sus florecientes negocios con China.
La reciente cumbre de los BRICS en Brasilia, incluyó llamativos pronunciamientos propiciados por el gigante asiático a favor del libre-comercio.El propio Bolsonaro ha comenzado a evaluar un Tratado de Libre Comercio con China y tiene en carpeta el patrocinio de Huawei para las nuevas redes informáticas del 5 G. Otra conflictiva tentación proviene de la oferta europea de concertar un TLC, que dinamitaría el MERCOSUR.
Frente a la dura rivalidad que anticipan estas jugadas, Trump acrecienta la presencia regional del Pentágono. Estrecha relaciones con los militares latinoamericanos, para hacer valer los intereses económicos de las empresas estadounidenses.
Esa intervención también obliga a afianzar el neoliberalismo, que ha sido desafiado por la sublevación chilena. Esa revuelta demuele todos los mitos del modelo más ensalzado por los capitalistas de la región. Ahora se percibe con nitidez que el universo trasandino no es un paraíso de crecimiento, sino un infierno de desigualdad. Por esa razón,el descontento contra los 30 pesos del metro se transformó en un levantamiento contra los 30 años de neoliberalismo.
La rebelión trasandina tiene gran impacto internacional porque ha puesto en jaque al niño mimado de la ortodoxia económica. La denuncia que en “Chile torturan, matan y violan” ya irrumpió en los grandes festivales. Todos los circuitos de la comunicación mundial recogen ese dato.
Resulta prematuro predecir cuán doblegados están los cimientos del neoliberalismo. Pero ha salido a flote la enorme vulnerabilidad de ese modelo, frente al estancamiento de los precios de las materias primas, el aumento del endeudamiento y la reducción del crecimiento.
Las protestas han puesto también de relieve que el neoliberalismo es el principal responsable de la desintegración social de América Latina. Genera las migraciones masivas que suceden a la apertura comercial y a la destrucción de la pequeña propiedad agraria. Los desposeídos engrosan las caravanas hacia el Norte, que ningún muro o gendarme puede contener.
Los hipócritas liberales ponderan el flujo irrestricto de capitales y mercancías, pero exigen reforzar el control del movimiento internacional de los migrantes. Propician la persecución y estigmatización de quiénes cruzan la frontera, para enviar remesas a sus empobrecidos familiares.
El neoliberalismo ha provocado,además, la expansión de la delincuencia y una aterradora escala de violencia. De las 50 urbes más peligrosos del planeta 43 se localizan en América Latina. Las maras dominan el entramado de muchos países centroamericanos, corroídos por la ingeniería social regresiva que ensayaron los economistas de Chicago.
Ese modelo es también responsable de la destrucción del medio ambiente y de los recientes incendios en la Amazonia. La quema de grandes bosques es perpetrada adrede para plantar soja o abrir pasturas a la ganadería, bajo la regla mercantil de maximizar la ganancia.

 Interpretaciones y posturas

La derecha no sólo desconoce los desastres provocados por su gestión. Afirma que su modelo forjó una próspera clase media, que ahora reclama mayor participación en la vida pública. Considera que ese grupo social se rebela contra los políticos que defienden su casta, sin escuchar las demandas de los representados. En esta curiosa interpretación, los desgarradores efectos del modelo neoliberal no estarían en tela de juicio. Sólo habría una falla en el sistema político de un esquema económico floreciente.
Esta mirada ilustra hasta qué punto los privilegiados viven en una burbuja de Miami y barrios cerrados. Ignora que las protestas no se limitan a impugnar el comportamiento de los políticos. La desigualdad, las privatizaciones, el endeudamiento y los ajustes son invariablemente cuestionados. El FMI, los banqueros y las empresas transnacionales son ubicados en el banquillo de los acusados. Las revueltas tampoco enjuician a todos los partidos o legisladores. Cuando expresan intereses populares, las protestas objetan a los servidores del orden capitalista.
La verdadera clase media no guarda, además, el menor parentesco con el retrato derechista. En los hechos, el ascenso social es muy limitado en el duro contexto regional y coexiste con la precarización o el creciente desempleo. Por eso las revueltas -que encabezan trabajadores, campesinos y estudiantes- incorporan a veces a los comerciantes y dueños de pequeños negocios. Todos buscan contener la degradación del nivel de vida.
La clase media es una etiqueta utilizada por la derecha para improvisar explicaciones. Mezclan peras con manzanas, para forzar interpretaciones amoldadas a sus prejuicios. Por eso sitúan en una misma secuencia cualquier acción de multitudes descontentas, omitiendo el sentido de cada movilización.
Pero las polémicas sobre el escenario actual no involucran sólo a la derecha. También incluyen a ciertos pensadores despistados que se auto-ubican en la izquierda. Esos analistas no logran registrar las diferencias que contraponen a una revuelta popular con un clamor reaccionario.
Esa distinción debe ser expuesta en forma categórica. Una guarimba de escuálidos en Venezuela se localiza en la vereda opuesta de las protestas indígenas de Ecuador. Los seguidores de Camacho en Bolivia son nuestros enemigos y los que defienden a Evo son nuestros aliados.
Es importante recordar estas obviedades frente a las posturas neutralistas, que pretenden eludir la gran divisoria de campos en disputa. Esas miradas han cuestionado con igual virulencia a Maduró y a Guadió en Venezuela y ahora extienden la misma equivalencia a Bolivia. Objetan los intentos reeleccionistas del MAScon la misma vara que la furia racista de los Comités Cívicos. También repiten la presentación mediática de las acciones derechistas como legitimas protestas de la ciudadanía.
Salta a la vista las gravísimas consecuencias políticas de ese daltonismo político que ignora el peligro del fascismo. La caracterización de la confrontación en Bolivia no es una actividad académica. Es la condición para actuar contra los golpistas, intensificando las marchas de solidaridad. Resulta imposible desenvolver esas acciones si se desconoce a quién combatir y a quién defender.

 Lecciones de lo ocurrido

Derrotar al golpismo, al imperialismo y al neoliberalismo es el gran objetivo de las luchas actuales. Para lograr esa meta hay que redoblar la movilización e intensificar la acción política. Pero esa intervención también requiere aprender de los errores que aprovecha la derecha para recomponerse.
Resulta muy difícil vencer a los enemigosque son alumbrados por el propio campo. Esa auto-gestación ha sido una desventura permanente de la década pasada. El ultra-reaccionario Lenin Moreno fue el caso más extremo. La propia coalición progresistalo ungió como presidente para enfrentar la candidatura de los conservadores. Moreno no sólo revirtió las mejoras previas,implementando la agenda de las clases dominantes. Posicionó al país en el eje diseñado por la OEA desmantelando la sede de UNASUR en Quito.
Tampoco conviene olvidar que el golpista Temer fue vicepresidente de Dilma y surgió de la frustrante la estrategia de “ampliar los frentes”. Esa misma política ha conducido en México a conformar una alianza de gobierno con evangelistas, conservadores y capitalistas, en desmedro del viejo pilar radical de AMLO.
También el neoliberalismo se recompone,cuando sus cimientos son preservados por los modelos alternativos que implementa la heterodoxia. Se promete erradicar los esquemas regresivos y se termina facilitando su reconstitución. Fue lo ocurrido en Brasil y Argentina en la década pasada, con el mantenimiento de los privilegios a los financistas y el agro-negocio. Es lo que sucede en la actualidad en México con la renovación del NAFTA, aceptando las exigencias de aranceles, patentes e inversiones que reclamó Trump.
La derecha suele recuperar terreno, cuando los gobiernos progresistas identifican ingenuamente sus éxitos electorales con el respaldo político perdurable. Se olvidan que los comicios constituyen un momento de la disputa por el poder. Cuando el control efectivo de la economía, la justicia, el ejército y los medios de comunicación permanece en manos de los grupos dominantes, el retorno de la derecha es una cuestión de tiempo.
Esa vuelta suele coincidir con el fin de gestiones progresistas que incluyeronmejoras en el nivel de vida popular. Esa paradoja se ha verificado en Argentina, Brasil y El Salvador y podría repetirse en Uruguay. En todos los casos los gobiernos de centroizquierda facilitan alivios a la población, que desembocan en la gestación de electorados más conservadores.
Esa contradicción subyace también en la crisis de Bolivia. El MAS afrontó en los últimos años un significativo retroceso electoral, a pesar de los inéditos éxitosque obtuvo en el manejo de la economía. Logró altas tasas de crecimiento, una importante reducción de la pobreza y fuertes inversiones con el uso productivo de la renta gasífera.
La despolitización del movimiento popular es la explicación más frecuente de esa desconexión entre mejoras socio-económicas y retroceso electoral. Algunos estiman que los votantes se tornan más individualistas, a medida que ensanchan su radio de consumo. Consideran que en esa mutación asimilan la propaganda conservadora y olvidan el proceso progresista que permitió su mejoría.
Pero esa despolitización es consecuencia de la continuidad de un sistema que reproduce los privilegios de los capitalistas. La ideología vigente en una sociedad no flota en el vacío. Si el poder de las clases dominantes es preservado, esa preeminencia tiende a extenderse a los comportamientos electorales. Los poderosos recuperan los gobiernos porque nunca perdieron el poder.
El retorno de la derecha no es inexorable, ni expresa un péndulo natural de la vida política. Deriva de la ausencia de radicalidad que impera en el progresismo. En lugar de fomentar transformaciones sustanciales en los momentos oportunos, esa corriente se adapta al status quo. Como rehúye la posibilidad de remover el poder de los grandes capitalistas termina afianzando esa dominación. La experiencia de los gobiernos de centroizquierda confirma que el freno a la radicalización,abre las compuertas para la venganza de la derecha.

 La centralidad de la izquierda

Frente a la gran oleada de movilizaciones populares, la derecha prepara contragolpes del mismo alcance. Por eso se avecinan confrontaciones mayores con resultados abiertos.
El contexto actual incluye ciertos parecidos con el cuadro imperante a principio de siglo, cuando la sucesión de rebeliones en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina generó las condiciones para el debut del ciclo progresista. Ese período concluyó con la restauración conservadora, que afronta ahora la impugnación de una nueva generación de movimientos y dirigentes.
La semejanza con lo ocurrido en 1989-2005 se observa en la familiaridad del levantamiento ecuatoriano con el Caracazo. Ambas revueltas se originaron en la misma reacción contra el aumento de los combustibles impuesto por el FMI. También hay equivalencias de la sublevación chilena con el 2001 de Argentina. La demanda contra los exponentes del régimen político (“que se vayan todos”), se concentra ahora en la figura de Piñera y en el esquema de gobierno legado por Pinochet.
Pero lo llamativo del ciclo actual es la magnitud de la participación popular. El número de manifestantes en la calles supera los registros de las últimas dos décadas. En Ecuador se computan marchas varias veces superiores a los picos de masividad, en Haití se estima que cinco millones de personas han actuado en las protestas, en Chile hubo dos millones y en Puerto Rico un millón.
Existen grandes posibilidades de lograr conquistas y cambios de las relaciones de fuerza. No está en juego sólo la reapertura del ciclo progresista. La batalla en curso puede derivar en novedosos e imprevistosescenarios.
Lo importante es comprender el contenido de la confrontación. Los intereses de una minoría de capitalistas chocan con los anhelos de la mayoría popular. El alineamiento derechista de los poderosos contrasta con las propuestas emancipadoras de la izquierda. El triunfo de nuestros pueblos exige construir, fortalecer y renovar ese proyecto.

 Resumen

Las revueltas populares se extienden junto a la reacción de los opresores. En Chile desenmascaran el modelo neoliberal y en Ecuador doblegaron el ajuste del FMI. Pero en Bolivia se consumó un golpe con todos los tintes del fascismo. La liberación de Lula ilustra la intensidad de las resistencias al ensayo reaccionarioen Brasil. Venezuela demuestra cómo enfrentar a la reacción, en un escenario de crecientes protestas en Centroamérica y el Caribe. Las confrontaciones electorales de México y Argentina asumen otro significado.
La derecha generaliza el golpismo con sostén militar, judicial y mediático. El imperialismo agrede para recuperar primacía económica y los desastres generados por el neoliberalismo salen a la superficie.
Los levantamientos no expresan el descontento indiferenciado de la clase media. Hay un antagonismo con las marchas derechistas que el neutralismo no registra. Los poderosos retomar el gobierno por las falencias del progresismo y en escenarios muy abiertos el papel de la izquierda será decisivo.

lunes, 23 de septiembre de 2019

¿Por qué funciona la economía boliviana?

Tomado de

Rebelion

Guillermo Oglietti y Alfredo Serrano Mancilla

CELAG

La gestión de Evo Morales ha conseguido desdolarizar la economía de Bolivia gracias a un contundente pragmatismo y voluntad soberanista, no a un “milagro económico”

Bolivia era un país bimonetario. Justo antes de la llegada de Evo Morales, en el año 2005, sólo el 15 % de los depósitos estaban en moneda nacional; en materia de crédito, únicamente el 7 % se otorgaba en pesos bolivianos. En esos años, siempre bajo gobiernos neoliberales, todo el mundo usaba el dólar para refugiarse de la desvalorización del peso. Aquellos que podían compraban dólares mensualmente y los vendían a medida que necesitaban gastar. La economía estaba más dolarizada que la de la Argentina actual. Sin embargo, después de algo más de una década, en apenas unos 13 años, la situación se revirtió completamente. En 2019 el 99 % de los depósitos y el 87 % de los préstamos son en pesos bolivianos. En la actualidad, todos prefieren prestar en pesos y tomar depósitos en pesos porque es una moneda fuerte y rentable.

Esta transformación económica no tuvo lugar por arte de magia. En economía los milagros no existen. Todo tiene que ver con todo. Cada resultado económico es la consecuencia de un gran conjunto de decisiones que poco o nada tienen que ver con la creencia “paranormal” de que los mercados, por sí solos, nos llevarán a un equilibrio virtuoso. No. La economía no funciona así. Ni mucho menos.

Evo logró la bolivianización del sistema financiero al mismo tiempo que hacía crecer la economía más que nadie en toda Latinoamérica. Supo, además, combinar el bienestar macroeconómico con el bienestar microeconómico de las familias, algo diferente a lo que sucede en Perú, Colombia o Paraguay, que sólo pueden presumir de buenos indicadores macroeconómicos, y muy diferente de Argentina, que no disfruta bienestar macro ni microeconómico.

 ¿Cómo lo hizo? He aquí una breve enumeración de las principales acciones:

1. Evo recibió el Gobierno con un tipo de cambio de 8 pesos por dólar, a poco de asumir “apreció” la moneda a 7 pesos y, actualmente, se mantiene estable (cotiza en 6,95). Le generó una pérdida a los tenedores de dólares con la que rompió la inercia y mandó la señal de que no siempre el que apuesta al dólar gana.

2. Desalentó la compra-venta de divisas ampliando el diferencial cambiario entre compra y venta de divisas hasta una diferencia de 10 centavos.

3. Aumentó a un 66,5 % el encaje líquido que los bancos deben tener por cada depósito en dólares, mientras que el encaje para los depósitos en pesos es de 11 %. La medida encarece el costo de los créditos en dólares.

4. Se ofrecieron tasas ligeramente más altas a los ahorristas en pesos.

5. Se estableció un impuesto a las transacciones financieras en dólares, que afecta sólo a las cajas de ahorros con más de 2.000 dólares y a los depósitos a plazos menores al año

6. Se aumentaron los requisitos para otorgar créditos en moneda extranjera y se facilitó el crédito en moneda nacional, por lo que aumentó mucho la preferencia a otorgar préstamos en pesos.

7. Se utilizó la Unidad de Fomento a la Vivienda, unidad de cuenta actualizada con la inflación local, como instrumento para realizar todo tipo de contratos en moneda local y desalentar el uso del dólar como unidad de cuenta.

8. Se emitieron títulos públicos en moneda nacional y desaparecieron los títulos en dólares.

9. Se emitieron títulos especiales en pesos para pequeños tenedores.

10. Usando varios instrumentos, en especial los coeficientes de reservas y cupos máximos, se orientó el crédito bancario a las actividades productivas, especialmente vivienda, vivienda social, empresas, microcréditos y Pymes, expandiendo la cartera de créditos en casi 7 veces. Los tipos de interés que resultaron de esta política son envidiables: por debajo del 10 % para los créditos hipotecarios, por debajo del 7 % a los créditos de vivienda social, cercanos al 20 % para el consumo, por debajo del 5 % si es crédito empresarial y de 7 % cuando se trata de Pymes.

11. Se prohibió indexar las tarifas en función de la evolución del dólar.

12. Se creó un fondo contracíclico de reservas internacionales que ronda el 25 % del PIB.

13. Implementó una política deliberada de control del monopolio y abuso de posición dominante, con seguimiento casi diario y control directo por parte de Presidencia sobre precios relevantes de la economía.

14. Se llevó a cabo una obsesiva política de apoyo a la producción, con crédito dirigido a la inversión productiva y una vasta inversión en infraestructura que tuvo el efecto de extender el área geográfica desde donde se provee a las grandes ciudades, por lo que la oferta productiva se amplió y, con ello, muchos precios cayeron.

Y por si todo esto fuera poco, se hizo en un contexto de nacionalizaciones que, según un informe de Celag, tuvo un impacto en la economía boliviana de generación de riqueza por 74.000 millones de dólares (dos PIB del año 2017), 670.000 puestos de trabajo, ahorro de divisas del 45 %, aumento de consumo del 125 % y subida de la inversión hasta 11.200 millones de dólares (29,9 % del PIB). Además, ello tuvo lugar en un clima de inflación a la baja; 1,5 % en el último año, igual o más baja que la de EE.UU. a pesar del fuerte ritmo de crecimiento sostenido y de la mejora en absolutamente todos los indicadores de bienestar social y económico.

Después de todo lo expuesto, y mirando lo sucedido con Macri en Argentina, ¿quién se atreve a decir que no hay alternativa ni pragmatismo en esta propuesta económica boliviana?

Fuente: https://www.celag.org/por-que-funciona-la-economia-boliviana/






¿Hacia una crisis económica mundial? - Internacionales - Opciones



tomado de

opciones.cu

5-6 minutes



Varios factores se han unido en las últimas semanas para que los analistas y medios de comunicación especializados insistan en que se avecina una crisis económica mundial a semejanza de la ocurrida en 2008.

Entre las cuestiones más álgidas aparecen la disminución de la producción industrial mundial, la caída de la confianza de las empresas, algunos importantes países al borde de la recesión, el desmedido aumento de la deuda global, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como la incapacidad de los bancos centrales del orbe en adoptar las medidas adecuadas para estabilizar la situación.

En un artículo publicado en el portal SHTFplan, el analista Max Slavo señala que según un informe del Instituto de Finanzas Internacionales, la deuda global aumentó en 3,3 billones de dólares en 2018 y asciende actualmente a 243 billones de dólares. Asegura el articulista que se trata de una cifra tres veces mayor que el Producto Interno Bruto (PIB) total del mundo, es decir, superior al valor de todos los productos y servicios del planeta. Estados Unidos es el más endeudado con alrededor de 72 billones de dólares.

Para Slavo, el sistema está basado en la deuda, e “irremediablemente quebrado pero aún está siendo respaldado por las mentiras de los banqueros centrales que otorgan créditos, y los gobiernos que desean mantener su poder sobre otros”.

Es un mecanismo que utiliza constantes emisiones de dólares, mientras los bancos otorgan créditos lo cual impulsa una abundante deuda mundial con la consecuente quiebra de empresas, caídas de gobiernos y empobrecimiento de los habitantes.

Si hace un año la mayoría de las economías se hallaban en una cierta prosperidad, en la actualidad parecen acercarse al borde de otra crisis.

Organismos financieros internacionales rebajaron los pronósticos de crecimiento mundial a 2,7 % en 2019 y 2020 en comparación con 3,2 % en los dos años anteriores.

El proteccionismo impulsado por Estados Unidos también hace mella en el comercio global, afirma Moody’s Investors Service al asegurar que solo crecerá 2,5 % la tasa más baja de los últimos tres años.

Los aranceles y extorsiones impuestos por la administración de Donald Trump a China y a otras dos decenas de países, crean gran incertidumbre sobre la economía internacional y el poder adquisitivo de los estadounidenses que tendrán que pagar más por las mercancías que adquieran sin que, a la par, sus sueldos se incrementen.

Algunas naciones enfrentan embarazosos problemas y están al borde de la recesión como le ocurre a Brasil, la mayor economía de América Latina que tiene su Producto Interno Bruto (PIB) en cifras negativas durante dos trimestres consecutivos, afectada por la baja producción industrial, el alto
desempleo y las políticas contra los sectores públicos encaminadas por el actual presidente Jair Bolsonaro.

Alemania, la cuarta economía más grande del orbe, con dos trimestres seguidos de contracción; un descenso en las exportaciones sobre todo de automóviles, equipos y maquinarias, se enfrenta a nuevos retos por la casi segura salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) y la posibilidad de que Washington aplique nuevos aranceles a las exportaciones de las industrias automotrices de la UE. Los analistas estiman que la economía alemana ya está al borde de la recesión.

Otro país europeo que desde hace años da visos de inestabilidad política y económica, con baja productividad, el alto desempleo juvenil, elevados niveles de endeudamiento, es Italia, que se mantiene con un debilitado PIB.

Los revuelos producidos por el Brexit ya motivaron que el PIB del Reino Unido disminuyera en el segundo trimestre, lo que significó la primera reducción desde 2012.

A esto se une el temor a un posible caos después de la salida del país sin un acuerdo equilibrado con el bloqueo europeo (denominado Brexit duro) lo que podría tener un fuerte impacto en su economía y que según los analistas lo llevaría a una inevitable recesión.

En caos económico total se encuentra Argentina, con vaticinios de caer en default al no poder pagar su abultada deuda adquirida con el Fondo Monetario Internacional, sin divisas en las arcas del Banco Central y poca liquidez. Durante los años de presidencia del neoliberal Mauricio Macri, la quiebra de pequeñas y medianas empresas ha sido cotidiana, la pobreza alcanza a 38 % de la población con una galopante inflación en alimentos, electricidad, transporte, gas y combustible.

China, aunque el PIB se prevé este año en 6,2 %, su economía se mantiene entre las más fuertes del mundo pero la guerra de aranceles lanzada desde Washington podría dañar algunas de sus producciones e importaciones con el consecuente daño a países como Chile y Australia que exportan cobre y hierro, respectivamente hacia el Gigante asiático. Se percibe un panorama no muy halagüeño para la economía mundial.

sábado, 3 de agosto de 2019

¿O será El Dorado para Upm? - Brecha

Tamado de
BRECHA



1. Los recientes acontecimientos en torno al sí de la denominada decisión final de inversión por parte de Upm son el resultado de un largo proceso, y confirman la iniciación de otro, en el cual todos los uruguayos estamos comprometidos. Así culminan las etapas de decisión de la transnacional iniciadas en 2010, cuando decide ampliar sus plantaciones. Posteriormente, se avanzó con las visitas a Finlandia de los presidentes Mujica (en 2014) y Vázquez (en 2016), la firma del contrato salió a luz pública en 2017, y finalizó días atrás con el informe a los accionistas de Upm con la decisión de construir la planta.

Se podría suponer que al menos ha existido un –relativo– conocimiento del “asunto” de parte de la ciudadanía. No es así. Recién a partir de la publicación del contrato Rou-Upm se toma conocimiento del tema. A su vez, y más allá de sus problemas jurídicos y de que ninguna de las dos partes se responsabiliza de los resultados (insólito), importa señalar que es un contrato en un solo sentido porquea Uruguay sólo le corresponden obligaciones.

El gobierno aduce que es producto de una negociación. Si así fuera, es un pésimo negociador, ya que quien se encontraba en una difícil situación era Upm. Con más de 200 mil hectáreas forestadas en una lejana región, que debían comenzar a cortarse a partir de 2022, a la transnacional le era imposible transportar en camiones 8 o 9 millones de toneladas de carga al año a Montevideo.1

2. Las referidas obligaciones marcan un hito fundamental: si bien el gobierno se refería a la inversión como “el proyecto Upm”, la verdad es que el proyecto (así debe calificarse) incluye una larga serie de obras: el ferrocarril, un viaducto en el puerto, arreglo de puentes y caminos, y otras que desarrollaré más adelante, pero todas financiadas por los uruguayos. Sin ellas, la planta no podría instalarse.

El proyecto es todo, y en las obligaciones asumidas, la inversión de Uruguay supera ampliamente la de Upm. Se trata entonces de la inversión de Uruguay… “más grande de la historia” 2. De aquí surge la pregunta clave: ¿el proyecto es beneficioso para el país? A continuación, un resumen muy breve y una evaluación de sus principales aspectos.

a) Upm: pese a que durante un tiempo se publicitó que invertiría 4.000 millones de dólares, en el documento se reducen a 2.480. Su impacto real en Uruguay es de entre 600 y 700 millones, entre los que se cuentan construcciones y armado de la planta; el resto es maquinaria importada, con lo cual impacta en otros países. A posteriori, se sumarían unos 300 millones de inversión en el puerto de Montevideo.

b) Uruguay se compromete a construir una vía férrea (2.225 millones de dólares); un viaducto portuario (144 millones); dragados en el puerto y canal de acceso (225 millones), traslado del puerto pesquero (103 millones) y el dique Tsakos; relevantes obras de caminería, carreteras y puentes (300 millones) y otras obras menores. Además, Uruguay deberá pagar un subsidio encubierto por 1.450 millones por la compra de energía eléctrica (que no necesitamos). En total, la inversión suma 4.447 millones de dólares, lo cual aumentará la deuda externa. Por otra parte, la renuncia fiscal por operar en zona franca se ubica entre 200 y 400 millones anuales: piénsese el impacto en el presupuesto nacional durante 20 años. Por otro lado, el gobierno dice que recaudará 120 millones anuales por Dgi y Bps, pero lo real es que no se superarán los 47 millones.3

c) Con relación al empleo, el ministerio de Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente calculó que durante la construcción el promedio será de 2.850, con picos de 4.500 puestos de trabajo (aunque se difundieron cifras superiores). En la zona franca de la planta, los empleos directos difícilmente superen los 550. En los indirectos, el gobierno comete un grave error –confirmado por la propia Upm– al declarar que ya tiene las plantaciones forestales. La experiencia indica que luego de diez años y dos plantas, el empleo forestal aumentó apenas 1.158 puestos de trabajo. La misma experiencia indica que prácticamente no hubo empresas “inducidas”.

d) ¿Cuáles serán las ganancias de Upm?Los costosse estiman en 350 dólares por tonelada de celulosa4 y el precio internacional en 700. Para 2,3 millones de toneladas producidas (la capacidad de producción es de 2,4) las ganancias resultan en 800 millones anuales; 16.000 millones en 20 años. Si a eso sumamos los 1.400 millones por venta de energía, el total es de 17.400 millones en 20 años. Si se descuenta la inversión, la ganancia neta es de 15.000 millones de dólares. Es decir, Upm recupera la inversión en poco más de tres años; por cada dólar invertido se lleva seis.

e) Sobre la distribución, Uruguay aporta el 64 por ciento del capital, pero no participa de las ganancias. Upm invierte el 36 por ciento y se lleva al exterior el cien por ciento de ellas. Si las ganancias no quedan en el país, si el empleo es muy menor al divulgado y apenas alguna empresa inducida, el impacto de la planta sobre el Pbi es escaso.

Desde 2006, en las investigaciones y publicaciones conjuntas con William Yohai,5 dos de los aspectos señalados en este texto requieren mayor dedicación, ya que el gobierno los menciona lo menos posible y son de suma importancia: la construcción de una vía férrea y la compra de electricidad.

Es falso que el Ferrocarril Central de Upm ya estuviera previsto. En el programa de gobierno no se menciona. Nos cuesta 8.150.000 dólares por quilómetro, 34 veces más que el tramo ya reconstruido entre Rivera y Paso de los Toros en el marco de los Corredores Bioceánicos. El Ferrocarril Central es más lento y para un tonelaje por eje algo menor. ¿Pero se estudió mejorar lo ya previsto e iniciado hasta Montevideo? ¿Se estudiaron alternativas desde Paso de los Toros a Nueva Palmira? ¿Una hidrovía del Río Negro? No se sabe.6

El tren es prácticamente exclusivo para Upm: no se prevén infraestructuras para pasajeros ni para otras cargas. Su trazado generará graves problemas urbanos y sociales en varias ciudades. Es muy ilustrativo el ejemplo de Sarandí Grande, donde la movilización popular y de sus autoridades logró que el tren no “cortara” al medio la ciudad.

En tanto, la compra obligatoria a Upm de electricidad, como decíamos, no es necesaria, ya que actualmente tenemos capacidad ociosa de generación y podemos estar tranquilos por 15 años, ya que el crecimiento de la demanda recién igualaría la oferta unos cinco años después. Su costo ya es elevado: fuentes eólicas y fotovoltaicas ya son más económicas y las tendencias a futuro de generación indican un acelerado abaratamiento. Por esta razón, esta compra obligatoria es un subsidio encubierto a la empresa.

3. A partir de la información de Upm del 23 de julio, las cartas están a la vista. Por un lado, las declaraciones de los integrantes de la transnacional confirman, fuera de toda duda, los planteos públicos que venimos realizando desde hace años, con fuentes nacionales e internacionales. Y lo importante: el gobierno nunca los respondió. Asimismo, la anomia social es grave: ni el Pit-Cnt, ni el Parlamento, ni la Universidad, ni otros partidos políticos presentaron estudios independientes, debatieron públicamente o comprometieron acciones concretas en sus ámbitos respectivos frente a un tema clave para el Uruguay del futuro.

Es triste comprobar ahora cómo la prensa y los voceros oficiales se disputan por “inflar” beneficios: de 7 mil empleos se pasa a hablar de 10 mil; de los 120 millones de dólares de recaudación por Dgi y Bps, se pasa a hablar de 170.

En lo que respecta a Upm, es claro que ya está en otra etapa. Su mirada ahora apunta a lo internacional y poco importan los impactos que aquí tengan sus declaraciones. Un claro ejemplo son las afirmaciones sobre el costo por tonelada de la celulosa (de las más baratas del mundo) y el efecto previsible en sus ganancias: un día después del informe de Jussi Pesonen (Ceo) a los accionistas de Upm-Kymmene7, las acciones en la Bolsa subieron nada menos que 12,4 por ciento8, aumentando notoriamente su capacidad financiera.

¿Y ahora qué? ¿Qué más decir? Los datos son duros e irrefutables: por más discursos y campañas publicitarias que se hagan, hablan por sí solos: El Dorado para la transnacional… ¿y para los uruguayos? Por muchos, muchos años pagaremos, el pueblo pagará.

Este acuerdo es un baldón a la soberanía, es la consolidación de un modelo extractivista, primario, que niega un futuro decente a los trabajadores y privilegia empresas extranjeras. Una gestión de cero transparencia y ninguna ética para que nos ocupemos ente todos del país.

4. A los efectos de clarificar qué significa que aportemos 4.447 millones de dólares a una transnacional (sin contar una cifra similar por impuestos que no pagará), como ejemplo veamos un destino alternativo para nuestros recursos. Imaginemos que los invertimos en la construcción de viviendas, una verdadera necesidad nacional: en 15 años generaríamos 54.548 viviendas para 190 mil personas.9 Durante ese tiempo, en todo el proyecto Uruguay-Upm (contando el viaducto, el tren, el dragado, la planta, etcétera), los empleos anuales directos e indirectos sumarán 3.671; en cambio, en la construcción de viviendas serían 20.371. Téngase en cuenta el impacto en la economía: el multiplicador es enorme a todo nivel (trabajadores, empresas, servicios, etcétera), sin comparación con la celulosa y sus necesidades. Además, este cálculo “regala” las viviendas. Es obvio que no será así; lo que se recupere permitirá continuar construyendo por muchos años.

* Es doctor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México e integrante del Movimiento por un Uruguay Sustentable (Movus).

1. En el FA adujeron: “No es lo que hubiéramos querido, pero…”, y le aceptaron todo a la empresa.

2. Obligaciones y exenciones inéditas, de una cuantía jamás aportada a emprendimientos nacionales.

3. Por Dgi, Bps e Irpf, la planta de Upm 2, con 500 empleados, recaudará 10,7 millones de dólares. Upm 1 y Montes del Plata, al aumentar el Pbi silvícola, impulsaron en un 0,2 por ciento el Pbi nacional. Oficialmente, Dgi y Bps recaudan, de todo el sector silvícola, un 14,9 por ciento. Aplicar esos porcentajes en el Pbi nacional actual arroja 18 millones de dólares. Siendo muy generosos (porque, entre otras cosas, las plantaciones ya están), podríamos esperar que con Upm 2 duplique esta cifra: unos 47 millones. Imposible hablar de 120 millones.

4. Upm, al declarar un costo de 280 dólares por tonelada, es más optimista que nosotros. Si se calculan las ganancias netas con base en este costo, suman algo más de 18.000 millones de dólares. Algún lector atento, al revisar nuestros trabajos desde 2006 encontrará diferencias en los datos. Obvio, el secretismo del gobierno y las variaciones internacionales los explican.

5. La actualización de dichas publicaciones (con su cuidadosa referencia a fuentes nacionales e internacionales) y los trabajos sobre ambiente, aspectos jurídicos, educación y otros impactos sociales se reunieron en un libro de próxima aparición, cuyo objetivo es brindar un enfoque integral del proyecto.

6. En nuestros trabajos iniciales confiábamos en las declaraciones oficiales acerca de que el costo sería de 700 millones de dólares, quizás 800. ¡Santos inocentes! Oficialmente, pagaremos 2.225 millones de dólares.

7. https://www.upm.com/siteassets/asset/investors/2019/q2-2019-presentation_final.pdf

8. https://finance.yahoo.com/quote

9. Salvo ajustes posteriores, original de W. Yohai: “Upm 2. El trabajo, la inversión, las alternativas”.

Gustavo Melazzi

miércoles, 24 de julio de 2019

SOBRE LA INSTALACIÓN DE UNA SEGUNDA PLANTA DE UPM EN URUGUAY

Lorena Casco lista 1969 Unidad Popular lema Asamblea Popular
La confirmación en las últimas horas de la triste noticia de que la empresa finlandesa UPM se instalará en Uruguay con una segunda planta en el centro del país a orillas del río Negro, pone de relieve la necesidad de cambiar el rumbo del país que habitamos hacia un modelo que no subordine al ser humano a los intereses del capital.

Los términos del contrato firmado por el gobierno uruguayo son humillantes al poner en pie de igualdad una empresa privada con un estado soberano, como si tratara de un acuerdo entre pares. Para peor, las ventajas son tan notoriamente favorables a la empresa, que significan un renunciamiento tácito a la soberanía nacional y una entrega graciosa de los recursos del país a cambio de unas pocas monedas.

Esta decisión hipoteca el futuro de miles de uruguayos aún no nacidos al contraer cuantiosas deudas para cumplir con las exigencias de una empresa a la que casi todo le concede sin exigirle casi nada. La infraestructura portuaria y vial de miles de millones de dólares que se va a construir para beneficio de UPM, la pagarán las generaciones por venir que se encontrarán con un país maniatado por un contrato firmado a espaldas del pueblo de manera inconsulta y clandestina. Al daño ambiental implicado en la profundización de un modelo forestal de monocultivos destinado a alimentar de materia prima el negocio de la celulosa, se le suma la operativa de otra planta industrial que claramente supera la escasa capacidad de resistencia del ecosistema al que atacará con un poder destructivo criminal.

Es de imaginar la desazón y frustración de los habitantes de este país dentro de algunos años cuando al sufrir los nefastos resultados se pregunten: ¿cómo pudieron hacernos esto?

Confiamos en que quedará constancia de que no todos los uruguayos fueron cómplices de esta barbaridad. Los textos de historia del futuro deberán incluir referencias a la digna acción de organizaciones sociales y políticas que dieron batalla. Entre ellas nos contamos los humanistas que jamás consentiremos este tipo de acciones reñidas con nuestros principios fundamentales. Por eso hemos hechos campaña contra toda forma de sometimiento de los recurso naturales a la explotación capitalista, llámese BOTNIA, ARATIRÍ, MONTES DEL PLATA, UPM o como sea. Siempre hemos estado en la primera línea de resistencia, no solo rechazando estas formas de neocolonialismo, sino impulsando alternativas como las que plantea el programa de Unidad Popular que prioriza la agroecología, instrumenta la reforma agraria, pone freno a los agrotóxicos, desactiva inconsistentes beneficios al gran capital que opera en zonas francas, entre otras medidas imprescindibles.

También esperamos que le quede claro al pueblo uruguayo de hoy que mientras el resto del espectro político solo critica aspectos formales de la negociación que ha acaba de cerrarse, el único partido con representación parlamentaria que se opone firmemente a UPM 2 por razones de fondo y no de forma, es Unidad Popular.

Asimismo que se tome nota de las descaradas mentiras que hoy se dicen respecto a los puestos de trabajo que generaría este emprendimiento, que muy pronto se van a contrastar con la realidad, tal como sucede con las dos plantas de celulosa ya instaladas de las que se decía que iban a generar miles de puestos de trabajo que no generaron. Que se tenga en cuenta la desaparición de muchas oportunidades laborales en varios rubros productivos que se ven perjudicados con el avance de la celulosa.

Al tiempo de rechazar la instalación de esta segunda planta de UPM en Uruguay, los humanistas ratificamos nuestra inquebrantable voluntad de contribuir a construir otro modelo de sociedad respetuosa de sí misma y de sus futuros integrantes que merecen heredar un territorio no condicionado a los intereses de empresas extranjeras.

Treinta y Tres, julio 24 de 2019
Vocería del Partido Humanista, integrante de Unidad Popular
092 916 334, ateran@adinet.com.uy

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jueves, 18 de julio de 2019

Secuencia de destrucción planificada: ¿Cuándo comenzó el bloqueo contra Venezuela?




Tomado de:
cubadebate.cu

William Serafino

13-16 minutes






El 9 de marzo de 2015, el presidente Barack Obama, mediante la Orden Ejectuvia 13692, declaró a Venezuela como «amenaza a la seguridad nacional» de los Estados Unidos Foto: Jonathan Ernst/ Reuters.
El primer encubrimiento

El relajamiento parcial (y siempre relativo tratándose de Venezuela) de la situación política, a raíz de las rondas de negociación que empezaron en Oslo y que ahora mismo se desarrollan en Barbados entre el chavismo y la oposición, remarcan dentro del debate político y de medios un tema definitorio para la vida social y económica del país.

Se trata de las sanciones y medidas coercitivas unilaterales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos contra la República Bolivariana de Venezuela.

Antes del último impulso de cambio de régimen de este año con la figura de Juan Guaidó a la cabeza, era común referirse a las medidas coercitivas unilaterales como un acto que sólo afectaba a los funcionarios del gobierno.

Este tratamiento político y mediático se mantuvo durante los años 2016, 2017 y 2018, justo cuando las sanciones se convirtieron en una manifestación concreta de la agresiva política exterior de los Estados Unidos hacia Venezuela, encaminada a cristalizar un golpe de Estado mediante herramientas no convencionales o de guerra indirecta.

Sin embargo, desde enero de 2019, cuando la Administración Trump decide embargar ilegalmente los activos de PDVSA (incluyendo su filial Citgo), esta narrativa se vio obligada a mutar por la fuerza del propio acontecimiento.

La inclusión de la estatal petrolera PDVSA en la lista OFAC del Departamento del Tesoro tuvo como resultado inmediato la confiscación de sus activos en los Estados Unidos y la prohibición de realizar negocios por parte de las refinerías de la Costa del Golfo con el petróleo del país. La consecuencia lógica de esta acción de abierta guerra económica sería una pérdida de, al menos, 18 mil millones de dólares tras el secuestro de los activos petroleros, y una disminución de casi medio millón de barriles en ingresos, debido a la prohibición de exportar crudo hacia el mercado estadounidense.
La naturaleza colectiva del bloqueo económico




El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el asesor de seguridad nacional, John Bolton, anuncian severas medidas de bloqueo contra PDVSA, 28 de enero de 2019. Foto: AFP.

La naturaleza colectiva y general de estas medidas punitivas impuestas por el gobierno de los Estados Unidos hacía imposible que las mismas fueran interpretadas como acciones contra el gobierno. Aunque el asesor de seguridad nacional John Bolton, al momento de anunciar estas sanciones, hizo un notable esfuerzo en convencer a todo el mundo que dichas medidas afectarían al “régimen de Nicolás Maduro” y no a la población, el desastre económico de los últimos siete meses indican justo lo que se intentaba negar.

Y es que el mensaje de Bolton, secundado por el gabinete de la guerra contra Venezuela que es también el propio gabinete ejecutivo de los Estados Unidos, sigue siendo un desafío a la lógica económica más elemental. La interrupción del ingreso petrolero a un país dependiente de esta entrada en un 95%, lógicamente impacta de manera negativa a la población en su capacidad de acceder a los insumos básicos de subsistencia, debido a la interrupción forzada del flujo de las importaciones que mantienen abastecidas el mercado interno.

La incapacidad de mantener esta situación de autoengaño y blanqueamiento provocó que el relato antichavista se reconfigurara agregando nuevos matices, pero manteniendo la misma estructura inicial. Ahora había que aceptar que las sanciones eran generales, que ciertamente afectaban la economía y la constitución material del país y su mayoría social, pero no sin antes agregar como leitmotiv que estas sanciones empezaron en 2019.
Informe Bachelet y el falso debate antichavista




Michelle Bachelet es la Alta Comisionada de la ONU para los DDHH. Foto: AFP.

En consecuencia, la situación económica de crisis anterior a 2019 no podría explicarse a partir de las sanciones de los Estados Unidos. Este relato cartelizado por medios y políticos del antichavismo recibió un apoyo crucial por parte del informe sobre Venezuela de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, en el cual insiste que la crisis económica es previa a las sanciones, agregando que las mismas agravan esa crisis “preexistente”.

Ese pésimo intento de quedar bien con Dios y con el Diablo, como solemos decir en Venezuela a todo equilibrismo político, en realidad otorgaba verosimilitud a la narrativa del antichavismo que responsabiliza al gobierno de la crisis actual. Otra forma de blanqueamiento institucional para favorecer la aplicación sistemática de medidas de bloqueo económico contra el país.

Igualmente, las medidas coercitivas unilaterales parecieran ser un capítulo continuado de las divisiones internas en el antichavismo. Sin embargo, esta división por el tema de las sanciones, al igual que otros tópicos del acontecer político nacional, corresponden a un falso debate.

Por ejemplo, personajes como el banquero de Torino Capital y asesor financiero del antichavismo, Francisco Rodríguez, el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, y otros actores del ala moderada, han comenzado a dedicar buena parte de su exposición pública a condenar el bloqueo económico estadounidense y sus nocivas consecuencias contra el país.

Y este posicionamiento no ha pasado desapercibido para el ala radical. Hace pocos días, el economista y sicario financiero Ricardo Hausmann protagonizó un rifirrafe en redes sociales con Francisco Rodríguez, con respecto al tema de las medidas coercitivas unilaterales. Para Hausmann, las sanciones económicas estadounidenses no afectan la economía, pues según él, en Venezuela “hay hambruna desde 2016”. La afirmación de que las sanciones comenzaron en 2019 viene acompañada por la tesis de que la crisis económica fue producto del supuesto modelo económico fracasado del chavismo.

Este posicionamiento fue compartido por quien dice ser el “Procurador General” de Juan Guaidó, José Ignacio Hernández, quien aseveró que las sanciones no son responsables de la crisis porque se supone, erróneamente según su criterio, que sin estas medidas de presión el gobierno venezolano igualmente no utilizaría los recursos disponibles para resolver la crisis.

El debate subió de tono y simuló ser un enfrentamiento encarnizado entre posturas diametralmente opuestas. Aunque ambas posiciones difieren en si las sanciones afectan o no a la economía, y allí habría que darle la razón a Francisco Rodríguez y Luis Vicente León, comparten como criterio unificado que la crisis es responsabilidad del chavismo y que la misma antecede a las sanciones. Allí es donde radica el falso debate.
Reconstruir el trayecto de una economía bajo asedio: La onda corta 2014-2019




El presidente Nicolás Maduro, junto a Diosdado Cabello y el presidente boliviano Evo Morales, en un acto para exigir que se derogue el Decreto Obama. Foto: teleSur.

Contrario a este relato que intenta imponerse como dominante, lo cierto es que el bloqueo económico contra Venezuela, en términos institucionales, comienza en diciembre con la promulgación de la “Ley de defensa de derechos humanos y sociedad civil” o “Ley Pública 113-278”. Allí, el Congreso estadounidense otorgó a la presidencia de los Estados Unidos un conjunto de poderes excepcionales (bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional) para bloquear activos y prohibir transacciones financieras desde Venezuela, utilizando como excusa la “violación de los derechos humanos”.

Esta ley, el 9 de marzo de 2015, ascendería a Orden Ejecutiva (13692) bajo la rúbrica del presidente Barack Obama. El denominado Decreto Obama entraba en acción.

Se toma como punto de inicio de las sanciones estos instrumentos legales, porque precisamente las relaciones comerciales, económicas y financieras entre Venezuela y los Estados Unidos, y en consecuencia la conexión del país con el sistema de pagos internacionales que aún gravita en torno a las plataformas estadounidenses, cambia sustancialmente.

A partir de allí, el sistema financiero internacional tomaría una posición de alerta frente a Venezuela, mientras el presidente de los Estados Unidos contaba con los instrumentos legales necesarios para agredir la economía nacional cuando lo creyera necesario.

En paralelo a esto, durante ciclo 2014-2015, haciéndose extensivo a 2016 y en buena parte de 2017, los precios del petróleo se van a pique, llegando a la alarmante cifra de 20 dólares por barril. Esto implicó para la nación una reducción del 70% de sus ingresos nacionales, lo que a su vez generó una contracción sensible de las importaciones y, en consecuencia, las condiciones para una crisis inflacionaria y de desabastecimiento.



Pero el denominado Decreto Obama (la Orden Ejecutiva 13692) comenzaría a mostrar resultados en 2015 y 2016. Durante esos años, las presiones del Departamento del Tesoro, legalizadas por los instrumentos jurídicos antes comentados, provocan que Citibank, Commerzbank y otros bancos que Venezuela utilizaba como intermediarios para la compra de alimentos, medicinas y pago de deuda, cerraran las cuentas, unilateralmente, de instituciones como Banco Central de Venezuela, PDVSA y el Banco de Venezuela.

Sumado a esto, y producto de dichas presiones del Tesoro, las calificadoras de riesgo estadounidense reaccionan elevando artificialmente el riesgo país (ubicándolo como el más alto del mundo, por encima de países con conflictos bélicos como Yemen, Siria o Ucrania) y presionando una situación de impago en los bonos de la deuda pública.

La consecuencia de estas acciones se traduce en el bloqueo directo de las fuentes de financiamiento de Venezuela en el mercado internacional, donde pudo haber recurrido en 2014 y 2015 para compensar la caída de los ingresos petroleros. Pero, lógicamente, un país que supuestamente “amenaza” la seguridad nacional de los Estados Unidos, no es un candidato fiable para acceder a financiamiento internacional.

Allí radican los efectos prácticos del Decreto Obama.

La actuación de las calificadoras de riesgo, y la obstrucción del financiamiento internacional para el país que generó, agudizó la crisis de la importaciones producto de la caída del ingreso petrolero y precipitó el inicio de una crisis inflacionaria mezclada con un desabastecimiento inducido por los capitales nacionales concentrados que tomaron una posición de revancha, nuevamente, contra el chavismo.

Llegamos a 2017, donde esta política sistemática de bloqueo se legaliza con la Orden Ejecutiva 13808 del 24 de agosto de 2017. Allí, expresamente, se impide a PDVSA recibir financiamiento del mercado estadounidense. A Citgo, en particular, se le prohibía a partir de ese momento repatriar sus ganancias a Caracas.

Otras consecuencias de esta Orden Ejecutiva comienzan a visualizarse en 2018, mediante la aplicación de un embargo petrolero no declarado contra PDVSA y Citgo, generando obstáculos a la venta de su producción en el mercado estadounidense y a la capacidad de la filial estadounidense de contar con cartas de crédito para financiarse.

2018, igualmente, será un año de otras Órdenes Ejecutivas complementarias que buscaban ir cerrando la mayoría de las fuentes de generación de riqueza e ingreso de la economía de Venezuela. Se prohíbe al Estado vender o negociar colaterales de deuda utilizando Citgo, se prohíbe también la venta de oro y las transacciones con la criptomoneda Petro.

Este recorrido nos habla de una tormenta perfecta construida mediante mecanismos de guerra económica y financiera contra la economía, y más importante aún, evidencia que las sanciones comenzaron a afectar al país de forma sistemática y en aumento, desde el año 2014.

Visto así, es falso que las medidas de bloqueo económico iniciaron en 2019. Y es así, precisamente, porque en los años anteriores factores económicos internacionales (la caída de los precios del petróleo) y las presiones directas (manipulación de las calificadoras de riesgo, cierre de cuentas, bloqueo a PDVSA y Citgo), fueron lesionando la economía venezolana y generando las condiciones de la crisis actual, agravada sensiblemente por las sanciones del ciclo 2017-2019.

Dicha tormenta perfecta, y vale decir también, perfectamente planificada para producir un cambio de régimen en Venezuela, combinó la crisis de los ingresos petroleros y la crisis de las importaciones, con mecanismos de presión selectiva dirigidas desde los Estados Unidos para profundizar un socavamiento la economía y los derechos económicos y sociales de la población.

Este proceso alcanza su punto clímax en 2019 con la confiscación y robo de activos petroleros por casi 20 mil millones de dólares, además del secuestro de colaterales en oro y dinero fresco en la banca privada internacional por el orden de los 5 mil millones de dólares. Además, es vital agregar la exclusión por la vía de los hechos del sistema de pagos internacionales, que genera terribles obstáculos para la importación de alimentos y medicinas.




Con la Administración Trump, el bloqueo económico contra Venezuela escaló mediante la aplicación de varias Órdenes Ejecutivas. Foto: Carlos Barria/ Reuters.

La sumatoria de todo esto nos describe un país en la siguiente secuencia de destrucción planificada antes de 2019:
Tras una caída de ingresos y de importaciones no pudo obtener dinero fresco para compensar la situación.
Con recursos mermados, comenzaban a cerrarse los mecanismos de pago para importar, agudizando la escasez de bienes esenciales.
Su industria petrolera comienza a ser obstruida y su filial en Estados Unidos, Citgo, no puede repatriar dinero que necesita. Luego, no puede vender petróleo, lo cual agudiza la caída de ingresos y de importaciones de la primera etapa.
Tiene complicaciones para vender oro y para hacer transacciones en Petro, criptomoneda creada para superar el cierre de los medios de pago.

Vivir en el autoengaño, ya en este punto, no es una opción. Y pensar que el modelo fracasó porque sí, obviando esta estrategia de acoso integral contra el país, tampoco.

(Tomado de Misión Verdad)

martes, 2 de julio de 2019

Lorena Casco, candidata a diputada humanista en Uruguay: «Queremos reconstruir el tejido social rebelde»

28.06.2019 - Montevideo, Uruguay - Redacción Argentina

Lorena Casco, candidata a diputada humanista en Uruguay: «Queremos reconstruir el tejido social rebelde»
(Imagen de PH Uruguay)

Este domingo 30 se disputarán elecciones internas en Uruguay para dirimir las fórmulas que competirán en Octubre. Pressenza conversó con Lorena Casco, militante y candidata a diputada por el Partido Humanista en el frente Unidad Popular.

P: ¿Cómo ves el actual escenario político uruguayo?

En Uruguay hay dos partidos que se disputarán la presidencia. Ambos coinciden ampliamente en las propuestas a nivel económico, en la destrucción del medio ambiente y en la actitud de entrega y sumisión frente a las multinacionales y el capital financiero extranjero.
Frenteamplistas, blancos, colorados y el partido independiente,  hacen gala cada uno dentro de su propia historia y proceso, de lucir con predominancia en sus internas las versiones más a la derecha que les hemos conocido desde que superamos la dictadura militar.
Si miramos las bases, asistimos, en general, a una pérdida de participación creciente, a un desinterés por lo político con tintes importantes de anomia. Esto no es casual, ha sido inducido especialmente por el partido de gobierno que en otros tiempos era una usina importante de activismo, de lucha social. Mucha gente decepcionada que, sin embargo, se resigna a votar lo menos malo por temor ya que lo que amenaza con llegar al gobierno como alternativa es sin dudas peor.
Sin embargo nuevas expresiones políticas se presentan en estas elecciones y poco a poco se empiezan a escuchar las voces de quienes dicen basta al chantaje de votar al menos malo y se van animando decididamente a votar en primera vuelta a diputados y senadores que representen esas voces de los oprimidos.

P: El frenteamplismo surgió como fuerza emergente desde la izquierda rompiendo el tradicional bipartidismo y llegó al gobierno derrotando a la derecha en tres oportunidades. ¿Qué pasó? ¿Por qué integrar y votar ahora a la Unidad Popular?

El modelo del Frente Amplio en la región, su espejo, ha sido la Concertación chilena. El FA, desde que asumió en el año 1989 el gobierno de la intendencia de Montevideo fue mostrando su aggiornamento a la socialdemocracia europea, en su versión light, propia del momento hegemonico neoliberal. El FA subió por izquierda y gobierna en materia económica como un partido de centro derecha. El FA ha tenido como su referente  principal a Tabaré Vazquez, que no viene de la tradición de la izquierda uruguaya, es una persona que claramente por sensibilidad y actitudes uno lo ve más ligado a los partidos tradicionales. Es difícil de explicar hasta para los mismos frenteamplistas que lo fundaron en los años 70, como fue que un asesor del FMI ha sido elegido dos veces presidente por la coalición de gobierno.
Unidad Popular representa por un lado a lo mejor de la tradición de la izquierda uruguaya. En ella se mezclan las vertientes más coherentes del pensamiento marxista, artiguista, batllista, saravista y es el lugar más coherente donde los humanistas encontramos para hacer nuestro aporte. El programa que levanta la Unidad Popular es un programa de gobierno donde los uruguayos se hacen cargo de su destino. Las propuestas de la Unidad Popular solo serán posibles en la medida que el crecimiento electoral sea acompañado del crecimiento del pueblo organizado y activo.

P: ¿Qué acentos promovería el Humanismo en el Parlamento?

Nuestra bancada, además de llevar adelante aquellas líneas de acción que se definan en el colectivo de la Unidad Popular, y profundicen la dirección de lo hecho ya con un diputado en el periodo 2015-2020,  hará hincapié en impulsar leyes que favorezcan la participación popular, como las propuestas de facilitar las consultas vinculantes al pueblo, la revocatoria de los mandatos, el veto popular, la iniciativa popular.
Los temas de la Ecología Social serán otro de los ejes fundamentales, donde buscaremos limitar el desastre ambiental que generan los monocultivos de soja y eucaliptus.
Al mismo tiempo nuestra bancada se caracterizara por desarrollar su actividad más fuera que dentro del Parlamento. Nuestro estilo estará inspirado en un planteo escrito en el libro “Cartas a mis amigos” más precisamente en la carta 7 del fundador del Movimiento Humanista del que deriva nuestro partido, Silo.  Dice Silo en ese escrito :“Un miembro del partido que logra representatividad popular, no es un funcionario público sino un referente que evidencia las contradicciones del sistema y organiza la lucha en dirección a la revolución”.
Estar en los conflictos sociales acompañando a los oprimidos que se organizan, alentar a tomar la iniciativa por todo tipo de agrupamiento que dé respuesta a las necesidades concretas de nuestro pueblo oprimido, impulsar la federación nacional de apoyo humano, las redes de economía humanista, las cooperativas de producción y servicios autogestionadas y toda tarea que produzca en los hechos unión, solidaridad , y fortaleza en las personas serán tareas prioritarias. En este sentido todos los temas ligados a la cultura de la no violencia y al desarrollo personal en función del cambio social, serán ingredientes permanentes de nuestro accionar que conforma una esfera esencial de aquello que nos define como “algo más que un partido político”

P: ¿Qué te moviliza a militar y ser diputada?

Cuando empecé a militar en el humanismo tenía 16 años, me dolía la pobreza que veía a mí alrededor y esa fue mi primer motivación. Sentía que algo había que hacer, que no podía ser lo normal que algunos nacieran desnutridos en un “cante” mientras otros nacían con más plata de la que podrían gastar en todas su vida. Hoy en día sigue siendo uno de los temas que más me mueven pero se han sumado otros como por ejemplo la conciencia sobre el desastre ecológico que se promueve con las políticas de saqueo del gran capital. Saber que se contamina todo, que no se respeta en lo más mínimo los tiempos ecológicos, el monte nativo, la fauna autóctona y esto tiene consecuencias inmediatas y a largo plazo. Hoy tenemos un diputado, con un equipo de trabajo peleando por eliminar los agrotóxicos más contaminantes, prohibidos en los países llamados  «desarrollados», mañana podríamos tener muchos más diputad@s  ahí; generando oportunidades para todos. Eso me motiva, podría ser yo o podría ser cualquiera de mis compañer@s del partido, es gente en la que confío plenamente y más allá de la cara visible trabajamos y pensamos juntos. El parlamento es un lugar de resonancia, desde ahí se puede trabajar con otra llegada para reconstruir el tejido social rebelde y hacer oír las voces subterráneas que más allá de banderas políticas defienden los derechos humanos y la ecología.  Podemos mostrar que hay otra forma de hacer política, y devolver al pueblo la esperanza y el entusiasmo desde esa bancada abierta y participativa.

P: ¿Cómo se frena la derechización política en Uruguay y América Latina?

Hay mucha teoría al respecto, pero los mejores intentos que podemos hacer deben mostrarse con hechos. El formidable trabajo que hacen los medios de difusión del neoliberalismo solo pueden ser contrarrestados por acciones ejemplares en otra dirección. La solidaridad, la satisfacción de aquellas tareas que nos fortalecen y benefician a los conjuntos humanos, deben ser difundidas abiertamente y con resolución. No podemos dudar de nuestro paradigma que pone al ser humano como valor central, tenemos que sin temores ridículos dar a conocer nuestros puntos de vista, pensando no en lo que hoy es mayoría en la opinión pública, sino en lo que nuestro pueblo puede pensar pasado mañana. Sino sembramos generosamente en acciones lo que decimos, nada se podrá seriamente hacer ante la avalancha de la derechización. Por poner un ejemplo, si al discurso de la mano dura que ellos proponen, no alzamos la voz reclamando por una mano cálida,  para los jóvenes, las mujeres, los trabajadores, los ancianos y los pisoteados en general, si nuestras convicciones flaquean nos quedamos sin alternativas. Así que a predicar con el ejemplo y a producir acciones que muestren que en los hechos otro paradigma verdaderamente humano está en marcha.
Ya en términos más globales la izquierda debe aproximarse a lo popular, así como lo popular debe incorporar las propuestas de la izquierda. Los planteos de máxima, de cambios de fondo, tienen que apoyarse y buscar coincidencias con aquellos planteos más inmediatos que están instalados en buena parte de los que luchan por reivindicaciones justas y más puntuales. Necesitamos buscar coincidencias con otras fuerzas afines de la región, es necesario ponerle un freno al creciente intervencionismo de USA.

P: En la última elección, la Unidad Popular llegó al parlamento uruguayo. ¿Cuál es la aspiración en esta elección?

En términos electorales aspiramos de piso llegar al Senado y  lograr tres diputados., pero como sabemos hay muchos factores en juego, y si bien nuestro programa beneficia al 90 % de los uruguayos, la manipulacion y la opresión hace que los buena parte de los oprimidos voten por sus verdugos. También es cierto que hay un espacio en disputa que tiene algunos factores nuevos a favor, Uno de ellos  es el hecho que, de acuerdo a la nueva ley electoral, a la Unidad Popular le corresponderá casi el 10% de los espacios gratuitos en TV para la campaña electoral. Aquí dependeremos de nuestra creatividad e inteligencia para aprovechar del mejor modo esa vía de llegada masiva.

P: En el caso de que luego de Octubre fuera necesaria una segunda vuelta, ¿tienen ya una definición política como frente?

No lo hemos definido aún. En la Unidad Popular siempre hemos tenido diferencias con ese tema, no hay una unanimidad, aunque en general, en los grupos que integramos UP predomina la posición de anular el voto para una segunda vuelta, posición que no es ni ha sido la nuestra. En las elecciones de 2014 la UP definió el tema con posterioridad a la primera vuelta en un escenario donde la primera vuelta ya había marcado un resultado que aseguraba el triunfo en el ballotage del FA. Ahora el escenario electoral esta muy reñido y el FA tiene en riesgo su continuidad. En la UP nos centraremos en la primera vuelta, que es donde se eligen los representantes al Parlamento, esa es nuestra elección.
Al mismo tiempo el  momento regional requiere para nosotros una mirada actualizada sobre los procesos políticos donde la derecha y la derecha ultra inclusive se ha posicionado. Nosotros nunca hemos dicho que el FA y los partidos tradicionales son lo mismo, menos lo diremos en esta instancia tan compleja y delicada en nuestra Latinoamérica. Más allá de esta opinión, no es el tema que nos va a tener ocupados hasta el 27 de Octubre, la segunda vuelta será tema para después de esa instancia.


original tomado de:
https://www.pressenza.com/es/2019/06/lorena-casco-candidata-a-diputada-humanista-en-uruguay-queremos-reconstruir-el-tejido-social-rebelde/?fbclid=IwAR1obXxxokRqNrYxWuOgXdT-frVW4YD_m5a6GHOUxdVY2CdO9M_-UO6IZHw