miércoles, 24 de julio de 2019

SOBRE LA INSTALACIÓN DE UNA SEGUNDA PLANTA DE UPM EN URUGUAY

Lorena Casco lista 1969 Unidad Popular lema Asamblea Popular
La confirmación en las últimas horas de la triste noticia de que la empresa finlandesa UPM se instalará en Uruguay con una segunda planta en el centro del país a orillas del río Negro, pone de relieve la necesidad de cambiar el rumbo del país que habitamos hacia un modelo que no subordine al ser humano a los intereses del capital.

Los términos del contrato firmado por el gobierno uruguayo son humillantes al poner en pie de igualdad una empresa privada con un estado soberano, como si tratara de un acuerdo entre pares. Para peor, las ventajas son tan notoriamente favorables a la empresa, que significan un renunciamiento tácito a la soberanía nacional y una entrega graciosa de los recursos del país a cambio de unas pocas monedas.

Esta decisión hipoteca el futuro de miles de uruguayos aún no nacidos al contraer cuantiosas deudas para cumplir con las exigencias de una empresa a la que casi todo le concede sin exigirle casi nada. La infraestructura portuaria y vial de miles de millones de dólares que se va a construir para beneficio de UPM, la pagarán las generaciones por venir que se encontrarán con un país maniatado por un contrato firmado a espaldas del pueblo de manera inconsulta y clandestina. Al daño ambiental implicado en la profundización de un modelo forestal de monocultivos destinado a alimentar de materia prima el negocio de la celulosa, se le suma la operativa de otra planta industrial que claramente supera la escasa capacidad de resistencia del ecosistema al que atacará con un poder destructivo criminal.

Es de imaginar la desazón y frustración de los habitantes de este país dentro de algunos años cuando al sufrir los nefastos resultados se pregunten: ¿cómo pudieron hacernos esto?

Confiamos en que quedará constancia de que no todos los uruguayos fueron cómplices de esta barbaridad. Los textos de historia del futuro deberán incluir referencias a la digna acción de organizaciones sociales y políticas que dieron batalla. Entre ellas nos contamos los humanistas que jamás consentiremos este tipo de acciones reñidas con nuestros principios fundamentales. Por eso hemos hechos campaña contra toda forma de sometimiento de los recurso naturales a la explotación capitalista, llámese BOTNIA, ARATIRÍ, MONTES DEL PLATA, UPM o como sea. Siempre hemos estado en la primera línea de resistencia, no solo rechazando estas formas de neocolonialismo, sino impulsando alternativas como las que plantea el programa de Unidad Popular que prioriza la agroecología, instrumenta la reforma agraria, pone freno a los agrotóxicos, desactiva inconsistentes beneficios al gran capital que opera en zonas francas, entre otras medidas imprescindibles.

También esperamos que le quede claro al pueblo uruguayo de hoy que mientras el resto del espectro político solo critica aspectos formales de la negociación que ha acaba de cerrarse, el único partido con representación parlamentaria que se opone firmemente a UPM 2 por razones de fondo y no de forma, es Unidad Popular.

Asimismo que se tome nota de las descaradas mentiras que hoy se dicen respecto a los puestos de trabajo que generaría este emprendimiento, que muy pronto se van a contrastar con la realidad, tal como sucede con las dos plantas de celulosa ya instaladas de las que se decía que iban a generar miles de puestos de trabajo que no generaron. Que se tenga en cuenta la desaparición de muchas oportunidades laborales en varios rubros productivos que se ven perjudicados con el avance de la celulosa.

Al tiempo de rechazar la instalación de esta segunda planta de UPM en Uruguay, los humanistas ratificamos nuestra inquebrantable voluntad de contribuir a construir otro modelo de sociedad respetuosa de sí misma y de sus futuros integrantes que merecen heredar un territorio no condicionado a los intereses de empresas extranjeras.

Treinta y Tres, julio 24 de 2019
Vocería del Partido Humanista, integrante de Unidad Popular
092 916 334, ateran@adinet.com.uy

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jueves, 18 de julio de 2019

Secuencia de destrucción planificada: ¿Cuándo comenzó el bloqueo contra Venezuela?




Tomado de:
cubadebate.cu

William Serafino

13-16 minutes






El 9 de marzo de 2015, el presidente Barack Obama, mediante la Orden Ejectuvia 13692, declaró a Venezuela como «amenaza a la seguridad nacional» de los Estados Unidos Foto: Jonathan Ernst/ Reuters.
El primer encubrimiento

El relajamiento parcial (y siempre relativo tratándose de Venezuela) de la situación política, a raíz de las rondas de negociación que empezaron en Oslo y que ahora mismo se desarrollan en Barbados entre el chavismo y la oposición, remarcan dentro del debate político y de medios un tema definitorio para la vida social y económica del país.

Se trata de las sanciones y medidas coercitivas unilaterales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos contra la República Bolivariana de Venezuela.

Antes del último impulso de cambio de régimen de este año con la figura de Juan Guaidó a la cabeza, era común referirse a las medidas coercitivas unilaterales como un acto que sólo afectaba a los funcionarios del gobierno.

Este tratamiento político y mediático se mantuvo durante los años 2016, 2017 y 2018, justo cuando las sanciones se convirtieron en una manifestación concreta de la agresiva política exterior de los Estados Unidos hacia Venezuela, encaminada a cristalizar un golpe de Estado mediante herramientas no convencionales o de guerra indirecta.

Sin embargo, desde enero de 2019, cuando la Administración Trump decide embargar ilegalmente los activos de PDVSA (incluyendo su filial Citgo), esta narrativa se vio obligada a mutar por la fuerza del propio acontecimiento.

La inclusión de la estatal petrolera PDVSA en la lista OFAC del Departamento del Tesoro tuvo como resultado inmediato la confiscación de sus activos en los Estados Unidos y la prohibición de realizar negocios por parte de las refinerías de la Costa del Golfo con el petróleo del país. La consecuencia lógica de esta acción de abierta guerra económica sería una pérdida de, al menos, 18 mil millones de dólares tras el secuestro de los activos petroleros, y una disminución de casi medio millón de barriles en ingresos, debido a la prohibición de exportar crudo hacia el mercado estadounidense.
La naturaleza colectiva del bloqueo económico




El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el asesor de seguridad nacional, John Bolton, anuncian severas medidas de bloqueo contra PDVSA, 28 de enero de 2019. Foto: AFP.

La naturaleza colectiva y general de estas medidas punitivas impuestas por el gobierno de los Estados Unidos hacía imposible que las mismas fueran interpretadas como acciones contra el gobierno. Aunque el asesor de seguridad nacional John Bolton, al momento de anunciar estas sanciones, hizo un notable esfuerzo en convencer a todo el mundo que dichas medidas afectarían al “régimen de Nicolás Maduro” y no a la población, el desastre económico de los últimos siete meses indican justo lo que se intentaba negar.

Y es que el mensaje de Bolton, secundado por el gabinete de la guerra contra Venezuela que es también el propio gabinete ejecutivo de los Estados Unidos, sigue siendo un desafío a la lógica económica más elemental. La interrupción del ingreso petrolero a un país dependiente de esta entrada en un 95%, lógicamente impacta de manera negativa a la población en su capacidad de acceder a los insumos básicos de subsistencia, debido a la interrupción forzada del flujo de las importaciones que mantienen abastecidas el mercado interno.

La incapacidad de mantener esta situación de autoengaño y blanqueamiento provocó que el relato antichavista se reconfigurara agregando nuevos matices, pero manteniendo la misma estructura inicial. Ahora había que aceptar que las sanciones eran generales, que ciertamente afectaban la economía y la constitución material del país y su mayoría social, pero no sin antes agregar como leitmotiv que estas sanciones empezaron en 2019.
Informe Bachelet y el falso debate antichavista




Michelle Bachelet es la Alta Comisionada de la ONU para los DDHH. Foto: AFP.

En consecuencia, la situación económica de crisis anterior a 2019 no podría explicarse a partir de las sanciones de los Estados Unidos. Este relato cartelizado por medios y políticos del antichavismo recibió un apoyo crucial por parte del informe sobre Venezuela de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, en el cual insiste que la crisis económica es previa a las sanciones, agregando que las mismas agravan esa crisis “preexistente”.

Ese pésimo intento de quedar bien con Dios y con el Diablo, como solemos decir en Venezuela a todo equilibrismo político, en realidad otorgaba verosimilitud a la narrativa del antichavismo que responsabiliza al gobierno de la crisis actual. Otra forma de blanqueamiento institucional para favorecer la aplicación sistemática de medidas de bloqueo económico contra el país.

Igualmente, las medidas coercitivas unilaterales parecieran ser un capítulo continuado de las divisiones internas en el antichavismo. Sin embargo, esta división por el tema de las sanciones, al igual que otros tópicos del acontecer político nacional, corresponden a un falso debate.

Por ejemplo, personajes como el banquero de Torino Capital y asesor financiero del antichavismo, Francisco Rodríguez, el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, y otros actores del ala moderada, han comenzado a dedicar buena parte de su exposición pública a condenar el bloqueo económico estadounidense y sus nocivas consecuencias contra el país.

Y este posicionamiento no ha pasado desapercibido para el ala radical. Hace pocos días, el economista y sicario financiero Ricardo Hausmann protagonizó un rifirrafe en redes sociales con Francisco Rodríguez, con respecto al tema de las medidas coercitivas unilaterales. Para Hausmann, las sanciones económicas estadounidenses no afectan la economía, pues según él, en Venezuela “hay hambruna desde 2016”. La afirmación de que las sanciones comenzaron en 2019 viene acompañada por la tesis de que la crisis económica fue producto del supuesto modelo económico fracasado del chavismo.

Este posicionamiento fue compartido por quien dice ser el “Procurador General” de Juan Guaidó, José Ignacio Hernández, quien aseveró que las sanciones no son responsables de la crisis porque se supone, erróneamente según su criterio, que sin estas medidas de presión el gobierno venezolano igualmente no utilizaría los recursos disponibles para resolver la crisis.

El debate subió de tono y simuló ser un enfrentamiento encarnizado entre posturas diametralmente opuestas. Aunque ambas posiciones difieren en si las sanciones afectan o no a la economía, y allí habría que darle la razón a Francisco Rodríguez y Luis Vicente León, comparten como criterio unificado que la crisis es responsabilidad del chavismo y que la misma antecede a las sanciones. Allí es donde radica el falso debate.
Reconstruir el trayecto de una economía bajo asedio: La onda corta 2014-2019




El presidente Nicolás Maduro, junto a Diosdado Cabello y el presidente boliviano Evo Morales, en un acto para exigir que se derogue el Decreto Obama. Foto: teleSur.

Contrario a este relato que intenta imponerse como dominante, lo cierto es que el bloqueo económico contra Venezuela, en términos institucionales, comienza en diciembre con la promulgación de la “Ley de defensa de derechos humanos y sociedad civil” o “Ley Pública 113-278”. Allí, el Congreso estadounidense otorgó a la presidencia de los Estados Unidos un conjunto de poderes excepcionales (bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional) para bloquear activos y prohibir transacciones financieras desde Venezuela, utilizando como excusa la “violación de los derechos humanos”.

Esta ley, el 9 de marzo de 2015, ascendería a Orden Ejecutiva (13692) bajo la rúbrica del presidente Barack Obama. El denominado Decreto Obama entraba en acción.

Se toma como punto de inicio de las sanciones estos instrumentos legales, porque precisamente las relaciones comerciales, económicas y financieras entre Venezuela y los Estados Unidos, y en consecuencia la conexión del país con el sistema de pagos internacionales que aún gravita en torno a las plataformas estadounidenses, cambia sustancialmente.

A partir de allí, el sistema financiero internacional tomaría una posición de alerta frente a Venezuela, mientras el presidente de los Estados Unidos contaba con los instrumentos legales necesarios para agredir la economía nacional cuando lo creyera necesario.

En paralelo a esto, durante ciclo 2014-2015, haciéndose extensivo a 2016 y en buena parte de 2017, los precios del petróleo se van a pique, llegando a la alarmante cifra de 20 dólares por barril. Esto implicó para la nación una reducción del 70% de sus ingresos nacionales, lo que a su vez generó una contracción sensible de las importaciones y, en consecuencia, las condiciones para una crisis inflacionaria y de desabastecimiento.



Pero el denominado Decreto Obama (la Orden Ejecutiva 13692) comenzaría a mostrar resultados en 2015 y 2016. Durante esos años, las presiones del Departamento del Tesoro, legalizadas por los instrumentos jurídicos antes comentados, provocan que Citibank, Commerzbank y otros bancos que Venezuela utilizaba como intermediarios para la compra de alimentos, medicinas y pago de deuda, cerraran las cuentas, unilateralmente, de instituciones como Banco Central de Venezuela, PDVSA y el Banco de Venezuela.

Sumado a esto, y producto de dichas presiones del Tesoro, las calificadoras de riesgo estadounidense reaccionan elevando artificialmente el riesgo país (ubicándolo como el más alto del mundo, por encima de países con conflictos bélicos como Yemen, Siria o Ucrania) y presionando una situación de impago en los bonos de la deuda pública.

La consecuencia de estas acciones se traduce en el bloqueo directo de las fuentes de financiamiento de Venezuela en el mercado internacional, donde pudo haber recurrido en 2014 y 2015 para compensar la caída de los ingresos petroleros. Pero, lógicamente, un país que supuestamente “amenaza” la seguridad nacional de los Estados Unidos, no es un candidato fiable para acceder a financiamiento internacional.

Allí radican los efectos prácticos del Decreto Obama.

La actuación de las calificadoras de riesgo, y la obstrucción del financiamiento internacional para el país que generó, agudizó la crisis de la importaciones producto de la caída del ingreso petrolero y precipitó el inicio de una crisis inflacionaria mezclada con un desabastecimiento inducido por los capitales nacionales concentrados que tomaron una posición de revancha, nuevamente, contra el chavismo.

Llegamos a 2017, donde esta política sistemática de bloqueo se legaliza con la Orden Ejecutiva 13808 del 24 de agosto de 2017. Allí, expresamente, se impide a PDVSA recibir financiamiento del mercado estadounidense. A Citgo, en particular, se le prohibía a partir de ese momento repatriar sus ganancias a Caracas.

Otras consecuencias de esta Orden Ejecutiva comienzan a visualizarse en 2018, mediante la aplicación de un embargo petrolero no declarado contra PDVSA y Citgo, generando obstáculos a la venta de su producción en el mercado estadounidense y a la capacidad de la filial estadounidense de contar con cartas de crédito para financiarse.

2018, igualmente, será un año de otras Órdenes Ejecutivas complementarias que buscaban ir cerrando la mayoría de las fuentes de generación de riqueza e ingreso de la economía de Venezuela. Se prohíbe al Estado vender o negociar colaterales de deuda utilizando Citgo, se prohíbe también la venta de oro y las transacciones con la criptomoneda Petro.

Este recorrido nos habla de una tormenta perfecta construida mediante mecanismos de guerra económica y financiera contra la economía, y más importante aún, evidencia que las sanciones comenzaron a afectar al país de forma sistemática y en aumento, desde el año 2014.

Visto así, es falso que las medidas de bloqueo económico iniciaron en 2019. Y es así, precisamente, porque en los años anteriores factores económicos internacionales (la caída de los precios del petróleo) y las presiones directas (manipulación de las calificadoras de riesgo, cierre de cuentas, bloqueo a PDVSA y Citgo), fueron lesionando la economía venezolana y generando las condiciones de la crisis actual, agravada sensiblemente por las sanciones del ciclo 2017-2019.

Dicha tormenta perfecta, y vale decir también, perfectamente planificada para producir un cambio de régimen en Venezuela, combinó la crisis de los ingresos petroleros y la crisis de las importaciones, con mecanismos de presión selectiva dirigidas desde los Estados Unidos para profundizar un socavamiento la economía y los derechos económicos y sociales de la población.

Este proceso alcanza su punto clímax en 2019 con la confiscación y robo de activos petroleros por casi 20 mil millones de dólares, además del secuestro de colaterales en oro y dinero fresco en la banca privada internacional por el orden de los 5 mil millones de dólares. Además, es vital agregar la exclusión por la vía de los hechos del sistema de pagos internacionales, que genera terribles obstáculos para la importación de alimentos y medicinas.




Con la Administración Trump, el bloqueo económico contra Venezuela escaló mediante la aplicación de varias Órdenes Ejecutivas. Foto: Carlos Barria/ Reuters.

La sumatoria de todo esto nos describe un país en la siguiente secuencia de destrucción planificada antes de 2019:
Tras una caída de ingresos y de importaciones no pudo obtener dinero fresco para compensar la situación.
Con recursos mermados, comenzaban a cerrarse los mecanismos de pago para importar, agudizando la escasez de bienes esenciales.
Su industria petrolera comienza a ser obstruida y su filial en Estados Unidos, Citgo, no puede repatriar dinero que necesita. Luego, no puede vender petróleo, lo cual agudiza la caída de ingresos y de importaciones de la primera etapa.
Tiene complicaciones para vender oro y para hacer transacciones en Petro, criptomoneda creada para superar el cierre de los medios de pago.

Vivir en el autoengaño, ya en este punto, no es una opción. Y pensar que el modelo fracasó porque sí, obviando esta estrategia de acoso integral contra el país, tampoco.

(Tomado de Misión Verdad)

martes, 2 de julio de 2019

Lorena Casco, candidata a diputada humanista en Uruguay: «Queremos reconstruir el tejido social rebelde»

28.06.2019 - Montevideo, Uruguay - Redacción Argentina

Lorena Casco, candidata a diputada humanista en Uruguay: «Queremos reconstruir el tejido social rebelde»
(Imagen de PH Uruguay)

Este domingo 30 se disputarán elecciones internas en Uruguay para dirimir las fórmulas que competirán en Octubre. Pressenza conversó con Lorena Casco, militante y candidata a diputada por el Partido Humanista en el frente Unidad Popular.

P: ¿Cómo ves el actual escenario político uruguayo?

En Uruguay hay dos partidos que se disputarán la presidencia. Ambos coinciden ampliamente en las propuestas a nivel económico, en la destrucción del medio ambiente y en la actitud de entrega y sumisión frente a las multinacionales y el capital financiero extranjero.
Frenteamplistas, blancos, colorados y el partido independiente,  hacen gala cada uno dentro de su propia historia y proceso, de lucir con predominancia en sus internas las versiones más a la derecha que les hemos conocido desde que superamos la dictadura militar.
Si miramos las bases, asistimos, en general, a una pérdida de participación creciente, a un desinterés por lo político con tintes importantes de anomia. Esto no es casual, ha sido inducido especialmente por el partido de gobierno que en otros tiempos era una usina importante de activismo, de lucha social. Mucha gente decepcionada que, sin embargo, se resigna a votar lo menos malo por temor ya que lo que amenaza con llegar al gobierno como alternativa es sin dudas peor.
Sin embargo nuevas expresiones políticas se presentan en estas elecciones y poco a poco se empiezan a escuchar las voces de quienes dicen basta al chantaje de votar al menos malo y se van animando decididamente a votar en primera vuelta a diputados y senadores que representen esas voces de los oprimidos.

P: El frenteamplismo surgió como fuerza emergente desde la izquierda rompiendo el tradicional bipartidismo y llegó al gobierno derrotando a la derecha en tres oportunidades. ¿Qué pasó? ¿Por qué integrar y votar ahora a la Unidad Popular?

El modelo del Frente Amplio en la región, su espejo, ha sido la Concertación chilena. El FA, desde que asumió en el año 1989 el gobierno de la intendencia de Montevideo fue mostrando su aggiornamento a la socialdemocracia europea, en su versión light, propia del momento hegemonico neoliberal. El FA subió por izquierda y gobierna en materia económica como un partido de centro derecha. El FA ha tenido como su referente  principal a Tabaré Vazquez, que no viene de la tradición de la izquierda uruguaya, es una persona que claramente por sensibilidad y actitudes uno lo ve más ligado a los partidos tradicionales. Es difícil de explicar hasta para los mismos frenteamplistas que lo fundaron en los años 70, como fue que un asesor del FMI ha sido elegido dos veces presidente por la coalición de gobierno.
Unidad Popular representa por un lado a lo mejor de la tradición de la izquierda uruguaya. En ella se mezclan las vertientes más coherentes del pensamiento marxista, artiguista, batllista, saravista y es el lugar más coherente donde los humanistas encontramos para hacer nuestro aporte. El programa que levanta la Unidad Popular es un programa de gobierno donde los uruguayos se hacen cargo de su destino. Las propuestas de la Unidad Popular solo serán posibles en la medida que el crecimiento electoral sea acompañado del crecimiento del pueblo organizado y activo.

P: ¿Qué acentos promovería el Humanismo en el Parlamento?

Nuestra bancada, además de llevar adelante aquellas líneas de acción que se definan en el colectivo de la Unidad Popular, y profundicen la dirección de lo hecho ya con un diputado en el periodo 2015-2020,  hará hincapié en impulsar leyes que favorezcan la participación popular, como las propuestas de facilitar las consultas vinculantes al pueblo, la revocatoria de los mandatos, el veto popular, la iniciativa popular.
Los temas de la Ecología Social serán otro de los ejes fundamentales, donde buscaremos limitar el desastre ambiental que generan los monocultivos de soja y eucaliptus.
Al mismo tiempo nuestra bancada se caracterizara por desarrollar su actividad más fuera que dentro del Parlamento. Nuestro estilo estará inspirado en un planteo escrito en el libro “Cartas a mis amigos” más precisamente en la carta 7 del fundador del Movimiento Humanista del que deriva nuestro partido, Silo.  Dice Silo en ese escrito :“Un miembro del partido que logra representatividad popular, no es un funcionario público sino un referente que evidencia las contradicciones del sistema y organiza la lucha en dirección a la revolución”.
Estar en los conflictos sociales acompañando a los oprimidos que se organizan, alentar a tomar la iniciativa por todo tipo de agrupamiento que dé respuesta a las necesidades concretas de nuestro pueblo oprimido, impulsar la federación nacional de apoyo humano, las redes de economía humanista, las cooperativas de producción y servicios autogestionadas y toda tarea que produzca en los hechos unión, solidaridad , y fortaleza en las personas serán tareas prioritarias. En este sentido todos los temas ligados a la cultura de la no violencia y al desarrollo personal en función del cambio social, serán ingredientes permanentes de nuestro accionar que conforma una esfera esencial de aquello que nos define como “algo más que un partido político”

P: ¿Qué te moviliza a militar y ser diputada?

Cuando empecé a militar en el humanismo tenía 16 años, me dolía la pobreza que veía a mí alrededor y esa fue mi primer motivación. Sentía que algo había que hacer, que no podía ser lo normal que algunos nacieran desnutridos en un “cante” mientras otros nacían con más plata de la que podrían gastar en todas su vida. Hoy en día sigue siendo uno de los temas que más me mueven pero se han sumado otros como por ejemplo la conciencia sobre el desastre ecológico que se promueve con las políticas de saqueo del gran capital. Saber que se contamina todo, que no se respeta en lo más mínimo los tiempos ecológicos, el monte nativo, la fauna autóctona y esto tiene consecuencias inmediatas y a largo plazo. Hoy tenemos un diputado, con un equipo de trabajo peleando por eliminar los agrotóxicos más contaminantes, prohibidos en los países llamados  «desarrollados», mañana podríamos tener muchos más diputad@s  ahí; generando oportunidades para todos. Eso me motiva, podría ser yo o podría ser cualquiera de mis compañer@s del partido, es gente en la que confío plenamente y más allá de la cara visible trabajamos y pensamos juntos. El parlamento es un lugar de resonancia, desde ahí se puede trabajar con otra llegada para reconstruir el tejido social rebelde y hacer oír las voces subterráneas que más allá de banderas políticas defienden los derechos humanos y la ecología.  Podemos mostrar que hay otra forma de hacer política, y devolver al pueblo la esperanza y el entusiasmo desde esa bancada abierta y participativa.

P: ¿Cómo se frena la derechización política en Uruguay y América Latina?

Hay mucha teoría al respecto, pero los mejores intentos que podemos hacer deben mostrarse con hechos. El formidable trabajo que hacen los medios de difusión del neoliberalismo solo pueden ser contrarrestados por acciones ejemplares en otra dirección. La solidaridad, la satisfacción de aquellas tareas que nos fortalecen y benefician a los conjuntos humanos, deben ser difundidas abiertamente y con resolución. No podemos dudar de nuestro paradigma que pone al ser humano como valor central, tenemos que sin temores ridículos dar a conocer nuestros puntos de vista, pensando no en lo que hoy es mayoría en la opinión pública, sino en lo que nuestro pueblo puede pensar pasado mañana. Sino sembramos generosamente en acciones lo que decimos, nada se podrá seriamente hacer ante la avalancha de la derechización. Por poner un ejemplo, si al discurso de la mano dura que ellos proponen, no alzamos la voz reclamando por una mano cálida,  para los jóvenes, las mujeres, los trabajadores, los ancianos y los pisoteados en general, si nuestras convicciones flaquean nos quedamos sin alternativas. Así que a predicar con el ejemplo y a producir acciones que muestren que en los hechos otro paradigma verdaderamente humano está en marcha.
Ya en términos más globales la izquierda debe aproximarse a lo popular, así como lo popular debe incorporar las propuestas de la izquierda. Los planteos de máxima, de cambios de fondo, tienen que apoyarse y buscar coincidencias con aquellos planteos más inmediatos que están instalados en buena parte de los que luchan por reivindicaciones justas y más puntuales. Necesitamos buscar coincidencias con otras fuerzas afines de la región, es necesario ponerle un freno al creciente intervencionismo de USA.

P: En la última elección, la Unidad Popular llegó al parlamento uruguayo. ¿Cuál es la aspiración en esta elección?

En términos electorales aspiramos de piso llegar al Senado y  lograr tres diputados., pero como sabemos hay muchos factores en juego, y si bien nuestro programa beneficia al 90 % de los uruguayos, la manipulacion y la opresión hace que los buena parte de los oprimidos voten por sus verdugos. También es cierto que hay un espacio en disputa que tiene algunos factores nuevos a favor, Uno de ellos  es el hecho que, de acuerdo a la nueva ley electoral, a la Unidad Popular le corresponderá casi el 10% de los espacios gratuitos en TV para la campaña electoral. Aquí dependeremos de nuestra creatividad e inteligencia para aprovechar del mejor modo esa vía de llegada masiva.

P: En el caso de que luego de Octubre fuera necesaria una segunda vuelta, ¿tienen ya una definición política como frente?

No lo hemos definido aún. En la Unidad Popular siempre hemos tenido diferencias con ese tema, no hay una unanimidad, aunque en general, en los grupos que integramos UP predomina la posición de anular el voto para una segunda vuelta, posición que no es ni ha sido la nuestra. En las elecciones de 2014 la UP definió el tema con posterioridad a la primera vuelta en un escenario donde la primera vuelta ya había marcado un resultado que aseguraba el triunfo en el ballotage del FA. Ahora el escenario electoral esta muy reñido y el FA tiene en riesgo su continuidad. En la UP nos centraremos en la primera vuelta, que es donde se eligen los representantes al Parlamento, esa es nuestra elección.
Al mismo tiempo el  momento regional requiere para nosotros una mirada actualizada sobre los procesos políticos donde la derecha y la derecha ultra inclusive se ha posicionado. Nosotros nunca hemos dicho que el FA y los partidos tradicionales son lo mismo, menos lo diremos en esta instancia tan compleja y delicada en nuestra Latinoamérica. Más allá de esta opinión, no es el tema que nos va a tener ocupados hasta el 27 de Octubre, la segunda vuelta será tema para después de esa instancia.


original tomado de:
https://www.pressenza.com/es/2019/06/lorena-casco-candidata-a-diputada-humanista-en-uruguay-queremos-reconstruir-el-tejido-social-rebelde/?fbclid=IwAR1obXxxokRqNrYxWuOgXdT-frVW4YD_m5a6GHOUxdVY2CdO9M_-UO6IZHw