Alcalde Sánchez Gordillo asegura que la utopía se hizo realidad
17 mayo 2012 |
Tras la caída del dictador Francisco Franco, en este municipio
español comenzaron a luchar por la tierra, la industria y el empleo. Más
adelante se dieron cuenta que había otros elementos fundamentales como
la vivienda, la salud y la educación
Con aproximadamente 3 mil habitantes, el municipio sevillano de
Marinaleda se erige en la actualidad como una comunidad modelo por sus
avances sociales, políticos y económicos, dentro de una España
visiblemente afectada, al igual que otras naciones europeas, por la
crisis sistémica.
La mayor parte de la economía en Marinaleda gira en torno a las
cooperativas populares. Las trabajadoras y los trabajadores de esta
pequeña comunidad situada en la comarca de Estepa, devengan un salario
de 1.128 euros al mes por una jornada de 6 días y 35 horas semanales.
Pese a la crisis, la vida para ellos es más fácil que para el resto de
las españolas y los españoles, pues al recuperar las tierras y ponerlas a
producir para su propio consumo y para el intercambio, sus gastos se
redujeron notoriamente.
El Correo del Orinoco entrevistó en exclusiva a Juan Manuel Sánchez
Gordillo, profesor de historia, diputado del Parlamento de Andalucía por
el partido Izquierda Unida y alcalde de Marinaleda desde las primeras
elecciones democráticas celebradas en 1979, tras la caída del régimen
dictatorial de Francisco Franco. Sánchez Gordillo visita Venezuela
-invitado por YVKE Mundial, AVN, VIVE TV y Saime- para dar a conocer la
exitosa experiencia desarrollada en su tierra natal.
¿Cómo fue la adaptación del franquismo de los 70 a la democracia social del siglo XXI?
-Nos organizamos sindical y políticamente. Sindicalmente, cuando se
legalizaron los sindicatos en España, después de la dictadura de Franco;
y políticamente en el Colectivo de Unidad de los Trabajadores, que es
un partido anticapitalista. En el año 1979 nos presentamos en las
elecciones municipales, a través de la CUT, obtuvimos mayoría absoluta, y
esa mayoría absoluta la hemos mantenido hasta la fecha. En las últimas
elecciones, hechas hace menos de un año, hemos obtenido 73% de los
votos.
“Cuando llegamos al ayuntamiento dijimos que el poder que había servido
para oprimir, no podía servir para liberar, y quisimos construir una
especie de contrapoder, que es el poder de los que no tienen poder, el
poder de los jornaleros, de los explotados, de los pobres, frente al
poder de los terratenientes y del gobierno”, añadió.
Para que ese poder fuera fuerte “había que darle participación al
pueblo, y creamos los presupuestos participativos. De esta manera los
vecinos discuten el presupuesto del ayuntamiento y deciden en qué se
gasta el dinero. Ese fue el primer paso: una democracia directa en la
que la asamblea se convierte en el máximo órgano para la toma de
decisiones. Luego pensamos que no valía la democracia política sin
democracia económica”.
El principal problema era el paro, señaló. “¿Cómo fomentábamos el
empleo? Consiguiendo tierras, entonces indagamos a ver quién tenía más
tierras, y el que más tierras tenía era el Duque de un infantado, amigo
del rey Juan Carlos. Presionamos, y obtuvimos algunas tierras, y fue
cuando comenzamos a mejorar. La tierra es de quien la trabaja”.
Ahora en Marinaleda “todo el mundo gana el mismo dinero; eso es la
democracia económica, nuestro segundo eje, porque de esta manera no se
reparte el beneficio sino que los beneficios que generan las
cooperativas se reinvierten en nuevos puestos de trabajo”.
La tercera fase del proyecto, acotó, “es la democracia social, a la que
vemos como un mecanismo que brinda a la población entera el acceso a
todos los bienestares, y que tiene que ver con las facilidades que damos
para la obtención de viviendas. Partiendo de allí, comenzamos a
desarrollar un sistema urbanístico de autoconstrucción, mediante el cual
se ha podido garantizar, sin distingo alguno, el derecho universal a
la vivienda, con un pago mensual de al menos 15 euros”.
COMERCIALIZACIÓN SIN INTERMEDIARIOS
-Además de la tierra, las industrias y el empleo, ¿qué falta por alcanzar en Marinaleda?
-Un elemento fundamental es la comercialización de los productos
que elaboramos. Estamos tratando de ser horizontales con otras
cooperativas o pueblos hermanos con los que podamos tener algún tipo de
relación. Nosotros podemos vender directamente del productor al
consumidor, por eso nos interesa establecer intercambios con otros
países. También estamos intentando vender con nuestra propia marca, y
para eso estamos fomentando el comercio de cercanía.
Por otra parte, con esta crisis, “nos están cortando el crédito, tenemos
dificultades económicas porque no tenemos liquidez y los precios de los
productos agrarios están muy bajos. Por eso, quisiéramos hacer una
especie de banco público o un convenio de financiación pública, que
pudiera prestarnos con intereses mucho más llevaderos que los que
ofrecen los bancos comerciales”.
En Marinaleda prácticamente se produce de todo. “Mucho aceite, el mejor
del mundo, y somos el primer productor de alcachofas de España. También
producimos remolacha, acelga, aceitunas, habas; es decir, casi cualquier
producto, porque nuestras tierras están de regadío. Pero tenemos que
salirnos del círculo del mercado en donde las multinacionales, que son
los intermediarios, se llevan casi todo el dinero”.
La diferencia entre el producto en origen y el producto en destino es de
704%, calculó, “y queremos acabar con eso. Podemos nosotros vender
directamente al consumidor. Así el consumidor compraría más barato y
nosotros ganaríamos más dinero, por eso buscamos hacer comercio
horizontal”.
“Nosotros queremos que el bien llegue al productor y al consumidor. El
que produce también arriesga, es un trabajador, y el que consume es el
pueblo, necesita alimentarse, lo que hay que quitar del medio es al
intermediario”.
-En el mundo se sataniza a la izquierda y a todo lo que tenga
que ver con el socialismo. ¿Está contento su pueblo con lo que se ha
logrado bajo esta modalidad?
-En este momento, cuando hay 500 mil familias en España que están
amenazadas por vía judicial de que van a perder sus casas porque no
pueden pagar las hipotecas a los bancos, en Marinaleda no hay ni una
sola familia hipotecada; más bien, todas las familias tienen acceso a la
vivienda. Contrasta también el hecho de que en una Andalucía donde
existen actualmente 250 mil parados (desempleados), 3 millones de pobres
y 33% de la población activa parada, en Marinaleda prácticamente
tenemos pleno empleo y acceso a todos los bienestares públicos de manera
sencilla. Todo esto, entre otras cosas, hace que la gente esté
consciente de que este es un proyecto de calado histórico, y que aunque
sea pequeñito, constituye un referente importante a escala nacional e
internacional.
El nivel de vida en Marinaleda ha cambiado en 180%, porque antes la
gente no tenía trabajo y ahora tiene, indicó el alcalde; “porque no
había otra opción que la emigración y ahora se quedan en su pueblo,
porque no tenían vivienda y ahora la tienen, y porque en este momento
todos allí tenemos nuestras necesidades cubiertas y antes no, porque
todos tienen acceso a la sanidad y a la educación y porque hemos
conseguido que el impuesto indirecto no se suba. Todos esos han sido
bienestares muy concretos que han repercutido en la vida diaria de la
gente, de manera que no es que la gente sueñe la utopía en Marinaleda
sino que la utopía está llegando a sus vidas y a sus bolsillos”.
De alguna forma en Marinaleda “hemos intentado demostrar que es posible
hacer una política más humana, pero que no hay que esperar llegar al
socialismo, sino que mientras llegamos a él, vamos construyendo.
Mientras llegamos a lo que queremos, hagamos parte de eso”.
Insistió en que no es prudente poner “todas nuestras esperanzas en el
mañana. Hay que ir por el objetivo, pero en el camino hay que resolver
los problemas concretos para que la gente visualice que ha llegado otra
forma de hacer política y para que los procesos, que seguramente van a
tener muchas críticas y van a ser criminalizados a través de la prensa
burguesa, puedan sostenerse sin que los pueblos, que muchas veces son
flacos de memoria, no nos den la espalda”.
-¿Considera factible trasladar esta experiencia a otros países?
-Para lograr una verdadera democracia social hace falta tener la
voluntad política y vencer muchas dificultades. ¿Por qué la vivienda no
puede dejar de ser un negocio y convertirse en un derecho? Si en los
países existiera una ley que dijera que todo el suelo para primera
vivienda es público e inespeculable, abarataríamos los costos, se
podrían construir viviendas a través de cooperativas y del propio
Estado, sin ánimos de lucro, y se convertiría en un derecho universal,
igual que la sanidad y la educación.
Discutir los presupuestos con la gente tampoco es difícil, enfatizó, ya
que “se pueden dividir las ciudades en distritos y se va explicando
distrito por distrito qué es lo que la gente quiere que se haga con su
dinero. Que no haya diferencia entre dirigente y dirigido, también se
puede hacer y que los trabajadores vayan accediendo a los medios de
producción, también es posible”.
DIFERENCIA CUESTIONADA POR EL SISTEMA
-¿Cuál ha sido la reacción de la derecha ante este modelo de democracia social?
-Yo he tenido dos atentados: uno en los años 80, y otro en 1997, por
gente de la extrema derecha. También he estado en la cárcel un montón de
veces, en plena democracia. Además en Marinaleda hemos tenido procesos y
multas de todo tipo, así como graves amenazas cada vez que nos
movilizamos.
El sistema español no permite las diferencias, precisó. “Marinaleda es
diferente por muchas razones, entre ellas, porque nunca tiene el retrato
del Rey de Borbón y Borbón, porque no creemos en la monarquía, que
además de corrupta fue establecida por Franco. Lo que hace falta en
España es una tercera República”.
“También somos diferentes”, refirió, porque “no nos conformamos con el
orden establecido y hemos tocado el santa sactorum del capitalismo, que
es la propiedad privada de los medios de producción, y eso en España es
pecado mortal. Somos diferentes, además, porque queremos que España
salga de la OTAN y que no entre en ninguna guerra”.
En ese sentido “hemos hecho un llamado a los diputados del PP y del
PSOE, pues señores que bendicen el terrorismo internacional como José
María Aznar, cuando nos metió en la guerra de Irak, y José Luis
Rodríguez Zapatero, que nos metió en la guerra contra Libia, tenían que
ser juzgados en el tribunal penal internacional. Eso ha provocado que
nos cierren una emisora de radio y otra de televisión que tenemos, que
tengamos persecución y que nos criminalicen una y otra vez”.
ALIMENTOS CONVERTIDOS EN NEGOCIO
-¿En la actual crisis alimentaria mundial podría ser Marinaleda un ejemplo a seguir?
-La vía de la soberanía alimentaria es la gran apuesta. La agricultura y
la política de precios no pueden ser controladas por el Fondo Monetaria
Internacional. Hace falta que apostemos por una agricultura ecológica
para que vendamos alimentos sanos y no venenos.
El modelo capitalista de agricultura se está apoderando de grandes
extensiones de tierra en África, Asía, e incluso en América Latina,
donde las grandes multinacionales se están convirtiendo en los nuevos
terratenientes, advirtió. Además, “la aparición de los transgénicos,
impulsados por este modelo agrario, ha privatizado las semillas, de
manera que ahora no solo hay terratenientes sino también
semillatenientes, y eso ha provocado el desplazamiento de miles de
campesinos”.
También, recordó, “es el responsable de 32% de los gases invernadero;
por eso tenemos que ir a otro sistema sostenible, solidario, ético,
donde la tierra, la semilla y los recursos naturales estén en manos de
las comunidades de trabajadores, campesinos, y consumidores, que son los
que tienen que ver con la alimentación humana y no gente extraña que
viene a especular con una necesidad tan humana y vital como es la de
comer todos los días”.
El gran problema en el mundo “es que han convertido a los alimentos en
un negocio para especular, pero estos son un derecho. Nosotros apostamos
por una revolución agraria, llamada soberanía alimentaria, en la que
cada pueblo pueda decidir su propia política agraria y agroindustrial,
que cada pueblo pueda autoabastecerse al menos en la alimentación básica
y no dependa del gran negocio especulativo de las grandes
multinacionales, que son cuatro o cinco en el mundo”.
A su juicio, “hay que establecer mecanismos de defensa de los países,
frente a la invasión de productos abaratados artificialmente por las
multinacionales que lo que hacen es cargarse el comercio local, e
impedir que pueda haber desarrollo en los pueblos; por tanto, se trata
de una acción y una opción revolucionaria que hay que fomentar entre
toda la gente. Creemos en otro mundo que no sea el del sistema
capitalista de producción”.
LATINOAMÉRICA: UNA ESPERANZA PARA EL MUNDO
-¿Cómo valora la situación actual en Venezuela y en otros
países latinoamericanos y caribeños como Bolivia, Ecuador, Argentina y
Cuba, que se mantienen unidos en lucha contra el modelo capitalista?
-Estos países son una esperanza, no solo para América Latina sino
para el mundo entero. Los intentos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, son
una esperanza para la humanidad, con un capitalismo en crisis y una
crisis sistémica que se quita la careta y muestra toda la crueldad
infinita de este sistema violento e inhumano. En estas elecciones que
ahora se originan en Venezuela, es muy importante, no solo la victoria
de Hugo Chávez, sino lograrlo también con la amplia mayoría, para que no
se cuestione el proceso, sobre todo en la prensa internacional
burguesa.
Con el ALBA, estimó, “también se está construyendo una forma de comercio
que es imprescindible para poder sobrevivir al gran comercio que impone
e imperialismo económico”.
El hecho de que los pueblos se ayuden entre sí para lograr el bienestar
común “es un intento revolucionario muy significativo. Eso es lo que
antes se llamaba internacionalismo proletario o la filosofía del
entendimiento y la solidaridad. Experiencias como estas están mostrando
que otros modelos de economía son posibles”.
LOS MEDIOS BURGUESES ESTÁN INCAPACITADOS PARA HABLAR DE DEMOCRACIA
Algunos medios de comunicación, nacionales e internacionales, promueven
la hipótesis de que en Venezuela prevalece un modelo político represivo.
En opinión del alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo,
esto revela el comportamiento antiético de las corporaciones mediáticas.
Esas noticias demuestran “que la mayoría de los medios de comunicación
en el mundo están al servicio de la propaganda de la clase dominante.
Estos no son instrumentos de libertad de expresión de los pueblos sino
perritos falderos del sistema capitalista que les paga”.
En el mundo, más que libertad de expresión, “lo que hay es libertad de
posesión de los grandes medios de comunicación que valen mucho dinero.
No hay, o existen pocos medios de comunicación de izquierda, de la clase
obrera, que en el mundo cuenten otro discurso y otros valores. Esa, la
batalla de las ideas, es otra que debemos emprender”.
Consideró que “una verdadera dictadura es la que ejercen los mercados en
Europa. ¿Por qué Mariano Rajoy tiene que preguntar antes de decidir el
presupuesto para España, a la señora Ángela Merkel, que a su vez
consulta a los bancos alemanes?”.
Recordó que en Italia “han quitado un presidente electo; en Grecia han
quitado un presidente electo con mayoría absoluta. ¿Dónde está la
democracia? Hay dos conceptos antagónicos que son democracia y
capitalismo. El capitalismo necesita ganar dinero sea como sea y la
única libertad que conoce es la de hacer lo que le venga en gana en su
propio beneficio, todas las demás libertades, las de los ciudadanos y
los pueblos, le estorban. Por tanto, democracia, poder del pueblo y la
tiranía del dinero son incompatibles”.
De acuerdo con el mandatario local, “habría que preguntarle muchas cosas
a estos medios. ¿Acaso la invasión a Libia, o lo que se ha hecho en
Irak en nombre de una supuesta arma de destrucción masiva que nunca
existió, no es neofascismo, terrorismo internacional de Estado y
dictadura criminal? ¿Entonces con qué fuerza moral nos hablan de
democracia? Estos burgueses y sus medios están incapacitados para hablar
de democracia”.
Aseguró que, para ese tipo de prensa y para el capitalismo, “todo lo que
no gusta es criminalizado para poder justificar y quitarlo del medio.
Criminalizaron a Saddam Hussein porque había que invadir a Irak.
Justificaron sus acciones con la existencia de supuestas armas de
destrucción masiva, pero no dicen que por causa de esta invasión se han
producido 600 mil muertos y se han quedado con el petróleo las grandes
multinacionales. Lo mismo ha pasado con Gaddafi en Libia, y mientras
sigamos bajo este sistema capitalista mundial, cualquiera que se levante
contra ese orden establecido lo criminalizarán, lo perseguirán, y si
molesta mucho, lo quitan del medio”.
Otra gran mentira, “además de la idea de democracia que nos han vendido
los medios, es el bipartidismo. La democracia sin bienestar para el
pueblo es un engaño, porque le hace creer a la gente que son parte de un
proyecto, cuando realmente la mayoría de los gobiernos no los toman en
cuenta”.
En Estados Unidos hay dos partidos: el Demócrata y el Republicano; en
España están el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español,
explicó, “pero esto es una gran estafa política, porque en ambos países
te hacen creer que tu puedes elegir entre uno u otro partido, pero votes
por quien votes le estás dando tu voto al propio verdugo, es decir, al
capitalismo. Por eso hace falta que los pueblos se organicen y se voten a
sí mismos. Eso es lo que está sucediendo en Venezuela, porque al votar
por Chávez se le está dando el poder al pueblo”.
fuente Correo del Orinoco - Venezuela
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