lunes, 10 de junio de 2013

Opina Esteban Valenti El gobierno en disputa (Enésima parte)



10.06.2013

Este tema ha sido tratado en innumerables oportunidades y parece destinado a seguir devorándose la cola en forma permanente. Un reciente documento y debate del Partido Comunista replanteó exactamente la misma consigna, el mismo concepto.

Ahora con un poco más de precisión: este es el choque dentro del gobierno y de la izquierda entre una supuesta socialdemocracia y las tendencias revolucionarias o populares.

"Una gran parte de los frenteamplistas y comunistas" sienten "desencanto" porque "hay incumplimiento, retrocesos y medias tintas". De hecho, en el Frente Amplio hay un "retroceso ideológico" a tal punto que "hoy predominan ideas socialdemócratas, incluso en los que se definen socialistas". Este diagnóstico es el que plantea el Partido Comunista del Uruguay (PCU) en un documento interno, en el cual advierte: "La sociedad, el Frente Amplio y el gobierno siguen estando en disputa entre el programa que defiende los intereses del pueblo y el programa de las clases dominantes". Búsqueda 30/05/2013

Y agrega: Más crítico aún, el Partido alerta que "está golpeada la relación gobierno-programa, gobierno-fuerza política, gobierno-organizaciones sociales. Se ocupa un Estado hecho para reproducir el sistema dominante; se está creando una nueva burocracia de izquierda que se adapta al status quo, y olvida el proyecto y la perspectiva transformadora. Desencanto de una gran parte de los frenteamplistas y comunistas".

"Con el gobierno del FA, opinan los comunistas, se disminuye la fragmentación social, pero aún así es enorme; hoy los niveles de desocupación son mínimos pero los centros tienen menor cantidad de trabajadores; disminuyó el peso de la industria en la economía y aumentó el de los servicios; aumentaron los salarios y las necesidades básicas están mejor resueltas; a la vez se da la posibilidad de sobregiro por el acceso más fácil a muchas cosas (auto, moto, casa, ropa, vacaciones, etcétera), y la confianza de que esta situación no se termina y la tendencia a vivir ahora y después se ve".

Me cuesta no sumarme a los que comparan esta línea política del PCU con la compleja elaboración táctica, estratégica y la política de alianzas que caracterizó a los comunistas uruguayos desde 1955 en adelante con la dirección primero de Rodney Arismendi y luego de Jaime Pérez. Es casi inevitable.

Pero voy a hacer un esfuerzo de analizar estas posiciones en el marco de la actual situación y cuales serían las consecuencias si estas posiciones fueran dominantes en el Frente Amplio. Suponiendo que un partido político lucha, se manifiesta, discute para tratar de que sus posiciones no sean testimoniales, no jueguen en una pequeña interna sino en el marco de la gran política nacional.

La primera impresión que se tiene al leer este documento, incluso parcialmente, y considerando que este partido tiene ministros y altos cargos de este gobierno, es que las manifestaciones de esquizofrenia son realmente graves. ¿Está dentro del gobierno? ¿Quiere seguir estando dentro de los gobiernos de la izquierda uruguaya? ¿Es compatible el concepto del gobierno en disputa con la tradición y la historia unitaria de la izquierda uruguaya, del Frente Amplio y de los propios comunistas fundadores e impulsores de esa unidad?

Hay momentos que se tiene la impresión que el cambió más radical que ha sufrido el PCU luego de la crisis de 1990 y posteriormente es que se ha desentendido de la gran responsabilidad de la marcha general del proceso, del país, del gobierno de la izquierda y que su prioridad es mantener una pequeña porción de fuerzas político electorales.

El PCU antes de la creación del FA, o incluso de la propia central sindical unitaria, la CNT disponía de una importante fuerza sindical y social, en particular estudiantil y entre determinados sectores intelectuales, pero electoralmente nunca tuvo un gran caudal electoral ni una nutrida representación parlamentaria, pero se sentía responsable de la marcha del país, de las perspectivas unitarias de toda la izquierda y del movimiento social. Y su protagonismo político, el respeto que se ganó incluso en esos momentos fue precisamente por esa responsabilidad y ese sentido nacional y popular, que le permitió hacer política en todas las circunstancias.

Eso hace tiempo que no parece ocupar las prioridades del PCU actual. Todo parece circunscribirse a una disputa de ese 5% a 6% de votos del FA que mantiene en ese rango desde hace más de 20 años y le ha permitido disponer de un senador y un diputado.

¿El desenamoramiento de los frenteamplistas con su gobierno en que se mide? Si juzgamos por las encuestas, estos dos gobiernos son los que han mantenido el más alto grado de apoyo desde la recuperación democrática, y a dos años de las elecciones el FA sigue siendo por lejos el principal partido político nacional. Es un indicador, que algunos podrán despreciar porque quieren un partido movilizado, pero que el FA ha pasado con buena nota la prueba de más de 8 años de gobierno.

¿Dónde gobierna un representante directo del PCU, hay un mayor enamoramiento con el proyecto, con el gobierno municipal de Montevideo? ¿Hay más claridad en el rumbo y en los resultados populares y transformadores? Por favor no me hagan comparar las cifras de los enamoramientos , porque sería abrumador. Pero sería también un análisis simplista. Y ese el  principal error de ese concepto manejado por el PCU.

Así que si el gobierno que aplica supuestas políticas socialdemocráticas tiene un nivel de apoyo de casi el 50% de los que se pronuncian (el 10% no opina) ¿cuánto tienen de apoyo los sectores conquistados en esa particular visión del gobierno en disputa? ¿En la Intendencia de Montevideo, en el Ministerio de Salud Pública? Para no hablar de generalidades.

Es que esa consigna es un método perverso y peligroso para todos. Si todos en el FA no partiimos de la necesidad de que nos necesitamos entre todos, que debemos cuidar nuestras sensibilidades políticas, ideológicas y hasta culturales y nos dedicáramos a disputar , la derecha tendrá serios motivos para festejar.

Ni la política del gobierno es socialdemocrática, ni en la izquierda uruguaya nadie puede atribuirse la representación de los popular y revolucionario sin agredir a otros compañeros. Es peligroso el atribuirse la propiedad del purómetro en materia de los cambios y del impacto de esos cambios en la sociedad.

¿Acaso el PCU está dando muestras de una gran vitalidad militante, de grandes y detonantes éxitos en el movimiento social y sindical, de ser una isla en un mar de problemas que afronta la política a nivel universal y nacional para entusiasmar y enamorar a amplios sectores sociales y culturales y ni que hablar juveniles?

¿Ser socialdemócrata es manejar la política económica y social con los más profundos cambios en la redistribución del ingreso de toda América Latina, y las mejoras más claras y evidentes en los indicadores sociales? Y si quieren discutir, comparen y verán que lo que ustedes llaman socialdemócratas , reiterando el viejo error de apodar antes que analizar, de poner en el index con una sola palabra procesos complejos, como los de Brasil, los de Uruguay y esperemos que regrese el progresismo en Chile, tienen resultados y éxitos sociales muchos más claros que otros procesos.

Y esos procesos diferentes, nosotros los defendemos, los apoyamos, los respetamos y los miramos críticamente. Como corresponde. ¿O alguien pretende volver al deslumbramiento de los modelos ? La inmensa mayoría de la izquierda uruguaya hace mucho tiempo que ya no tenemos modelos, que hacemos un esfuerzo propio por construir un Proyecto Nacional, de crecimiento con justicia social, más libertad y democracia y lo más importante: lo estamos logrando.

El PCU se asume como parte de "la contradicción principal de la coyuntura". Esto es, por un lado, "país productivo con justicia social y profundización democrática" y, por el otro, "mayor dependencia del imperialismo y las clases dominantes". Y esa pugna "aún no se ha resuelto favorablemente para el pueblo".

Así que luego de 8 años de gobiernos progresistas y de izquierda esta pugna todavía no se ha resuelto a favor del pueblo. Pero que distraídos estamos la inmensa mayoría de los integrantes del Frente Amplio, que no nos dimos cuenta de esta enormidad o lo que es peor, que trabajamos para que esta pugna no se resolviera a favor del pueblo. Porque también se podría adoptar esta interpretación.

Estas posiciones, sometidas a un análisis simplemente lógico hace emerger preguntas muy complejas e inevitables. ¿Gobierno en disputa hasta donde, hasta cómo, hasta cuando?

Si este hubiera sido el punto de partida del debate ideológico y político cuando nació el Frente Amplio y funcionaban pletóricos o al menos parecían el campo socialista real, las internacionales políticas de las diversas fuerzas que integraban el FA ¿qué hubiera sido de la izquierda uruguaya?. No voy a especular sobre esa respuesta, de una cosa estoy seguro, la derecha uruguaya y latinoamericana estaría feliz de seguir gobernando y de tener el gobierno bien distante de la disputa con la izquierda. 

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