Por Jorge Zabalza
El viernes 15 de julio,
exactamente a las 18:29, veinte horas antes de su fallecimiento, Jorge
Beca Tessa envió un mail titulado “Por las dudas”... Enterado de que
Eleuterio Fernández Huidobro, seria designado Ministro de Defensa, el
querido Chiquito advertía escuetamente: “Sería aconsejable tener
pasaporte al día, un bagayito básico y algo de guita”. Mensaje en código
carcelario, sólo para entendidos, me lo imagino rascándose la mejilla
con el dedo índice, “¡araca, compañeros!. Genio y figura.
El sarcasmo del Chiquito no era
de boliche, por el contrario, en él se pueden reconocer profundas
raíces ideológicas. Jorge pertenecía a una vieja estirpe, los tupamaros
que nunca creyeron ni creen en el sistema, es una desconfianza
congénita, nacimos con ella. Es cierto que muchísmos de ellos votaron
por Mujica, para las internas se autoconvencieron de que representaba
un proyecto opuesto al de Astori, el padre de todos los males,y para las
nacionales supusieron que un gobierno del Pepe sería menos de derecha
que uno de Lacalle.
Se
alegraron con el triunfo electoral del viejo tupamaro y algunos de
ellos siguen esperando un giro a la izquierda que no llega nunca y que,
seguramente, nunca llegará.
Sin embargo, hasta los más
ciegos y sordos de ellos, piensan que la democracia burguesa no es un
camino apropiado para poner fin a las trágicas consecuencias sociales
del capitalismo, que por ahí no se resuelve nada. Ese convencimiento
profundo en la necesidad de una revolución los convierte en una estirpe
imposible de redimir, diferente de las otras, las que ya encontraron la
redención y pertenecen de cuerpo y alma a alguna iglesia parlamentaria y
a sus santos patrones.
La ironía refleja, además,
el profundo conocimiento de la individualidad del personaje en
cueswtión, ese conocimiento adquirido en años de vida clandestina,
intimidad de berretines y fraternidad de calabozos. Se termina
conociendo al compañero o compañera más de lo que uno pueda conocerse a
sí mismo. Así jugaba de memoria Beca Tessa con su viejo amigo y
compinche el Ñato Huidobro, de ahí que haya considerado oportuno
prepararse “por las dudas” y recomendárselo a la vieja cofradía de
irredentos e insoportables.
DESDE EL CLUB NAVAL A ELEUTERIO
En entrevista concedida a BÚSQUEDA hace años, Carlos Julio Pereira,relató lo sucedido en una reunión “reservada” que
el 1º. de diciembre de 1986 convocó Julio María Sanguinetti, entonces presidente del Uruguay. Invitados el
ministro del Interior Antonio Marchesano, el secretario de la
Presidencia Miguel Semino, los comandantes de las Fuerzas Armadas,
Medina, Ricardo Largher y Fernando Arbé y los principales líderes de los
partidos Colorado, Nacional, Frente Amplio y Unión Cívica.
En cierto momento de la
tertulia, el general Medina –que ya había escondido las citaciones
judiciales en el coffre fort de la Comandancia- reconoció que los
militares “habían perdido los puntos de referencia”, eufemismo que
significa desaparecer, asesinar y torturar mucha gente, pero enseguida
dejó los subterfugios a un lado y puso la verdad verdadera sobrte la
mesa, los tres comandantes “pedimos protección protección para nuestra
gente porque así quedó acordado en el Club Naval”. Se hizo un espeso
silencio.
Lo rompió Julio María,
recordando a los contertulios que de “eso” se había hablado en el Club
Naval, pero no sabía si el acuerdo había quedado formalmente
establecido. El general Seregni se apresuró a corroborar que no hubo
acuerdo formal, pero “eso” estuvo subyaciendo en las conversaciones. El
delegado de la Unión Cívica la remachó: “sí, probablemente no quedó
establecido pero... estuvo sobrevolando las conversaciones”.
Así funcionan las cosas cuando
la democracia es burguesa y las grandes decisiones se toman entre cuatro
paredes con sobrentendidos que sobrevuelan o subyacen. Eran los “padres
de la patria”, los que luego del NO en 1981, del 1o de mayo de 1983 y
del Obelisco en 1984, supieron encauzar la bronca popular hacia una
salida “civilizada” a la dictadura, es decir, sin que cambiara de manos
el monopolio de las armas, que es el prinicipal resorte de poder.
Veinte días más tarde, el 22 de
diciembre, con los votos blancos y colorados, el parlamento aprobaba la
ley de la caducidad de la pretensión punitiva del Estado, ley
inconstitucional, inmoral y contraria a los principios del derecho
internacional, aprobada para darle formalidad jurídica a los acuerdos de
impunidad que “subyacían o sobrevolaban” el Pacto del Club Naval.
El “retorno a los
cuarteles” incluía el compromiso de los partidos políticos de
“proteger” a los terroristas de Estado. Si no se cumplía, los que
retornarían serían los brujos. La impunidad de los crímenes de lesa
humanidad es la doctrina militar para mantener espacios de poder
mientras soportan pacientemente el repliegue y la legalidad vigente.
Es un objetivo tan cívico
militar como la dictadura. Julio María Sanguinetti, Luis Alberto
Lacalle y Jorge Batlle hicieron lo imposible para que el movimiento
popular organizado renunciara a luchar por Verdad y Justicia, La
impunidad venía envuelta en el mismo paquete posdictadura con el modelo
extractivo y depredador de los recursos naturales, extranjerizador de
la propiedad de la tierra y de la banca, privatizador de las empresas
públicas y pagador puntilloso de la deuda externa. Los “padres de la
patria” dieron una batalla a brazo partido por ese paquete, para
doblegar la conciencia de la gente, para apagar la llamita que hacía
resistir y resistir.
En el 2002 llegó el convidado
de piedra, la crisis. Nadie creía en el parlamento ni en el gobierno y
en la cola de los repartos de alimentos la gente no soportaba más. La
crisis económica acarreó el desprestigio del régimen y abrió la
posibilidad de que se transformara en crisis política con desborde
popular como ocurría en la Argentina. Sin embargo, el sistema ha
demostrado poseer muchas vidas y sabe reacomodarse para salir indemne,
el progresismo vino a salvarlo, se le dió una mano a Jorge Batlle y a
Atchugarry para zafar del mal momento y retomar el control de la
conciencia bajo nueva forma.
Los dueños del poder se pueden
sentir bien satisfechos del curso de las cosas desde el 2005, el 25% de
la tierra está en manos extrajeras, hay récords de ventas de cero
quilómetros, de electrodomésticos, de ganancias de los bancos, de
exportaciones agropecuarias que no pagan impuestos, Botnia se lleva más
de 500 millones de dólares libres por año, pagamos casi 2.500 millones
de dólares al año por intereses y amortizaciones de deuda externa, el
gobierno progresista se abraza con los EEUU por detrás de las caricias
con Venezuela.... y hasta se logró el objetivo político para la etapa,
pues el progresismo ha hecho aceptar la impunidad derrotando la lucha
por Verdad y Justicia de manera tal vez irremediable.
El paquete completo sin
oposición alguna, o mejor aún, llevado adelante con aire de “yo no fuí” y
“como te digo una cosa hago lo contrario” por quienes históricamente
se le opusieron hasta que llegaron al gobierno. Con un discurso
antineoliberal, el antineoliberalismo se encargó de aplicar el modelo
neoliberal dejando contento al pueblo, paradoja de paradojas!
Y ahora... Eleuterio al
Ministerio de Defensa. Un “combatiente” entre “combatientes”, experto en
relaciones íntimas con los militares, poseído por el deseo de que todo
el mundo se abrace y se bese con los criminales más perversos. Víctima
del terrorismo de Estado defensor voluntario del olvido y el perdón a
los terrorristas. luchador incansable por “más presupuesto para los
militares”, soldado del presidente de la República, nada mejor, el
operador ideal para consagrar definitivamente la impunidad. Mejor que
Sanguinetti, la excelencia, la frutillita en la torta.
PUNTA CARRETAS, CELDA 262.
Era la celda de Eleuterio, el
Pepe Mujica y el flaco David, ... ahí se fabricaron la línea de
“justicia popular” y el Plan Satán, secuestros al por mayor para
canjear los presos políticos por un “seleccionado” de secuestrados. En
ella se ideó el Plan Cacao destinado a terminar con el balconeo de la
oligarquía, llevando la lucha guerrillera a sus barrios y lugares de
diversión, al que luego Raúl Sendic se opuso por el uso indiscriminado
de los explosivos, haciendo necesario el Plan Remonte para remontar el
desastre que nos costó las vidas de Roberto Rohn y Carlos López.
También en dicha celda se creó
la idea de una “noche de San Bartolomé” con el Escuadrón Caza
Tupamaros, la que se concretaría con las operaciones del 14 de abril de
1972. En ella se esbozaron el Plan Hipopótamo para la “toma de
Montevideo” por el aparato guerrillero tupamaro y el Plan ’72 para
preparar el asalto al poder y de ella surgió también el Plan Collar, que
luego Huidobro impulsaría personalmente con la toma de la ciudad de
Soca. Una verdadera usina de planes militaristas esa celda, aunque los
ideólogos que encerraba ahora se hagan los chanchos rengos.
Fue asimismo la celda donde se produjo el proyecto de documento No. 5 del MLN (T), que en uno de sus puntos decía que “Las
FFAA de algunos países han demostrado que frente al atraso de las masas
y a la inexistencia de un fuerte proletariado pueden asumir el rol de
vanguardia y de partido (por ser el sector más poderoso, moderno,
templado, coherente y disciplinado), desempeñando un buen papel en la
defensa de la soberanía, la independencia y el desarrollo”.
Hasta el documento No 5, en el
MLN(T) nadie tenía dudas al servicio de cuales intereses estaban las
fuerzas armadas en la sociedad de clases. En realidad, hasta la toma del
Centro de Instrucción de la Marina y la expropiación de todas sus armas
sin efectuar un sólo disparo ni lastimar a nadie, el movimiento
tupamaro había evitado el enfrentamiento directo con ellas, pero no se
las atacara frontalmente simplemente por táctica, esprando que la
guerrilla lograra acumular la capacidad militar para hacerlo. El MLN(T)
siempre tuvo una política muy afinada hacia el ejército, pero sin
confusiones sobre su rol en el sistema ni con falsas expectativas
políticas.
Los tupamaros fuimos educados
en el ejemplo de los guerrilleros cubanos que conquistaron el poder
luego de derrotar la ejército de Batista, una revolución hecha “contra”
las fuerzas armadas. En ese sentido, el documento No 5 introdujo la
posibilidad de hacer la revolución “con” las fuerzas armadas, idea que
determinó un cambio muy significativo entre las que se manejaban al
interior de la organización.
Dicha tesis sería cultivada
durante las conversaciones con los altos y bajos mandos en el cuartel
del Batallón Florida pero, sin embargo, en el cotejo con la práctica, no
logró el éxito esperado. Al final de “La tregua armada”, en la página 178, Eleuterio evalúa que “Nuestro
error en 1972 fue haber creído que era posible influir sobre un sector
muy grande. Los antecedentes que citamos anteriormente y ciertos hechos
que transcurrían ante nuestros ojos, daban para pensar en ello, Nos
equivocamos. La experiencia enseñó que si bien es necesaria y debe ser
permanente la labor política en el seno de las FFAA, las fuerzas
popularres no debemos hacernos ilusiones en cuanto a lograr, en base a
ello, ganar para el pueblo a sectores importantes y orgánicos de las
FFAA. Éstas están concebidas y montadas de tal modo que las rosca
dominante nunca va a perder su control. Otra cosa sería suicida. Dicho
aún más claramente, ellas son la garantía real y de última instancia que
tiene la rosca para cimentar su poder”.
Era previsiblemente ilusorio
creer que se podía incidir en la interna militar, apoyarse en un grupo
perunista –o que se deseaba creer que era perunista- para influir
sobre otros y llegar a desalojar del mando del ejército a los
presuntamente más fachos. La historia del terrorismo de Estado mostró
que esa división en buenos y malos era más bien subjetiva , que todos
ellos torturaron, asesinaron y desaparecieron forzosamente, que todos
secuestraron niños y todos metieron la mano en la lata. ¿Dónde estaban
los preocupados por los intereses populares? ¿En qué quedó el anunciado
programa de los documentos 4 y 7? Vulgares maniobras, operaciones de
inteligencia para confundir y dividir las filas populares. Es cierto que
al interior de las filas militares hubo -y todavía hay- pujas entre
logias, grupos de interés, bandas de ladrones, personajes y etc., pero a
la hora de los hornos todos unidos en el terrorismo y todos fielmente
subordinados a la estrategia mundial que elucubran las computadoras del
Pentágono.
Durante los primeros años del
proceso de reorganización del MLN(T) de 1985 en adelante, Huidobró
debió dejar su tesis militar en estado latente o larvado. Además de
haber reconocido su equivocación, ella no tuvo receptividad entre los
tupamaros liberados y regresados del exilio. Recién después de la muerte
de Raúl Sendic en 1989, la tesis reverdeció, recobró vida activa y se
concretó en forma de relaciones íntimas con distintos actores de la
interna militar.
Ahora con el Pepe en la
presidencia y el Ñato en Defensa, la tesis del documento No 5 parece
haber encontrado grandes espacios para echarse a volar y desarrollarse
en todo su esplendor. De sus dichos se infiere que siguen pensado lo
mismo, que los militares están en condiciones de desempeñar un papel de
vanguardia en la defensa de la soberanía, la independencia y el
desarrollo.
Los que continúan fieles a
Marenales, Huidobro y Mujica, están convencidos que los cambios en serio
sólo pueden concretarse con el respaldo de ese partido disciplinado y
vertical, otro gigante estúpido, pero acostumbrado a obedecer y mandar
sin chistar y sin escrúpulos.. Los paradigmas ya no son, como en
1971, Velazco Alvarado en Perú y Torres en Bolivia, ahora se esgrime el
ejemplo del compañero Chávez, borrando de un plumazo las
especificidades del proceso venezolano, una historia muy diferente a
la de los ejércitos del Cono Sur, y olvidando además lo ocurrido a
Zelaya en Honduras y a Correa en Ecuador.
MATRIMONIO POR CONVENIENCIA.
“En
un mundo como en el que estamos viviendo con graves problemas, vamos a
necesitar la colaboración estrecha entre militares y civiles”, fundamentó Huidobro
en sus declaraciones a “El Observador”. En realidad, el mundo siempre
estuvo lleno de gravísimos problemas y los militares, precisamente, han
sido los encargados de resolverlos por la fuerza, reprimiendo a las
grandes mayorías para beneficio de los pocos y poderosos.
La
defensa de la patria es asunto fundamentalmente civil y sólo en parte
militar, argumenta por ahí en la entrevista que le hiciera BUSQUEDA. Muy bien, pero ¿cuál es el enemigo? Tendría que aclararlo antes de invitar a defenderse de él.
Si el
problema es la catástrofe medioambiental, los enemigos de la humanidad
son muy concretos, porque quienes la provocaron son las inversiones
capitalistas del tipo Botnia, del tipo Aratiri, acumuladas durante
siglos en todo el planeta. No veo a Huidobro y sus asoiciados dispuestos
a arremeter contra las inversiones extranjeras, más bien todo lo
contrario, son sus protectores. Es más probable que quieran defenderse
de las organizaciones ambientalistas que denuncian la depredación
capitalista.
Si el
problema es defenderse de una posible agresión armada, habría que
prepararse para enfrentar a los EEUU y sus socios de la OTAN, incluyendo
el Estado de Israel. No queda otra, En el mundo no hay otros agresores,
los demás son víctimas indefensas, niños y mujeres asesinados a quienes
se entierra bajo el rótulo de “daños colaterales”. No lo he oído a
Huidobro preocuparse por el pueblo palestino, ni denunciar que los
barcos con ayuda solidaria son abordados por piratas israelíes en aguas
internacionales, no lo he oído agraviarse por las heridas infinitas de
los pueblos de Irak y Afganistán.
En el
Pentágono está sentado el único enemigo del pueblo
uruguayo. ¿Nuestras fuerzas armadas defenderán un proyecto nacional
contra los principales centros exportadores de armas y guerra? La
historia enseña que nos espera todo lo contrario y que Eleuterio se
subirá a las relaciones íntimas con el Comando Sur del Pentágono,
participará de todas las misiones represivas contra los pueblos, como
la de Haití y de todas las maniobras con las fuerzas armadas de los
EEUU. Como contrapartida, podrá exhibir con orgullo alguna policlínica o
un campus deportivo.
Los pactos o
contratos matrimoniales por conveniencia no necesitan ser formalizados
por escrito y firmados por los contrayentes....no siempre hay un besito
para la foto, cuando son espúreos y vergozosos se los oculta bajo
dilemas falsos y falaces, sobrevuelan o subyacen como la impunidad en el
pacto del club naval.
Más allá del
grado de intimidad al que puedan haber llegado, las mutuas
conveniencias los unen. Por un lado nadie mejor que Huidobro, con su
pasado, el que lo legitima a ojos del común, como operador asociado a
los uniformados en la batalla por su impunidad. Y, por el otro lado,
para cualquier proyecto o aventura política que pueda nacer de un
cerebro en estado febril, no hay aliado más contundente que el partido
militar. ¿Se imaginan la presión que pueden meter en la interna
frenteamplista los favorecidos por la intimidad con los Tenientes de
Artigas? ¿Se imaginan la “pesadez” conque el novel ministro de defensa
puede reclamar un pedazo más grande de la torta presupuestal?.
El
Apocalipsis, sin embargo, no está a la vuelta de la esquina . O, por lo
menos, eso esperamos. En cambio, es posible pronosticar que el nuevo
matrimonio cívico militar ocupará espacios cada vez más importantes en
el escenario político del Uruguay Progresista y será protagonista de
pulseadas de poder e incidentes hoy increíbles. Como tengo el pasaporte
vencido, voy a seguir el consejo de mi hermano, Jorge Beca Tessa, el
Chiquito.
¡Agarrate Catalina!
tomado de federación de bases: http://federaciondebasespatriagrande.blogspot.ca/
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