sábado, 6 de septiembre de 2014

Profeson Andres Freire; Crónicas de la Victoria: Una ética nueva, para un nuevo Uruguay.

Días atrás un amigo radicado en el extranjero comentando una de nuestras notas, nos hacia un cuestionamiento por demás interesante, la ausencia de un análisis acerca de la grave crisis de valoresque adolece nuestra sociedad, nosotros hemos tratado lateralmente el tema hasta este momento, porque son tantas las urgencias que a menudo elementos esencialescomo este pasan desapercibidos, en una lógica perversa donde las emergencias tapan lo realmente importante.
            No es un tema menor, y con las pocas herramientas que tenemos trataremos de resolverlo adecuadamente, hoy nuestras palabras serán molestas para algunos, francamente no me importa, si hemos aceptado este lugarde lucha que se nos ofreció, es para ser colectivamente luz y sal, ya que como aprendí con Paulo Freire, nadie libera a nadie, nadie se libera sólo, los hombres nos liberamos en comunión.

La descomposición moral de nuestra sociedad, es a lavez causa y efecto de la ruptura de un proyecto colectivo de cambioestructural.

            En los 90 a medida que avanza el neoliberalismo en la región, con toda su secuela de des regulaciones, privatizaciones y tercerizaciones que continúan, un nuevo vocabulario va imponiéndose lentamente,así en nuestras empresas públicas desaparecemos los usuarios y aparecemos los clientes, al mismo tiempo la equidad reemplaza a  la justicia, y un simpático personaje llama do Fido Dido anda por ahí repartiendo frases muy llamativas de la mano de una multinacional de refrescos.
            Son los años del “hace la tuya” y “la tenes clara”,coincidiendo con el derrumbe del muro de Berlín, la topadadora neoclásica avanza, destruyendo todo a su paso, y como parte de ese proceso, el sentido común y la construcción de la hegemonía también cambian, se hace preciso paralos factores de poder justificar el individualismo resignado propio del capitalismo más salvaje.
            Y entonces, la lucha se libra no sólo en el terreno material, sino también en el terreno espiritual, es necesario y preciso asegurarlas tierras y dominar las almas, para que nunca más haya quién se levante contra la dictadura del capital, y si alguien se osare a cuestionarla, habrá sucesivos mecanismos de control actuando incluso en su propia psiquis.
            Así vemos compañeros y compañeras que en muchos puntos están muy claros, pero en algunos esa claridad se desvanece y han negado su propia capacidad de amar,consumiendo a los otros seres humanos sin una búsqueda real de un encuentro con otro, por eso bien lo recuerda Alain Badiou en su brillante “Elogio del Amor”,este, el encuentro genuino, entregado y desinteresado con otro ser humano, esun acto revolucionario que enfrenta decididamente las fuerzas oscuras que nos gobiernan, y por eso también es agredido constantemente por la mercantilización general que se impone a todo.
            Todos tenemos errores, contradicciones, miserias, yo también, pero quien aspira a ser vanguardia de la sociedad, debe buscar en sí mismo esa oscuridad que llevamos, analizarla, trabajar con ella, de lo contrario,reproducirá siempre eso que niega, o que peor aún no ve como un problema,seamos más claro, si yo me digo comunista, anarquista, socialista o lo que sea,y por ejemplo maltrato a mi compañera, uso y tiro a los demás en mis relaciones cotidianas, robo a otros trabajadores, desprecio a otros porque tienen una orientación sexual diferente, me burlo de alguno que tiene una fe determinada,no comparto las tareas del hogar con mi compañera en la forma más pareja posible, no cumplo mis obligaciones como padre o madre, más allá de si estoy conviviendo o no con mis hijos: ¿puedo ser un buen revolucionario? No, no lo soy, y con esto no pretendemos dar cátedra de moral, pero si marcar que en lavida uno debe ser coherente con los valores que dice sostener, y si no debería preguntarse qué ética en los hechos está sosteniendo.
            Alguno dirá que lo que afirmamos son paparruchadas moralistas, ya que para cierta tradición marxista, nos hallaríamos en el terreno de la ética, y esta se corresponde al desarrollo material existente endicha etapa del desarrollo histórico, bastaría entonces con cambiar de etapa para tener una ética superior, más acorde a la clase trabajadora en el poder,al socialismo.
            Sin embargo, este no es una posición marxista aunque parezca ser tal, en una extensa carta de Engels a J.Bloch, el primero precisa adecuamente la relación entre los elementos ubicados en la infraestructura y los ubicados en la superestructura. Claramente nos encontramos aquí en dos terrenos diferentes el de la base material de la sociedad que es la infraestructura y elde la ética que es el de la superestructura, pero no es licito decir que sólo cuenta lo que sucede en la primera, ya que en el juego de la dialéctica la segunda también tiene su importancia.
            Dice Engels en la carta citada “El que los discípulos hagan a veces más hincapié del debido en el aspecto económico, es cosa de laque en parte tenemos la culpa Marx y yo mismo. Frente a los adversarios,teníamos que subrayar este principio cardinal que se negaba, y no siempre disponíamos de tiempo, espacio y ocasión para dar la debida importancia a los demás factores que intervienen en el juego de las acciones y reacciones”...“Desgraciadamente, ocurre con harta frecuencia que se cree haber entendido totalmente y que se puede manejar sin más una nueva teoría por el mero hecho dehaberse asimilado, y no siempre, exactamente sus tesis fundamentales”[i]
            Razonemos entonces de este modo, la crisis de valores que estamos viviendo, caracterizada por una moral individualista y consumista reinante es producto de los cambios económicos acaecidos los últimos 50 años, pero a su vez, la implantación del orden neoliberal, no sólo es consecuencia del terrorismo de Estado fascista,sino también de esa misma moral imperante. Es que descomposición material y descomposición espiritual van de la mano, están íntimamente ligadas y son una,retro alimentándose mutuamente.
            ¿Por qué siempre juego con la frase “a la gente no se le puede pedir tanta poesía”? Precisamente porque magistralmente se muestra aquí enuna confesión de parte la descomposición moral de toda una capa dirigente.Mario Benedetti se preguntaba que le queda a los jóvenes, y nosotros preguntamos: ¿Qué le queda a los que se prestaron al juego de las clases dominantes? Nada, porque si buscamos llegar al poder con la excusa de hacerlo para cambiar las condiciones materiales de existencia de la inmensa mayoría dela población y luego por diversos factores que escapan al objeto de este análisis renunciamos a ello, logramos esa posición para nada, pero igual estamos ahí.
            Rota toda perspectiva de cambio estructural: ¿Entonces porque no disfrutar de las ventajas adquiridas en ese lugar? Ahí viene el salariazo a la menemista para ellos y toda la danza de privilegios que una y otra vez se han denunciado.
            Y uno enseña más que con sus palabras con el ejemplo cotidiano, repito, todos nos equivocamos, todos tenemos miserias, contradicciones,somos humanos, pero todos debemos esforzarnos un poquito más en ser más íntegros como personas, más amorosos, más fraternos, cuidarnos más entre todos,y tratar de reflejar en nuestra vida los grandes ideales que decimos defender,de lo contrario, seremos tanto o más hipócritas que todo el andamiaje que tanto-cuestionamos.
            Porque nuestra lucha, es por la redención de la humanidad doliente antes que nada, no para reemplazar una forma de dominio por otra, no para desalojar a algunos del “paraíso” del consumo y los sueldos principescos, reemplazándolos por nosotros mismos, no, si pasa algo de eso habremos fracasado trágicamente.
Y este combate tiene una dimensión ética que no debemos desdeñar, los valores de la clase dominante están también dentro nuestro, del mismo modo que el sexismo, del mismo modo que tanta inmundicia, ese también es un terreno de lucha, quizás más difícil, pero ahí también está en juego nuestra posibilidad real de influir enla sociedad y de cambiar las cosas de una vez y para siempre.


La moral es un terreno donde no podemos ceder ni un milímetro, nos lo enseño el Che.

            Hace unos cuantos años leí un pequeño texto en unCuaderno del 26, se llamaba “Un pecado de la revolución”[ii]de Ernesto Che Guevara, me hizo pensar y mucho, en torno a algunos problemas de esta misma índole, dicho con la enorme autoridad moral de alguien que dio todo por algo en lo que realmente creía.
            En ese texto el Che hace una dura autocrítica, frontal,honesta y descarnada, quizás será por eso que admiro a la revolución cubana, no por no haber cometido errores, algunos graves como en la cuestión religiosa oel problema de la orientación sexual de los individuos, sino por su enorme capacidad de afrontarlos y corregirlos, de resolver las contradicciones y avanzar, por eso este es un modelo de socialismo que perdura, no se ha fosilizado, está vivo, se equivoca, pero  rectifica y avanza.
No es una tragedia el error, la tragedia es cuando el dogmatismo impide la crítica y la autocrítica, entonces no hay avance, las revoluciones se congelan primero,luego se fosilizan y finalmente se parten en mil pedazos.
Tampoco es una tragedia que un compañero se equivoque, yo me he equivocado muchas veces, e inevitablemente lo volveré a hacer  lo que sí es una tragedia es llamar bueno a lo que sabemos malo y transigir con conductas profundamente erróneas.
Pero volvamos al Che el que nos dice: “Las revoluciones,transformaciones sociales radicales y aceleradas, hechas de las circunstancias;no siempre, o casi nunca, o quizás nunca, maduradas y previstas científicamente en sus detalles; hechas de las pasiones, de la improvisación de los hombres en su lucha por las reivindicaciones sociales, no son nunca perfectas. La nuestra tampoco lo fue. Cometió errores y algunos de esos errores se pagan caros. Hoy se nos muestra la evidencia de otro, que no ha tenido repercusión, pero que demuestra cómo es muy cierto el lenguaje popular cuando expresa una vez que “la cabra tira al monte ”y otra, que “Dios los hace y ellos se juntan”.
Resumiendo el contenido del artículo (y recomiendo la lectura de la carta completa): ¿Cuáles fueron esos errores de los que habla el Che en este caso?, aceptar compañeros de viaje corruptos, cediendo en aras de una unidad que el tiempo revelo inexistente.
Quizás ese peligro no esté presente para nosotros aún,pero a medida que avancemos, que seamos más fuertes, más gente se va a arrimar,con diferentes intenciones, yo no creo que existan los revolucionarios puros, ycomo leí una vez, si aparecen mejor huir, porque son tan puros que terminan depurando a todo el mundo, todos los seres humanos tenemos nuestras debilidades y puntos flacos, y debemos ser comprensivos y generosos entre los compañeros,pero hay conductas que no deben pasarse de alto así no más.
                En palabras del Che, “la conducta revolucionaria es espejo de lafe revolucionaria y cuando alguien se dice revolucionario no se conduce comotal, no puede ser más que un desfachatado”. Quizás esa persona hable lindo,diga cosas interesantes, escriba bien, pero ¿de qué vive? ¿Cómo logra cubrirsus necesidades materiales? ¿Cómo son sus relaciones humanas?
Todo eso no son elementos menores, sino un terreno donde no se puede ceder un milímetro, a mi no me importa si los compañeros y compañeras tienen una religión determinada, una orientación sexual determinada,son hinchas de un cuadro de fútbol u otro, que estilo artístico les gusta más,que música escuchan, eso no es relevante, lo que sí es relevante, es que sean honestos e íntegros, porque eso es antes que nada lo que necesita nuestra sociedad, y sobre esa base vamos a construir, con seres humanos complejos ycontradictorios como somos todos, no perfectos, pero sin segundas ni terceras intenciones, comprometidos con lo que dicen estar comprometidos.
Porque lo personal también es político, tomemos por ejemplo el caso del actual presidente de Francia, Hollande del Partido Socialista francés, quien accedió al gobierno prometiendo mantener el estado de bienestar, y que hora a hora retrocede aún más en sus planteos originarios,alimentando a la ultraderecha objetivamente, porque como ya hemos dicho, quien gobierna como la derecha prepara el camino a la derecha, él le fue infiel a su compañera sentimental, eso sólo corresponde a su intimidad (pero a la vez coincidente mente le fue infiel al electorado que lo llevo a ese lugar), esta despechada nos muestra entonces como era ese hombre en la intimidad y nos deja una frase terrible: "Se presenta como un hombre al que no le gustan losricos. En realidad, al presidente no le gustan los pobres. Él, hombre de izquierdas, dice en privado los desdentados, muy orgulloso de su sentido de su broma"[iii].
Se muestra en público como un hombre de izquierdas,que se va a enfrentar al capital, que no le gustan los ricos, pero eso sólo es una estratagema para ganar votos, en el fondo de su corazón, a los quedesprecia es a los pobres. ¿Nadie se dio cuenta de esto antes? Seguramente muchos sí, pero eligieron mirar para otro lado, acá no hubo un pecado de la revolución, hubo un pecado de la reforma, pero el problema es en esencia el mismo.


Responsabilidad individual y responsabilidad colectiva.

            Existen muchas corrientes filosóficas, pero de todas a mime fascina, lo confieso, el existencialismo profundamente cristiano de Soren Kierkegard, que pone el acento en varios elementos fundamentales, el primero de todos, si algo entendí de este pensador, es que el verdadero problema del hombre es que hacer con su vida, con su preciosa y única existencia, dedicarla a cumplir las normas sociales y a “hacer lo correcto”, a vivir estéticamente procurándonos el placer, o a tener una vida religiosa en el verdadero sentido de esta palabra.
Sin adherir  a esta corriente, en el bello fragmento de“Así se templo el acero” que acompaña todas las cartas del 26, hay algo de este espíritu, tu vas a vivir una sola vez: ¿a qué vas a dedicar tu vida? En el marco de condiciones que tú no elegiste se va a desarrollar tu existencia: ¿Qué vas a hacer con ella? ¿Qué vas a hacer con lo que otros hicieron de ti?
Y esta responsabilidades mucho más amplia de lo que habitualmente pensamos, porque requiere un compromiso con la honestidad en primer lugar así sí mismo y en segundo lugar hacia los demás.
Esto es algo que quiero remarcar expresamente, a mi juicio la sociedad uruguaya tiene muchas virtudes, pero en el terreno de los valores adolece de un problema muy grave,propio de la pequeña burguesía decadente, la hipocresía, por eso es tan festejado un presidente que como te dice una cosa te dice la otra.
Es el juego del doblez, del doble discurso, del siento una cosa pero hago otra, de no mostrarlo que verdaderamente uno es, fingir emociones, sentimientos, y actuar incluso a veces en forma hasta esquizoide, esto último se da en toda las escalas sociales, pero son los valores de la clase media expresados constantemente, en cambio la clase obrera cuando logra romper con la alienación es honesta,crudamente honesta.
Nosotros como colectivo político hemos impulsado una propuesta de solución que muchos no entienden, o dicen no entender, o ahora no es tiempo y mañana tampoco, pero tiene una gran virtud es esencialmente honesta, le decimos a la sociedad no hay solución fácil para los problemas que nos aqueja, no hay posibilidad de poner un parchecito aquí y otro halla y seguimos la marcha, no, o se cambia todo o no se cambia nada, tal la cruda realidad y la experiencia histórica de 10 años reafirma la validez de nuestros planteos.
Porque la verdadcura, duele pero cura, nos hace libres, nos permite ver las cosas tal cual son y elegir que derrotero seguir y porque, no somos perfectos, tenemos muchos errores y muchas falencias, pero damos el diagnostico correcto y las soluciones posibles.
Creo haber respondido las cuestiones planteadas, son las dos de la mañana, le he robado horas al sueño para escribir estas líneas, y he meditado cada palabra a la luzde mi conciencia que es el juez más duro que hay, y de mis convicciones, ahora con confianza en el Altísimo, me voy a dormir en paz.





[i] Carta de Engels a J Bloch,  Obras Escogidas en dos tomos, Ediciones en Lenguas Extranjera, Moscú, página 522.
[ii] Guevara, Ernesto, “Un pecado de larevolución”, en revista Verde Olivo, 12 de febrero de 1961.

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