tomado de:
Este
pasado viernes el Presidente Fernández anunció el Acuerdo
(“Entendimiento” para el FMI) por el cual fijó la voluntad de su
gobierno de prorrogar el pago de las deudas contraídas por Macri,
asumiendo una serie de compromisos con ese organismo financiero
internacional, donde la voz cantante la tienen los EEUU.
Desde
nuestra incorporación al FMI en 1956, es el Acuerdo número 22, en todos
ellos hay compromisos mutuos de “sentar las bases para un desarrollo
sostenido”.
En los 21 Acuerdos anteriores ello no se cumplió. Se nos
ocurre una pregunta inquietante: Si hasta ahora nunca se logró ¿Por qué
se lograría con este Acuerdo? ¿Será porque ahora gobierna el “abuelito
peronista” Joe Biden (cómo piensan algunos funcionarios) o porque el FMI
se “abuenó”? Nosotros tenemos otra respuesta más cruda, sencilla y
lógica: Tratan de encontrar justificación a lo que hicieron, una nueva
infamia y traición a la Patria.
LA DEUDA ODIOSA ES ILEGÍTIMA, ILEGAL Y FRAUDULENTA
El movimiento popular siempre cuestionó la deuda externa,
particularmente la tomada a partir del Golpe de Estado de 1976. Fue ésta
la que motivó una sentencia del Juez Federal Jorge Ballesteros,
calificándola de ilegítima, ilegal y fraudulenta, remitiéndola al
Parlamento para que tome las medidas del caso. Esta institución del
Estado lo que hizo fue cuidar escrupulosamente los intereses enemigos
asegurando que nada se investigue, que todo se pague y que a nadie se
sancione.
Con motivo del “argentinazo” del 19 y 20 de diciembre 2001,
asumió Adolfo Rodríguez Saa y anunció ante la Asamblea Legislativa la
suspensión de la deuda hasta que fuera investigada. Un par de días
después aquel Presidente fue abandonado por su partido y colegas,
acorralado por las fuerzas del poder económico renunció. Para los
enemigos del pueblo…las cosas volvieron donde debían estar.
Pasaron
los años, acuerdos, pagos, quitas, canjes y otros mecanismos fueron los
instrumentos de sucesivos fracasos y de nuestra progresiva y creciente
decadencia.
Macri dio un salto en la relación recibiendo un
“préstamo” por 57 mil millones de dólares de los cuales llegaron 44 mil
millones que ahora están en el debate. Ese “préstamo” además de violar
nuestras leyes, fue efectuado en contra de propias disposiciones del
FMI. Los pagos ya efectuados y este Acuerdo vienen a reafirmar esta
estafa, que tiene responsables con nombre y apellido, allí están los que
lo contrajeron y los que ahora lo convalidan, por encima de sus
insuperables nulidades.
ALGUNOS COMPROMISOS ASUMIDOS
Sin conocer todavía la letra chica de este acuerdo y con algunos
trazos gruesos de los compromisos asumidos podemos hacernos una idea del
rumbo que ha decidido el elenco gobernante.
Un control de la emisión
monetaria deja al Banco Central prácticamente intervenido; el gasto
público estará sujeto a controles trimestrales; los aumentos salariales y
la jubilaciones deberán respetar las metas fiscales; el achicamiento de
la brecha cambiaria para que no supere el 30% abre el camino a la
devaluación; demanda la eliminación del déficit fiscal en tres años;
exige la continuidad del pago a los bancos de las Leliqs y otros
instrumentos financieros, con tasas superiores a la inflación, lo que
asegura las ganancias bancarias, las mismas que Alberto aseguró reducir
para aumentar a los jubilados: Mentirosos!
CONSECUENCIAS DEL ACUERDO
Luego de un breve período de respiro, la economía del país quedará
embretada en las tradicionales “condicionalidades” que impone el FMI.
Ellas consolidarán nuestra sumisión, el estancamiento de la Nación y la
pobreza del pueblo.
Nuestros bienes comunes, conocidos como recursos
naturales, son la garantía del cumplimiento de la deuda, porque allí se
“generan los dólares” que necesita el gobierno para pagar.
El saqueo extractivista y el atentado a la ecología social son la consecuencia directa e inmediata de este Acuerdo.
Las consecuencias políticas de este Acuerdo se harán sentir. Este
acuerdo, como tantos otros, será incumplido a poco de andar. Más allá de
algunas ventajas transitorias, el Programa surgido del tutelaje del FMI
correrá la misma suerte que los anteriores.
Ignorando nuestra larga
historia al respecto, sus efectos recaerán sobre las espaldas de nuestro
pueblo y marcan el destino del actual gobierno.
El acuerdo de los
“blandos” encabezados por el Presidente está acompañado por los “duros”
que se referencian en la Vicepresidenta y la mayor parte de la oposición
parlamentaria. Sus diferencias y las “grietas” no alcanzan a estos
temas realmente importantes.
Los sindicatos y organizaciones sociales oficialistas corren el riesgo de hipotecar su futuro apoyando este acuerdo.
NUESTRA RESPUESTA: LA UNIDAD Y SUS BANDERAS
El oficialismo, la oposición partidocrática, las fuerzas económicas
del poder y la prensa al servicio de estos sectores se han constituido
en el PARTIDO UNICO DE LA DEUDA.
El Partido de gobierno, el
sindicalismo y las organizaciones sociales que lo apoyan deben saber que
quedarán marcados a fuego como los grandes responsables de haber
intentado el saneamiento de una deuda odiosa y de un pago ilegal. Sobre
ellos recaerá el peso histórico de esta entrega. A la probada
complicidad de los legisladores le queda la oportunidad histórica de no
convalidar con su voto la aprobación esta vergonzosa sumisión.
A los
históricos enemigos del pueblo, solo les decimos que reflexionen sobre
esta conducta que –de confirmarse- adelanta malos y peligrosos tiempos
para toda la Patria.
Frente a ellos debe alzarse la máxima unidad popular posible. Que no
nos corran con que Macri puede volver. Macri ya volvió, está en este
acuerdo.
La deuda y este Acuerdo son el instrumento para endeudarnos, dominarnos y quedarse con nuestros bienes, por varias décadas.
La
unidad necesaria tiene a la Autoconvocatoria como el lugar donde reunir
todas las fuerzas en un Frente contra el FMI y el extractivismo.
¡Fuera el FMI!
La deuda es con los pueblos y la naturaleza
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