Tomo prestada la frase de Mamadou Diouf, ex embajador de Senegal en Libia, para titular el presente trabajo. Dijo en sus declaraciones: Gaddafi “era un guerrero, un beduino que no retrocede nunca”. El antiguo embajador no piensa que el conflicto termina porque “hay un millón de Gadafis en ese país”.
Esas palabras resumen lo que en el mundo pensamos millones y millones de hombres y mujeres amantes de la paz, la libertad, la justicia, la independencia, la dignidad y el decoro, los enemigos del colonialismo y del imperialismo yanqui/europeo, del gran dirigente árabe. El vulgar y cruel asesinato del líder Moammar Gaddafi, con la sevicia, sadismo y crueldad de sus “captores”, haya sido un comando norteamericano o francés que lo capturó y se lo entregó a la horda asesina para que lo ejecutaran –porque el comandante del pueblo libio estaba muerto desde hacía ocho meses atrás, cuando comenzó la brutal y perversa agresión norteamericana/otanista a Libia y su pueblo y así lo anunciaron los agresores yanquis– es un nuevo baldón de infamia de los imperios criminales que asolan las naciones del Tercer Mundo.
El 20 de octubre murió en Sirte, Gaddafi y nació un héroe, un símbolo y una bandera de lucha no sólo para el pueblo libio, para todos los pueblos árabes, africanos y de todo el orbe. La leyenda del León del Desierto recorrerá a Libia de norte a sur y de este a oeste, pero irá más allá, porque este hombre, con todo y sus errores políticos, se creció en la adversidad, no huyó cuando comenzaron los bombardeos de los colonialistas de Usa/Otan al país más próspero del Magreb y de todo el norte de África. Un líder que elevó al pueblo libio a los niveles y estándares de vida más altos de la región. Decimos con el presidente Hugo Chávez: “Gaddafi fue asesinado y se le recordará como un mártir… Esta historia en Libia apenas está comenzando, porque allí hay un pueblo, hay dignidad, el imperio yanqui no podrá dominar”.
El comandante Gaddafi se eleva al rango heroico, mítico y simbólico del Che Guevara, de Patricio Lumumba, de Martin Luther Kin y optros hombres y mujeres que dieron sus vidas por ideales redentores y emancipadores, por utopías que muchos fueron consolidando desde el poder. El imaginario popular libio y árabe en general lo elevará a la mitología de los héroes más valiosos de las luchas árabes de todos los tiempos contra los opresores y tiranos. Los burgueses, los oligarcas, los imperialistas le temerán porque muerto tendrá mucha, pero muchísima más fuerza y poder que cuando estaba vivo. Detrás de su bandera irán millones en el mundo y su muerte absurda, injusta, innecesaria no saben los imperialistas cuántas les costará tamaño y descomunal error.
El comandante Gaddafi se eleva al rango heroico, mítico y simbólico del Che Guevara, de Patricio Lumumba, de Martin Luther Kin y optros hombres y mujeres que dieron sus vidas por ideales redentores y emancipadores, por utopías que muchos fueron consolidando desde el poder. El imaginario popular libio y árabe en general lo elevará a la mitología de los héroes más valiosos de las luchas árabes de todos los tiempos contra los opresores y tiranos. Los burgueses, los oligarcas, los imperialistas le temerán porque muerto tendrá mucha, pero muchísima más fuerza y poder que cuando estaba vivo. Detrás de su bandera irán millones en el mundo y su muerte absurda, injusta, innecesaria no saben los imperialistas cuántas les costará tamaño y descomunal error.
Gaddafi no sólo no huyó, no se asiló en una embajada ni se escondió en un sótano secreto sino que se puso al frente de la lucha de su pueblo contra los mercenarios del CNT, libios traidores y vende patria, contra los mercenarios de Qtar, Alkaeda, de Colombia y Argentina, de Estados Unidos e Inglaterra, de Israel y Arabia Saudita y quien sabe de cuántos países más contratados por empresas de la CIA yanqui que fabrican ejércitos para que, precisamente, los ejércitos regulares no den la cara, no mueran como moscas a manos de los infieles árabes o de los países que agreden, invaden o destruyen, y se creen crisis políticas en las potencias coloniales e imperiales de Europa y Norte América.
La inesperada presencia de la nefasta señora Clinton en Trípoli sin dudas que tuvo una relación directa con lo acontecido en la castigada y heroica Sirte el 20 de octubre donde se dice, en confusas y variadas versiones de prensa, fue apresado vivo Gaddafi y asesinado casi de inmediato por los mercenarios libios, jóvenes estúpidos que no saben cuánto daño le hicieron a su país y a ellos mismos. ¿Cómo lo detectaron? Tal vez a través de medios electrónicos que le detectaron llamadas telefónicas o por delación. Si fue cierta su muerte, esa ejecución sumarial obviamente que tuvo que venir de los altos mandos políticos y militares norteamericanos y de los países de la Otan involucrados en la agresión colonial. El prefabricado CNT no tiene capacidad de mando para tomar una decisión de esa envergadura, que viola toda la normativa internacional sobre las leyes que rigen los conflictos y les va a generar muchos más problemas políticos en vez de solventárselos. Muchos analistas políticos son del criterio que Gaddafi les era más útil vivo que muerto.
En Sirte se sigue combatiendo fieramente, de hecho continúan los bombardeos de la Otan, pese a que se manipula mediáticamente a la opinión pública mundial en el sentido que esa ciudad ya está en manos del CNT. ¿Esperaban los imperialistas que con la muerte de Gaddafi iba a producirse una rendición en masa de los bravos soldados libios, de los milicianos y guerrilleros que por meses han enfrentado a los invasores y le han producido cuantiosas pérdidas y significativas derrotas?
Sin duda que la caída y asesinato de Gaddafi –de la cual muchos sectores todavía dudan y ponen en tela de juicio, incluso hay estudios y análisis de los diferentes videos donde se encuentran notorias contradicciones– tendría un efecto sicológico que los occidentales del norte pensaban desmoralizaría al pueblo combatiente, dividiría a las Tribus y al parecer no fue así, lo enconado de los combates en los diferentes frentes de guerra, desde Trípoli a Sirte y otras ciudades y la continuidad de los bombardeos así lo están evidenciado.
Al analizar la muerte de Gaddafi muchos analistas y líderes políticos han señalado que ahora es que comienza la lucha y la guerra larga de liberación, creo que, en rigor, más bien esa lucha pudiera decirse comenzó en agosto con la salida del líder y sus altos mandos de Trípoli, cuando se replegaron y se fueron a consolidar Sirte y otras ciudades donde tenían más elementos estratégicos, geográficos y militares para la guerra asimétrica y preparar contraofensivas que en buena medida es lo que se está desarrollando en la actualidad, más allá de la intensa guerra mediática de mentiras y medias verdades que implementan, como arma fundamental junto a los bombardeos, los agresores yanqui/otanistas, para, en la guerra sicológica, tratar de hacer ver que están ganando la guerra cuando no es totalmente cierto.
Evidentemente que la muerte de Gaddafi abre un nuevo cuadro político en Libia. El nombramiento de su hijo Seif El Islam en la primera jefatura del ejército insurgente y del naciente movimiento o partido gadafista, pareciera que se va a consolidar aceleradamente porque es necesaria y fundamental una organización política que capitalice la rebeldía y los núcleos de luchadores y combatientes. Ese sería un elemento nuevo en un país que rechazó de alguna manera la formación de agrupaciones para hacer descansar el poder en el pueblo, pero la situación cambió y las necesidades políticas son otras. Por otra parte se plantea una política de alianzas con sectores diversos, grupos de izquierda, socialistas que en el pasado o fueron perseguidos o fueron execrados, incluso algunos que se dejaron arrastrar por la sedicente “rebelión” inventada por el imperialismo yanqui y el sionismo y se percataron del carácter mercenario y criminal de los integrantes del sedicente CNT.
Otro elemento es levantar el Libro Verde como bandera programática, probablemente introduciéndole algunos cambios ajustados a las nuevas realidades. El nuevo liderazgo que se forjará en la guerra, en las nuevas luchas que vienen, de carácter político, porque las hordas del CNT no tienen ni capacidad ni preparación para formar un nuevo Estado. Decir que se implementarán unas elecciones para dentro de 6 meses en una burda mentira que no resiste en análisis elemental. Sin existir un Estado, en un país desbastado por los bombardeos, que no va a ser reconstruido por los imperialistas por el altísimo y descomunal costo que ello implica, además a ellos les tiene sin cuidado si el pueblo libio sufre o no, a lo sumo, se reconstruirá lo básico para un mínimo funcionamiento de las nuevas clases dominantes. Y una pregunta es básica: ¿quién va a hacer el registro electoral, qué institución que tenga el reconocimiento del pueblo libio se encargará de ello?
El CNT es una olla de grillos, un saco de gatos dividido, enfrentados entre sí grupos antagónicos, allí hay escaso nivel político, un malandraje y delincuentes que lo que buscan es riqueza y poder fácil, a través del crímenes y genocidios, horrendo racismo y desprecio de negros y personas de otras nacionalidades. Esos mercenarios sólo han sido la carne de cañón de la Otan, sin conocimientos de técnicas militares, que han dejado tras de sí una estela de dolor, muertes, torturas y violación masiva de los derechos humanos del pueblo libio. ¿Esos son los que van a gobernar a Libia? ¿El pueblo libio se los calará, los aceptará pasivamente como auténticos y reales dictadores impuestos por los imperios?
A los imperios yanqui y europeos lo que les interesa es la explotación del petróleo y de otras riquezas del suelo y el subsuelo libio, para ello nada les costará importar trabajadores de los países vecinos, incluso de China que tiene, al igual que Rusia, concesiones petroleras en Libia. Por supuesto, los pozos y la industria petrolera será un objetivo militar de los verdaderos y reales insurgentes antimperialistas y anti colonialistas, el pueblo libio rebelde. Decir que reconstruirán el país que destruyeron no es más que un acto de demagogia y de burdas mentiras de Obama y los gobernantes de España, Italia, Francia, Inglaterra y otros miembros de la Otan.
No podemos menos que rendir un homenaje póstumo y profundamente revolucionario al comandante Moammar Al Gaddafi, héroe y mártir de este tiempo, no sólo de Libia y de los países árabes y africanos que tanto ayudó, sino de todos los luchadores del mundo, igualmente al pueblo libio, convertido en Gaddafi, al que debemos todos los luchadores y revolucionarios del mundo continuar apoyando en su lucha nacional liberadora, anticolonialista y antimperialista, Libia es una sola, ni dividida ni fracturada, la de Gaddafi y la Jamahirilla.
Humberto Gómez GarcíaColaborador de Libia Habla.
www.revistacaracola.com
Con Chávez y la revolución, todo.
Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios –MoMAC–
Libertad ya para los 5 héroes cubanos presos en las mazmorras del imperio yanqui o en las ciudades cárceles
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