Acerca de nosotros
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Quienes
conformamos Compromiso Socialista nos planteamos un programa que se
sustenta en romper las cadenas de la dependencia, entendemos que desde
que el Uruguay surgió como nación independiente ha sido parte de un
proceso de explotación y saqueo, nos proponemos una profunda
redistribución de la riqueza y del patrimonio nacional orientado a
satisfacer las necesidades de nuestro pueblo.
Somos
militantes sociales, que surgimos y nos identificamos con la rica
tradición de lucha del pueblo uruguayo, peleamos por una patria soberana
y libre de la opresión del imperialismo, reivindicamos el derecho de
nuestro pueblo a asumir el destino de nuestro país sin injerencia
extranjera alguna.
Somos un
movimiento de acción política, luchamos por la libertad, por la igualdad
social, por el derecho al trabajo y salario justo, por salud,
educación, vivienda y a una vida digna.
Estamos
convencidos que la historia la hacen los pueblos, que son los
trabajadores los protagonistas de las grandes transformaciones. Nos
declaramos defensores de la más amplia participación democrática del
pueblo en la forja de su propio destino.
Creemos en
la solidaridad y la fraternidad, en la fuerza de la unidad del pueblo,
en la fuerza de los trabajadores para construir un mundo nuevo. Frente
al individualismo y el egoísmo promovemos una práctica colectiva.
Defendemos
la libertad de expresión y organización, la vigencia plena de los
derechos humanos. Combatimos contra toda forma de autoritarismo y
represión contra la población.
Reivindicamos
el derecho de la población de vivir en un ambiente sano. Asumimos la
preservación de los recursos naturales y el medio ambiente ante la
voracidad y depredación del capitalismo.
Luchamos por la equidad de género y la vigencia plena de los derechos económicos, políticos y sociales de la mujer.
Reconocemos
la fuerza inspiradora y rebelde de la juventud, su creatividad y energía
transformadora. Promovemos su participación política junto a los
sectores populares.
Defendemos
lo diverso de la sociedad. Nos oponemos al racismo, la xenofobia y toda
forma de discriminación por razones económicas, sociales, religiosas,
étnicas o culturales, de género u orientación sexual.
Somos
internacionalistas, nos asumimos como parte de los pueblos del mundo.
Somos solidarios con sus luchas de liberación. Somos firmes defensores
de la libre autodeterminación de los pueblos. Repudiamos las guerras de
agresión y conquista. Condenamos toda forma de colonialismo y
neocolonialismo.
Propiciamos
el intercambio de experiencias y opiniones con todas las organizaciones
sociales y políticas, democráticas y de izquierda, de América Latina y
el mundo.
Asumimos con
firmeza y decisión la organización de esta alternativa de izquierda,
para afrontar, junto a nuestro pueblo, el desafío de alcanzar la patria
nueva y el socialismo.
Vivimos en
un mundo en el que al mismo tiempo que se han desarrollado enormemente
la tecnología y las capacidades de producción, la mayoría de sus
habitantes viven en la pobreza. Aunque el planeta se encuentre en
condiciones de alimentar al doble de su población, la realidad nos
muestra que millones de personas pasan hambre. La polarización en lo que
respecta a la concentración de riqueza entre las grandes potencias y
los países periféricos, y entre ricos y pobres en cada país, muestra el
mundo desigual en el que nos toca vivir.
La crisis
económica que va atravesando a los distintos países trae consigo crisis
política, social y cultural que desestabiliza al sistema capitalista
mundial. Esta situación genera un gran aumento de la agresividad de las
potencias. La expansión y conquista de nuevos mercados, provocan la
competencia entre éstas.
La crisis
del capitalismo va dejando en los países complicadas situaciones
económicas que se traducen en crisis políticas, mientras que las
multinacionales aprovechan para avanzar sobre la soberanía de los
pueblos.
Mientras
exista capitalismo existirá injusticia y desigualdad, continuarán las
crisis y la explotación de millones de seres humanos, la destrucción de
los ecosistemas y la degradación ambiental; las guerras y las agresiones
contra los pueblos.
La
competencia en la época actual se da en las condiciones del
imperialismo, en las que solo los grandes monopolios pueden competir
entre sí y tienen un fuerte control sobre los estados nacionales.
El sistema
imperialista se basa en alianzas y dependencias, o directamente
sometimiento, las que se establecen según la fuerza política y militar, y
según el capital que se posee. Para poder competir y desarrollarse, las
burguesías de cada país se ven obligadas a someterse al papel que el
mismo ocupa en dicho sistema.
La inserción
de nuestro país en este esquema ha ido variando según las distintas
épocas, pero siempre se ha insertado al mercado mundial como productor
de materias primas. En particular desde el gobierno militar en los años
70 las políticas económicas implementadas han mantenido y aumentado su
dependencia con respecto a los centros de poder.
Los
posteriores gobiernos de blancos y colorados mantuvieron el esquema y
aplicaron intensamente las políticas neoliberales que condujeron a una
profunda crisis económica.
Desde el
2005 con los distintos gobiernos del Frente Amplio también se ha
mantenido ese rol de inserción del país en el mundo, con un esquema
basado en la inversión de capitales privados internacionales, incluyendo
políticas sociales, generando un consenso social que permitió aplicar
la política económica que los grandes capitales demandan.
Este modelo
está llegando a su agotamiento, mientras se evidencia su propia
incapacidad de resolver los problemas de las grandes mayorías, los
capitales presionan para no perder sus ganancias y el gobierno acaba por
descargar la crisis sobre la clase trabajadora y al pueblo en general,
incumpliendo descaradamente las promesas electorales que realizó para
llegar al gobierno.
Hoy se
encuentra al Uruguay siendo un país de economía primarizada, en el que a
su vez, las empresas que producen los principales productos que el país
exporta están en manos de capitales extranjeros.
En este
escenario solo hay dos posibilidades, o se gobierna para el capital o se
gobierna para el pueblo, las medidas económicas que desde el gobierno
se toman son claras en favorecer al capital frente al trabajo y se
afianza su política neoliberal, que tiene como objetivo mantener los
pagos de los intereses de la deuda externa y continuar con los subsidios
y exoneraciones al gran capital.
Todo esto
genera una crisis ideológica en distintos grupos con presencia social,
que se han abanderado con los procesos progresistas y han teorizado
sobre los alcances de los mismos. Detrás de estos gobiernos que llegaron
al poder resumiendo en gran medida la resistencia frente a las
políticas neoliberales de los años 80’ y 90’, se agrupan varios partidos
que se autodenominan “socialistas”, “comunistas” y “revolucionarios”,
los que han querido torcer la doctrina del socialismo científico,
travisten la realidad acorde a sus intereses. Es así como el oportunismo
y el reformismo, justifican su permanencia y respaldo a estos
gobiernos, con diferentes pseudo-teorías, que tienen como fin último dar
un marco que haga aceptable su demagógica adhesión a la causa de la
liberación de la clase trabajadora y los pueblos, y su práctica
oportunista de conciliación.
Nosotros,
como militantes de izquierda no estamos dispuestos a ser parte de lo que
siempre repudiamos; no seremos jamás parte de quienes fomentan el
capitalismo, de quienes han perpetuado la impunidad, de quienes envían
tropas de ocupación al extranjero. No avalamos que se venda nuestra
tierra y riquezas al bajo precio de la “necesidad” de unos pocos. No
aceptamos la amenaza de que pueden volver los partidos tradicionales ni
que nos acusen de “hacerle el juego a la derecha”.
Quienes así
pensamos tenemos derecho de manifestarnos y denunciar las políticas que
siempre fueron enfrentadas cuando otros partidos las llevaban a cabo,
tenemos derecho a defender los mismos ideales por los que lucharon miles
de militantes de izquierda, defendemos una ideología de izquierda sin
renuncia de sus principios. Entendemos que pertenecer a la izquierda
uruguaya no significa aceptar y justificar el capitalismo y aplaudir sus
mil disfraces con el fin de perpetuarse en el gobierno.
Como fruto
de la historia del Frente Amplio son muchos los militantes sociales y de
izquierda que hoy siguen apostando a esta herramienta, si bien el
desencanto ha ido aumentando, la forma de presentar la discusión entre
gobierno y fuerza política busca imponer una idea artificial de que
siempre existe un espacio para dar la disputa a la interna de la misma.
Sin embargo,
con la aplicación en este tercer gobierno de medidas que buscan
abiertamente favorecer al capital a costa del pueblo, sumado al manejo
autoritario de los conflictos por parte del poder ejecutivo, hace que
mayores cantidades de militantes se separen, y lo hagan con ganas de
participar en espacios políticos que los representen.
Para
nosotros es de una importancia estratégica la reunificación de la
izquierda en el plano electoral por fuera del marco frenteamplista. Con
esa premisa, la Unidad Popular (UP) tiene ya un camino recorrido y un
acumulado que no se puede ignorar, siendo un importante sector del
espectro político que reivindica postulados históricos de la izquierda,
definiéndose anti-oligárquicos y anti-imperialistas.
Nos
planteamos ser parte de la UP porque estamos convencidos que es posible
desarrollar un trabajo unitario. Entendemos que las diferencias que
podamos tener son totalmente secundarias, siendo mucho más relevantes
los posicionamientos asumidos públicamente por la UP y sus integrantes.
No podemos
ignorar que frente al escenario que se avecina, la derecha a través de
sus partidos tradicionales, buscará aprovechar la situación para avanzar
en medidas de ajuste, para plantear la crisis como el resultado de un
gobierno “de izquierda”, intentando confundir a la gente y empujarla
hacia posiciones más a la derecha. Es crucial entonces contrarrestar
esto, llegar con claridad a los trabajadores, esclarecer que el fracaso
del progresismo es el fracaso de una opción burguesa y no de las ideas
de la izquierda y el socialismo.
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