miércoles, 10 de septiembre de 2014

DESPUÉS DE ARTIGAS EL REGLAMENTO DE TIERRAS ARTIGUISTA DOBLEMENTE TRAICIONADO Los propietarios: ¡Viva la restauración!

A continuación vuelva a leer el Mensaje de la 36 publicado el 11 de setiembre de 2013

En recuerdo a un nuevo Aniversario del “Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y Seguridad de sus Hacendados”. Dictado por José Artigas en el Cuartel General, de Purificación, el 10 de Septiembre de 1815.

Que dice el Reglamento:

1o. El señor alcalde provincial, además de sus facultades ordinarias, queda autorizado para distribuir terrenos y velar sobre la tranquilidad del vecindario, siendo el juez inmediato en todo el orden de la presente instrucción.

2o. En atención a la vasta extensión de la campaña podrá instituir tres sub tenientes de provincia, señalándoles su jurisdicción respectiva y facultándolos según este reglamento.

3o. Uno deberá instituirse entre Uruguay y Río Negro, otro entre Río Negro y Yí; otro desde Santa Lucía a la costa de la mar, quedando el señor alcalde provincial con la jurisdicción inmediata desde el Yí hasta Santa Lucía.

4o. Si para el desempeño de tan importante comisión, hallare el señor alcalde provincial y sub tenientes de provincia, necesitarse de más sujetos, podrá cada cual instituir en sus respectivas jurisdicciones jueces pedáneos, que ayuden a ejecutar las medidas adoptadas para el establecimiento del mejor orden.

5o. Estos comisionados darán cuenta a sus respectivos subtenientes de provincia; estos al señor alcalde provincial, de quien recibirán las ordenes precisas; este las recibirá del gobierno de Montevideo, y por este conducto serán transmisibles otras cualesquiera, que además de las indicadas en esta instrucción, se crean adaptables a las circunstancias.

6o. Por ahora el señor alcalde provincial y demás subalterno se dedicarán a fomentar con brazos útiles la población de la campaña. Para ello revisará cada uno, en sus respectivas jurisdicciones, los terrenos disponibles; y los sujetos dignos de esta gracia con prevención que los más infelices serán los más privilegiados. En consecuencia, los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes de estancia, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad, y a la de la provincia.

7o. Serán también agraciadas las viudas pobres si tuvieren hijos. Serán igualmente preferidos los casados a los americanos solteros, y estos a cualquier extranjero.

8o. Los solicitantes se apersonarán ante el señor alcalde provincial, o a los subalternos de los partidos, donde eligieron el terreno para su población. Estos darán su informe al señor alcalde provincial y este al gobierno de Montevideo de quien obtendrán legitimación de la donación, y la marca que deba distinguir las haciendas del interesado en lo sucesivo. Para ello, al tiempo de pedir la gracia se informará si el solicitante tiene o no marca, si la tiene será archivada en el libro de marcas, y de no, se le dará en la forma acostumbrada.

9o. El M. I. Cabildo Gobernador de Montevideo despachará estos rescriptos en la forma que estime más conveniente. Ellos y las marcas serán dados graciosamente, y se obligará al regidor encargado de propios de ciudad, lleve una razón exacta de estas donaciones de la provincia.

10o. Los agraciados serán puestos en posesión desde el momento en que se haga la denuncia por el señor alcalde provincial o por cualquiera de los subalternos de este.

11o.Después de la posesión serán obligados los agraciados por el señor alcalde provincial o demás subalternos a formar un rancho y dos corrales en el termino preciso de dos meses, los que cumplidos, si se advierte la misma negligencia, será aquel terreno donado a otro vecino más laborioso y benéfico a la provincia.

12o. Los terrenos repartibles son todos aquellos de emigrados, malos europeos y peores americanos que hasta la fecha no se hallan indultados por el jefe de la provincia para poseer sus antiguas propiedades.

13o. Serán igualmente repartibles todos aquellos terrenos que desde el año 1810 hasta el de 1815, en que entraron los orientales a la plaza de Montevideo, hayan sido vendidos o donados por ella.

14o. En esta clase de terrenos habrá la excepción siguiente: si fueran donados o vendidos a orientales o extraños; si a los primeros, se les donará una suerte de estancia conforme al presente reglamento; si a los segundos, todo es disponible en la forma dicha.

15o. Para repartir los terrenos de europeos o malos americanos se tendrá presente si estos son casados o solteros. De estos todo es disponible. De aquellos se atenderá al número de sus hijos, y con concepto a que no sean perjudicados, se les dará bastante para que puedan mantenerse en lo sucesivo, siendo el resto disponible, si tuvieran demasiado terreno.

16o. La demarcación de los terrenos agraciables será legua y media de frente, y dos de fondo, en la inteligencia que puede hacerse más o menos extensiva la demarcación, según la localidad del terreno en el cual siempre se proporcionarán aguadas, y si lo permite el lugar, linderos fijos; quedando al celo de los comisionados, economizar el terreno en lo posible, y evitar en lo sucesivo desavenencias entre vecinos.

17o. Se velará por el gobierno, el señor alcalde provincial, y demás subalternos para que los agraciados no posean más de una suerte de estancia. Podrán ser privilegiados sin embargo, los que no tengan más que una suerte de chacra; podrán también ser agraciados los americanos que quisieran mudar posesión, dejando la que tienen a beneficio de la provincia.

18o. Podrán reservarse únicamente para beneficio de la provincia el rincón de Pan de Azucar y el del Cerro para mantener las reyunadas de su servicio. El Rincón del Rosario, por su extensión puede repartirse hacia el lado de afuera entre algunos agraciados, reservando en los fondos una extensión bastante a mantener cinco o seis mil reyunos de los dichos.

19o. Los agraciados, ni podrán enajenar, ni vender estas suertes de estancia, ni contraer sobre ellas débito alguno, bajo la pena de nulidad hasta el arreglo formal de la provincia, en que ella deliberará lo conveniente.

20o. El M. I. Cabildo Gobernador, o quien el comisione, me pasará un estado del número de agraciados y sus posiciones para mi conocimiento.

21o. Cualquier terreno anteriormente agraciado entrará en el orden del presente reglamento, debiendo los interesados recabar por medio del señor alcalde provincial su legitimación en la manera arriba expuesta, del M.I.Cabildo de Montevideo.

22o. Para facilitar el adelantamiento de estos agraciados, quedan facultados el señor alcalde provincial y los tres subtenientes de provincia, quienes únicamente podrán dar licencia para que dichos agraciados se reúnan y saquen animales, así vacunos como caballares, de las mismas estancias de los europeos y malos americanos que se hallen en sus respectivas jurisdicciones. En manera alguna se permitirá que ellos por si solos lo hagan: siempre se les señalara un juez pedáneo, u otro comisionado para que no se destrocen las haciendas en las correrías, y las que se tomen se distribuyan con igualdad entre los concurrentes, debiendo igualmente celar así el alcalde provincial, como los demás subalternos, que dichos ganados agraciados no sean aplicados a otro uso que el de amansarlos, caparlos y sujetarlos a rodeo.

23o. También prohibirán todas las matanzas a los hacendados, si no acreditan ser ganados de su marca; de lo contrario serán decomisados todos los productos, y mandados a disposición del gobierno.

24o. En atención a la escasez de ganados que experimenta la provincia se prohibirá toda tropa de ganado para Portugal. Al mismo tiempo que se prohibirá a los mismos hacendados la matanza del hembraje, hasta el restablecimiento de la campaña.

25o. Para estos fines, como para desterrar los vagabundos, aprehender malhechores y desertores, se le dará al señor alcalde provincial, ocho hombres y un sargento, y a cada tenencia de provincia, cuatro soldados y un cabo. El cabildo deliberará si estos deberán ser vecinos, que deberán mudarse mensualmente, o de soldados pagos que hagan de esta suerte su fatiga.

26o. Los tenientes de provincias no entenderán en demandas. Esto es privativo del señor alcalde provincial, y de los jueces de los pueblos y partidos.

27o. Los destinados a esta comisión, no tendrán otro ejercicio que distribuir terrenos y propender a su fomento, velar sobre la aprehensión de los vagos, remitiéndolos o a este Cuartel General, o al gobierno de Montevideo, para el servicio de las armas. En consecuencia, los hacendados darán papeletas a sus peones, y los que hallaren sin este requisito, y sin otro ejercicio que vagar, serán remitidos en la forma dicha.

28o. Serán igualmente remitidos a este Cuartel General los desertores con armas o sin ellas que sin licencia de sus jefes se encuentren en alguna de estas jurisdicciones.

29o. Serán igualmente remitidos por el subalterno al alcalde provincial cualquiera que cometiere algún homicidio, hurto o violencia con cualquier vecino de su jurisdicción. Al efecto lo remitirá asegurado ante el señor alcalde provincial y un oficio insinuándole del hecho. Con este oficio, que servirá de cabeza de proceso a la causa del delincuente, lo remitirá el señor alcalde provincial al gobierno de Montevideo, para que este tome los informes convenientes, y proceda al castigo según delito.

Todo lo cual se resolvió de común acuerdo con el señor alcalde provincial don Juan León y don León López, delegados con este fin; y para su cumplimiento lo firme en este Cuartel General a 10 de septiembre de 1815. José Artigas

Después de Artigas, (1820, 1836) es un libro cuyos autores integraron un equipo de investigación del que formaban parte además de Rosa Alonso, Selva López, María del Carmen de Sierra, Silvia Rodríguez Villamil, Raúl Jacob y Roberto Aguerre.

El objetivo de esta investigación planteada a lo largo de varios trabajos editados en la época fue desentrañar la política agraria artiguista y sus consecuencias. La síntesis presentada hoy extraída del libro escrito por Nelson de la Torre, Lucía Sala de Tourón y Julio Carlos Rodríguez, “Después de Artigas” muestra una parte precisamente del marco histórico de disolución de la revolución agraria artiguista y el comienzo
Las tierras distribuidas por Artigas a los llamados, donatarios  artiguistas fueron devueltas de una manera u otra a sus propietarios anteriores por el Gobierno de la Cisplatina triunfante o por los caudillos de ambos partidos tradicionales.
En este periodo que va desde la derrota artiguista hasta la primera gran confrontación histórica de los partidos tradicionales nacientes, abraza exclusivamente aquella parte que se relaciona con la herencia revolucionaria artiguista hasta su definitiva liquidación.

Cuanto más se aleja en el tiempo la Revolución Agraria Artiguista tanto más la historia de la propiedad de la tierra supone el desarrollo de nuevos conflictos, el surgimiento de nuevas clases y nuevos intereses.

A lo largo de todo su dominio, cada vez que los portugueses o brasileños tuvieron que decidir en torno a los problemas de las pro­piedades reivindicadas atendieron en general a tres grupos de cir­cunstancias. En primer lugar (elemento siempre presente) al mo­mento político en que transcurría la acción de reivindicación. En segundo lugar, a la mayor o menor perfección de la propiedad so­licitada y a la influencia del propietario y su posición en la jerar­quía colonial sobre la cual se asentaba su dominio. En tercer lugar a la importancia y número de los poseedores artiguistas afectados o a la calidad de portugueses de los que allí se hallasen en conflicto.

En su conjunto estas circunstancias configuraban una variada gama de casos posibles, los cuales hicieron que los decretos y re­glamentos generales conocieran una aplicación matizada, resuelta a veces en aparente casuística, pero que en su conjunto reflejaban una consecuente política de fortalecimiento de la dominación colo­nial y de privilegios a los eslabones que en cada clase sostenían al régimen.

Las propiedades confiscadas de acuerdo a la llana letra del Reglamento y las abandonadas por sus propietarios cubrían más de la mitad del país, y como se recordará, el resto del territorio
es­taba constituido por los repartimientos minifundistas de los pueblos, por las estancias de los hacendados patriotas y en particular por enormes extensiones de tierras fiscales poseídas laxamente por toda clase de hacendados precarios. Pero ya hemos visto que no todas las propiedades fueron repartidas: unas porque el corto plazo de aplica­ción pacífica del Reglamento no lo permitió, otras porque fueron destinadas a mantener los ganados del Estado y sostener los abaste­cimientos y finanzas revolucionarios, otras en fin, porque aun ha­biendo emigrado sus propietarios, no hubo materialmente tiempo de tenerlas en cuenta.

Los propietarios de esté grupo, no tuvieron prácticamente dificultades para reocupar sus campos, en lo que tiene que ver con una deleznable oposición de los poseedores artiguistas documentados o no. Las dificultades que pudieran haber hallado se cifraron en aque­llos casos en que sus campos se cubrieron con los recién llegados portugueses, caso sobre el cual no detenemos nuestra atención por no corresponder al análisis que hoy realizamos, pese a su incremen­tada importancia a lo largo de la dominación rispia tina; o en aque­llos otros casos, en que esos grandes propietarios reivindicadores se escollaron los unos contra los otros en complejos pleitos por límites, ganados, títulos, etc.; en esta gamada clase se hallaron hombres co­mo Joaquín Núñez Prates, José Ramírez, Mateo Magariños, Mateo Solsona, Félix Sáenz, Felipe Contucci, los hermanos Villademoros, José Fontecely, Manuel Llames, etc.

Para la reocupación lisa y llana de las viejas propiedades, de todos modos, los propietarios encontraron una extensa serie de
obs­táculos devenidos los unos de las consecuencias de la misma anarquía y caos revolucionarios y otros de las chicanas de los magistra­dos cisplatinos tendientes siempre a proteger los intereses fiscales y políticos de la administración colonial.
Una buena parte de los propietarios no se presentó personal­mente a reivindicar sus campos, razón que obstaba aque se tuvie­se en cuenta sus intereses, de acuerdo a la conocida Real Orden de 1817. Algunos de los grandes propietarios españoles participaron en la intentona restauradora de 1819, por lo cual hombres como Benito Chain, Juan de Vargas, Roque de Haedo, Pedro Manuel García, Villademoros, etc., fueron detenidos y algunos de entre ellos expulsa­dos de la provincia. Para muchos de éstos, el incidente significó pos­tergar sus reivindicaciones por muchos años, para otros, supuso pasar por las rigurosas horcas caudinas de la sumisión a Lecor, cuyo oneroso precio quedará sepultado en las compras de influen­cias obviamente indocumentadas.

La revolución no sólo había confiscado el espacio de explotación ganadera, no sólo los ganados, sino que había arruinado a multitud de grandes y antaño florecientes hacendados. Obligados a emigrar al Brasil o a las Provincias Unidas, la mayoría de ellos conoció la miseria más completa y jamás pudo levantar cabeza. La reivindica­ción de sus propiedades, por más que significara el volver a la vieja y perdida potencia económica, no era de todos modos una empresa ni fácil ni exenta de gastos. Trasladarse a la Banda Oriental, man­tener un decoroso nivel de vida mientras se sustanciaban los largos y gravosos pleitos de reivindicación, morosamente llevados las más dé las veces por una cohorte de hábiles especuladores de tierras y letrados adheridos a las facilidades del “régimen” no era para todos. Los más tuvieron que comprar una parte de su antiguo esplendor aceptando los convenios que los “embrollones de letra menuda” y los grandes comerciantes y hacendados incrustados en el aparato colonial les proponían. Pero no sólo los ruinosos “apoderados” mar­ginaban y recortaban las riquezas reivindicadas. Como a lo largo de todo el siglo se habría de repetir, cada una de las instancias judiciales y ejecutivas que cruzaban de vallas los pleitos, debían ser salvadas mediante el tráfico siempre oneroso de influencias: una vista fiscal favorable, un amparo de posesión, un lanzamiento, un apoyo militar para el mismo, debían ser apoyados con ríos de dinero, que no por haber transcurrido lejos de la prueba escrita, son menos notoriamente existentes.

El resultado de este infinito calvario de los empobrecidos gran­des propietarios fue bastante cuantioso. Al final de los largos pleitos (liquidados en la Cisplatina o en la época independiente) los validos del régimen colonial cisplatino emergieron como grandes propieta­rios y los viejos nombres coloniales pasaron a un melancólico mal pasar, apenas satisfechos con el recuerdo ostentoso de pasadas glo­rias. Así perecieron viejas fortunas y propiedades coloniales como las de Juan Francisco Blanco, Pedro González, Juan Antonio Bustillos, Bernabé Alcorta, José Fbntecely; así pasaron a una oscura mediatez los otrora poderosos nombres de Juan Bautista Dargain, Francisco González, Bernardo Posadas.

Pero no se detenían aquí las dificultades que la ávida administración cisplatina oponía a los viejos propietarios. Una buena parte de éstos no había alcanzado a perfeccionar totalmente la indiscutida y privilegiada posesión que detentaban en la época de la dominación española. Y lo que en aquella época hubiera significado unas breves y moderadas actuaciones judiciales, se transformaba en la época cisplatina en cuantiosas partidas sujetas unas al tributo privado de los encargados de mover la máquina judicial y otras a las cargas fiscales mucho más voraces de la corona dominante.

Quizás peor era la situación de aquellos que por diversas circunstancias habían perdido los documentos que convalidaban sus derechos. Muchos títulos habían sido secuestrados por Artigas y remitidos a Purificación, en ocasión de la aplicación del Reglamento Provisorio, otros habían sido perdidos o destruidos por los saqueos y correrías de ambos contendientes, otros habían sido extraviados en archivos convulsionados o extraídos de sus anaqueles en Monte­video y Buenos Aires por las facciones que se alternaban en las guerras civiles. Para estos propietarios la devolución de las propie­dades estaba agravada por los lentos indagamientos, las compulsas siempre costosas en archivos extranjeros y nacionales, los testimo­nios de vecinos a veces renuentes, a veces malintencionados o ene­migos. Y sobrevolando sobre todas las instancias, las gravosidades de los “influyentes” y de las jerarquías siempre codiciosas. En este despeñadero parece haber rodado muchas esperanzas y no pocos propietarios encontraron en estas circunstancias la causa principal de sus difíciles reivindicaciones.

Si lograban sortear los obstáculos anteriores, los propietarios debían aún salvar nuevas dificultades, atingentes éstas a la condi­ción de los poseedores situados en sus campos.
Algunos de los grandes propietarios, sobre todo al sur del Río Negro, tenían sus campos cubiertos de decenas de poseedores: Pedro Manuel García, la casa Viana Achucarro, Melchor y Francisco Albín, Estancia de las Huérfanas, Villanueva Pico, Alagón, Azcuénaga, etc. En tales casos aun cuando contaran con la pronta amistad de las autoridades, estos propietarios, cuando se presentaron a reivindicar sus propiedades tuvieron que supeditar en alguna medida sus inte­reses singulares a las necesidades políticas de la dominación por­tuguesa. Aquí el gobierno cisplatino, antes de alterar masivamente la situación de miles de habitantes de la campaña se vio obligado a contemporizar so
riesgo de provocar conmociones revolucionarias, conmociones que nacieron justamente cuando abandonó sus precau­ciones. Fue especialmente en estos casos en los cuales las autorida­des propusieron los acuerdos entre propietarios y poseedores, ora mediante el arrendamiento, ora mediante la compra de sus fraccio­nes por los poseedores, ora mediante el pago de las mejoras a los poseedores desalojados, ora mediante plazos suficientes para que los poseedores se colocaran en nuevos campos.

Pero en casi todos los casos, se llegó a rigurosas, aun cuando tardías medidas de expulsión de los donatarios artiguistas,
expul­sión que se precipitó sobre todo en plenas vísperas revolucionarias.
En algunos casos, los propietarios tuvieron que lidiar con posee­dores más o menos solidarios con la administración portuguesa. Algunos lo eran por su inclusión sillar en el aparato militar criollo y dependiente de los grandes caudillos adheridos a la dominación portuguesa; otros eran o donatarios artiguistas de nacionalidad por­tuguesa que adquirieron influencia en la administración cisplatina poseedores de reciente poblamiento que ganaban su tranquila ocu­pación por pertenecer a las fuerzas conquistadoras. Aquí sólo la exis­tencia contrapuesta de una muy poderosa influencia de los pro­pietarios, garantizó la devolución de los campos. Para aquellos propietarios del norte del Río Negro, la inclusión de gran número de poseedores portugueses o el hecho de que en esos destinos se hubieran ubicado los principales oficiales cisplatinos, fue casi fatal para sus intereses.

Un cierto número de propietarios españoles y porteños dejaron transcurrir toda la dominación cisplatina sin intentar siquiera la reivindicación de sus campos (herederos de Villanueva Pico, Milá de la Roca, Ansuátegui, Correa Morales), o se limitaron quizás a promover la ratificación de sus títulos sin intentar la más penosa aventura de reocupar materialmente los campos (Azcuénaga, Larravide, herederos de Camacho).
Por último, muchos grandes propietarios encontraron graves obstáculos en sus propias rencillas por límites y ganados. En aquellos lindes discutidos, ora los donatarios artiguistas y demás intrusos mantenían cierta tranquilidad de posesión, ora esa misma circuns­tancia los aventaba lejos del pago, al sufrir la furia conjunta de ambos propietarios en conflicto. Un carácter particularmente agudo tuvieron estas luchas en los actuales límites de Río Negro y Paysandú, donde Almagro, Núñez Frates, Villademoros, Maldonado, Arce y Sayago, Ventura Barrera, herederos de Isidro Barrera y de Manuel del Cerro, Pedro González, Luis Saboredo, Herederos de José Tejera, Francisco Ayala y otros grandes propietarios, se trenzaron en poli­facéticos litigios, cuyo anecdotario, prolijamente inventariado en los expedientes, son otros tantos libretos de “western”.

La “vía-crucis” cisplatina de los donatarios artiguistas

La situación de los donatarios artiguistas, a su vez, dependió de muchas circunstancias. Dentro del cuadro general, jamás desmen­tido, de total desconocimiento de la validez de los títulos de
pro­piedad nacidos de la donación artiguista, la posesión por precaria que fuese de sus campos, conoció sin embargo una serie que fue desde la total tranquilidad a lo largo de toda la dominación cisplatina hasta la muy temprana expulsión de sus modestas suertes.
Antes de estudiar la suerte corrida por los donatarios artiguistas se debe tener en cuenta una circunstancia muy importante. Los donatarios artiguistas, en su inmensa mayoría lo habían sido en el marco de la feroz y cruenta revolución social y nacional. Ellos sabían y comprendían que la suerte de la propiedad de sus tierras estaba vinculada a la defensa de la revolución. De ahí que cuando advinieron la agresión portuguesa y los conflictos con el Directorio porteño, la inmensa mayoría de los donatarios artiguistas abandonó el pacífico trabajo creador para sumarse a las divisiones patriotas. La espantosa mortandad de orientales, segados en diarias guerrillas y en batallas numerosas y sangrientas, hace fácil suponer cuan grande proporción de donatarios artiguistas jamás volvieron a sus campos.

Pero aun muchos de sus sobrevivientes se vieron en amargos trances, emigraciones, prisiones, etc., antes de intentar siquiera volver a sus pagos. Cuando así lo hicieron, salvo en contados casos, les fue impedida la reocupación de sus modestos terrenos por diver­sas razones. En algunos casos operó contra sus intereses la presencia de los viejos propietarios que habían madrugado en la reivindicación y posesión material de sus antiguas estancias. En otros, su tardía reaparición, hizo que no se les tuviera en cuenta en los tempranos censos de ocupantes y donatarios artiguistas realizado por las auto­ridades portuguesas apenas pacificada la campaña, por lo cual no se les comprendió en los llamados “pobladores de buena fe” cuya posesión material estaba garantizada hasta el arreglo general de los campos. En otros, por último, su deseo se recuperar la posesión chocó con iguales intereses de otros desamparados, dejados caer en sus campos por el vendaval revolucionario, o por hacendados de nacionalidad portuguesa, contra cuya situación nada podían hacer los donatarios que volvían tardíamente a sus terrenos.
Puede estimarse como importante la expulsión irreversible de donatarios en aquellos campos que las autoridades portuguesas con­sideraron como imprescindibles para el entretenimiento de sus ejércitos, ganados y caballadas. Si no se respetaron incluso las pro­piedades de grandes hacendados y viejos pobladores, cuyo asenta­miento nada tenía que ver con la política agraria artiguista, es posible calcular qué escasos miramientos se habrá tenido con aque­llos donatarios que subsistían en rinconadas codiciadas por las auto­ridades, sea para usufructo público, o para el privado, que al fin de cuentas, fue el tránsito final que tuvieron la mayoría de ellas.

Para el grueso de los donatarios artiguistas las dificultades relacionadas con la documentación de sus terrenos se transformaba en un obstáculo mil veces más insalvable que lo que lo había sido para los propietarios. Unos habían perdido los documentos exten­didos por los comisionados artiguistas, otros apenas podían contar con trámites apenas esbozados e interrumpidos por la propia invasión portuguesa, otros, en fin, a cuyos campos aún no habían llegado los comisionados nombrados por el Reglamento, sólo podían mostrar los permisos de población extendidos por sus jefes militares inme­diatos, en condiciones precarias y como simples recaudos destinados a no ser molestados en tanto no les llegase el turno de ser atendidos por las autoridades de tierras correspondientes.

Sobre todo para éstos funcionó el certificado extendido en los años cisplatinos por los comisionados de tierras y jefes militares de quienes habían recibido esos primeros y precarios documentos aún existentes o perdidos. Fue en el cuadro de esta necesidad testimonial o protectora de la posesión donde se agigantaron los lazos de depen­dencia personal entre los donatarios artiguistas y los jefes capaces de extender o negar aquellos certificados o la mera protección: allí creció el prestigio de hombres como Rivera, Laguna, Lavalleja, Manuel Duran, Hilario Pintos, Juan de León, Baltasar Ojeda, etc. Sus testimonios o su voluntad de negar o extender la protección devenida de su prestigio y poder, hizo que en la primera oposición entre los jefes rurales (en 1822-23) los donatarios artiguistas se dividieran de acuerdo a la resolución adoptada por los respectivos jefes o de acuerdo a la suerte corrida con sus respectivos terrenos.

Los poseedores situados en peor condición eran aquellos que por distintas razones estaban poblados en campos de favoritos del régi­men o en campos adquiridos por extranjeros comerciantes o hacen­dados de gran fortuna. En estos casos, la riqueza o la pertenencia al restringido Club del Barón aceitó la máquina judicial obteniendo rápidas sentencies y rápidos y crueles desalojos. Por último, no fue menos desgraciada la situación de aquellos poseedores aislados en grandes latifundios, ora por haber fallecido o emigrado los hombres de su igual condición, ora por haber sido muy escasa y rápidamente interrumpida la distribución de los campos sobre los que se hallaban. En estos casos, los raleados poseedores que debían enfrentar la prepotencia y poder de los antiguos propietarios, nada pudieron hacer, más si se tiene en cuenta, que con ellos no obraba la natural parsimonia cisplatina que sabía morigerar su crueldad cuando se conmovía peligrosamente a amplias masas de poseedores.

De todos modos, otras circunstancias permitieron cierta o total tranquilidad en la posesión de los donatarios artiguistas. Muchos de los antiguos propietarios, ya lo hemos dicho, o no aparecieron jamás durante la dominación cisplatina o lo hicieron muy tardíamente. En ambos casos, los conflictos prácticamente se postergaron y resolvie­ron en el Uruguay independiente. Pero esta circunstancia que se dio en los campos de las Huérfanas, de Villanueva Pico, Correa Morales, Viana Achucarro, Azcuénaga, Larravide, Camacho, Ansuátegui, etc., no dio a los poseedores otra cosa que la simple posesión material de los terrenos. Cada vez que intentaron ampararse en su condición de poseedores para consolidar y sanear la propiedad mediante su titulación definitiva así fuese por compra, encontró la más decidida oposición de las autoridades portuguesas.

Los poseedores de ciertos campos, cuyos propietarios por las razones expuestas anteriormente, no atinaron a resolver definitiva­mente su propiedad, aun cuando vivieron con el Jesús en la boca, de todos modos vieron llegar la revolución sin haber sido desaloja­dos de sus campos, por lo cual, los viejos propietarios o sus causahabientes debieron recomenzar las instancias judiciales bajo los gobiernos independientes. Incluso en aquellos campos, en los cuales se habían librado sentencias definitivas, algunos de los poseedores resignados y en vísperas de expulsiones irreversibles, también se encontraron con que la hora revolucionaria volvía sus situaciones al punto de partida.

En fin, una buena parte de los poseedores artiguistas debió someterse, como ya dijimos, a das diversas transacciones
especifi­cadas y ejecutadas por las autoridades. Si bien para ellos la Revo­lución llegó en cierto modo tarde, sin embargo, el hecho de encon­trarse sobre sus campos a título de arrendatarios, por onerosa que fuese la renta que debían pagar, siempre fue una ventaja enorme sobre los que, por las mismas razones, habían sido expulsados lejos de sus campos. Estos casi nada pudieron hacer en la época independiente, y cuando les fue permitido volver a sus campos lo hicieron bajo otros amparos y otras influencias. Aquéllos por el contrario, estallada la Revolución, quemaron simbólicamente los lazos de arrendamiento y dejaron lisa y llanamente de pagar y de conside­rarse obligados ante los viejos propietarios; incluso se les verá inten­tar nuevamente la consolidación de sus propiedades y enconarse, al mismo tiempo o más tarde, en pleitos reiniciados por los viejos propietarios que vieron hundirse con el dominio cisplatino la sagrada “autoridad de cosa juzgada” con que se habían mirado felices y definitivos reocupantes.

LA PACIFICACIÓN: RESPETO PRECARIO A LOS “POSEEDORES DE BUENA FE”

Las limitaciones de la restauración

Cuando la campaña quedó totalmente “pacificada” las
autorida­des portuguesas se enfrentaron por primera vez con el problema urgente de la propiedad de la tierra. Bien o mal, protocolizado o simplemente convencionado, un tratado se había establecido entre Lecor y Rivera, entre Lecor y cada uno de los destacamentos patrio­tas que fueron desgranando su rendición desde fines de 1819.

Sin embargo no era del todo novedoso el problema de principio en sí. El turbión revolucionario no había alterado solamente la propiedad rural. Hemos mencionado ya que la política confiscatoria de la revolución, aún cuando en forma mucho menos radical, y sobre todo mucho menos ordenada, había sembrado la confusión en el ámbito de la propiedad territorial urbana y de la propiedad en mer­caderías y dinero. Apenas el invasor se encontró dueño de la ciudadela de Montevideo se halló entre dos fuegos cruzados: la vieja contrarrevolución española clamaba no sólo por la devolución de sus bienes sino también por el castigo a aquella burguesía girondina que había aprovechado la ruina de sus intereses; pero el sector criollo de la burguesía montevideana había sido el mejor aliado del invasor; sin su obsecuencia, muy difícil hubiera sido al portugués el dominio pacífico de la orgullosa ciudad. De ahí que el dilema planteado a las autoridades portuguesas no era sencillo de cortar. Los españoles, si bien no eran tan ingenuos para creerlo, reclamaban que los portu­gueses se comportasen como representantes de la corona española; los criollos exigían que Lecor respetase los términos de su traición y cumpliesen meramente el papel de gendarme contra el tono radical de la revolución artiguista.
Lecor eludió un enfrentamiento personal con los bandos en pugna y trasladó la resolución de los conflictos a la corte. El 28 de febrero de 1817, a poco más de un mes de la ocupación de
Monte­video, Lecor elevó una consulta al Rey, solicitando instrucciones con respecto a los conflictos por propiedades confiscadas.

Dos meses después, instruido además con los informes con que Lecor seguramente habría acompañado e iluminado la consulta, el Rey emitió una Real Cédula el 26 de abril de 1817:

“Ilmo. y Exmo. Sr.- Haviendo hecho pres.te al Rey Ntro. Señor el oficio de V.E. con data de 28 de febrero ultimo en que V.E. trata del asunto de las propiedades, que estavan sequestradas pr. el Govno. rebolucionario quando V.E. entró en esta plaza de Montevideo. El mismo Señor me ha servido determinar, q.e V.E. permita a los Propietarios Españoles q.e' ahí se hallen, y que de aquí en adelante se recogieran el usufructo de sus bienes, con el permiso de S.M. pero nunca a sus pro­curadores, deviendo con todo quedar subsistiendo el sequestro hasta ulteriores órdenes de S.M: lo que V. deverá participar al Governador de la Plaza para su Govierno— Dios guarde a V.E. Palacio de Rio Janeiro a 26 de avril de 1817”.

En primer término es necesario señalar que la Real Cédula no distingue entre propiedades urbanas y rurales, por lo cual es posible que ya entonces, las autoridades portuguesas creyesen que su validez era fácilmente generalizable a los futuros problemas planteadles apenas se dominase la campaña. Conviene además descoyuntar la formulación, unida de la norma porque ella será durante largo tiem­po, la “lex maxima” que habrá de guiar a las autoridades:

1) Los propietarios españoles que al 26 deabril se hallaban en Montevideo y los que se fuesen agregando en el futuro tendrán derecho al usufructo de sus bienes.
2) El usufructo de los bienes no determina la devolución de la propiedad, ésta continúa secuestrada hasta ulteriores ór­denes del Rey.
3) Los propietarios para reivindicar el usufructo de sus bienes debían venir a la Banda Oriental a reclamar personalmente el derecho, derecho que no era extensible a sus apoderados de ninguna clase que fueren.

Cuando Lecor realizó hasta culminar su política de
contempori­zación con las fuerzas criollas, a través de las transacciones con los destacamentos departamentales y con Rivera, garantizó a todos el respeto a sus propiedades y aceptó como incuestionable que no se innovaría con las propiedades en el estado en que se hallasen. Para esta tarea, Lecor fue sin duda ayudado por una Real Cédula como la del 26 de abril de 1817, que sin duda permitía una extensa flexi­bilidad en el uso y aplicación de sus instrucciones.

Muchos de los modos de aplicación, instrucciones a las
autori­dades departamentales, resoluciones, etc., han llegado hasta nosotros; otros en cambio, apenas si pueden inferirse o sugerirse. No conoce­mos, por ejemplo, las instrucciones distribuidas a las noveles autori­dades departamentales, comandantes, alcaldes ordinarios, jueces territoriales, etc., apenas se hicieron cargo de sus funciones, pero suponemos que atendían al cumplimiento de la Real Cédula de 1817, y al consabido acuerdo realizado con las fuerzas criollas en los días de la rendición. De acuerdo a una documentación fragmentaria estos primeros acontecimientos habrían transcurrido del siguiente modo.

El gobierno de la provincia habría encargado a las autoridades de la campaña que fueran convocados todos los intrusos en campos de emigrados, convocados que fuesen debía serles informado que estaba prohibida la matanza en dichos campos hasta que se presen­tasen los legítimos dueños, momento en el cual y en cada caso, el gobierno resolvería lo que tuviere a bien de acuerdo a las normas que ya poseía y a las que solicitaría a la corte.
De ello habla el coronel Joaquín Núñez Frates en una fecha tan temprana como el 16 de abril de 1820. Nombrado comandante de Paysandú, Núñez Frates comunicaba que su llegada al pueblo había sido recibida “con la mayor alegría de todos los habitantes dando muestras que Creían que yo era un Ángel de La guardia”, y luego de describir el “Estado tan deplorable de Pobreza” en que había hallado el territorio de su mando, informaba respecto a sus instrucciones:

“empezaré esta semana haser que todos los abitantes intrusos con licencia de Artigas, que son los mas que existen seme presenten, y daré principio a dar mis disposiciones areglado a la instrucción”.

En otro oficio de Núñez Frates al Gobernador Intendente, queda claro, parte por lo menos de esas instrucciones de las que dice ha­cerse eco:

“respecto a los que están poseyendo la Campaña –agregaba- deste dePartam.to son intrusos por horden de Artigas, tube abien mandar que se sospendiese toda matanza, asta que se prezenten sus legítimos Dueños”.

El aparato normativo con que contaba Lecor era suficientemente escaso y laxo como para permitirle, eso esperaría, moverse con holgura entre las presiones de las clases en conflicto. Al exigir que sólo se corriesen las solicitudes de devolución de propiedades cur­sadas personalmente por los propietarios, al exigir la perfección documental a las propiedades reivindicadas, y al permitir el solo usufructo de las mismas con permanencia del carácter precario del secuestro de los bienes, las autoridades cisplatinas se hallaban en una relativamente cómoda situación. En esa especial coyuntura pudieron insertarse sin alarmante contradicción los términos de la transacción con las fuerzas criollas. La ausencia de los propietarios en buena parte de los campos en conflicto, postergaba “sine die” la violencia de expulsar a grandes masas de donatarios y ocupantes; la exigencia de la perfección de los títulos ayudaba a arrastrar moro­samente los expedientes hallando entre tanto acuerdos pacíficos entre propietarios y ocupantes; por último, la simple devolución del usufructo de los bienes no era necesariamente excluyente del mantenimiento de los intrusos en los campos devueltos, sobre todo si se atendía al hecho de que los campos habían sido vaciados por la guerra y por la emigración y que otros habían sido apenas rozados por los repartos. Fácil era pues conciliar la Real, Cédula de 1817 con el convenio tácito de no innovar en la posesión de los donatarios artiguistas, fácil retribuir la adhesión de los propietarios contrarre­volucionarios sin menoscabo de la promesa arrancada por las masas revolucionarias resignadas al dominio cisplatino. Por lo menos, pa­recía, fácil.

Pero la unanimidad de los propietarios entendía las cosas de otro modo. Españoles, porteños, e incluso los hacendados criollos que fueron confiscados apenas se pasaron al bando portugués, creían que la pacificación de la campaña era el inmediato preludio de la restau­ración. En sus escritos estos propietarios no ocultan su confianza en la sencillez con que habrían de funcionar las cosas. ¿Acaso el gobier­no portugués no había intervenido para liquidar la anarquía? José de Arvide por lo menos lo creía con total ingenuidad:

“hallándose esta campaña pacificada por las armas de Su Magestad Fidelísima, respetada la seguridad individual, como las propiedades, he regresado á este destino, á los ocho años de emigración, con el fin de posesionarme déla referida Estancia”.

Sobre todo se apresuraron ahacerlo aquellos propietarios que más habían colaborado en el afianzamiento de la autoridad portu­guesa, combatiendo incluso con las armas en la mano, o de aquellos otros que dando fe a la Real Cédula de 1817, se encerraron en la Plaza, creyendo garantizada la inmediata devolución de las propie­dades apenas se tranquilizase la campaña.

Actualmente en Uruguay existe una preocupación sobre la extranjerización de la tierra y los impactos ambientales por los monocultivos realizados en estas tierras.
En el último censo agropecuario del año 2000, 17% del territorio nacional había sido extranjerizado, dejando al lado las sociedades anónimas.

En el año 1998 se aprobó una ley que permite a las sociedades anónimas comprar tierra pero no se puede acceder a información sobre quienes son los dueños y sus nacionalidades. “Entonces este 17% es el mínimo, las sociedades anónimas no están incluidas en este porcentaje”.  Según fuente, la facultad de ciencias, La Universidad de la Republica.

Este proceso de adquisición se ha acelerado significativamente desde entonces, fundamentalmente sobre la base de cuatro procesos:

1) La expansión del cultivo de soja en Uruguay, un cultivo que en el año 2000 era casi inexistente, su producción masiva empezó en el año 2001. En estos tiempos se plantaba alrededor de 10 mil hectáreas. La última cosecha que se están levantando ahora es de 350 mil hectáreas. Básicamente esto se considera la expansión de la frontera agrícola de Argentina. Una proporción de agricultores argentinos cruce en Uruguay, compra tierra, planta y continúa sus actividades en Argentina.

2) Brasileños vinculados a la cultivación de arroz, se mantienen como productores en Brasil mientras que cruzan, compran y plantan en Uruguay. Ahora con el aumento de interés al nivel internacional de la producción del biocombustible este proceso tiene aún más importancia. “En un futuro muy cercano ni se sabe cuantas hectáreas van a pasar a manos de empresas relacionadas con los biocombustibles extranjeros”.

3) La forestación, la cual en los últimos años ha sido tal vez el más explosivo, hay grandes empresas multinacionales que han aumentado significativamente sus territorios, desde entonces más de 100 mil hectáreas cada una, estas empresas son de origen Chilena, Norteamericana, Finlandesa y Española.

4) Un proceso donde la actividad es marginal o no se realiza, donde se compra la tierra, mantiene la ganadería extensiva o no, pero su objetivo es de tener una inversión nada más. No tiene preocupación por la rentabilidad o productividad, según la Facultada de Ciencias.
Estos son datos de la, Facultad de ciencias, La Universidad de la Republica. Según la facultad de ciencias la proyectada cifra actual es de, por lo menos un 25% del territorio nacional, según los datos que tienen y lo que conocen sobre el proceso. Dentro de este proyectado 25% no están incluidas las sociedades anónimas.

El tema de las sociedades anónimas es bastante reciente y no hay ningún registro que se puede acceder que sea confiable. Por lo tanto la facultad de ciencia prefiere dejarlas afuera de todas sus proyecciones porque no se conoce realmente la magnitud de la tierra que adquieren.

“Si hacemos una proyección lineal, según el proceso que se ha desarrollado en los últimos 22 años desde el fin de la dictadura y lo transferimos al año 2050, estamos hablando de un 70% del territorio nacional, sin tomar en cuenta las sociedades anónimas. Esta es la proyección lineal si no hacemos condiciones de protección legal para detener o lentecer este proceso”, asegura el docente Marcel Ashkar.

LA TRAICIÓN A LA REVOLUCIÓN AGRARIA ARTIGUISTA, CONTINÚA HASTA HOY, DURANTE LOS GOBIERNOS FRENTEAMPLISTAS.



sábado, 6 de septiembre de 2014

Profeson Andres Freire; Crónicas de la Victoria: Una ética nueva, para un nuevo Uruguay.

Días atrás un amigo radicado en el extranjero comentando una de nuestras notas, nos hacia un cuestionamiento por demás interesante, la ausencia de un análisis acerca de la grave crisis de valoresque adolece nuestra sociedad, nosotros hemos tratado lateralmente el tema hasta este momento, porque son tantas las urgencias que a menudo elementos esencialescomo este pasan desapercibidos, en una lógica perversa donde las emergencias tapan lo realmente importante.
            No es un tema menor, y con las pocas herramientas que tenemos trataremos de resolverlo adecuadamente, hoy nuestras palabras serán molestas para algunos, francamente no me importa, si hemos aceptado este lugarde lucha que se nos ofreció, es para ser colectivamente luz y sal, ya que como aprendí con Paulo Freire, nadie libera a nadie, nadie se libera sólo, los hombres nos liberamos en comunión.

La descomposición moral de nuestra sociedad, es a lavez causa y efecto de la ruptura de un proyecto colectivo de cambioestructural.

            En los 90 a medida que avanza el neoliberalismo en la región, con toda su secuela de des regulaciones, privatizaciones y tercerizaciones que continúan, un nuevo vocabulario va imponiéndose lentamente,así en nuestras empresas públicas desaparecemos los usuarios y aparecemos los clientes, al mismo tiempo la equidad reemplaza a  la justicia, y un simpático personaje llama do Fido Dido anda por ahí repartiendo frases muy llamativas de la mano de una multinacional de refrescos.
            Son los años del “hace la tuya” y “la tenes clara”,coincidiendo con el derrumbe del muro de Berlín, la topadadora neoclásica avanza, destruyendo todo a su paso, y como parte de ese proceso, el sentido común y la construcción de la hegemonía también cambian, se hace preciso paralos factores de poder justificar el individualismo resignado propio del capitalismo más salvaje.
            Y entonces, la lucha se libra no sólo en el terreno material, sino también en el terreno espiritual, es necesario y preciso asegurarlas tierras y dominar las almas, para que nunca más haya quién se levante contra la dictadura del capital, y si alguien se osare a cuestionarla, habrá sucesivos mecanismos de control actuando incluso en su propia psiquis.
            Así vemos compañeros y compañeras que en muchos puntos están muy claros, pero en algunos esa claridad se desvanece y han negado su propia capacidad de amar,consumiendo a los otros seres humanos sin una búsqueda real de un encuentro con otro, por eso bien lo recuerda Alain Badiou en su brillante “Elogio del Amor”,este, el encuentro genuino, entregado y desinteresado con otro ser humano, esun acto revolucionario que enfrenta decididamente las fuerzas oscuras que nos gobiernan, y por eso también es agredido constantemente por la mercantilización general que se impone a todo.
            Todos tenemos errores, contradicciones, miserias, yo también, pero quien aspira a ser vanguardia de la sociedad, debe buscar en sí mismo esa oscuridad que llevamos, analizarla, trabajar con ella, de lo contrario,reproducirá siempre eso que niega, o que peor aún no ve como un problema,seamos más claro, si yo me digo comunista, anarquista, socialista o lo que sea,y por ejemplo maltrato a mi compañera, uso y tiro a los demás en mis relaciones cotidianas, robo a otros trabajadores, desprecio a otros porque tienen una orientación sexual diferente, me burlo de alguno que tiene una fe determinada,no comparto las tareas del hogar con mi compañera en la forma más pareja posible, no cumplo mis obligaciones como padre o madre, más allá de si estoy conviviendo o no con mis hijos: ¿puedo ser un buen revolucionario? No, no lo soy, y con esto no pretendemos dar cátedra de moral, pero si marcar que en lavida uno debe ser coherente con los valores que dice sostener, y si no debería preguntarse qué ética en los hechos está sosteniendo.
            Alguno dirá que lo que afirmamos son paparruchadas moralistas, ya que para cierta tradición marxista, nos hallaríamos en el terreno de la ética, y esta se corresponde al desarrollo material existente endicha etapa del desarrollo histórico, bastaría entonces con cambiar de etapa para tener una ética superior, más acorde a la clase trabajadora en el poder,al socialismo.
            Sin embargo, este no es una posición marxista aunque parezca ser tal, en una extensa carta de Engels a J.Bloch, el primero precisa adecuamente la relación entre los elementos ubicados en la infraestructura y los ubicados en la superestructura. Claramente nos encontramos aquí en dos terrenos diferentes el de la base material de la sociedad que es la infraestructura y elde la ética que es el de la superestructura, pero no es licito decir que sólo cuenta lo que sucede en la primera, ya que en el juego de la dialéctica la segunda también tiene su importancia.
            Dice Engels en la carta citada “El que los discípulos hagan a veces más hincapié del debido en el aspecto económico, es cosa de laque en parte tenemos la culpa Marx y yo mismo. Frente a los adversarios,teníamos que subrayar este principio cardinal que se negaba, y no siempre disponíamos de tiempo, espacio y ocasión para dar la debida importancia a los demás factores que intervienen en el juego de las acciones y reacciones”...“Desgraciadamente, ocurre con harta frecuencia que se cree haber entendido totalmente y que se puede manejar sin más una nueva teoría por el mero hecho dehaberse asimilado, y no siempre, exactamente sus tesis fundamentales”[i]
            Razonemos entonces de este modo, la crisis de valores que estamos viviendo, caracterizada por una moral individualista y consumista reinante es producto de los cambios económicos acaecidos los últimos 50 años, pero a su vez, la implantación del orden neoliberal, no sólo es consecuencia del terrorismo de Estado fascista,sino también de esa misma moral imperante. Es que descomposición material y descomposición espiritual van de la mano, están íntimamente ligadas y son una,retro alimentándose mutuamente.
            ¿Por qué siempre juego con la frase “a la gente no se le puede pedir tanta poesía”? Precisamente porque magistralmente se muestra aquí enuna confesión de parte la descomposición moral de toda una capa dirigente.Mario Benedetti se preguntaba que le queda a los jóvenes, y nosotros preguntamos: ¿Qué le queda a los que se prestaron al juego de las clases dominantes? Nada, porque si buscamos llegar al poder con la excusa de hacerlo para cambiar las condiciones materiales de existencia de la inmensa mayoría dela población y luego por diversos factores que escapan al objeto de este análisis renunciamos a ello, logramos esa posición para nada, pero igual estamos ahí.
            Rota toda perspectiva de cambio estructural: ¿Entonces porque no disfrutar de las ventajas adquiridas en ese lugar? Ahí viene el salariazo a la menemista para ellos y toda la danza de privilegios que una y otra vez se han denunciado.
            Y uno enseña más que con sus palabras con el ejemplo cotidiano, repito, todos nos equivocamos, todos tenemos miserias, contradicciones,somos humanos, pero todos debemos esforzarnos un poquito más en ser más íntegros como personas, más amorosos, más fraternos, cuidarnos más entre todos,y tratar de reflejar en nuestra vida los grandes ideales que decimos defender,de lo contrario, seremos tanto o más hipócritas que todo el andamiaje que tanto-cuestionamos.
            Porque nuestra lucha, es por la redención de la humanidad doliente antes que nada, no para reemplazar una forma de dominio por otra, no para desalojar a algunos del “paraíso” del consumo y los sueldos principescos, reemplazándolos por nosotros mismos, no, si pasa algo de eso habremos fracasado trágicamente.
Y este combate tiene una dimensión ética que no debemos desdeñar, los valores de la clase dominante están también dentro nuestro, del mismo modo que el sexismo, del mismo modo que tanta inmundicia, ese también es un terreno de lucha, quizás más difícil, pero ahí también está en juego nuestra posibilidad real de influir enla sociedad y de cambiar las cosas de una vez y para siempre.


La moral es un terreno donde no podemos ceder ni un milímetro, nos lo enseño el Che.

            Hace unos cuantos años leí un pequeño texto en unCuaderno del 26, se llamaba “Un pecado de la revolución”[ii]de Ernesto Che Guevara, me hizo pensar y mucho, en torno a algunos problemas de esta misma índole, dicho con la enorme autoridad moral de alguien que dio todo por algo en lo que realmente creía.
            En ese texto el Che hace una dura autocrítica, frontal,honesta y descarnada, quizás será por eso que admiro a la revolución cubana, no por no haber cometido errores, algunos graves como en la cuestión religiosa oel problema de la orientación sexual de los individuos, sino por su enorme capacidad de afrontarlos y corregirlos, de resolver las contradicciones y avanzar, por eso este es un modelo de socialismo que perdura, no se ha fosilizado, está vivo, se equivoca, pero  rectifica y avanza.
No es una tragedia el error, la tragedia es cuando el dogmatismo impide la crítica y la autocrítica, entonces no hay avance, las revoluciones se congelan primero,luego se fosilizan y finalmente se parten en mil pedazos.
Tampoco es una tragedia que un compañero se equivoque, yo me he equivocado muchas veces, e inevitablemente lo volveré a hacer  lo que sí es una tragedia es llamar bueno a lo que sabemos malo y transigir con conductas profundamente erróneas.
Pero volvamos al Che el que nos dice: “Las revoluciones,transformaciones sociales radicales y aceleradas, hechas de las circunstancias;no siempre, o casi nunca, o quizás nunca, maduradas y previstas científicamente en sus detalles; hechas de las pasiones, de la improvisación de los hombres en su lucha por las reivindicaciones sociales, no son nunca perfectas. La nuestra tampoco lo fue. Cometió errores y algunos de esos errores se pagan caros. Hoy se nos muestra la evidencia de otro, que no ha tenido repercusión, pero que demuestra cómo es muy cierto el lenguaje popular cuando expresa una vez que “la cabra tira al monte ”y otra, que “Dios los hace y ellos se juntan”.
Resumiendo el contenido del artículo (y recomiendo la lectura de la carta completa): ¿Cuáles fueron esos errores de los que habla el Che en este caso?, aceptar compañeros de viaje corruptos, cediendo en aras de una unidad que el tiempo revelo inexistente.
Quizás ese peligro no esté presente para nosotros aún,pero a medida que avancemos, que seamos más fuertes, más gente se va a arrimar,con diferentes intenciones, yo no creo que existan los revolucionarios puros, ycomo leí una vez, si aparecen mejor huir, porque son tan puros que terminan depurando a todo el mundo, todos los seres humanos tenemos nuestras debilidades y puntos flacos, y debemos ser comprensivos y generosos entre los compañeros,pero hay conductas que no deben pasarse de alto así no más.
                En palabras del Che, “la conducta revolucionaria es espejo de lafe revolucionaria y cuando alguien se dice revolucionario no se conduce comotal, no puede ser más que un desfachatado”. Quizás esa persona hable lindo,diga cosas interesantes, escriba bien, pero ¿de qué vive? ¿Cómo logra cubrirsus necesidades materiales? ¿Cómo son sus relaciones humanas?
Todo eso no son elementos menores, sino un terreno donde no se puede ceder un milímetro, a mi no me importa si los compañeros y compañeras tienen una religión determinada, una orientación sexual determinada,son hinchas de un cuadro de fútbol u otro, que estilo artístico les gusta más,que música escuchan, eso no es relevante, lo que sí es relevante, es que sean honestos e íntegros, porque eso es antes que nada lo que necesita nuestra sociedad, y sobre esa base vamos a construir, con seres humanos complejos ycontradictorios como somos todos, no perfectos, pero sin segundas ni terceras intenciones, comprometidos con lo que dicen estar comprometidos.
Porque lo personal también es político, tomemos por ejemplo el caso del actual presidente de Francia, Hollande del Partido Socialista francés, quien accedió al gobierno prometiendo mantener el estado de bienestar, y que hora a hora retrocede aún más en sus planteos originarios,alimentando a la ultraderecha objetivamente, porque como ya hemos dicho, quien gobierna como la derecha prepara el camino a la derecha, él le fue infiel a su compañera sentimental, eso sólo corresponde a su intimidad (pero a la vez coincidente mente le fue infiel al electorado que lo llevo a ese lugar), esta despechada nos muestra entonces como era ese hombre en la intimidad y nos deja una frase terrible: "Se presenta como un hombre al que no le gustan losricos. En realidad, al presidente no le gustan los pobres. Él, hombre de izquierdas, dice en privado los desdentados, muy orgulloso de su sentido de su broma"[iii].
Se muestra en público como un hombre de izquierdas,que se va a enfrentar al capital, que no le gustan los ricos, pero eso sólo es una estratagema para ganar votos, en el fondo de su corazón, a los quedesprecia es a los pobres. ¿Nadie se dio cuenta de esto antes? Seguramente muchos sí, pero eligieron mirar para otro lado, acá no hubo un pecado de la revolución, hubo un pecado de la reforma, pero el problema es en esencia el mismo.


Responsabilidad individual y responsabilidad colectiva.

            Existen muchas corrientes filosóficas, pero de todas a mime fascina, lo confieso, el existencialismo profundamente cristiano de Soren Kierkegard, que pone el acento en varios elementos fundamentales, el primero de todos, si algo entendí de este pensador, es que el verdadero problema del hombre es que hacer con su vida, con su preciosa y única existencia, dedicarla a cumplir las normas sociales y a “hacer lo correcto”, a vivir estéticamente procurándonos el placer, o a tener una vida religiosa en el verdadero sentido de esta palabra.
Sin adherir  a esta corriente, en el bello fragmento de“Así se templo el acero” que acompaña todas las cartas del 26, hay algo de este espíritu, tu vas a vivir una sola vez: ¿a qué vas a dedicar tu vida? En el marco de condiciones que tú no elegiste se va a desarrollar tu existencia: ¿Qué vas a hacer con ella? ¿Qué vas a hacer con lo que otros hicieron de ti?
Y esta responsabilidades mucho más amplia de lo que habitualmente pensamos, porque requiere un compromiso con la honestidad en primer lugar así sí mismo y en segundo lugar hacia los demás.
Esto es algo que quiero remarcar expresamente, a mi juicio la sociedad uruguaya tiene muchas virtudes, pero en el terreno de los valores adolece de un problema muy grave,propio de la pequeña burguesía decadente, la hipocresía, por eso es tan festejado un presidente que como te dice una cosa te dice la otra.
Es el juego del doblez, del doble discurso, del siento una cosa pero hago otra, de no mostrarlo que verdaderamente uno es, fingir emociones, sentimientos, y actuar incluso a veces en forma hasta esquizoide, esto último se da en toda las escalas sociales, pero son los valores de la clase media expresados constantemente, en cambio la clase obrera cuando logra romper con la alienación es honesta,crudamente honesta.
Nosotros como colectivo político hemos impulsado una propuesta de solución que muchos no entienden, o dicen no entender, o ahora no es tiempo y mañana tampoco, pero tiene una gran virtud es esencialmente honesta, le decimos a la sociedad no hay solución fácil para los problemas que nos aqueja, no hay posibilidad de poner un parchecito aquí y otro halla y seguimos la marcha, no, o se cambia todo o no se cambia nada, tal la cruda realidad y la experiencia histórica de 10 años reafirma la validez de nuestros planteos.
Porque la verdadcura, duele pero cura, nos hace libres, nos permite ver las cosas tal cual son y elegir que derrotero seguir y porque, no somos perfectos, tenemos muchos errores y muchas falencias, pero damos el diagnostico correcto y las soluciones posibles.
Creo haber respondido las cuestiones planteadas, son las dos de la mañana, le he robado horas al sueño para escribir estas líneas, y he meditado cada palabra a la luzde mi conciencia que es el juez más duro que hay, y de mis convicciones, ahora con confianza en el Altísimo, me voy a dormir en paz.





[i] Carta de Engels a J Bloch,  Obras Escogidas en dos tomos, Ediciones en Lenguas Extranjera, Moscú, página 522.
[ii] Guevara, Ernesto, “Un pecado de larevolución”, en revista Verde Olivo, 12 de febrero de 1961.

Economia: Entrevista a Alción Cheroni en ‘Mañanas de Radio: CUANDO UN EMPRESARIO DICE.....

“CUANDO UN EMPRESARIO DICE, LES VAMOS A PAGAR PRODUCTIVIDAD, LO QUE ESTÁ DICIENDO ES QUE VAN A DARLES EL SALARIO EN FUNCIÓN DE LA EXPLOTACIÓN”
Entrevista a Alción Cheroni en ‘Mañanas de Radio’,
miércoles 3 de setiembre de 2014
“La ciencia, la tecnología, su desarrollo, las aplicaciones posteriores al sistema productivo o a la producción propia del conocimiento, están vinculadas casi directamente con el modelo económico. Y el modelo económico es el que nosotros conocemos, es el que se ha puesto en escena desde hace varias décadas en este país”, dijo el profesor y catedrático Alción Cheroni (*) en ‘Mañanas de Radio’. Agregó que “nosotros vivimos en un país dependiente y esas características y esas relaciones de dependencia son las que marcan a fuego el desarrollo económico y social del país”. Es decir, preció, “nosotros dependemos de las relaciones con los grandes centros del capital financiero y por lo tanto ellos marcan decididamente las opciones, los objetivos y las funciones de todas estas empresas de carácter educativo y científico”. Más adelante indicó que “se habla mucho de la productividad, se habla mucho de agregar valor a la producción, etc., esto es connatural en el sistema capitalista” por tanto, “cuando un empresario dice, les vamos a pagar productividad, lo que está diciendo es que van a darles el salario en función de la explotación”. Transcribimos la entrevista que Usted puede volver a escuchar aquí:
http://www.ivoox.com/prof-alcion-cheroni-3-setiembre-audios-mp3_rf_3453789_1.html


Efraín Chury Iribarne: La entrevista de hoy es con el profesor, catedrático Alción Cheroni que hoy no puede estar en el estudio con nosotros pero está telefónicamente para conversar con nosotros.
Alción Cheroni, el gusto de recibirte, te mando un enorme abrazo, bienvenido.
Alción Cheroni: Bueno, igualmente, un abrazo a todos ustedes, muchas gracias por la invitación, saludos a la audiencia y a todos los compañeros y compañeras de la Radio.

EChI: Muy bien Alción.
Varios son los temas que hoy nos ocupan, vamos a hablar de la universidad, pero antes del enfoque directo sobre la Universidad, con su nuevo rector inclusive, sus puntos de vista y sus proyectos, el Uruguay en este momento transcurre el último mes y pico de un período preelectoral.
En los últimos 10 años en que mucho se ha hablado, en que mucho hubo que hablar, en que mucho ha pasado en este país, en que muchas cosas han dejado de ser y las que la gente tenía esperanza de que fueran no fueron, pero bueno, eso es otra cosa, es harina de otro costal en el momento que estamos enfocando ahora.

Ahora estamos más bien insertos en lo que dicen los candidatos y aquellos candidatos que se juega a la segura que irán por la Presidencia de la República. Tabaré Vázquez inició un ciclo de charlas programáticas, habló sobre producción, innovación, ciencia y tecnología. El candidato a la Presidencia del Frente Amplio inició el ciclo de charlas programáticas Uruguay X+ y habló sobre producción, innovación, ciencia y tecnología.
La conferencia se desarrolló en el auditorio de ANTEL y se ha transmitido por medio de videoconferencia en las salas de ANTEL de los 19 departamentos y por el canal de televisión por internet del FA.
Participaron como invitados el Ing. Nicolás Jodal, empresario que preside la firma de software Artech, productora de Genexus, el ingeniero Fernando Brum, fundador de la empresa Centro de Construcción de Cardioestimuladores (CCC, Uruguay), la profesora Ana Denicola, docente grado 5 de Fisicoquímica Biológica en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, y el ingeniero agrónomo Gustavo Grobocopatel, conocido como el Rey de la soja, empresario agroindustrial argentino radicado en Uruguay hace diez años, que habló desde la vecina orilla por videoconferencia.
Vázquez abrió la charla planteando que en las elecciones nacionales “la ciudadanía también elige un proyecto de país” y que el del FA “se viene” ejecutando desde 2005. El candidato dijo que a ese proyecto de país es al que le corresponde “el +” del nombre del ciclo de charlas.
Bueno, yo te pediría, Alción, una reflexión ya en el arranque sobre estas manifestaciones del Dr. Tabaré Vázquez que seguramente se avienen y mucho a lo que es el proyecto que imperó en el país en los últimos 10 años. Es decir, como que estamos hablando de una continuidad, no sé si me equivoco.
ACh: Yo creo que la primera cosa que hay que señalar es que siempre este tipo de respuestas públicas de los temas, de estas cuestiones, es bienvenida, porque de alguna manera conocemos cuáles son los proyectos. Y conocemos cuáles son las relaciones de esos proyectos con los objetivos político generales de cada una de las tendencias sociales y políticas que está en el país dirimiendo esta cuestión electoral ¿no? Así que esto es importante.
También es interesante ver que se inicia estas puestas en escena con un tema importante y fundamental, cuál es el tema de la relación de conocimiento con el sistema productivo, ahí hay gente que tiene algo que ver con las empresas, etc., etc.

Entonces, por tanto, creo que es conveniente hacer una visión global previa al problema.
Estoy de acuerdo contigo en cuanto a que esto refleja, en un aspecto muy específico, un proyecto político. Un proyecto político que tiene que ver con un modelo económico.
Entonces, la ciencia, la tecnología, su desarrollo, las aplicaciones posteriores al sistema productivo o a la producción propia del conocimiento, están vinculadas en forma a veces contradictoria pero normalmente una vinculación casi directa con el modelo económico. Y el modelo económico es el que nosotros conocemos, es el que se ha puesto en escena desde hace varias décadas en este país, la audiencia de CX 36 siempre tiene la oportunidad de escuchar a personalidades académicas y de visión política y de análisis como Rocca, que nos explican cuáles son estas relaciones, en qué mundo estamos viviendo.
Porque si uno escucha simplemente fuera de contexto todo lo que se dice, y después quizás analizaremos algunas de las cuestiones que están planteadas allí, puede estar en general de acuerdo con lagunas de las cosas. De acuerdo con esas cosas generales la importancia de conocimiento, la importancia de su aplicación, la importancia fundamental de las aplicaciones tecnológicas. El incluir -como se dice ahora- "valor" a los productos, a las manufacturas, etc.
Pero primero, en qué país vivimos. Y saber en qué país vivimos tiene que ver con qué tipo de ciencia, tecnología, desarrollamos en función y en relación con qué modelo económico. ¿Con qué perspectivas económicas y para qué? ¿Cuál es la función? Porque la ciencia y la tecnología al margen de tener una función nociológica? Es decir, de ser productos del desarrollo del conocimiento para el conocimiento de la realidad y para su transformación, también tienen una función económica y social, y también una función política.

Entonces esto es lo primario. Y lo primario es que nosotros vivimos en un país dependiente y esas características y esas relaciones de dependencia son las que marcan a fuego el desarrollo económico y social del país. Es decir, nosotros dependemos de las relaciones con los grandes centros del capital financiero y por lo tanto ellos marcan decididamente las opciones, los objetivos y las funciones de todas estas empresas de carácter educativo y científico.
Quizás, en esta expresión se vea muy sintético lo que estamos diciendo, pero vamos a verlo en función de lo que se expresa desde el punto de vista de cuál es un proyecto y un programa de desarrollo científico económico para un país como Uruguay.

La primera pregunta que nos hacemos es: ¿Esto tiene un objetivo de liberación nacional? ¿Proyecta el conocimiento científico y proyecta el desarrollo tecnológico? Es decir, todo el mecanismo de producción de conocimiento que se hace en este país hacia una perspectiva de liberación nacional. Bueno, se puede decir que sí, en un sentido fundamentalmente propagandístico, pero veremos, veremos.

No hay maneras de salir de las relaciones mercantiles en el sistema capitalista, solamente revolucionándolas, cambiándolas. Pero la ciencia y la tecnología, influyen en ese desarrollo de liberación pero no son decisivas en el mismo.
Por lo tanto, la exaltación de ciertos aspectos de las innovaciones, invenciones tecnológicas, ponerlas por encima de estas relaciones, confunde. O más que confundir bloquea la capacidad que podemos tener para interpretar los procesos, para conocerlos, para analizar su propia naturaleza y las propias relaciones sociales que implica. Porque de ninguna manera el proceso de producción del conocimiento, sea en el campo científico, tecnológico y menos aun en sus aplicaciones, está fuera de esta relación, de estas relaciones económicas que impone la dependencia.
Estamos sujetos a ellas. Y estamos sujetos por variadas vertientes, por variadas formas de desarrollo. Una de ellas tiene que ver con el aspecto económico. Es decir, las invenciones en aplicaciones del sistema capitalista no tienden a ningún efecto liberador. Las invenciones tienden a obtener beneficios, a producir un cambio de beneficios.

El otro día estaba releyendo el capítulo del Capital, ‘Maquinaria y gran industria’, y ahí más decís una cosa importante cuando uno empieza a analizar los problemas de la ciencia y la tecnología.
Lo primero que dice es que la ciencia no le cuesta nada al capital, el capital se apropia del conocimiento. Eso es un elemento inicial. Y se apropia para aplicarlo, para obtener beneficios.
Y a su vez no hay manera, a pesar de que la ciencia y la tecnología son producto de esa gran capacidad que tenemos los seres humanos de conocer la realidad y en ese carácter tienen un sentido revolucionario, en el sistema capitalista es muy difícil superar la relación mercantil.

Y yo me voy a permitir simplemente como elemento de traducción a todo esto porque creo que marca un aspecto crítico con todo lo que se está diciendo públicamente sobre la ciencia y la tecnología y su relación con la producción, etc., lo negativo de este proceso.
Me voy a permitir citar a Marx, dice: "Las invenciones no están destinadas a liberar sino que degrada a la sociedad. La denotación intelectual producida artificialmente al transformar a personas que no ha alcanzado la madurez en simples máquinas de fabricar plusvalor". Este es el elemento que juega en el proceso de la producción del conocimiento aplicado al desarrollo industrial en el capitalismo y la tecnología.

"Denotación que debe distinguirse -continúa Marx- netamente de esa ignorancia natural que deja en barbecho la mente sin echar a perder su capacidad de desarrollarse, su natural fecundidad".
Es decir, Marx no era un bárbaro, no está elogiando la ignorancia, lo que está diciendo es que todo este tipo de proceso tiende simplemente a fabricar plusvalor, a crear condiciones para la explotación.
La función de la ciencia y la tecnología en el sistema capitalista, y más aun en los países dependientes, es eso, es provocar beneficio.
Es decir, este es el efecto inmediato, el efecto de desarrollo.
Y luego hay otro problema, porque hay objetivos políticos, hay objetivos económicos, este lo estamos diciendo. Esto acrecienta la explotación, incrementa la extracción de plusvalía. Y esto se nota, aparece o se evidencia, en el propio lenguaje público que nos dan nuestros políticos, nuestros dirigentes sindicales, etc.

Se habla mucho de la productividad, se habla mucho de agregar valor a la producción, etc., esto es connatural en el sistema capitalista. No existe de ninguna manera que se produzca mercancía sin agregarle un valor. Ese valor agregado tiene que ver con esta relación de explotación.
Cuando un empresario dice, les vamos a pagar productividad, lo que está diciendo es que van a darles el salario en función de la explotación. Esto es clave para entender este problema.
Pero hay otros tipos de objetivos, los objetivos políticos, tanto en el sistema educativo como en el sistema científico y tecnológico, tienen que ver con la unificación y control ideológico que producen la aplicación de las invenciones y de las máquinas ¿no?

Yo creo que alguna vez hablando contigo lo dije, este tipo de invenciones, de innovaciones tecnológicas formidables que se desatan continuamente, todos los días tenemos nuevas cosas (celulares, tablets, TV, laptops, etc.) tienen un carácter unipersonal, son dirigidas esencialmente a separar al individuo de la realidad y de la convivencia.
Provocan, yo creo que están provocando con un objetivo claro, ideológico y político claro, una especie de autismo social y cultural. Fundamentalmente les sucede a los muchachos, el muchacho se va separando de la realidad, se va transformando en una relación circunstancias a través de un instrumento y de un medio. Y en el fondo, y esto para mí es lo más preocupante, convierte al medio en un fin en sí mismo, lo transforma en un fin.
Es decir, en vez de ser un instrumento para aprovechar conocimiento o para aplicarlo o simplemente para jugar, no sé, lo transforma en un fin. Están acostumbrando a que nuestros jóvenes se aclimaten a un sistema en que todo es virtual, todo está en una esfera que uno no puede aprenderla solamente a través de utilizar un instrumento determinado, y eso lo vemos continuamente. Ese autismo lo vemos continuamente con los muchachos con los celulares caminando por la calle o enchufados como autómatas con alguno de estos inventos para transmitir.

No está mal en el sentido general, yo no soy un enemigo de las máquinas, de las invenciones o innovaciones, al contrario. El problema es saber su función, y su función está en esto. Cumplen un papel y un papel que ingresa en el mercado.
Hay un trabajo interesantísimo, que también aprovecho para referirme a él, que es un libro que está en francés, escrito por dos marxistas franceses, que se llama "Ciber-revolución" donde analizan estos problemas.
Estos autores, por ejemplo, al referirse a las innovaciones, a las invenciones, dicen, bueno, ellas existen, todo el mundo sabe que existen. Esto es un proceso de que el mono bajó del árbol y se transformó en hombre a través de su trabajo.
El trabajo es precisamente un recreamiento de innovaciones y de invenciones continuas. Está dentro de la naturaleza humana.
Entonces, estas existen, pero no pueden emerger en esta sociedad más que pasando el filtro de mercado, es lógico. En tanto ellas -como decía Marx- generan beneficios, un beneficio inmediato.
Pero fijémonos esto, por qué este entusiasmo, por ejemplo, por el Plan Ceibal, por la difusión de estas innovaciones, de estos mecanismos, de estos instrumentos. ¿Por qué? Porque es una potencia comercial, atrás de esto hay una relación mercantil y comercial. Es decir, precisamente, una de las objeciones que se le debe hacer al Plan Ceibal cuando uno lo examina desde estas perspectivas, es que el Frente Amplio se encargó de crear el mercado para introducir las ceibalitas.

Un producto, una innovación no tiene beneficios en el mercado si el mercado no está preparado para recibirlo. Y acá se ha preparado, se ha preparado culturalmente, se le ha dado un clima de que esto produce igualdad, de que los niños pobres pueden estar al mismo nivel que los niños ricos, etc. Este ya es un mecanismo de ideologización que pretende eso, que consumamos este producto. Y este producto se consume formando un mercado tremendo, formidable, que es el mercado de los niños, de los escolares, de los liceales y de los jóvenes. Es decir, vaya si hay mercado, vaya si va a haber un producto que va a salir. Y vaya a saber si hay un beneficio a un negocio determinado, porque en definitiva esto lo inventó un negociante. Un tal Nicolás Negroponte, que escribió un libro que se llama "Ser Digital" y entonces nos indujo a que, en vez de ser seres humanos naturales y sociales en el propio proceso evolutivo natural y el desarrollo conflictivo social, seamos seres digitales. Y esa concepción es una concepción que predomina.
Hoy la mayoría o grandes mayorías entienden que uno debe estar directamente ligado a todo este tipo de desarrollo. No se puede conocer si no tengo una laptop, y si no estoy en internet, y si no me comunico con otros a través de estas redes, etc., etc. Eso hace desaparecer la acción directa de las masas populares y de la gente en general sobre la realidad.
La realidad es como decía Galileo, se convierte en un mundo de papel, no existe más, ahora la realidad es virtual. Entonces, acá tenemos un problema verdaderamente grande y grave.
No vamos a discutir el valor de la innovación en el sentido abstracto, vamos a discutir la función de la innovación en una sociedad determinada. Yo creo que por ahí puede pasar un poco la clave de estas cuestiones ¿no?

EChI: Poniendo punto final a esta exposición que ha sido hecha por Tabaré Vázquez que inició el ciclo de charlas programáticas y habló sobre producción, innovación, ciencia y tecnología.
Vamos a ir al final porque después queremos hablar de la Universidad algunos minutos con Cheroni.
En el final de su exposición, Tabaré Vázquez, concretamente prometió triplicar la inversión en ciencia, tecnología e innovación. Y en todo de broma dijo que había consultado a quien será su ministro de Economía en caso de ganar las elecciones, Danilo Astori, y que le había dicho “que sí”- y que en materia institucional actualizará “la gobernanza” de la ANII, “dotándola de un directorio de tres miembros con alta dedicación y remuneración acorde”, recordando que los actuales son “honorarios”. Finalmente se comprometió a apoyar la generación de “un país agrointeligente” y “la incubación y aceleración de emprendedores con un ecosistema que permita crear startups”, lanzando nuevas rondas de fondos y la licitación de un fondo público privado con ese fin.
Así terminaba Tabaré Vázquez esta exposición.
ACh: Bueno, primero, esto es una propuesta. Es una propuesta, que como dije anteriormente, en términos generales uno puede decir que está bien que se den fondos para la innovación, está bien que se den fondos para la producción de conocimiento, está bien que se estimulen las instituciones estatales o universitarias en el sentido de la investigación científica y tecnológica, está bien, eso es necesario.

Pero esto requiere y exige un análisis un poquito más profundo ¿no? Y el análisis tiene que venir, como dije al principio, de en qué país estamos.
Y no sólo en qué país estamos sino las condiciones estas de relaciones de dependencias que importan mucho para hablar de esto o para analizar críticamente estas propuestas, sino cómo funciona estas instituciones de investigación o de desarrollo de proceso productivo, de conocimiento estamos hablando.
Es decir, cuáles son sus planes y cuáles son sus formatos para realizar el proceso de investigación. Todos sabemos que la investigación científica requiere y exige una estructura sistémica. Y esa estructura sistémica está formada por instituciones, por comunidades y por medios, métodos e instrumentos científicos.
Esa estructura es una estructura ya creada en la época de la Revolución Industrial, sabemos lo que son los laboratorios, etc. Pero esa estructura necesita financiación, no puede funcionar sin financiación. La clave está ahí, es una de las claves por las cuales los universitarios hemos luchado mucho, mucho para lograr la autonomía financiera. ¿Por qué? porque el que financia es el que domina, es el que determina de alguna manera, y si no queremos utilizar una palabra tan fuerte diremos que es el que condiciona el proceso de investigación, las características del mismo, el orden de constitución y profesionalización de sus comunidades. Es decir, tiene un proyecto de formación curricular determinado. Y a su vez, una discusión de carácter puramente epistemológico, para ubicarlo en una disciplina, que tiene que ver con los métodos, los instrumentos científicos y todas esas cosas que se discuten.
Pero lo importante es quién y cómo se financia. Cómo se forman los investigadores y cuáles son los modelos que se aplican para ese proceso de formación. Y los modelos que se aplican sea modelo hegemónico mundial.
En el siglo XX se ensayaron otros, que no fracasaron, que dieron formidables resultados, porque a final de cuentas hubo revoluciones culturales de carácter no capitalista, no burguesa, en la Rusia revolucionaria, en China, en Cuba, etc. Por lo tanto hay ejemplos distintos e el proceso de producción.
Pero dejemos eso porque este sería un tema de muy largo análisis, requiere y exige un largo análisis porque después de lo que se llamó la caída del muro de Berlín, yo siempre digo que los muros caen, el problema es que caigan los principios que es algo más importante. Es decir, con ese muro para algunos cayeron los principios, para otros todavía no. Creemos que son vigentes, se mantienen y hay que defenderlos, pero está bien.
Entonces, también una devaluación de esos procesos. Nosotros nos hemos quedado con un solo modelo, un modelo que a su vez, por estas relaciones que sigo mencionando y sigo subrayando, por las relaciones de dependencia, en el proceso propio de financiación de todos estos sistemas, atrás de esto están los organismos financieros multinacionales, internacionales. Esta el FMI, está el Banco Mundial y está el BID.
Y cualquiera que lea las cosas que producen estos organismos, están muy interesados en dos cosas, al margen de problemas financieros, económicos, etc. Están interesados en dos cosas, escriben libros, ensayos, etc., sobre educación y sobre ciencia y tecnología.
Entonces, lo que se está diciendo es lo que dicen, en un lenguaje a veces distinto, lo que dicen los organismos internacionales.
No está mal crear un sistema, el problema es saber cómo funciona el sistema y cuáles son las condiciones para su desarrollo. Es decir, el problema es saber quién lo financia, cómo se financia y cuáles son los objetivos.
Normalmente, como decíamos al principio cuando decíamos algo sobre que siempre para un proceso educativo y para un proceso de producción e innovación en el campo científico y tecnológico, es necesario tener un mercado y uno lo ve en la propia Universidad.
¿Cuáles son aquellas disciplinas o carreras que siguen más los muchachos? Es aquella que presiona el mercado. ¿Por qué en nuestra Facultad de Ingeniería hay muchos más muchachos dedicados a la computación y a la informática? Es decir, va al Instituto de Computación e Informática el 50% de los ingresos y no van, por ejemplo, a la parte de producción industrial. ¿Por qué? porque este es un país que ha dejado de ser autónomo en la producción industrial, la ha desbarrancado. Las empresas industriales que tenemos son extranjeras, son incrustaciones del capital financiero.
¿Por lo tanto, qué aliciente puede tener para un país sin desarrollo industrial? Ninguno, aquello que marcan las empresas extrajeras.
Entonces, esto se refleja inmediatamente en el proceso educativo. Y se refleja inmediatamente también en el proceso de producción científica y tecnológica. Es decir, los llamados a investigación inciden, porque están financiados, a estos sentidos, a estas corrientes, a estas necesidades que se supone que son las necesidades del mercado. Pero son las necesidades de un mercado, de un país dependiente, que tiene que formar científicos, que tiene que formar tecnólogos que puedan ingresar en el mundo dominado, hegemónico de este modelo de desarrollo. Entonces, por lo tanto, es esto.
Si uno recuerda, y creo que es necesario recordarlo, lo que decía José Pedro Varela sobre esto, es interesante porque nos ubica en cómo debemos enfocarlo. Varela decía, todos estos problemas está dirigidos por la política. Porque la política es la ciencia madre, dirige a las demás.
Y Varela decía una cosa interesante, cuando la ciencia aplica la física, es decir, las leyes de física son universales, pero cuando la aplica directamente, y él hablaba de los ferrocarriles porque era lo que había acá, cuando la aplica a los ferrocarriles, ahí hace un análisis político. Y el análisis político es un análisis económico y social.
Entonces, esa enseñanza de aquellos positivistas del último tercio del siglo XIX tiene que valer para este análisis. Es lo mismo, debemos hacer un esfuerzo para entender qué es lo que se está haciendo, por qué se da tato dinero o no, por qué se promueve la investigación, etc. No por qué, cómo se promueve, en función de qué, cuáles son los carriles, los movimientos en cómo se va a aplicar esta investigación. Porque la ciencia no es un lujo, es el producto más importante, más interesante que el ser humano ha logrado para conocer y realizar la naturaleza y para transformarla. Este es su carácter nociológico importante y su carácter revolucionario, pero está sometida a condicionamientos brutales y tremendos.
La preparación es una preparación, para los científicos en todos los campos que sea, es una preparación de carácter también ideológico.
Es decir, esa formación curricular tiene que ver con eso. No cualquiera entra en un laboratorio, se entra bajo ciertas condiciones de capacitación técnica y bajo ciertas condiciones políticas. Y olvidar todo esto es vivir también en un mundo de papel, en un mundo virtual, en un mundo que no tiene ninguna relación de las relaciones sociales, carece de relaciones sociales, y entonces, claro, perdemos un poco el situarnos en dónde estamos y cómo estamos ¿no?
Es decir, a veces es muy difícil hablar sobre estos temas. Porque cuando uno empieza a conversar sobre estos temas, a discutirlos, a exponerlos, la primera cuestión que se le produce a mucha gente, ya embebida de que esta es una cosa importante, de que hay que desarrollar tales y cuales técnicas, qué lindas las innovaciones, qué lindo todo esto, vivimos en la superficie del tema.
Entonces, lo que debemos hacer es tratar de no vivir en la superficie, de penetrar en la esencia del problema. Y penetrar en la esencia del problema tiene que ver con, no me disculpo pero por mi insistencia, en que lo primero que hay que saber es en qué país vivimos. ¿Qué relaciones sociales y económicas tiene un país dependiente? ¿Cuáles son los condicionantes que implican al país en este tipo de desarrollo?
Yo puedo decir muchas cosas, todos los candidatos en general me parece, estos de estos partidos con representación parlamentaria, los demás no existimos, los demás somos una especie de fantasmas que andamos por ahí dando vueltas porque no tenemos representatividad. Cuando la única representatividad en política es la representatividad social y la representatividad sobre los principios y el carácter de clase de esos contenidos y principios.
Pero, bueno, dejemos las cosas por ahí.
Entonces, todos ellos dicen lo mismo, en el fondo dicen lo mismo, no hay nadie que no diga lo mismo, es un discurso monótono. Lo más que se puede decir, en vez de tener una agencia tal quiero tener otra o quiero poner a otras personas. Ahora dice que se va a pagar o se deja de pagar. Yo qué sé, todo ese tipo de cosas, que vuelvo a insistir, es superficial, porque no tiene que ver con qué función va a cumplir el conocimiento, no tiene que ver con qué función va a cumplir la innovación porque no es cuestión de decir que este instituto, esta institución donde hay gente que uno respeta, sirve porque acá producimos, damos dinero para investigar, etc.
Sí, claro que es así. ¿Pero cuál es su función? ¿A dónde va destinado todo esto? ¿Cuál es el carácter real de todo esto? En un país donde el sistema económico, sus relaciones, está en manos del capital financiero extranjero. Ese fue el problema que tuvo allá por inicio del Siglo XX José Batlle y Ordóñez. Era todo inglés y de alguna manera había que desbaratar eso. Es decir, crear un sistema científico como se creó en esa época, era crear un sistema científico para combatir a los ingleses.
El nuestro no, el nuestro no tiene un combate ideológico y político, no está trazado de esa manera. De alguna manera está aliado a un modelo hegemónico que nos da ciertas amplitudes, nos hace brillar, nos da responsabilidades, todas esas cosas. Pero a su vez nos va quitando el objetivo político esencial que debe tener la formación e el proceso educativo y en el proceso científico y tecnológico de quienes lo integramos. Entonces, es un combate bastante difícil, las dificultades pasan por ahí.
Yo creo que ya estamos demasiado cansados de discutir la superficie del problema. Yo vuelvo a repetir que por suerte la audiencia de la 36 tiene gente que no discute la superficie de los problemas. Ahí tenemos a los compañeros que hablan de economía, de finanzas, que a su vez hablan de ecología, pero lo hacen en función de una realidad, parten de una realidad de explotación imperialista. Por lo tanto, esas son relaciones verdaderamente difíciles de entender. Porque todos los días se nos bloquea ese entendimiento.
¿Qué puede aprender uno cuando escucha esos discursos? Nada, absolutamente nada, al contrario, se está devaluando el discurso real, el problema real.
Así que es un poco esto ¿no? Yo me disculpo por la exaltación pero...

EChI: No, no, no hay de qué disculparse. De lo único que nos disculpamos con la audiencia es de la cantidad de temas que seguramente hubiera sido muy interesantes en el análisis de Alción Cheroni, cosa que nos es imposible por razones de tiempo.
Alción Cheroni, simplemente agradecerte. Un abrazo enorme para vos y tu familia.
ACh: Gracias, un abrazo grande para todos ustedes.

Nota de Redacción:
(*) Alción Cheroni es profesor de Epistemología y Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad de la República; Director del departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia, Instituto de Filosofía Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Jefe del Departamento de Inserción Social del Ingeniero, Facultad de Ingeniería, con varias publicaciones: "La Revolución cultural burguesa"; "El concepto de trabajo manual" en la Enciclopedia Francesa (1972); "Ciencia, ideología y lucha de clases" (1973); "Políticas científicas y tecnológicas en el Uruguay contemporáneo", (1986); "El pensamiento conservador en el Uruguay" (1986) y "La ciencia enmascarada" (1994).
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