martes, 25 de marzo de 2014

Entrevista: Víctor Bacchetta (Movimiento contra la megaminería)

(Movimiento contra la megaminería): “Las firmas están. El problema nuestro es desarrollar la estructura para recogerlas”

¿DE QUIÉN ES ESTA BOCA? / ENTREVISTA

Víctor Bacchetta (Movimiento contra la megaminería): “Las firmas están. El problema nuestro es desarrollar la estructura para recogerlas”

21.03.2014

MONTEVIDEO (Uypress / Daniel Feldman) — Víctor Bacchetta es una de las caras visibles del Movimiento por un Uruguay Sustentable (MOVUS), más conocido como movimiento contra la megaminería.


Bacchetta señaló la dificultad que existe para debatir con nivel sobre el tema, agregando que en general las discusiones "se resuelven con consignas y frases fáciles".
Tiene 70 años, reside en el balneario La Tuna, es periodista, vive de hacer traducciones y afirma no tener ninguna expectativa de ocupar alguna posición político - partidaria.
Obviamente, el tema excluyente de la charla fue al proyecto Aratirí.


Si bien estaría tomada la decisión de seguir adelante con el proyecto Aratirí, el presidente Mujica ha realizado declaraciones con marchas atrás y adelante, dando la sensación de tener cierta permeabilidad a las quejas de los opositores al emprendimiento. ¿Qué opinión tienen de esto?
La visión que tenemos es que sobre este tema hay una decisión política previa que es la que ha marcado todo este proceso, por lo menos remontándonos hasta el año 2011. En febrero de ese año, el intendente de Rocha, Artigas Barrios, sostenía que el proyecto Aratirí iba a estar comenzando las obras en julio de 2011. En ese momento ni se había presentado en la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) el estudio de impacto ambiental. Aratirí presentó el primer estudio de impacto ambiental en abril de 2011, y la DINAMA se lo devolvió en mayo, porque ese informe no solo tenía carencias de información sino también carencias formales que no lo hacían aceptable.
¿Presentaron otro?
Presentaron un segundo estudio, en el mes de octubre. Y ese es el estudio de impacto ambiental que hasta el día de hoy está siendo analizado por la DINAMA, en una etapa todavía preliminar de la evaluación de impacto ambiental.
¿Por qué preliminar?
Porque es donde los técnicos de la DINAMA tienen que considerar y resolver que ese informe es aceptable, lo que no quiere decir aprobar el proyecto. Implica que, simplemente a partir de ahí se abren las etapas siguientes: la puesta de manifiesto, donde se hace una síntesis del estudio y se fija un plazo para que la sociedad exprese opiniones; después vienen las audiencias públicas y recién después de ello se toma la decisión. Hasta hoy, ese estudio de impacto ambiental está pendiente de ser completado.

¿Por qué?
Por dos razones fundamentales. Siempre, este proceso implica una especie de diálogo entre la DINAMA y las empresas. Se piden opiniones e informaciones adicionales sobre el informe y la empresa debe responder.
¿No ha pasado eso?
Hoy en día, la situación de este informe es que hay solicitudes de información complementarias hechas por la DINAMA que no han sido respondidas por la empresa, en lo que se refiere al distrito minero. El proyecto tiene tres partes, que son el distrito minero, el mineroducto y el puerto. Como por la habilitación del puerto de aguas profundas se modificó la localización de la terminal portuaria, Aratirí debería presentar un nuevo diseño del mineroducto y de la terminal portuaria, con los estudios de impacto ambiental correspondientes a esa nueva localización.
¿No se ha hecho?
Esas dos partes, hasta hace poco más de un mes, que he venido viendo regularmente el expediente, no estaban presentadas. Si comparo lo que debería ser el proceso que tiene que seguir el expediente con las declaraciones políticas desde el Gobierno, la Presidencia de la República, el Ministerio de Industria, Energía y Minería, da la sensación de que hay un monstruo, por lo menos, de dos cabezas. Por eso digo que lo que hay es una determinación política que no sé a qué responde. No tiene explicación visible. ¿Por qué existe este empecinamiento con un proyecto y una empresa que fue elegida de una manera muy singular, cuando este proyecto tiene tantas implicaciones de todo orden: económicas, sociales, ambientales y de larga duración sobre la economía y el desarrollo del país? Simplemente tendrían que respetarse los procedimientos que tenemos establecidos por ley. Para mí, la gran incógnita sigue siendo el origen de esa determinación política que tiene el Gobierno nacional.
Desde el punto de vista del Movimiento por un Uruguay Sustentable (MOVUS), ¿lo cuestionable es el proyecto en sí de Aratirí o el concepto de megaminería? ¿Habría un proyecto ambientalmente viable para la explotación minera o se oponen radicalmente a que exista ese tipo de explotación?
Yo creo que habría un proyecto ambientalmente viable para extraer el hierro, con las características que este tiene en Uruguay. Ese proyecto no tiene absolutamente nada que ver con lo que está planteado en este momento.
¿Cómo sería?
En el siglo pasado, allá por 1965, hubo un proyecto de explotación del yacimiento de Valentines, que consistía en producir pellets para vendérselos a Argentina, que no tiene hierro. Acá lo que hay es un problema de escala, y esa es la diferencia entre minería y megaminería. Ese proyecto, que no se llegó a realizar, se proponía producir 500.000 toneladas de hierro al año. Aratirí lo que propone es producir 18 millones de toneladas al año.
¿Es mala esa gran escala?
En la escala hay un ritmo de extracción, que en el caso de Aratirí es frenético. Tenemos la opinión de que para producir eso se necesita estar operando sobre siete frentes de minas simultáneos. En determinado momento se puede precisar estar trabajando simultáneamente en los cinco cráteres que propone hacer la minera. Con ese ritmo es imposible cualquier proceso de remediación o mitigación de los impactos. Entonces, esa megaminería, la megaminería a cielo abierto de metales, en gran escala, tiene características depredadoras que destruyen el área del ecosistema donde se instalan. No solo el área afectada directamente, sino en quilómetros a la redonda, por la contaminación de los suelos y las aguas superficiales y subterráneas. Eso ocurre en cualquier parte del mundo. No tenemos necesidad de probar qué es lo que podría ocurrir. Lo que lo hace más inviable en el caso de nuestro país, en primer lugar, es la razón del artillero.

A ver, ¿cómo se aplica?
Si tenemos municiones para tirar. La razón del artillero aquí es si realmente tenemos riquezas minerales suficientes para abrir una perspectiva de desarrollo minero, que por lo menos le de empleo y beneficios al país por tres o cuatro generaciones.
Tú decías que no sabías a qué se debía la determinación política del Gobierno para avanzar con el proyecto. Uno de los principales argumentos de quienes están a favor del proyecto es justamente eso: la generación, sostenida en el tiempo, de fuentes de trabajo y riquezas para el país.
Lo que pasa es que nos tienen que demostrar que eso realmente es un aporte. Veamos algunas cosas utilizando las cifras de la propia empresa, emanadas de sus documentos. En términos de empleo, lo que propone Aratirí, en el distrito minero, es la generación de 1.300 empleos directos. De esos, 700 pertenecen a contratistas, es decir empleos tercerizados. Ya no son 1.300 empleos directos de la minera. Sabemos que las tercerizaciones implican otras condiciones laborales y salariales. De esos mismos 1.300 empleos directos, 400 son de extranjeros o personas que viven a más de 150 quilómetros de donde está localizada la mina. Resulta que en la zona del distrito minero y del proyecto, hay más de 3.000 trabajadores y productores agropecuarios dedicados a la actividad, que es la tradicional de la zona. Por ahí, las cuentas no me cierran en cuanto a que haya un aumento del empleo.
¿Y los empleos indirectos?
La empresa empezó diciendo que se generarían de 10.000 a 15.000 empleos indirectos. A partir de algunas críticas que se le hicieron, fue bajando esa cifra, y hoy la sitúa en 8.700 empleos indirectos. Para llegar a esa cifra, los técnicos de la empresa están aplicando un coeficiente sobre la cifra de los empleos directos de siete puntos. Ese coeficiente no se corresponde con la experiencia internacional de la minería.
¿Cuánto sería?
En el Consejo Internacional de Minería y Metales, que es la asociación de las mineras más grandes del mundo, ese coeficiente lo ubican entre tres y cuatro, como máximo. Entonces, para 1.300 trabajadores directos, se generaría empleo indirecto para 5.200 personas. Se están inflando las cifras, y por los datos que tenemos de empleo en la zona, no se estarían generando más oportunidades. Incluso puede generar menos. Además, ese empleo es de corta duración, porque este proyecto es de doce años. Agregale los tres años de construcción de las instalaciones, y tenés quince años. Ponele que por diversas contingencias sean veinte años. Al cabo de ese tiempo se terminó, y esos empleos pasan a la desocupación. Y la gente que estaba trabajando ahí no va a poder volver. Se dicen fantasías sobre lo que sería la remediación; la restauración de los suelos y los recursos para volver a las formas anteriores de actividad. Eso no existe.
Sin embargo, hace poco el Presidente dijo que estuvo en Brasil, donde había antes una explotación minera y ahora estaba todo tapado.
Todos los días se tira un ejemplo, un caso o un número distinto. Sencillamente, esos números cuando después los vas a confrontar, no existen. En Estados Unidos hay un sitio Web sobre las minas abandonadas. Hay algunas situaciones excepcionales, donde han hecho una restauración extraordinaria. En Inglaterra está el proyecto Edén, donde sobre una mina han construido un ecosistema artificial. En Brasil hay un caso de una mina que fue convertida en un centro cultural. Pero son casos absolutamente excepcionales. La regla de este tipo de minería es que esos cráteres no se rellenan; no se puede restaurar una pradera natural como la que tenemos, que lleva miles de años en formarse,  sembrando algunas semillas arriba de una pequeña capa de tierra. Creo que el problema central es que se están generando expectativas equivocadas, fantasiosas, sobre algo que no lo puede dar. Uruguay tiene pequeños yacimientos y de bajo tenor. Lo único que le hace rentable esta explotación a la minera Aratirí es que, hoy, por una coyuntura especulativa internacional, los precios del hierro llegaron a multiplicarse por cinco. Entre 2008 y 2011, por la crisis de la burbuja inmobiliaria en España y de los papeles de los paquetes hipotecarios en Estados Unidos, la especulación financiera internacional se trasladó a las materias primas y los metales. El precio del hierro se multiplicó. Yacimientos pobres como los que tiene Uruguay, necesariamente, por la pobreza del tenor en metal, requieren un proceso de concentración. En el mercado internacional, el hierro hay que venderlo, por lo menos, al 62%. En nuestro país el hierro está en una concentración del 28%.

Entonces, hay que concentrarlo.
Exactamente. Si no se hace eso, no se puede vender. Eso es lo que, históricamente, con los precios promedio, nunca hizo que este hierro fuera rentable. Solamente esta coyuntura internacional especulativa es lo que lo hace rentable. Pero estas coyunturas son breves. Ya está decayendo, al punto de que hoy el precio se está desplomando. Días atrás llegó a 104 dólares la tonelada, cuando estuvo a 187 dólares la tonelada. La razón por la cual Aratirí propone una extracción desenfrenada es porque este proyecto fue diseñado para aprovechar la coyuntura especulativa. La empresa está buscando la mayor rentabilidad; nosotros tenemos que ver qué beneficios le trae eso al país.
¿Qué beneficios le trae?
Las cifras de los beneficios económicos tampoco nos cierran.
¿Por qué?
Porque al contrario de lo que se dice sobre la ley de minería de gran porte, se aceptaron beneficios extraordinarios para esta actividad, que no los tiene ninguna otra actividad económica, y mientras por un lado se decía que la ley traería mayores exigencias en los aportes que se le iba a cobrar a la empresa, por otro lado se incluyeron artículos expresos donde se otorgan beneficios extraordinarios.
¿Por ejemplo?
Lo dijo el Ministro de Industria cuando se discutía la ley: el impuesto al patrimonio, el IVA, el IMESI, los aranceles de importación y exportación, no se le van a cobrar. Se generó un impuesto adicional  al Impuesto a la Renta, el adicional del IRAE, pero resulta que un artículo de la misma ley permite que el canon se descuente del adicional. Las mineras pagan dos cosas: el canon y los impuestos. Si permito que el canon, que es el 5%, lo descuente de los impuestos que tiene que pagar, quiere decir que le estoy dando a la minera el 100% del mineral. Los cálculos del MIEM, dados a conocer hace pocos días por el subsecretario Ortuño, muestran que estaban calculando que el adicional del IRAE iba a ser de 29 millones de dólares anuales. Eso es lo que adicionalmente pagaría Aratirí por sobre lo que antes se le exigía por concepto de impuestos a cualquier minera. ¿Dónde está entonces la exigencia extraordinaria de la ley de minería de gran porte?
Volviendo al tema del empleo. Desde el PIT CNT se anunció que no se acompañará la recolección de firmas para el plebiscito, y se ha insistido por parte de numerosos dirigentes que Aratirí estaría generando empleo de mejor calidad y remuneración que el que hoy existe.
Lo de la mejor calidad, basado en las cifras que te daba más arriba, ya queda puesto en tela de juicio, porque un porcentaje importante del personal a ser contratado será extranjero. Para las tareas más calificadas, como por ejemplo manejar uno de esos camiones gigantescos, van a emplear obreros extranjeros. A los obreros uruguayos les tocarán los empleos menos calificados, que además son los más riesgosos. Otra cosa: fuera de Valentines, el otro yacimiento más o menos importante es el de Zapucay, en Rivera, que es mucho menor. Y se acabó; no hay más hierro en Uruguay. Aratirí está diciendo que las reservas conocidas las multiplicó 40 veces, pero eso no está certificado.
Eso ¿lo tienen que presentar en sus pedidos de autorización?
Y sí. En los últimos meses, en una de esas vueltas en que se decía que se iba a firmar el contrato y al final se postergó, se dijo que el Gobierno estaba esperando que la empresa certificara las reservas que decía tener. Nosotros no conocemos esos datos. Entonces, como te decía, es dudoso que el empleo sea de mejor calidad. No es un empleo calificado, para una industria siderúrgica que después pueda permanecer en el país. Este proyecto no está asociado a la generación de una industria siderúrgica; el proyecto de Aratirí no tiene ninguna asociación con eso. Lo único que se agregó en la modificación del Código de Minería es que el 15% de la producción fuera ofrecido en el mercado para alguien que le pudiera interesar.  Si no hay industria siderúrgica nadie se lo va a comprar, y la empresa también va a vender al exterior ese 15%.
¿Y respecto a los salarios más elevados?
Sin duda los salarios mineros son altos. Pero en países de tradición minera, como Chile, Perú o Bolivia, el empleo en la minería no supera el 1,5% de la fuerza laboral. ¿Por qué tienen salarios más altos? Porque en la minería el obrero está constantemente poniendo en juego su salud y su vida. ¿Recordás el caso de los mineros chilenos que quedaron atrapados bajo tierra? Cuando comenzaron a salir, explicaban que ganaban más que el promedio de los mineros chilenos, porque ellos sabían que la empresa trabajaba sin cumplir a cabalidad las condiciones de seguridad. Eso forma parte de la naturaleza humana: a veces se está dispuesto, por una necesidad económica inmediata, a arriesgar la vida.
¿Qué es Zamin Ferrous?
Es, en la minería mundial, lo que se llama una empresa junior, joven. Son empresas propias de coyunturas especulativas. Son pequeñas empresas y de corta duración, que a lo que se dedican es a armar proyectos en un contexto de alza de precios, y por tanto de flujo de las inversiones al sector. Zamin Ferrous no tiene experiencia anterior de explotación minera. Se creó en el año 2005. Tiene la sede en la isla de Jersey, en el Canal de la Mancha, que es un paraíso fiscal. En 2007 aterrizó en Uruguay y en 2010 estaba proponiendo la mayor inversión en la historia del país. En Brasil hizo algo similar. Compró una mina al señor Cavalcanti, que es un minero conocido y, cuando obtuvo las autorizaciones, redondeó el proyecto y firmó el contrato, simplemente vendió. Por los datos de sectores especializados, gastó 300 millones de dólares y vendió en 1.000 millones.
Fue un buen negocio.
Claro, para estas empresas esto es un buen negocio. Zamin Ferrous es típicamente una empresa especulativa.
Han comenzado la recolección de firmas para plebiscitar la minería de gran porte. Está difícil juntarlas para las próximas elecciones.
El objetivo nuestro no está circunscripto a que se plebiscite en las próximas elecciones. Lo que sí nos planteamos conscientemente, fue iniciar la campaña en medio de un año electoral. El objetivo nuestro es darle una expresión común a lo que ha sido el desarrollo de un movimiento social inédito en Uruguay. Es un movimiento que ha crecido desde el Interior hacia la capital y desde abajo hacia arriba. Se gestó con personas y grupos sociales; no hay ningún partido político ni grandes organizaciones sociales históricas. Aún no tenemos la estructura suficiente como para recoger la disponibilidad real a firmar.
Ese "largo aliento" en la recolección de firmas, ¿no propiciaría que se fuera diluyendo el movimiento? ¿Qué pasa si mañana se firma el contrato y comienza la explotación?
Primero, en cuanto al cronograma de posibles instancias electorales, no siendo las nacionales de octubre, tenemos las municipales de mayo de 2015. Para poder plebiscitar ahí, tenemos que tener las firmas en noviembre, y creo que para ahí las vamos a alcanzar.
Las encuestas que han aparecido señalan una opinión favorable de la población al emprendimiento de Aratirí.
Por muy poco margen. Están las encuestas de CIFRA... que me perdonen los profesionales de CIFRA, pero están contratados por la empresa minera. La forma en que está confeccionado el cuestionario tiende a ir en la dirección de ciertos resultados. Las encuestas que no fueron encargadas por la empresa, son dos: una, de RADAR, que explicó que no fue contratada ni por la empresa ni por ningún grupo político, dio un 46% de oposición a la minera, mientras algo más del 30% aprueba. Dio una mayoría de oposición al proyecto minero. La que realizó EQUIPOS, da un 26%  a favor, un 23% en contra y un margen muy importante, que llega casi al 50%, de gente que no opina o dice no estar informada. Con estos datos, lo que podemos afirmar es que están los números necesarios para llegar a juntar las firmas del 10% del padrón electoral. Las firmas están. El problema nuestro es desarrollar la estructura para recogerlas. Después va a haber que ganar el plebiscito, pero te reitero: las firmas están.
Vivimos en un país muy marcado por las pertenencias político partidarias. Si bien ustedes no tienen una definición de corte partidario, varias de las cabezas visibles, como es tu caso, provienen de la izquierda. Sin embargo, la izquierda institucional es la que impulsa el proyecto. La central de trabajadores, con una fuerte influencia de la izquierda, también se está posicionando en la vereda de enfrente a ustedes. ¿Cómo explican esas contradicciones?
Creo que hay una izquierda "histórica", para llamarla de alguna manera, que ha quedado en el pensamiento de los años 60 ó 70 del siglo pasado, en donde se pensaba -lo pensábamos los que estuvimos en la Facultad de Ingeniería en esos años- que con la tecnología se resolvían todos los problemas, que el desafío central era el desarrollo. La dimensión ambiental no estaba contemplada. En las bases teóricas marxistas de esa izquierda, la dimensión ambiental no era considerada. Esa dimensión se incorpora posteriormente, a partir de hechos científicos, porque se reconocen los límites del ecosistema y que no cualquier desarrollo es posible y practicable. Creo que esa izquierda, más allá de una retórica ambientalista que hoy tiene, no ha hecho una revisión real de sus bases teóricas. Sigue considerando al medio ambiente como una variable posterior a resolver los temas del desarrollo, el empleo, etc. Sencillamente, no ha modificado su pensamiento. Algunos de los que estuvimos en esa izquierda y hoy estamos del otro lado en la valoración de estos problemas, hemos incorporado lo que la ciencia ha avanzado en el conocimiento de las características del planeta y del ecosistema y pensamos que el desarrollo debe pensarse como una unidad integral. Incluso hay quienes afirman que la izquierda, hoy, es el ambientalismo. El capitalismo no solo mercantiliza el trabajo humano, sino también a la naturaleza. Hoy estamos en una fase de desarrollo del capitalismo sumamente depredadora. La forma de maximizar la ganancia por parte del capital financiero lleva, inevitablemente,  a la depredación ambiental. Lo que me sorprende es que en esa izquierda oficial, no se tome en cuenta la naturaleza del capitalismo de hoy e incluso se acepte la posibilidad de aceptar proyectos como este, que son simplemente de saqueo. Cuando se elaboraron los programas de la CNT y del Frente Amplio, en los años 60 y 70, esto era seguir atados a la dependencia de los centros de la economía mundial. No entiendo cómo gente que se dice de izquierda puede aceptar un proyecto de este tipo, e incluso sostener que las circunstancias cambiaron, como si estos proyectos pudieran conducir a otros destinos, cuando la evidencia, desde mi punto de vista, es que conducen a lo mismo o peor aún.
La derecha que hoy se opone al proyecto, ¿lo hace porque se aggiornó, tiene otra sensibilidad, o meramente por cálculo electoral?
Hay de todas las cosas. La temática ambiental y una nueva conciencia sobre la relación entre sociedad y medio ambiente son transversales a los partidos políticos. En todos los partidos políticos uruguayos hay un sector que auténticamente ha comenzado a preocuparse por estos temas, y hay otro sector que sigue funcionando con los viejos esquemas. Eso pasa tanto en el FA como también en los partidos tradicionales. La temática ambiental no es una frontera entre los partidos, los atraviesa a todos.
¿Existe el terrorismo ambientalista?
En ese plano, las formas que se han usado para descalificar este movimiento social en particular, diría que son tristes, lamentables y ridículas. Nos hemos caracterizado por recoger firmas y pedir plebiscitos. Incluso creo que no se puede afirmar que nosotros seamos un movimiento ambientalista. Es una dimensión más amplia. Para nosotros, el proyecto Aratirí, que es el proyecto real que está en juego, no cierra no solo desde al ángulo ambiental. Tampoco cierra desde el ángulo social ni económico.


UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias: http://www.uypress.net/index_1.html

sábado, 15 de marzo de 2014

ES EL PUEBLO SALVADOREÑO… EL PULGARCITO DE AMÉRICA, CAMINANDO…

Algo que escribí con mucho amor al pueblo de El Salvador

Recién terminé algo que quería escribir sobre El Salvador, en memoria a Andrés Campos,  juntos, en el ICI (Instituto Cooperativo Interamericano) en Panamá, trabajamos con varios cursos de formación de dirigentes populares, con metodología de educación popular... integrados, a veces, por compañeros de 11 países y 13 culturas indígenas... (105 días, todos hospedados en Panamá, en el ICI), nosotros dedicados enteramente a ellos... fue un trabajo muy importante y nos quisimos mucho, quienes éramos responsables de estos talleres...  El tenía una habilidad muy especial para hablarles, enseñarles, acompañarlos...
  Lo mataron en Guatemala, me dijeron que unos tipos en una moto, con metralletas, no pudo salvarse...(yo ya estaba en Uruguay...) Margarita


ES EL PUEBLO SALVADOREÑO…
EL PULGARCITO DE AMÉRICA, CAMINANDO…
en memoria de Andrés Campos…
                                                               
 por Margarita Merklen

  Cuando se dieron los resultados de las elecciones presentando al FMLN como seguro ganador de estas nuevas elecciones de El Salvador, sentí que ya sería  posible la creación de ese pueblo tan soñado, que pudiera tener posibilidades de vida para todos, cubriendo las necesidades básicas de sus hijos porque se iban a proponer hacerlo y darían todo su tiempo, trabajo, fuerza, entrega, para lograrlo…
  Sentí que la piedra estaba tirada a favor del pueblo y de cada uno de sus hijos… de cada uno de sus niños, de sus mujeres, de sus hombres trabajadores, de sus viejos…que se podría poner fin  a la explotación y al mal manejo de las riquezas,  recordaba que me contaban que El Salvador era un pequeño país donde estaba siempre todo el mundo caminando, de un lado a otro, siempre se veía gente caminando… y yo recordaba que su superficie era menor que la de nuestro departamento de Tacuarembó, pero con una población tan grande  en relación a  su superficie…
  …Había triunfado nuevamente el FMLN en las elecciones.  Una organización revolucionaria que luchó por muchos años como tal, dentro de su pequeño país, para lograr la liberación de su pueblo… Una organización que vio morir a muchos de sus mejores integrantes, quienes fueron asesinados o cayeron en la lucha armada, compañeros muy jóvenes, muy valiosos, cuya entrega significó pérdidas imposibles de suplantar para el movimiento popular…
  Pero que, a pesar de ellas, volvió  el pueblo a surgir y volvieron a nacer los nuevos revolucionarios, los jóvenes de siempre, los que se entregarán siempre a sus patrias, para liberarlas… y volvieron a matarlos…
  Y fueron muchos años y muchísimas pérdidas de los mejores hijos de esa pequeña patria… que fueron regando con su sangre, por defenderla…

 Asesinaron, por mandato siempre del imperio ,a Monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien, siendo en Obispo de El Salvador, denunció siempre estos atropellos y dijo, en su  homilía del 23 de marzo de 1980, dirigiéndose a los gobernantes:
“Os  pido, os ruego, os ordeno en nombre de Dios y de este sufrido pueblo:
 -CESE LA REPRESIÓN”
Al otro día, estaba por dar su mensaje…
 Era el 24 de marzo de 1980…se puso de espaldas para bendecir la ostia… se oyó un disparo… monseñor Romero cayó  muerto…
  Mucho, mucho ha luchado el FMLN por su pequeña patria de El Salvador… mucho respeto le hemos tenido siempre, y hemos aprendido de ellos, lo que significa la entrega de todo,  de todo lo que mas amamos, por la patria.
  Aprendimos que hay quienes trabajan todo el día para ayudar a sus compatriotas a tener una vida mejor, sabiendo que puede ser ese día el último, ese momento que estamos compartiendo el último, que a cada paso que dan fuera de sus lugares de trabajo estarán esperándolos para matarlos…
  Aprendimos de ellos que sienten una felicidad muy diferente a la de la mayoría de la gente… una felicidad que está integrada por sentimientos de deber hacia su pueblo, de entrega enseñando a realizar tareas que puedan ayudarlos para la liberación de sus patrias…
  Aprendimos de ellos que lo primero es la liberación y que para lograrla tendremos que entregarnos de verdad, renunciando a todo lo que somos y tenemos, para realizar las tareas que la revolución necesite…
  Que podrán ser, a veces, tareas muy pequeñitas, casi insignificantes y otras muy difíciles, importantes, peligrosas, en las cuales se nos podrá ir la vida, pero que las realizaremos siempre con la mayor entrega, con alegra, con responsabilidad, con  amor…
  Aprendimos que el amor es una fuerza mucho mas grande de lo que pensábamos era… que abarca mucho… no sólo a la familia, al compañero o compañera, a nuestra profesión… el amor es mas grande… mas exigente… quizás tendremos que dejar todo para  poder formarlo, crearlo, hacerlo nacer en el pueblo…
  Aprendimos a  querernos en medio de todas esas dificultades, que nos separaban a veces por mucho tiempo, que debíamos seguir solos, sabiendo que estaríamos siempre acompañados…
  Y ahora el FMLN estará por segunda vez en el gobierno del pequeño país de El Salvador, entregando, con la misma fuerza y la misma valentía y respeto, a su pueblo, todo…todo lo que pueda ser cada uno y todos  juntos y organizados… 
   Para tratar de que pueda iniciar una vida de paz, de seguridad, de entrega, de creación de posibilidades y oportunidades para todos sus hijos, hasta para los mas pequeñitos y los que vendrán…
  Y tenemos en ellos, nuestra confianza y nuestra admiración y respeto… sentimos esa misma  fuerza que nos acompañó, cuando estuvimos tan cerca,  siendo parte de un trabajo de formación de dirigentes populares, a través de talleres de educación popular,
que compartíamos con algunos salvadoreños inolvidables, verdaderos educadores populares que supieron, como ninguno, entregar todo su conocimiento y formación al movimiento popular latinoamericano,  con la mirada puesta siempre en la liberación de su pueblo y en la formación de sus campesinos, trabajadores, mujeres, sus hermanos…
  Será una oportunidad de poder llegar a  concretar algunas cosas importantes y trascendentes para que se puedan lograr, despacito quizás, lo mas trascendente e importante para conseguir una patria  donde   puedan sus niños estudiar, sus jóvenes formarse, sus mujeres integrar también los movimientos que mueven la sociedad, sus hombres trabajar en paz, donde se pueda compartir la vida y sentir verdaderamente la alegría, sin que nos maten, sin que nos destruyan todo, sin que nos pisen nuestros derechos de pueblos trabajadores… donde podamos levantar nuestros rostros y mirar los horizontes, donde podamos vivir en paz, compartiendo lo poco que podamos llegar a tener, con alegría y amor…
  Una patria de amor… una patria compartida con nuestros hermanos latinoamericanos como si fuéramos todos salvadoreños… una patria llena de alegría, de cantos, de música, de posibilidades, de futuro de paz…
  Siento que el FMLN tiene en sus manos una responsabilidad muy grande, pero que será  acompañada por nosotros, sus hermanos latinoamericanos, siempre…
    Siento que no estarán nunca solos, porque ellos, los que lucharon tanto por todos,( los que mataron porque luchaban por ese pueblo salvadoreño en el cual estaban todos nuestros pueblos…)  los que murieron así, estarán siempre en las sonrisas de sus niños, en las palabras de sus maestros, en la sabiduría de sus escritores, poetas,  formadores populares, madres… estarán siempre… porque no han muerto, no morirá quien haya sido asesinado por dar todo lo que era y tenía, hasta su vida, para lograr la vida de su país, el mas pequeño, el “PULGARCITO  DE AMÉRICA, por El Salvador…
  Siento que estarán siempre presentes, como lo están en este momento mientras les escribo
  Desde mi corazón, en memoria de Andrés Campos, en memoria de todos los que mataron como a él, por luchar por sus pueblos…por su amado pueblo de El Salvador… en la certidumbre de que está y estarán siempre en cada cosa que hagamos por nuestros pueblos latinoamericanos… desde este gran dolor por perderlo, pero sintiendo que lo encontraré en cada uno de ustedes, que están luchando y siguen luchando por ese pequeño y amado país, El Salvador… y por su pueblo.
  En la confianza y el deseo de que puedan lograrlo, con todo mi respeto a ustedes, y al FMLN tan querido  y respetado por mi… por todos los que entregaron sus vidas para lograr este país que tratan de  volver a construir… por  esa entrega que vivirá por siempre en todo lo que continúen realizando en El Salvador, por la vida, el amor y la hermandad latinoamericana, por una Patria para Todos, como la soñamos y seguiremos  soñando…
Margarita Merklen
(desde Durazno, Uruguay)
11 de marzo de 2014
 
Tomados de: Moticias Uruguayas: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/

lunes, 10 de marzo de 2014

Desactivar el fascismo, un desafió para todo liberal o demócrata consecuente,


Por: Roland Denis

Si cabe una síntesis, el fascismo como movimiento reaccionario y contrarrevolucionario extremo, en el caso de Venezuela, en esencia no es más que una burbuja social que se expande, desinfla y vuelve a renacer, de acuerdo a la misma desesperación de los sectores tradicionales dominantes nacionales y transnacionales por controlar la totalidad de la renta energética y garantizar el ordenamiento tremendamente desigual de la sociedad que pueden sentir en peligro. Hoy se vuelve a activar, aprovechando el deterioro profundo que sufre este lento proceso revolucionario, tanto a nivel de gobierno como en sus bases populares. Su reaparición y entrelazamiento con la “sociedad civil democrática” es una advertencia clarísima al movimiento popular de que o convertimos este momento en una crisis creadora y reactivadora de la voluntad revolucionaria colectiva, o mejor empecemos a despedirnos de esta linda y traumática historia que hemos construido en los últimos 25 años.

Antes de abordar la situación veamos algunos elementos para entender el sujeto social proclive al violentismo-fascismo en la actualidad

El sujeto fascista

- Su agitación se centra en las capas medias y las clases trabajadoras estables, jugando a un discurso democrático y una acción que expande su propia necesidad de violencia, sustentada en odios simples nacidos del miedo a la igualdad y la pérdida de privilegios.

- El hecho violento es absolutamente necesario para estas franjas de la sociedad que viven de hecho en un ambiente interno por lo general pleno de prejuicios sociales y culturales: violencias familiares, encierro domiciliario y laboral, relaciones personales que tienden a centrarse en el interés material y la salvación personal; sublimada por la religión y valores tradicionales como identidad de grupo.

- Su “ideal de vida” lo absorbe el consumo alienado, buscando el espacio ordenado de la casa, el centro comercial, el hotel turístico, el placer mediático; siempre preestablecido y acatando el ordenamiento que se ofrece como salida, en función de hacer equivalentes las necesidades de placer social prometidas por la sociedad de consumo y la ganancia capitalista.

- Un mundo tremendamente violento por lo reprimido que vive y la ausencia de todo goce colectivo realmente libre y abierto, donde el individuo se haga social en su descubrimiento del mundo y no lo “hagan social” a la manera de modus vivendi jerarquizado y encerrado de la sociedad de consumo y división social del trabajo.



- El “fascio” desde su nacimiento en la sociedad europea convulsionada por las rebeliones obreras del principio del siglo veinte supo entender, primero, que tenía que ser masivo y “popular”, ajeno aparentemente a las élites tradicionales. Y luego, que la respuesta no-aristocrática, es decir, la respuesta a una pulsión revolucionaria que haga puente con importantes franjas sociales, necesitaba situarse en sus propios miedos y odios y no sólo en el narcisismo de las élites y la orden de obediencia, que por lo general impulsaban los movimientos reaccionarios comandados por las noblezas o la alta burguesía.

- El “fascio”, en ese sentido, es un autentico movimiento social, un “movimiento de ciudadanos” dirían ahora, siempre inorgánico y hasta espontáneo en apariencia, pero terriblemente jerarquizado en su juego interno, promovido por cabecillas y jefes inapelables.

-Por ello, el fascismo no es sólo una expresión política de la violencia de las clases dominantes frente a un movimiento de transformación promovido por las clases subalternas. Eso siempre ha existido con la desigualdad social. Es un movimiento que se sitúa en la necesidad de orden y esperanza individualizada de una franja de la sociedad que ya ha sido totalmente amansada por el orden y los valores dominantes.

- Un movimiento donde el esclavo “sienta liberarse” del miedo que le produce la insurgencia “del otro” inferior que puede voltearle el mundo y poner en peligro sus estúpidos privilegios.

- Por ello, aunque parezca totalmente paradójico, el fascismo hoy reproduce exactamente la misma realidad del consumo. Es una maravilla placentera, pacífico, humano y democrático, un movimiento “de todos”. Es su cara comercial. Pero necesita a su vez ser terriblemente violento en su realidad interna, al igual que un centro comercial importante: lindo en sus fachadas, terriblemente represivo por dentro. La violencia reaccionaria dirigida contra la persona o el símbolo odiado (el médico cubano por ejemplo), y no contra el enemigo esclavizante como es el caso de la violencia revolucionaria, es el momento fundamental de éxtasis que necesita para desplegarse y sentirse fuerte.

- Así, el antecedente de toda movilización de orden fascista, apelando al odio y la imposición de un orden, es la violencia socio-política como acontecimiento inicial. Exactamente como viene ocurriendo estos días en su primera fase de calle, magnificada de una manera magistral por la manipulación mediática.

- Pero el movimiento social fascista (racista y excluyente) por sí solo es incapaz de lograr sus propósitos.  Necesita de dos cosas primordiales:

Primero, de la acción de una fuerza superior (interna y externa), donde se desvele el verdadero contenido de clase y aristocrático de su revuelta. Es allí donde ha de actuar la fuerza bruta del golpe, de la invasión, de la promoción de verdaderos ejércitos paramilitares, de la guerra civil como estrategia. Combinando todos estos elementos, esto también está en camino. En caso de concretarse será la fuerza brutal e incuestionable que termine de arrastrar, bajo una pasividad de aceptación, el resto de los sectores conservadores de la sociedad no fascistas (no violentistas y sembrados en el odio social) ganando una aparente mayoría atemorizada por la violencia.

Y segundo, se apoya en una realidad material de gran inconformidad generalizada que le permita no sólo arrastrar sectores conservadores, sino de las propias clases trabajadoras o marginadas que en su desesperación acepten el orden de la brutalidad bajo la promesa de resolverles sus problemas inmediatos, estando ellos mismos atados a los elementos básicos de identidad y aspiración social promovidos por las clases dominantes. Esta es una clave muy importante para entender lo que hoy pasa.

Los movimientos fascistas del 2002 y de hoy

Situándonos en el año 2002, vemos como el movimiento golpista se monta sobre una subjetividad fascista (odio a la igualdad y al otro socialmente inferior) que se va acrecentando rápidamente y que nace de la enorme violencia social y mediática que se despliega desde finales del 2001 hasta arropar una inmensa mayoría de las clases medias y los restos del movimiento obrero sindical que aún manejaban los adecos. Es un movimiento en bloque desde su primer momento, que congrega a toda la burguesía y los sectores dominantes políticos, religiosos, militares, propios del orden de la cuarta república, con el apoyo evidente de los EEUU.

El movimiento es muy fuerte, arrastra todo un orden y una subjetividad social aún viva extensamente a pesar de la victoria de la rebelión popular simbolizada en la figura de Chávez y su victoria electoral del 98. La violencia burguesa de los paros empresariales, se une a una violencia de calle soportada en los sectores medios. Esto hace que el movimiento “ciudadano” necesario, dispuesto a aceptar cualquier brutalidad que proteja sus miedos y odios logre, en sólo algunos meses, acumular la suficiente fuerza para permitir que se quiten las caretas los factores militares que hacían falta, acompañada por una doctoral manipulación mediática el día del golpe sustentada en la sangre derramada por ellos mismos. Así tumbaron a Chávez el 11 de Abril.

Pero Chávez regresa el 13 porque hay un punto de la agenda que no tienen en su poder. El movimiento popular no sólo está lleno de fuerza y capacidad de autoorganización, para entonces producto de la fuerza acumulada de más de diez años de revuelta y victoria. Igualmente hay una situación de esperanza que convoca a las clases subalternas que no aceptan de ninguna manera cualquier orden de terror. La situación económica por el contrario tiende a mejorar, aunque nada todavía ha cambiado en lo sustancial. Más rápida es esta esperanza libertaria, material y justiciera que la imposición del terror golpista que se queda festejando. Es en este cuadro que vuelve Chávez.

De todas formas, como sabemos, el golpe continúa, esta vez tratando de unir la actividad golpista con la desesperación material que aún, con toda su agitación continuada, no la logran generar por el ciclo económico natural; por el contrario, sigue el buen ambiente económico. Por ello lanzan el paro petrolero como medida extrema para generar tal desesperación, y efectivamente lo logran. Pero se impone, por un lado la capacidad de respuesta que sigue acrecentándose dentro del movimiento popular, ya más exigente y con capacidad de organizar a una buena parte del pueblo esperanzado; y por otro, no aparece la fuerza militar complementaria como factor determinante en última instancia. Esto aunado a la enorme capacidad de liderazgo de Chávez, hacen fracasar todo el golpismo de entonces y sus restos en los años posteriores.

Hoy en día el violentismo fascista y el potencial golpismo que le sucede aparece en una situación muy distinta. Esa subjetividad fascista sembrada desde el 2002 siempre se mantuvo disminuida pero consolidada. De hecho López y Capriles, como personajes más representativos de este movimiento “ciudadano”, nunca se desligaron de ella, desde psicologías y patologías histéricas distintas, y divididos en su partido original Primero Justicia. Pero hoy aparecen como los líderes de la oposición compitiendo entre ambos por el liderazgo único.

Lo cierto es que la reaparición del elemento del “fascio” violentista y odioso, desde el año pasado se da fundamentalmente como continuidad de una subjetividad social construida desde temprano en las clases medias, y que sólo en Venezuela, en el caso de Nuestramérica, la han podido expandir en forma clara arropando al conjunto de la oposición, aunque una parte trate de desligarse del violentismo. No es el caso de ningún otro país, ni siquiera Colombia, donde la oligarquía actúa de manera descarada y dando la cara directamente como factor de chantaje asesino (estatal o paraestatal) frente a quien intente cuestionar el orden socio-económico que manejan a plenitud. No hace falta ningún “movimiento ciudadano”. Mientras en otros casos la derecha se maneja aún dentro de cánones pacíficos y representativos de las democracias burguesa, o meramente golpistas y tradicionales, como lo hemos visto últimamente en Honduras y Paraguay. Todo esto tiene que ver con la importancia particular de las capas medias y su cultura en una sociedad rentista como la nuestra.

Sin embargo, el desate del violentismo fascista hoy en día se da sobre un panorama que lo debilita por un lado y al mismo tiempo lo favorece enormemente hacia el futuro inmediato. El sujeto social de su acción se ha centrado particularmente en la juventud, cosa que no aparecía en el 2002, eso lo favorece por su capacidad de activismo permanente, sobretodo de estudiantes que no trabajan y sin ninguna responsabilidad social. Pero a su vez su componente de clase se ha debilitado. Aparentemente, por lo menos hasta los momentos, pareciera existir un desacuerdo importante entre las burguesías monopólicas y bancarias con la línea imperialista venida de los EEUU.  Esta gran burguesía nacional ha vivido en los últimos años un paraíso de ganancias bajo el modelo corporativo-burocrático y de capitalismo de estado promovido por el esquema económico de gobierno.  El rentismo corrupto y de redistribución clientelar de la renta que han aplicado, las ha llenado como nunca de divisas y capitales, a ellos y sus pares de gobierno. Por esta razón no se desbocan a juntar de inmediato toda su fuerza (paros empresariales, saboteo abierto a la economía, golpe interno, etc) para asaltar el poder. Le interesa la estabilidad y una transición que no ponga en juego su actual paraíso de ganancias. Mientras que los EEUU, más interesados en la base estratégica de apoyo que Venezuela pueda darle a nivel político, militar, y de base energética para su economía; promueven y financian la transición rápida bajo un esquema que se trasluce claramente: violentismo fascista “ciudadano”, actos golpistas y sangrientos que caoticen por completo la situación, negociación final y caída del chavismo por acuerdo de fuerzas.

Esta doble estrategia divide actualmente la oposición, y es donde López aparece como la pieza más clara de los intereses EEUU-Uribe y capital global, aunado a la desesperación de las capas medias; mientras que Capriles le juega al “nacionalismo” de la burguesía local, con una mano en la conspiración, pero cautelosa. El fascismo en este caso está obligado a forzar por dentro de ellos los acontecimientos y obligar al resto del bloque burgués a juntarse, por ello su activismo, al contrario del 2002, tiene el componente de la violencia de calle, permitir que se desborde la situación, jugar al enloquecimiento odioso de la subjetividad social fabricada, ahora centrada en la juventud y sus aliados inmediatos, respaldados en su retaguardia por una presencia paramilitar importante no presente en el 2002 y que ya ha penetrado los organismos de seguridad de Estado y militares. Sincretismo que se probó en acción con los hechos del 12 de febrero y su saldo de sangre.

Existe una situación que pareciera favorecer esta posibilidad, antes que se desgaste el juego caótico y violentista actual. Primero, al contrario del 2002, la esperanza ha mermado de manera tremenda y el participacionismo socio-político de antes ahora tiende a disolverse, agarrando a un movimiento popular en gran parte fatigado, burocratizado, administrado desde las oficinas de Estado y clientelizado.  En fin, un movimiento popular castigado a más no poder (con sangre o retaliaciones) en todos sus impulsos rebeldes y resistentes más importantes por este esquema corporativo-burocrático, que ha forzado la desactivación de la lucha de clases y la tarea emancipatoria permanente. Por ello, el “pacifismo” del gobierno se recoge abajo sin mayores contradicciones, aunque con muchas dudas e incomprensiones de la realidad que vivimos. Es una “paz” que no produce, que no activa un movimiento de renovación interna y radicalización del proceso, que no crea nuevos retos y nuevos niveles de movilización, simplemente apoya a la figura victimizada de Nicolás y su gobierno dando claros signos de debilidad y ausencia del sentido épico que ha de tener toda revolución. Es finalmente un lenguaje tan pequeño-burgués como los carajitos que se la pasan quemando basura y destrozando el metro de Altamira.

Esta debilidad interna dentro de las vanguardias colectivas del pueblo y el gobierno que han elegido, juega evidentemente muy a favor de esta maldición fascista. Pero hay algo que lo favorece aún más, se trata del modelo de un capitalismo de Estado rentista y parásito, que bajo sus políticas de control, concentración de poder y sustitución del control social por el funcionariato tecnócrata o burocrático; no sólo ha hecho a los ricos más ricos, a pesar de sus dádivas y políticas de justicia social, sino que ha aplastado a las fuerzas productivas y creadoras de una sociedad obrera y de pequeños productores privados y cooperativos. Ese es un modelo que a estas alturas está en quiebra, como ha quebrado la moneda y monetarizado todos los reflejos económicos de una vasta población que sólo en el “tracaleo” de divisas o contrabando ve futuro. Un modelo que en el corto plazo si no se cuestiona totalmente y se toman las medidas radicales de fondo, nos lleva a un desabastecimiento e inflación continuada, donde ningún control va a servir para nada, así estaticen toda la economía si les da la gana, y hagan todas las leyes y decretos que quieran.

Ese modelo sí que es el granero perfecto del fascismo. Desespera a las clases medias productoras, vuelve loca toda la demanda de consumo cada vez más insatisfecha, evidencia su incapacidad de responder por vía de la economía de Estado (sea de importación o de producción, las empresas de Estado están siendo quebradas por esta mentalidad inútil dedicada a destrozar la productividad social). Reactiva la curva de empobrecimiento por la inflación, y pronto de desempleo, por la improductividad económica, mermando día a día el valor del trabajo, cualquiera que sea el salario nominal.

El fascismo, a pesar de su irracionalidad absoluta, mantiene una perversidad lúcida. En este caso se trata no sólo de forzar el acompañamiento explícito de imperios, burguesías y todo el bloque dominante, esta vez también mira hacia abajo, tratando de lograr su gran objetivo: que la desesperación por el quiebre total del ciclo productivo les permita venderse como salida ante una mayoría popular, convirtiéndose él mismo en un gran “movimiento popular”, de unión de “amos y esclavos”.  Fenómeno que le permitiría ganar adeptos dentro de un oficialismo de gobierno corrompido y cada vez más tensionado por esta situación de deterioro político y económico, adelantando la salida del “golpe o autogolpe” (no teniendo una fuerza militar significativa en estos momentos, al menos a esos niveles) con suficiente impacto como para crear el caos total que se busca en la estrategia yanqui, hasta lograr la negociación de derrota.

Eso aún está todavía lejos de darse. La sociedad, el pueblo mayoritario, se mueve como puede, alejado por completo de la fachada de éxtasis violentista del fascismo que sigue reducido a sectores medios y el anticomunismo militante de los jóvenes. Pero esto puede no ser así en poco tiempo. Están abiertas las puertas de la desesperación material, con un movimiento popular pasivo y una vanguardia de izquierda rentista, que no se lo ocurre otra cosa que pedir más controles estatales, sin acordarse que el abc de toda revolución social está en el sujeto productivo, hoy aplastado o empleado en un trabajo explotado pero ligado a cadenas económicas cada vez más improductivas y de mero servicio.

La revolución se sitúa en la subjetividad proletaria, jamás en la subjetividad que sólo se remite a la supuesta justicia que ofrece el derecho al consumo y la tarjeta de crédito, administrado además por una burocracia corrompida e inútil. El consumidor, y mucho menos clientelizado, no sirve jamás para transformar absolutamente nada. Su revuelta es la  más individualista de todas, totalmente contraria a la revuelta del “nosotros”, los obreros, verdaderos productores de este mundo. En un cuadro así la tendencia se mueve hacia la posibilidad de un puente en el corto plazo entre el fascismo y el pueblo desesperanzado, individualizado y desesperado, absorbiendo en sus planes una gran franja delincuente que aprovechará la oportunidad caótica, acentuando el terror colectivo. El peligro fascista de hoy tiene allí su principal futuro.

La desactivación del fascismo

Desde que este proceso comenzó hemos visto la salida al fascismo desde el punto de vista del “plan de contingencia” y la movilización de apoyo. Si esto es aún una necesidad permanente, se trata de un reflejo aprendido cada vez menos efectivo y real como mecanismo de desactivación de todo el potencial contrarrevolucionario que vuelve a insurgir.  La denuncia de planes imperialistas, que los hay, la información interna y la movilización, los puntos de unidad cívico-militar, ya no resuelven en absoluto la tamaña crisis a la cual nos enfrentamos como pueblo en lucha y como país.

La respuesta tiene que ser de fondo, porque todo esto se debe a un proceso que pierde día a día su vitalidad original y capacidad de transformación. La voluntad transformadora y de verdadera rebelión en favor de la reactivación de la capacidad productiva y socializada que potencialmente tenemos y abunda, es la única salida.  Es la lucha de clases pura y dura contra todos los elementos de opresión capitalista y burocrática que viven del festín de la renta que ahora se pelean a muerte. Lo demás es dejar correr la arruga, jugar al desgaste y la división del enemigo, a la movilización controlada, pero guardando un cáncer final que está a punto de acabar, no con un gobierno que sería lo de menos, sino con la esperanza revolucionaria en sí, e instalarnos un gobierno de cualquier cosa y cualquier gentes, donde hasta la presencia yanki puede aparecer de un momento a otro.

Hay medidas de gobierno a proponer. La ingenuidad y la ilusión todavía nos llevan a adelantar algunas:

- Renovar por completo los cuadros dirigentes y llevar a juicio la cantidad de bandidos hoy en altos cargos desde ministros para abajo, incluidos los poderes judiciales, legislativos y militares.

- Renovar todo el gabinete, empezando por el económico, pero bajo el consenso de una gran asamblea bolivariana que proponga nombres.

- Reactivar la comisión de transformación del Estado abandonada desde el 2003, ampliada a nivel nacional y regional.

- Acordar en el plazo de un mes la formación de un sistema de planificación de abajo a arriba por localidades y regiones, que ponga todo el énfasis en la reactivación productiva y en la medida de lo posible socializada del país.

- Descentralizar todo el sistema de abastecimiento de Estado poniéndolo en manos de organismos de base y sobretodo de productores directos que venderían directamente sus productos allí.

- Sustituir el actual sistema de control de precios por precios consensuados entre productores distribuidores y consumidores, establecidos a través de los consejos populares de precios.

-Acabar de inmediato con ese desastroso, corrupto y monopólico, control de cambio actual y sustituirlo por un sistema de bandas flexibles, generando una ganancia cambiaria que tiene que devolverse a un sistema bancario comunal, que debe crearse lo más pronto, y se ajuste a las decisiones de planificación de abajo a arriba.

- Promover de inmediato una nueva ley de impuesto sobre la renta que ponga a pagar a los ricos.

- Formar un centro de crédito para la obtención inmediata de divisas necesarias para la activación de la producción comunal y socializada.

- Poner bajo control social y de agentes de producción todos los organismos que en estos momentos condensan el crédito, semilla, fertilizantes, etc.

- Comenzar la subida progresiva del precio de la gasolina hasta racionalizar su precio a niveles de costo.

- Devolver a la clase trabajadora el control sobre las empresas tomadas y nacionalizadas, pero asumiendo el compromiso de su productividad y rentabilidad en un plan de acuerdo a los casos.

- Hacer un inventario de todas las empresas, maquinarias, galpones, en manos públicas o privadas que han sido abandonadas y devolverle su control a unidades sociales productivas convocadas desde ya a su constitución.

- Declarar el país en emergencia productiva, convocando a todas las redes de pequeños y medianos productores industriales y agrarios a reactivar la producción bajo compromiso social y de mercado justo, obligando a la banca privada a ajustarse a las medidas de este decreto.

- Articular todo el sistema educativo medio y universitario a colaborar directamente con este plan general bajo la participación concreta de estudiantes, investigadores, docentes y empleados.

Medidas como estas, aunque sean medias u otras mejores, lo más probable es que no se tomen y ojalá estemos totalmente equivocados, eso se sabrá muy pronto. Por ello pensemos desde la perspectiva de “otra política” de lo que hoy se puede hacer bajo esta situación: fuera del Estado y la representatividad del Estado burgués. Es imposible estar dando líneas en ese sentido. Lo cierto es que el fascismo o la movilización contrarrevolucionaria se monta sobre la disminución progresiva del poder revolucionario del pueblo organizado, subsumido por la burocracia institucional y corporativa a ser un mero sujeto administrado en favor de sus intereses. En ese sentido, ante una situación así, no queda otra salida que el diálogo y la asamblea por la iniciativa revolucionaria que acuerde acciones de defensa, comunicación, tomas institucionales y medios de producción, que sin duda nos llevaría a una confrontación superior, donde es la exigencia sin condiciones y no la negociación, mucho menos la sumisión, lo que se imponga frente al gobierno, sea cual sea y quien sea ese gobierno. Eso muy probablemente haga que la enorme masa potencial que pueda unirse hoy a las clases medias liderizadas por la subjetividad fascista, se unan más bien a la insurgencia revolucionaria, incluidos sectores conscientes y progresistas de la clase media.

¿Podrá ser posible? Me guardo mi escepticismo personal y pongo toda mi credibilidad en el espíritu original del 27F y del 13 de Abril. Lo cierto es que “llegamos al llegadero” como tantas veces repetimos. Todo proceso necesita de un desenlace donde se confronten en una batalla inevitable. Toda esta situación nos toma en una gran debilidad aparente, pero es precisamente sobre ella que se prueban históricamente los pueblos victoriosos.
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La técnica del Golpe de Estado

por Umberto Mazzei    4/3/2014  La Haine
En cualquier país sería inaceptable la activa y pública intervención de funcionarios europeos y norteamericanos azuzando las protestas, como en Ucrania o Venezuela

La Técnica del Golpe de Estado es el título de un libro de Curzio Malaparte, escrito en 1931, que, según dicen, Ernesto “Che” Guevara leía con avidez. Su idea fundamental es que el golpe de Estado es un problema técnico y no político. Malaparte pasa revista a los golpes de estado más famosos, algunos exitosos y otros fracasados.
El golpe de Bonaparte, el “18 brumario”, sería el primer Golpe de Estado moderno. Entre los golpes de la primera mitad del siglo XX, menciona el de Primo de Rivera en España, el de Pilsudsky en Polonia y otros más, pero resalta los golpes en que el objetivo golpista fue anunciado antes. El de Trotsky en Rusia y el de Mussolini en Italia.
El libro, publicado en Paris, fue prohibido en países con muy distinto tipo de gobierno: en Alemania, Austria, Bulgaria, España, Grecia, Hungría, Portugal, Polonia, Yugoslavia y otros. Los totalitarios lo prohibían por ser un manual para revoltosos; los democráticos, por lo mismo. Según el autor, el propósito era mostrar cómo se conquista un Estado moderno y cómo se le defiende, porque “la historia de los últimos años es […] de la lucha entre los defensores del principio de la libertad y la democracia, esto es, del estado parlamentario, contra sus adversarios”.
Malaparte afirma que es posible, en cualquier país democrático, dar un golpe de Estado, aún sin una situación crítica y sin el apoyo de masas. Basta un grupo que frene la maquinaria estatal y tome el poder sin confrontar la fuerza adversaria. En Rusia, el gobierno Kerensky protegió los órganos políticos, pero Trotsky ocupó los órganos técnicos. Luego intentó lo mismo, en 1920, contra Stalin, pero Stalin uso cuerpos especiales de defensa que obraban sobre el mismo plano técnico. En Italia, al gobierno lo defendían los sindicatos de Giolitti y la policía; los grupos fascistas neutralizaron ambos, tomaron el sistema ferroviario y fueron en trenes a Roma a sacar al gobierno de Luigi Facta. El rey, Victor Emmanuel III, con Roma en camisa negra, encargó a Benito Mussolini, la formación del gobierno y legalizó el golpe.
La estrategia es la de siempre: concentrar las fuerzas en el punto más sensible del adversario, que en un Estado moderno son los servicios públicos y los medios de comunicación.
Las debilidades del Estado moderno
El problema central del Estado moderno es la representación de la voluntad popular. Con los sistemas actuales de sufragio periódico, el elector delega su voluntad política con el voto y la soberanía popular se desplaza a sus representantes. En realidad, se desplaza a los partidos políticos, que suelen ser poco democráticos y por eso vemos perpetuarse las camarillas de los mismos en el poder, jugando a las sillas ministeriales.
Esa perversión existe por la pérdida del sentido comunitario, que es la base implícita de la representación; en su lugar ahora se consulta a masas desconectadas, amorfas, fáciles de manipular, como dice José Ortega y Gasset en La Rebelión de las Masas. La representación y la base social amorfa, promueven una clase de políticos profesionales que se constituye en una oligarquía que defiende por igual intereses propios o de particulares, en un clima de confusión irresponsable, como dice Alain de Benoit. Son gobiernos elegidos que no trabajan por los intereses de la gente y del país; son gobiernos de Partidocracia, como ya decían en los 60 Giuseppe Maranini, Georges Burdeau, Maurice Duverger y otros sociólogos políticos. La partidocracia siempre servirá intereses propios y no de esa mayoría que engatusa con cuentos ideológicos, slogans, promesas mentirosas y onerosos espectáculos de movilización.
En el Estado moderno, las telecomunicaciones son el principal instrumento para orientar esa opinión pública informe y llevarla hacía los objetivos que se desean, al punto de que se convirtieron en importante arma de guerra. Arma para la guerra cultural y psicológica, la de desinformación y propaganda; cuyo último frente operativo son Internet y las redes sociales.
Los golpes de Estado desde la Segunda Guerra Mundial
Antes de la Primera Guerra Mundial, la política imperialista de Gran Bretaña y Francia solía cambiar los gobiernos hostiles mediante intervención militar. Los Estados Unidos cultivaron siempre, sobre todo en América Latina, el golpe de Estado militar. A partir de la Segunda Guerra Mundial la técnica cambió y se comenzó a derrocar gobiernos elegidos por sufragio, organizando turbas que le dan al golpe un aspecto de rebelión popular. También se comienza a llamar al Golpe de Estado con el más aséptico término de Cambio de Régimen, porque se usa decir régimen a un gobierno que se eterniza en el poder sin celebrar elecciones.
Un golpe de Estado bien documentado, que muestra la evolución del progreso técnico es el de Irán, en agosto de 1952. Los datos los tomo del agudo y delicioso libro de Kart Meyer y Shareen Blair Brysac, titulado “Kingmakers, the invention of the modern Middle East”.
El fondo del asunto era, como ahora, el petróleo. El 15 de marzo, 1951, ante la negativa británica de aumentar la participación de Irán en la renta petrolera, el parlamento iraní (Majlis) nacionalizó la Anglo-Iranian Oil Company. El Shah Reza Pahlevi nombró primer ministro a Mohammad Mossadeq, promotor de la nacionalización y jefe del Frente Nacional. Los británicos amenazaron, movieron barcos de guerra, cerraron la refinería de Abadan, impusieron sanciones económicas, congelaron fondos iraníes en el exterior y decretaron un bloqueo petrolero. Como hace Estados Unidos ahora.
Los americanos no apoyaron a los ingleses y mandaron un agente, Kermit Roosevelt, a preparar el propio golpe, bajo el nombre de Operación AJAX. Los ingleses le dejaron una red de anglófilos y enemigos de Mossadeq, dirigida por los hermanos Rashidian, importadores de productos ingleses, que demostraron habilidad en organizar turbas callejeras. Bajo presión, el Shah intentó sin éxito destituir a Mossadeq, en julio de 1952. Para entonces ya existía una alianza entre la CIA y el M16 y la operación AJAX había sido aprobada en junio.
La CIA envió caricaturas de Mossadeq y afiches a Theran y empezó la campaña para desacreditar el gobierno de Mossadeq. Artículos sobre el peligro comunista en Irán fueron plantados en la prensa local e internacional. Se orquestó redes de inteligencia, se contrató agentes provocadores y especialistas en violencias que pudieran atribuirse a los comunistas. Se distribuyeron armas a las tribus. Se torturó y mató al Jefe de la Policía de Teherán. El Gran Ayatollah lanzo fatwhas (condenas) contra los comunistas.
El 25 de julio, Kermitt Roosevelt, bajo el nombre de James F. Lochridge, llegó a Teherán con $100.000 en billetes iraníes de baja denominación. Los americanos escogieron al General Fazlollah Zahedi para remplazar a Mossadeq. En parte por su conocida poca simpatía por los ingleses y su anticomunismo. Su hijo, Ardeshir había estudiado en EE UU y sirvió de enlace. El paso siguiente fue convencer a un Shah tembloroso –su alias en código era Boy Scout- de firmar un decreto nombrando a Zahedi primer ministro.
Mossadeq sabía que se preparaba un golpe y disolvió el Mahlis para impedir que la CIA obtuviera su destitución con sobornos. El Shah firmó los decretos nombrando a Zahedi y los envió a Mossadeq, pero Mossadeq, rodeado de tropas leales rehusó reconocer su autenticidad, mandó arrestar a Zahedi y radio Teherán denunció el intento de golpe. El Shah huyó a Roma.
Zahedi esperaba en las montañas. Roosevelt diseminó en la prensa internacional noticias de la sustitución de Mossadeq por Zahedi. La Embajada de EE UU imprimió millares de copias de los decretos y pagó agentes para su distribución. Turbas mercenarias ayudaban a militantes del partido comunista Tudeh a demoler estatuas del Shah. El 18 de agosto regreso de Suiza el Embajador norteamericano Loy Henderson y pidió a Mossadeq que enviase a casa a los partidarios suyos que manifestaban en las calles, porque de lo contrario evacuaría todos los residentes norteamericanos. Mossadeq cayó en la trampa y sacó a su gente de las calles.
El 19 de agosto los periódicos iraníes publicaron los decretos del Shah con el nombramiento de Zahedi. Tropas leales al Shah escoltaron a una turba organizada por los hermanos Rashidian. El modo era singular: armaron un espectáculo ambulante de circo que atraía gente, mientras tanto los actores gritaban consignas a favor del Shah y regalaban billetes de diez riales. En otros lugares grupos mercenarios armados de garrotes destrozaban las sedes del Frente Nacional y agentes de la CIA pegaban retratos del Shah en automóviles y muros.
En la tarde las turbas ocuparon el Ministerio de Relaciones Exteriores y la central de policía. Lo más importante fue la toma de la estación de radio y de la central de telégrafos –doctrina Malaparte- desde donde se vitoreaba el alzamiento y se exaltaba al Shah. Tanques Sherman rodearon la sede del gobierno de Mossadeq, que escapó por los techos. Al otro día Zahedi se presentó a bordo de un tanque en Radio Teherán y allí se proclamó Primer Ministro. El golpe costó la vida a cerca de trescientas personas, según el New York Times. Las turbas aclamaban a Zahedi, al Shah y gritaban “America Zindabad!” (Viva América).
Entre un trago y otro
En la segunda postguerra, las conspiraciones norteamericanas en el Cercano Oriente se tejían desde el Bar del Hotel Saint George, en Beirut; según memorias de agentes famosos, como Miles Copeland (The Game Player). El hilo conductor era el oleoducto transarábico (Tapline) que debía unir los pozos de la Aramco en Arabia Saudita con el Mediterráneo. Eso resultó en epidemia de golpes militares. En Siria, en 1949, hubo tres y otros en 1954 y 1970; en Egipto en 1952 y en 1956; en Irak en 1958. Con la crisis del Canal de Suez en 1956, Gran Bretaña quedó fuera del mundo árabe. Estados Unidos creó la Doctrina Eisenhower, que asistía a los árabes que resistieran la amistad del Egipto de Gamal Abdel Nasser o de la Unión Soviética.
Se brindó por golpes de Estado también en otras partes. En América Latina, los casos más notorios son: Arbenz en Guatemala, Perón en Argentina, Vargas en Brasil, Arosemena en Ecuador, Goulart en Brasil, Rojas Pinilla en Colombia, Bosch en Dominicana, Estenssoro en Bolivia, Allende en Chile, Bordaberry en Uruguay. En Asia, África y Europa también hubo víctimas: Congo, Corea del Sur, Vietnam del Sur, Grecia, Ghana, Indonesia, la lista es muy larga.
El modelo de masas y prensa: la “revolución de color”
La implosión de la Unión Soviética y el descrédito del marxismo leninismo, coincidieron con la revolución mundial de la informática y de Internet. La nueva tecnología ayuda a la creación rápida de textos e imágenes y su comunicación inmediata; es como hecha a la medida para difundir propaganda y el eje de la capacidad técnica y la difusión está en Estados Unidos. En esencia, se trata de movilizar masas, identificadas con un color, en la capital, para hacer huir a un gobierno débil. Si es un gobierno sólido, se crean pretextos ante la opinión pública mundial para una intervención militar, local o extranjera. Otro elemento complementario son las ONG y otros agentes, como Nacional Endowment for Democracy, Freedom House, Open Society Institute o USAID, que preparan ideológica y técnicamente cuadros que llevan a cabo el golpe y luego gobiernan para sus mandantes.
El primer golpe de masas y prensa se dio en Moscú, en 1993. Una campaña internacional de prensa convirtió al alcohólico de Boris Yeltsin, en un héroe que seguido de una turba y una compañía de tanques, bombardeó el parlamento ruso, recién elegido. Yeltsin nombró luego a Anatoly Chubais como Presidente de la Comisión de Propiedad Estatal, para vender, por centavos, las industrias del Estado a correligionarios y amigos, como la petrolera Yukos, que valía $70 millardos y la compró Mikhail Khodorkovsky, por $360 millones.
En 2002 se dio, en Venezuela, un efímero golpe de Estado cívico-militar, contra el Presidente Hugo Chávez. La oposición, demolida en las últimas elecciones, convocó a protestar. La multitud fue infiltrada por agentes provocadores para incitar una represión violenta. Ante la falta de represión, unos francotiradores mataron varios manifestantes. Fue el pretexto para que un grupo de militares arrestase al Presidente. Se formó un gobierno provisional, que cayó en dos días porque las guarniciones del interior no apoyaron y una multitud enardecida recorría el centro de Caracas, reclamando el regreso del Presidente Chávez.
En 2003, se dio la primera revolución de color, en Georgia, para sacar a Eduard Shevardnaze, último Canciller Soviético y Presidente de Georgia. Hubo elecciones el 2 de noviembre. El 22 los partidos derrotados convocaron a protestar frente al edificio donde el 23 debía reunirse el nuevo parlamento. Antes, el día 20, una emisora transmitió varias veces un documental sobre las protestas en Belgrado, en 2000, organizadas por Otpor, un grupo estudiantil, que sacaron a Slobodan Milosevic del poder. Días antes, gentes de Otpor dieron clases durante tres días sobre como tumbar un gobierno a más de mil estudiantes en Tibilisi. Los gastos fueron por cuenta del Open Society Institute, de George Soros. El 23, la policía custodiaba el Parlamento y grupos de activistas repartían miles de rosas a los manifestantes, un indicio de organización previa(1). Fue cuando Mihail Saakashvili, abogado georgiano de New York, entró sin oposición y tomó el Parlamento con un grupo de activistas. Hubo complicidad: Tedo Japaridze, jefe del Consejo Nacional de Seguridad con Shevardnadze, fue su Ministro de Relaciones Exteriores.
En noviembre del 2004 Viktor Yanukovysh ganó las elecciones en Ucrania. Su rival, Víctor Yushchenko, tenía el apoyo de los medios ucranianos. Después de su derrota, se repitió la operación de Georgia. Se acusó de fraude y una turba desfiló por las calles de Kiev, con banderas anaranjadas, regalando rosas: la revolución naranja. Los medios amplificaron el desorden y bajo presión internacional, la Corte Suprema anuló la elección anterior.
La "Primavera Árabe"
En 2011, las noticias sobre rebeliones en los países árabes tenían algo de hollywoodiano. La narrativa de la prensa era la misma. Gente joven se comunica por Internet, protestan en las plazas, combaten la policía, el tirano huye, la tiranía colapsa y se llama a elecciones. El villano era un personaje con décadas de poder y pocos meses de vida, que ya era hora de remplazar. Era la “revolución de jazmines”; versión árabe de las revoluciones coloreadas.
Hubo un par de villanos que no conocían su guion: los de Libia y Siria. Se inventaron hechos para narrar sobre manifestaciones pacíficas, que, agredidas, se convertían en rebelión armada que merecía apoyo humanitario, con bombas y misiles. La “responsabilidad de proteger” [R2P, 'responsability to protect', por sus siglas en inglés], como dijo la Secretaria de Estado, Hillary Clinton. En Libia, en Benghazi, la rebelión fue armada desde el inicio y apadrinada por el francés Bernard-Henry Levy. En Siria, con elecciones poco antes, hubo una protesta en que manifestantes y policías fueron muertos por francotiradores. Ambos países fueron atacados por mercenarios salafistas financiados y armados por Qatar y Arabia Saudita y apoyados por la OTAN: una intervención extranjera disfrazada de guerra civil. En Libia, después de 6 meses de bombardeos, la OTAN triunfó y entregó el gobierno a Al-Qaeda & Cº y ahora rige el caos. Siria se salvó de las bombas de la OTAN gracias al desgano de Gran Bretaña, al veto ruso y chino en el Consejo de Seguridad y a 13 barcos de guerra de esos dos países protegiendo su costa.
Las revueltas actuales en Ucrania y Venezuela


Ucrania: Viktor Yanukovysh, el despojado en 2004, ganó las elecciones de 2010, sobre Yushchenko, que sacó 10% de los votos. La condena de Julia Timoshenko, que fuera Primer Ministro, por apropiación indebida, causó inquietud social. Ahora hay de nuevo protestas en Kiev. La narrativa de la prensa internacional sobre esas protestas dice que son por el rechazo del gobierno ucraniano a una oferta de asociación de la Unión Europea. Pero el texto del acuerdo no es público y además sería difícil leer y entender sus densas páginas legales. Por el nombre, Acuerdo de Asociación Económica, es el mismo acuerdo tipo que la UE firmó con América Central y ofrece a los países suramericanos y africanos.
En Ucrania, como en el Cercano Oriente, se busca exasperar y aprovechar las divisiones religiosas y culturales para cambiar gobiernos e imponer políticos propios: divide et impera. La fractura en Ucrania existe desde la Segunda Guerra Mundial. Stalin desplazó Polonia hacía el oeste, en tierras alemanas, pero expulsó la población alemana. Ucrania recibió tierras polacas al oeste, pero sin expulsar a los polacos. Por esa razón existe en Ucrania una minoría que habla polaco y es católica. Mientras la mayoría es ortodoxa y habla ruso. No olvidemos que Ucrania es el origen de Rusia. El pueblo vikingo de los Russ creó primero el Reino de Kiev y desde allí se expandió hacia el este y el sur, en lo que ahora es Rusia.
En Ucrania se quiere repetir la revolución naranja, pero con armas. En cualquier país sería inaceptable la activa y pública intervención de funcionarios europeos y norteamericanos azuzando las protestas. El objetivo de la intromisión es “cambio de régimen”, como dijo la Secretaria de Estado adjunta, Victoria Nuland, cuando admitió, en un encuentro del Nacional Press Club, patrocinado por Chevron, que los Estados Unidos han invertido 5 millardos fomentando la agitación en Ucrania. El nombre del títere que quiere imponer, Arseni Iatseniouk, afloró en una conversación suya con el embajador en Kiev, Geoffrey Pyatt, que fue interceptada.
En este momento las protestas ya son insurrección armada, contra una policía desarmada, por lo que ya van 105 policías heridos de bala y 35 muertos. Eso obligó al gobierno a equipar con armas la policía para que pueda defenderse. El gobierno ucraniano calcula que en el centro de Kiev hay unos 5 mil activistas extranjeros entrenados en desatar violencia. Muchos vienen desde Moldavia, según la prensa del Transdniester, otros de Polonia. Rusia debe apoyar con firmeza a Ucrania contra la ingerencia de países de la OTAN en los asuntos ucranianos.
Venezuela: El pasado 8 de diciembre tuvieron lugar en Venezuela elecciones para consejos municipales, de las que la oposición quiso hacer un referéndum sobre la contestada legitimidad del presidente Nicolás Maduro. La oposición (MUD) sacó un decepcionante 42,2% de los votos. Es inesperado que después de una elección desfavorable tan reciente, la oposición salga a las calles a pedir la renuncia del presidente.
Es cierto que en Venezuela hay muy graves problemas de seguridad, abastecimiento y solvencia fiscal que siguen sin resolverse. Es cierto que la permanencia en el gobierno de las mismas personas que no supieron resolverlos es mal augurio para una pronta y eficaz solución. Pero es cierto también que el gobierno tuvo una reciente confirmación de su respaldo electoral y su fuerza callejera.
Las protestas y movilizaciones de la oposición tienen un objetivo confesado por sus propios dirigentes: cambio de régimen. La constitución venezolana ofrece la posibilidad de hacer un referéndum revocatorio a mitad del ejercicio presidencial y se puede cambiar de régimen con impecable legalidad democrática. Se trata de un impaciente berrinche de los opositores -o de sus mandantes- que no quieren esperar la ocasión de hacerlo por la vía legal. Es siempre ilegal derrocar al gobierno elegido y el riesgo es ser acusado de causar muertes con disturbios fuera de lugar, amén de causar agotadoras pérdidas de tiempo y dinero.
La técnica utilizada es la de otros golpes recientes: una campaña de prensa con exageraciones, alimentada con mensajes sin verificar; siembra de mentiras en redes sociales; entrevistas selectivas en la prensa internacional; condena a la supuesta violencia por ciertos gobiernos; fotografías retocadas de protestas masivas, para efectos de propaganda. Todo dirigido a crear ante la opinión internacional un clima propicio para una intervención “humanitaria”. Por fortuna hasta ahora sólo hay nueve muertos, entre oposición, policía, chavistas y transeúntes. Con esa cifra, lamentable, pero baja, de víctimas, no es creíble la denuncia de represión salvaje, por quienes invocan la protección de los marines. Hay una indicativa inversión de estereotipos durante la tentativa de golpe. En las alcaldías socialistas hay normalidad y calma; en las de oposición liberal, reinan la agitación y el odio.
Conclusiones y precauciones
Las técnicas para golpes de Estado o cambio de régimen evolucionan. La informática y los medios de comunicación son hoy armas de guerra muy efectivas. Los países que quieran mantener su independencia deben crear y mantener alianzas con dominio técnico en ambos, para defender eficazmente la soberanía y los intereses nacionales o regionales. Hay también que crear equipos de gente con la capacidad cultural para captar los hechos importantes, entender su sentido y anticipar, capaz de analizar información en los principales idiomas, y transmitir en ellos mensajes convincentes. Se debe entrenar a periodistas, analistas y diplomáticos para que sean competentes, mundanos e interesantes. No todos los países independientes tienen la misma capacidad, por ello conviene aliarse y abrir los rangos a quienes pueden aportar mejoras a la eficiencia de la gestión.
Para evitar golpes de Estado por obra de minorías entrenadas, los gobiernos deben: a) tener respaldo de masas organizadas para neutralizar turbas mercenarias; b) mantener seguridad en los servicios públicos (electricidad, transporte, TV, radio, teléfonos, agua, etc.); c) tener medios para difundir la versión verdadera de la noticia; d) vigilar las actividades en el país de asociaciones extranjeras; f) vigilar el ingreso de fondos del exterior para grupos nacionales. 'Vis pacem, para bellum' [si quieres la paz, prepara la guerra].
Ginebra, 22/02/2014

Nota: (1) http://www.worldpress.org/print_article.cfm?article_id=1805

- Umberto Mazzei es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia. Es Director del Instituto de Relaciones Económicas Internacionales en Ginebra.
www.ventanaglobal.info


sábado, 8 de marzo de 2014

Chile Tsunami amenaza al nuevo gobierno

Publicado el 08 Marzo 2014 Escrito por Paul Walder
Con desafiantes rayados callejeros, comentarios en Twitter y Facebook, decenas de columnas en los medios digitales y el liderazgo de la Nueva Mayoría en la primera plana de la prensa corporativa, el nuevo gobierno de Michelle Bachelet, que asume este 11 de marzo, parece acercarse a su estreno no como coalición flamante y triunfante, sino con el pesado lastre acumulado por veinte años.
Las contradicciones -y también confusiones- en la conformación del gobierno mostradas durante el verano, sumadas a las tensiones al interior de la coalición, se instalan como una compleja y agorera señal: nunca, por lo menos en las últimas dos décadas, un gobierno había enfrentado tantos obstáculos antes de su inicio.
¿Qué señal exhibe un gobierno si antes de asumir entrega a la exigencia pública la cabeza de tres altos funcionarios, en tanto cerca las críticas a varios otros nominados? Contradicciones, bipolaridad, o tal vez culpa como efecto de la derrota de 2010. Pero también, como acusa la derecha, debilidad, desorden, ineficiencia. El antecedente ha quedado registrado.
Por un lado está la señal como efecto de la reacción en el equipo gubernamental, pero está también, y en un grado de mayor peso, la causa que llevó al gobierno entrante a bajar la guardia y acceder a las demandas de la opinión pública. Porque no fueron denuncias levantadas ni por un partido de oposición ni desde aquella zona tenebrosa expresada a través del duopolio que conforman los llamados poderes fácticos. Las presiones surgieron, principalmente, desde los movimientos sociales y como denuncias desde la prensa independiente, antecedente que deja a este sector muy fortalecido en cuanto observador del cumplimiento de sus demandas a partir del 11 de marzo.
Se trata de un antecedente inédito para cualquier gobierno posdictadura, registro al que se añade la carga de la culpa de la derrota de 2010, que es el miedo a un nuevo fracaso electoral. Un temor que con el correr de los días y al observar las evidentes contradicciones en materias clave que van desde la educación o derechos humanos, sólo tenderá a crecer.
Bajo este clima político estival, en este preludio destemplado, el gobierno de la Nueva Mayoría, tropezando en lo político, debiera hallar su apoyo donde siempre lo encontró la Concertación: en el modelo neoliberal, en un deseable alto crecimiento económico y en un supuesto y también necesario bajo desempleo. Con estas variables como piso de comprobada solidez durante al menos veinte años, la apuesta debiera avanzar segura.
¿Pero es más de lo mismo como se repitió durante la primera década del siglo? La Nueva Mayoría, a diferencia de los cuatro anteriores gobiernos de la Concertación, entra esta vez a La Moneda también criticando sus supuestos mayores logros de las décadas pasadas, contradicción que se eleva a la categoría de lo incompatible, la comedia o el absurdo. Que sea a partir de marzo ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre, el mismo ministro que avaló desde Hacienda años atrás el crédito con aval del Estado, parece parte de un discurso de difícil articulación. O que sea el gobierno en pleno, cuyos miembros y adherentes están imbricados con los grandes grupos económicos el que pretenda, por lo menos en la letra, desmantelar parte del andamiaje mercantil, aparece también como un guión disparatado.
Pese a todas las incongruencias, algunas destapadas antes de la cocción y otras ya exhibiendo sin pudor sus diferencias y contraposiciones, el camino ya está señalado. A partir de este mes se muestra una realidad instalada, que se expresa desde la economía, los movimientos sociales, los sindicales y los gremios, a los grupos económicos y poderes fácticos. Desde todos ellos se levantan las demandas y los intereses. Unos por el cambio, los otros por el conservadurismo institucional.
EXPECTATIVAS ECONOMICAS INFUNDADAS
La campaña electoral de Michelle Bachelet creó expectativas que, al observar el espectáculo estival, trascienden la capacidad de su programa, el que está acotado básicamente a las reformas de la educación, tributaria y la redacción de una nueva Constitución. Pese a ello, el regreso a partir de marzo de la ex presidenta ha generado entre sus electores y parte de la población un clima de excesiva confianza en aspectos que no están necesariamente ligados a su programa. Es el caso de las expectativas en materia económica, que la ciudadanía está relacionando con su regreso.
No pocos analistas han escrito sobre los aspectos subjetivos de la figura de Bachelet, los que tuvieron un peso relevante en su triunfo electoral. Estos análisis pueden ser una herramienta para comprender la extraña relación que existe entre su programa y las enormes, y bastantes infundadas, esperanzas de mejoría casi inmediata de calidad de vida. Un horizonte radiante que más parece una visión creada por la fe que por un párrafo de su programa. Una ilusión, al considerar las proyecciones económicas para el año en curso.
Las altas expectativas colocadas en el futuro gobierno, registradas por la encuesta CEP y el derechista Instituto Libertad y Desarrollo, no tienen gran correspondencia ni con las proyecciones para 2014 realizadas por diferentes organismos económicos, como tampoco con las cifras del anterior gobierno de Bachelet. Durante el periodo 2006-2009 el PIB creció a una tasa promedio de un escaso cuatro por ciento, en circunstancias que durante el actual gobierno saliente la economía creció una media anual del 5,4 por ciento. Y algo similar ocurrió con el empleo. Durante el cuatrienio 2006-2009 la tasa de desempleo promedió un ocho por ciento, la que descendió a 6,8 en el gobierno de Sebastián Piñera. A grandes rasgos, no existen bases económicas objetivas para relacionarlas con las altas expectativas creadas por la Nueva Mayoría. Y si buscamos en otros indicadores, como los índices de desigualdad, veremos que éstos se han mantenido muy similares durante los últimos veinte años. Las dos coaliciones no han hecho nada para suavizar esas extremas diferencias en la distribución de la riqueza.
El futuro inmediato para la Nueva Mayoría no dista mucho de las cifras del último gobierno de la Concertación. La encuesta económica que realiza el Banco Central a especialistas del sector financiero apunta en la dirección contraria a las creencias de la ciudadanía. Para la mayoría de los economistas consultados, el PIB chileno, que en 2013 habría aumentado un 4,5 por ciento, sólo crecerá un cuatro por ciento en 2014, cifra que comparten la mayoría de los organismos económicos, desde el mismo Banco Central a organismos como la Cepal y el Banco Mundial. La economía chilena está en un proceso decreciente.
Hay una serie de variables que están contrayendo la economía nacional. Una de ellas es el comportamiento de la economía internacional, la que afectará la producción y exportación de productos ligados a los recursos naturales, piedra angular del modelo chileno. En la minería, una proyección de la Sonami, organización de los empresarios privados, estima que las exportaciones mineras llegarán este año a 45 mil millones de dólares, cifra menor que la del año pasado, como efecto de una nueva baja en el precio del metal rojo, que este año llegaría a unos 3,1 dólares la libra tras el peak histórico de 2011, con un precio de cuatro dólares.
La otra variable que se contrae en la economía nacional será la demanda interna, que es inversión y consumo. Después de un periodo de fuerte crecimiento económico, esta variable, en especial la inversión, se ha enfriado. Un informe de la OCDE del año pasado alerta sobre esta caída en la inversión, la que tendrá sus efectos en los salarios. Para el organismo internacional, la demanda interna creció en 2013 un 6,1 por ciento, en 2014 se expandirá un 5,3 por ciento y el próximo año seguirá cayendo para alcanzar solo a un 4,7 por ciento. Y otro tanto sucede con el desempleo, que desde el segundo semestre del año pasado expresa una tendencia al alza.
El panorama no es riesgoso en cuanto forma parte de los usuales ciclos económicos. Varios de los gobiernos de la Concertación, en especial el de Ricardo Lagos, tuvieron que hacer frente incluso a procesos recesivos y lograron terminar sus periodos sin grandes mellas. Pero el escenario que se abre en marzo tiene características que lo hacen especialmente sensible por las diversas expectativas creadas. Una está relacionada con las promesas de reformas en el programa de la Nueva Mayoría, en especial el aumento de los impuestos a las empresas para financiar los proyectos en educación; la otra, es la percepción empresarial, en cuanto estima que esas reformas serán mínimas.
SEÑALES DEL EMPRESARIADO
Durante las semanas que antecedieron a la segunda vuelta electoral hubo una presión desde la Alianza que amenazó a la ciudadanía con un freno en la inversión ante la incertidumbre económica que generaba el programa de Bachelet. Aun cuando se trataba de parte de la campaña electoral, si relacionamos las advertencias con la real caída en la inversión, la que está ligada a ciclos económicos, hay aquí elementos subjetivos y comunicacionales que podrían amplificarse en el futuro. No sería difícil para el empresariado amplificar sus quejas a través del duopolio mediático, las que ligadas a la desaceleración económica, podrían crear en el corto plazo un clima de deterioro económico. Los numerosos artículos que han aparecido en la prensa del duopolio alertando sobre los peligros de la eliminación del FUT que ha planteado la Nueva Mayoría, son solo un primer indicio de lo que podría venir en el futuro.
Ante este escenario, Bachelet podría poner el freno y echar marcha atrás en las materias que incomoden al empresariado. Un deteriorado clima económico genera temor entre los actores económicos y entre la población se propaga con facilidad. Afecta con rapidez a la confianza en el gobierno, en especial en un país con una arraigada cultura basada en los mercados.
ARTICULACION FUTURA
DEL MOVIMIENTO SOCIAL
Pero no será tan fácil para el gobierno de la Nueva Mayoría repetir las políticas de los consensos de la Concertación, algo que los incidentes del verano dejaron como muestra. Desde los últimos años de la década pasada el país ha dado un giro radical. El clamor ciudadano, canalizado a través de los movimientos sociales, que surgió durante el anterior gobierno de Bachelet y se organizó durante el saliente, está preparado para observar y cautelar sus demandas a partir de marzo. Lo han dicho los estudiantes, los trabajadores y otras organizaciones sociales.
Basta revisar algunos de los más importantes referentes sociales para argumentar esta afirmación. Desde diciembre tanto los estudiantes universitarios como los secundarios han comenzado a lanzar claras señales de cómo será la relación con el gobierno que se instala este mes. Desde la Fech, su presidenta, Melissa Sepúlveda, ha marcado las grandes diferencias que han detectado entre las demandas del movimiento estudiantil y las propuestas de la Nueva Mayoría. Para el futuro gobierno el fin del lucro estará acotado a las universidades estatales; para los estudiantes, en educación no puede haber espacio para el lucro.
Una perspectiva muy similar tienen los estudiantes secundarios. Eloísa González, de la Aces, en una columna titulada “Bachelet y el fantasma que recorre las calles”, afirmó durante el verano: los secundarios -junto al movimiento social- estarán tomándose no solamente los colegios. “Chile será un país ocupado por sus habitantes y reales dueños: el pueblo chileno”.
Durante el año pasado el movimiento sindical logró dar un salto cualitativo, cual fue la unión de varios sindicatos para la articulación de demandas compartidas. Y en un modelo neoliberal que ha despojado de prácticamente todos los beneficios y derechos a los trabajadores, compartir demandas es fácil, las que van desde los salarios, a las jornadas de trabajo y al sistema privado de pensiones administrado por las AFPs.
El año pasado marcó un punto de inflexión para el movimiento laboral. Tal vez la huelga en el puerto de Mejillones puede usarse como emblema, la que fue apoyada solidariamente por los trabajadores de los puertos de todo el país. Y es en aquel episodio en el cual surgen las demandas compartidas, desde el fin de las AFPs al fin del lucro en la educación de sus hijos.
POLITICA DE ALIANZAS:
ESTUDIANTES Y TRABAJADORES
La política de alianzas sindicales corre a la par con un clima de conflictos laborales y huelgas en pleno desarrollo y crecimiento, las que superan en número y días a las de periodos anteriores. Sólo en los últimos meses están las huelgas de Correos, Asmar, Bodegas de Sodimac, Ripley y Montserrat, entre las más conocidas.
El gran salto de 2013 fueron las movilizaciones intersectoriales, las que han ido creciendo. Porque es cada vez más frecuente que las distintas grandes marchas cuenten con la participación de estudiantes y trabajadores, tanto del sector público como del privado. Hacia la mitad de diciembre numerosos sindicatos y centrales dieron una conferencia de prensa en conjunto con los principales líderes estudiantiles para sellar un pacto de movilización y lucha para impulsar las diversas demandas compartidas.
Y está el movimiento mapuche, que observa el regreso de Bachelet a La Moneda como el de un antiguo enemigo. Bachelet carga con el asesinato de Matías Catrileo hace seis años, crimen que las organizaciones mapuches no han olvidado, y con la aplicación de la Ley Antiterrorista. En una declaración publicada en diversos medios alternativos, el prisionero líder de la CAM, Héctor Llaitul, realizó un análisis sobre el futuro gobierno de Bachelet, cuyas reformas son simplemente una estrategia para contener a los movimientos sociales que tiene como objetivo el refuerzo del modelo de explotación neoliberal. Para Llaitul, “desde nuestras definiciones de mapuche autonomistas anticapitalistas, seguiremos en la senda de la resistencia y la reconstrucción nacional haciendo frente con diversas formas de lucha al nuevo gobierno, mientras se administre para los poderosos y en la medida en que se siga con la política de guerra contra nuestro pueblo”.
Ante este escenario lleno de tensiones, la Nueva Mayoría no podrá, como lo hizo la Concertación durante veinte años, gobernar con una cómoda administración del modelo
PAUL WALDER
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 799, 7 de marzo, 2014