viernes, 25 de noviembre de 2011

LOS INTERESES DEL CLUB BILDERBERG PARA INVADIR CON MERCENARIOS A LIBIA

Lunes 14 de noviembre de 2011 por CEPRID
Sirio Quintero
CEPRID
INTRODUCCIÓN
La invasión mercenaria a la Jamahiriya Libia marca una nueva etapa de la agenda del Club Bilderberg. El único oponente histórico al cual el Club Bilderberg no ha logrado someter es la organización colectiva basada en la comuna familiar. Una visión hegemónica desde la antropología política, devela las razones por las cuales la cultura, tradición y modelo político de Libia debía, según la visión de ellos, ser destruido a toda costa por los mercenarios e instituciones al servicio de poder imperial.
La teoría política contemporánea de crítica profunda, incluso la marxista, ha olvidado destacar este vital tópico sobre la organización estatal basada en la comuna familiar. Precisamente en esto, el Gran Jefe estuvo “como faro de luz” para los hermanos africanos y lo señala él en su último testamento.
Las comunas, sean éstas de raíz familiar, tribal o territorialidad colectiva, constituyen un objetivo bélico del imperialismo y como tal, las comunas siempre han sido un tópico presente en los planes políticos de los intelectuales del Club Bilderberg, tales como Bertrand Russell, Zbigniew Brzezinski, Henry Kissinger, Samuel Huntington.
El presente análisis debe ser visto como un aporte para desenmascarar una temática aun no develada al público, pero que en diferentes escenarios de estrategia político-militar y de seguridad ya ha sido expuesta. La consolidación de una capacidad de respuesta cierta, urge incorporar definitivamente la organización popular a esta lucha, democratizando y haciendo participativo el conocimiento, en un escenario de guerra de cuarta generación, sabiendo que existe una fase de guerra de quinta generación orientada a eliminar, con agentes “detonantes biológicos”, a líderes mundiales emblemáticos sin dejar rastros perceptibles.
1.-LA FAMILIA: TRANCA EN EL PASO DEL ESTADO SOBERANO AL NUEVO ORDEN MUNDIAL - Russell
Sería un examen incompleto sobre ataque al pueblo libio el poner a la riqueza petrolera como principal motivo del genocidio de la OTAN y sus mercenarios en la Jamahiriya. Los Bilderberger ambicionan, planifican y combaten maquiavélicamente a largo plazo por metas más allá de lo material inmediato, contra obstáculos de mayor importancia y enemigos más ‘peligrosos’. Sí, realmente lo más temido por los núcleos hegemónicos ante la Jamahiriya Libia ha sido la consolidación familiar y su reflejo en la organización política estatal de admirable referencia para toda el África y los demás Pueblos de Sur, línea en la cual intenta consolidarse la Revolución Bolivariana Latinoamericana con epicentro en Venezuela.
En Libia se está utilizando la guerra bacteriológica, dando fin a la fase de la globalización y abriendo el paso al establecimiento del gobierno mundial; a ello se suma la utilización de la bomba FAE (Fuel-Air Explosive), ‘explosivos de aire y combustible’, apodada ‘bomba atómica del pobre’, una nueva arma genocida, la cual, además de su poder explosivo superior al TNT, es un aerosol que aspira todo el oxígeno en la zona de impacto en un radio de 2km², y fue lanzada contra la población de Bani Walid, habiendo exterminado en la noche del dieciocho de octubre a más de mil doscientos habitantes (http://www.libiahabla.org/?p=1969), paralelo fue asesinado el anciano pacífico y reconciliador Jefe supremo de la Tribu de Warfalla en Bani Walid, una de la tribus más grandes de Libia y decidida defensora del patriota suelo de la Jamahiriya. En tierra libia se está aplicando, así, uno de los doce disparadores de conflictos, para desestabilización de Estados soberanos y para consolidar una nueva estructura de poder mundial, anunciados por Daniel Estulin y Adrián Salbuchi.
Los desalojos de la etnia de romaníes irlandeses –travellers- en Gran Bretaña, en el condado de Essex, a unos 40km de Londres (Violentos desalojos contra comunidad gitana en Reino Unido: http://www.granma.cubaweb.cu/2011/10/20/interna/artic01.html ) constituye el intento de borrar todo vestigio de organización comunal capaz de superarse en condiciones autogestionarias e independiente del control político por parte de un Estado capitalista represivo, saqueador y anulador de la producción familiar, de sus bienes acumulados y de las ofertas de servicios comunitarios compensatorios. Estados opresores pasan por encima de la propiedad privada comunal pues se resisten a dejar crecer iniciativas de autogestión comunal que conducirían a la independencia de los pueblos contra los mecanismos de esclavitud moderna: hipoteca de la propia fuerza de trabajo para adquirir viviendas, créditos impagables, trabajo sub-pagado con eliminación progresiva de los beneficios de jubilación y mecanismos de elección de candidatos no postulados desde la bases populares, sino representantes de los grupos hegemónicos locales y respondiendo a intereses de los núcleos de poder mundial.
El ataque a la Jamahiriya Libia, un Estado de comunas obedece a un plan de gobierno mundial, el cual pasa también por someter a China (http://resistencialibia.info/?p=551). En este contexto cobra aun más relevancia el modelo de organización de comités del Estado libio. Gaddafi rememoró, en su último testamento conocido, que los “comités populares dirigen nuestro país”. Estos comités populares constituyen una expresión del “concepto de la democracia real”, un legado que Gaddafi logró sembrar en su pueblo y que explica su admirable resistencia ante los bombardeos y mercenarios genocidas del poder imperial invasor, cuyos objetivos ocultos eran ciertamente dejar sin infraestructura a las organizaciones comunitarias tribales.
Dichos comités se han basado en la cohesión familiar fundamentada en el respeto a la sabiduría del jefe tribal. Además de ser celosos portadores de la cultura y la tradición ancestrales de la Jamahiriya Libia, esos comités se ocupaban de la intermediación para promover la convivencia pacífica y la protección de la familia mediante la solución de necesidades de vivienda, de salud, de educación, de alimentación y de acogencia a hermanos vecinos desvalidos. Precisamente fortalezas como éstas, manifiestas en la organización política de la Jamahiriya Libia, han sido el tipo de blanco a demoler considerado en las ideas germinales que nutrieron al Club Bilderberg, como brazo político, para la pretendida creación del nuevo orden mundial. Bertrand Russell fue el mentor intelectual de esas élites.
El principal contenido ideológico-imperialista de B. Russell, queda expuesto en sus tres libros The scientific outlook (TSO, 1931); Education and the Social Order (ESO, 1932) y The impact of science on Society (ISS, 1952). Ellas constituyeron las conferencias que Russell ofreció originalmente en las sociedades elitistas en el Ruskin College de Oxford y en la Royal Society of Medicine de Londres, desde donde se planificó la alianza entre países de población blanca para aplicar una política de genocidio mundial contra la ‘población de color’ causando una ‘muerte negra’. Al respecto afirmaba Russell: “Yo no considero que el control de la natalidad es la única vía en la cual la población puede ser contenida del incremento. Existen otras, las cuales, uno debe suponer, oponentes del control de la natalidad preferirían. Guerras, tal como apuntaba hace un momento, han estado siendo al respecto decepcionantes, sin embargo, la guerra bacteriológica puede probarse más efectiva. Si una muerte negra pudiese ser diseminada, a lo largo de todo el mundo, una vez en cada generación, los sobrevivientes podrían procrear libremente sin hacer al mundo demasiado lleno. En esto no habría nada que debiese ofender la conciencia del devoto o contener las ambiciones de los nacionalistas. El estado de cosas podría ser en algo displacentero, pero ¿qué hay con eso? [¿cuál es el problema en eso? N.dT]. Realmente los pueblos de inteligencia alta son indiferentes a la felicidad, especialmente a la de otros pueblos” [el resaltado es en este caso y los siguientes nuestro] (ISS, 1952: 127-128).
Las elucubraciones realizadas por ‘Sir’ Bertrand Russell, “Premio Nobel de literatura”(1950), sobre los preparativos a largo plazo para la imposición del modelo de nuevo orden mundial, aunque poco conocidas, se bifurcan en tres áreas: (1) La identificación de la familia como el enemigo más grande de los Estados que pretenden imponer el orden mundial, (2) los métodos de destrucción familiar y (3) el uso de la educación para diseminar ideologías pseudo-científicas, como el tecnocratismo y el constructivismo, los cuales deberían conducir a instaurar el pensamiento débil, especialmente desplazando erróneamente metodologías de las ciencias naturales como las matemáticas hacia las ciencias humanas como la pedagogía y las ciencias de la educación.
Para los promotores de la instauración de un gobierno planetario a partir de la creación de un nuevo orden mundial no existen diferencias políticas o religiosas fundamentales. Sólo existen tendencias políticas deseables o corrientes políticas inconvenientes, ambas catalogadas según sirvan o atenten contra la preservación del privilegiado estatus de vida y dominación que han alcanzado los países por tradición colonialistas y sus nuevos aliados.
El nuevo gobierno mundial estaría en manos de la oligarquía, quien accedería a los más avanzados conocimientos tecnológicos para consolidar y preservar su poder a costa de las masas ignorantes ciegas y acientíficas (TSO, 1931:142; 235).
La educación seria el instrumento predilecto para amoldar el pensamiento social (ESO, 1932:14; 154), mientras que la familia seria el blanco a ser destruido puesto que es la única instancia capaz de frenar los cambios sociales que la clase tecnocrática quisiese inducir y ella es una fuerza opuesta al Estado desde que éste existe (ESO, 1932: 48).

2.- LA DESTRUCCIÓN DE LA FAMILIA COMO OBJETIVO POLÍTICO DE LA OLIGARQUÍA MUNDIAL
Para los oligarcas promotores del nuevo orden mundial no existe ni catolicismo ni comunismo, tampoco ni liberalismo ni socialismo, como enemigos políticos: “La sociedad científica será simplemente la oligárquica, tanto en el comunismo o socialismo” (TSO, 1931:233), además en el capitalismo, así como donde exista cualquier forma de democracia (Idem).
Para la oligarquía mundial representada en el Club Bilderberg, su único enemigo lo constituyen las raíces culturales, afectivas y morales que son sembradas por la familia y que pueden frenar su proyecto de difusión de la tecnocracia amoral como modelo de vida, de valores y de liderazgo en la sociedad. En consecuencia habrá que destruir la familia: “El sentimiento de parentesco tiene una poderosa influencia en el comportamiento, no sólo en la mujer, sino en el hombre. Nosotros no tenemos data disponible para juzgar que les sucedería si sus sentimientos fueran removidos, pero sí podemos conjeturar con seguridad que ambos podrían ser cambiados enormemente. Es probable que la mujer sintiese pocos deseos de niños en esas circunstancias (…) Es probable que la relación del hombre y la mujer se desarrollase de modo trivial y que la afectividad conyugal llegase a ser algo raro. Probablemente el hombre llegaría a ser menos inclinado al trabajo duro (…) Es dudoso, sin embargo, en un mundo donde la familia no existiese, que el hombre ordinario se dedicase por sí mismo a eventos que ocurriesen después de su muerte (…) A pesar de todo, hay una gran cuestión que debe ser dicha en vista a la otra cara del asunto. Todas las emociones posesivas son peligrosas, y no menos aquellas de los padres hacia sus hijos” (ESO, 1932: 50).

Los promotores de la creación de un gobierno mundial hallaban dos grandes obstáculos para la concretar una ‘solución lógica’ (genocidio mediante una ‘muerte negra’ y hambrunas) al problema de regular desde una autoridad mundial la ‘sobrepoblación’ que impedía el avance en su plan hegemónico: “Hay suficiente disposición para crear una fuerte autoridad internacional, pero ésta será imposible si tiene (…) medidas impopulares. Existen, de hecho, dos dificultades opuestas. Si en el presente los alimentos fuesen racionados, las naciones de Occidente podrían sufrir algo que ellos verían como hambruna. Pero, por otra parte, las naciones pobres son aquellas, cuya población se incrementa más rápido, podrían sufrir más por un reajuste, con lo que permanecerían igual. Tal como las cosas están, todo el mundo se opondría a la lógica solución” (ISS 1952: 137). En vista de esta evidente dificultad, el mentor de los planes hegemónicos Bertrand Russell, propuso una forma sutil y oculta de solución basada en cambiar la vida familiar (TSO 1931: 11).
La introducción de cambios en la vida familiar se basó en utilizar la salud como componente geo-político clave en la implantación del orden mundial hegemónico. Retrotrayéndonos a la actualidad, una aplicación brutal que estas ideas la vemos en la invasión de la OTAN en Libia, destruyendo el sistema consolidado de salud de la Jamahiriya, una larga labor bajo el liderazgo de Gaddafi: “Durante 40 años, o aún mas, no recuerdo, hice todo lo que pude para darle al pueblo casas, hospitales, escuelas, y cuando tenían hambre alimentos.” (Testamento de Gaddafi).

3.- ATAQUE BIO-QUÍMICO-PSICOLÓGICO PARA DESMEMBRAR LA FAMILIA Y AISLAR AL INDIVIDUO
La implantación de un “gobierno científico elitista”, desde la perspectiva oligárquica, deberá fortalecer la salud en los descendientes de las familias de formación científica y, para no perder la lealtad popular, debería crear las condiciones en las familias inferiores para debilitar la sed de libertad y de esperanza.
Para las familias oligárquicas se aplicará “tratamiento eugenésico, químico y termal del embrión, y deberá ser usada dieta desde los primeros años en vista al logro de la más alta capacidad que exista” (TSO 1931: 253). El anhelo por mejorar la raza oligárquica consistía en lograr que “por una bien dispuesta selección de químicos que sean inyectados en el útero, sea posible cambiar a un niño en un matemático, un poeta, un biólogo o un político” (ISS 1952: 176). Aquí ya se visualizan elementos de la depuración racial intrauterina como práctica oculta en sus propias poblaciones. Siendo así, ¿qué se puede esperar para el resto del mundo ‘inferior’?. La población restante, acientífica e ignorante, “por medio de inyecciones y drogas y químicos (…), sería inducida a soportar de cualquier manera lo que sus maestros científicos puedan decidir que es para ellos bueno” (TSO 1931: 268; Cfr: http://www.aporrea.org/tecno/a120740.html).
Haciendo uso de la ciencia habrá que aplicar una trilogía para desmembrar la familia: “La dieta, las inyecciones y las imposiciones punitivas deberían combinarse desde muy jóvenes para producir la clase de carácter y la clase de creencias que las autoridades consideren deseables. Así, cualquier tipo de crítica seria sobre el sistema de poder, se convertirá, psicológicamente, en imposible” (ISS 1952: 66).
(i) La dieta deberá inducir a los cambios en la estructura biológica natural del individuo, por medio de transformaciones genéticas o la incorporación de químicos y fragmentos virales en los alimentos para que liberen toxinas y produzcan adicciones, teniendo por objetivo debilitar el funcionamiento mental y físico del organismo humano: “Los hombres adquirirán poder para alterarse a sí mismos y usarán inevitablemente este poder” (TSO 1931: 169).

(ii) Las inyecciones servirían para la inoculación de agentes infecciosos que aletargan la población y disminuyen la vida biológica. La idea de impactar la sociedad por medio de agentes virales bacterianos vía vacunación, plantas e insectos estaba tan adelantada ya en la década de los cincuenta, que otro ‘lord’ británico, dedicó una publicación a tal temática. Se trata del virólogo ‘Sir’ Frederick Charles Bawden con su ensayo “The impact of viruses on society” (IVS 1956: 65-101). Este coagente del plan hegemónico, en su intrincado discurso, alude a la relación entre las vacunas y la aparición de alergias (Y estamos citando algo dicho en los años cincuenta!). Como en estas esferas del poder nada es casual, es menester mencionar sus interrogantes acerca de la relación entre los virus y el desenlace cancerígeno: “¿Pueden las células contener en su propia constitución las potencialidades para llegar a ser cancerígenas cuando sean expuestas a un estímulo apropiado? ¿O acaso tienen que contraer algunas partículas extrínsecas que permanezcan latentes y inofensivas hasta que la célula obtenga el estímulo correcto?” (IVS 1956: 101).

Excursus I: La respuesta a dichas interrogantes ya estaba siendo avizorada para esa época (Véase detalles en: http://www.aporrealos.com/forum/viewtopic.php?t=25538). Por una parte, la respuesta a la primera interrogante, consiste en haber desentrañado el mecanismo de replicación de las células embrionarias, cuya alteración sirvió para la inducción del cáncer, al igual que en la actualidad sucede con las células madres (por ello el interés de recolectar información genética de mandatarios y líderes específicos e introducirle agentes sintéticos “detonantes biológicos” adaptados a su genética individual. Casos para reflexionar: Fernando Lugo –Paraguay-, Cristina Fernández –Argentina-, Lula Da Silva y antes su llave José Alencar Gomes da Silva –Brasil-, Hugo Chávez –Venezuela. Cfr. http://networkedblogs.com/jUFEi o http://www.abrebrecha.com/articulos.php?id=147638). Por otra parte, la respuesta a la segunda interrogante radica en la introducción de partículas o fragmentos de agentes infecciosos o virus bacterianos los cuales serán activados por agentes sintéticos y por fuerzas electro—magnéticas específicas que simulan las fuerzas electrostáticas propias de las células huéspedes (Fin del excursus).
(iii) Las imposiciones, sea como expresión de conductas autoritarias y moralistas de los padres, sea como conjunto de reglas o sanciones jurídicas que permean el hogar, destruirían el ambiente afectivo de niño, de modo que éste desarrollase actitudes de rechazo a su propio núcleo familiar, buscase suplir su carencia emotiva y afectiva en nichos de grupos externos de otros niños o adolescentes, quienes recibirán las pautas de conducta desde los medios de difusión masiva, obteniendo como resultado la desintegración familiar.
4.- EDUCACIÓN PARA LA DESTRUCCIÓN DEL LIBRE ALBEDRÍO
Dentro de la planificación del modo como se crearían las condiciones para establecer una autoridad planetaria, la educación, la salud y la propaganda desempeñaban un rol fundamental: “El propósito de la educación debe ser destruir el libre albedrío. De esta manera, después de que los jóvenes abandonen la escuela deberán ser incapaces a lo largo de sus vidas de pensar o actuar al contrario de lo que sus maestros hubieran querido, es decir, autónomamente” (ISS 1952: 66).
La educación estaría acompañada de medidas en el campo de la salud: “Nuevas formas de embriagarse aconteciendo sin dolor de cabeza pueden ser descubiertas, y nuevas formas de intoxicación pueden ser inventadas de manera tan deliciosa que por su voluntad los hombres están dispuestos a pasar sus horas ayunando en la miseria. Todas esas son posibilidades en un mundo gobernado por el conocimiento sin amor, y el poder sin encanto” (ISS 1952: 268).
Excursus II: Formas deliciosas de intoxicación se notan en el aspartame y el ciclamato presentes en los dulces. Estudios recientes han establecido que la ingesta de bebidas gaseosas, además de convertirse en elementos etílicos dentro del organismo, incrementan la violencia física y las conductas agresivas en los jóvenes (Solnick SJ, Hemenway D "The ’Twinkie Defense:’ The relationship between carbonated non-diet softdrinks and violence perpetration among Boston high school students" Injury Prev 2011; DOI: 10.1136/injuryprev-2011-040117). Dentro de los ‘inventos deliciosos’ se halla uno que utiliza el contacto sexual para hacer eficaz un arma bacteriológica cancerígena que selectivamente ataca a grupos étnicos, realizada con los avances de la biología sintética: VPH y HIV, invento reconocido por la American Association for the Advancement of Science cuando concluía que el “Special Virus” (HIV) es “un nuevo agente patógeno producido vía manipulación de genes humanos” (Graves, 2001: 91). 

En este contexto de fabricación de agentes sintéticos con capacidad biológica para afectar ciertos grupos étnicos, cobran relevancia las palabras del Presidente racista Sudafricano, P.W. Botha, en plena época de lucha de la población contra el apartheid, cuando el 15 de agosto de 1985 declaró: “Nuestra unidad de combate está ahora entrenando especiales chicas blancas en el uso de elementos sintéticos de envenenamiento lento. Lo nuestro no consiste ahora en una guerra donde podamos usar la bomba atómica para destruir a los negros, sino que debemos usar nuestra inteligencia para afectarlos. El encuentro de persona a persona puede ser muy efectivo. Tal como los registros lo muestran, el hombre negro de desvive por ir a la cama con la mujer blanca; aquí está nuestra única oportunidad… Nosotros hemos recibido un nuevo contingente de prostitutas de Europa y América” (Idem). Otra evidencia de igual peso, sobre el carácter de arma étnica del virus causante del SIDA, también la constituye las afirmaciones acerca de la creación de vacunas contra el HIV, cuya efectividad se ha mostrado en los grupos no-blancos (Walsh, Nancy (2003). AIDS vaccine may reduce rate of infection: greater efficacy in nonwhites. Clinical Psychiatry News, August, 2003). Lógicamente, ello permite constatar que este virus está diseñado para “grupos étnicos de color”, por lo cual ahí se mostraría mayormente la eficacia hallada.(Fin del excursus)

La educación será usada como propaganda en pro del nuevo orden mundial: “Aparte de la cohesión nacional con el Estado, lo cual es todo aquello que la educación estatal intenta lograr en el presente, la cohesión internacional, y en el sentido según el cual toda la raza humana es una unidad co-operativa, es inmensamente necesaria si nuestra civilización científica quiere sobrevivir. Yo pienso que esta supervivencia será una exigencia, como condición mínima, para el establecimiento del Estado Mundial y la subsiguiente institución de un sistema mundial de educación, diseñado para producir lealtad al Estado Mundial” (ESO, 1932: 14). “La educación universal ha incrementado inmensamente las oportunidades de propaganda. No sólo es la educación en sí misma y en todos lados propagandista, sino que el poder de leer hace a toda la población susceptible a la influencia de los medios de difusión masiva” (ESO, 1932: 154). Esta idea será desarrollada por otro ideólogo del Club Bilderberg, Zbigniew Brzezinski (Esto será objeto de la siguiente entrega).


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Conferencia caribeña exige retirada inmediata de Minustah de Haití


   
Conferencia caribeña exige retirada inmediata de Minustah de HaitíPuerto Príncipe, 22 nov (PL) La declaración final de la Conferencia Caribeña por Acción Conjunta en defensa de la Soberanía de Haití realizada en Vertieres, Cabo Haitiano, reclamó la salida inmediata de Minustah (Fuerza de ONU para Estabilización de Haití).

  Sesenta organizaciones de Haití suscribieron esta declaración junto con otras 20 de Guadalupe, Martinica, Trinidad Tobago, Dominica, Estados Unidos y el Partido Laborista Independiente de Francia.

Reunidas en esa conferencia realizada los días 16, 17 y 18 de noviembre, los firmantes proclamaron en el primero de sus puntos que las consecuencias de la ocupación de Haití por las fuerzas de Minustah son vergonzosas.

Demandaron la salida inmediata de las tropas de Minustah y la restauración de la plena soberanía del pueblo haitiano.

Expresan la necesidad de fortalecer el comité de monitoreo de la Comisión Internacional de Investigaciones que lleve a la formación de una estructura nacional coherente, capaz de llevar a cabo esta misión hasta el final.

Las experiencias compartidas por los dirigentes sindicales, políticos y las asociaciones participantes en la Conferencia, dijeron, les permitió comprender mejor la verdadera política de privatización que viola normas legales y convenciones haitianas y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

También denunciaron la destrucción de la producción agrícola nacional, que abastecía el 60 por ciento de las necesidades domésticas y bajó hasta menos del 25 por ciento en 20 años.

La explotación de recursos minerales en todo el país por compañías extranjeras, constituye un ataque a la soberanía de la primera república negra independiente, expresaron.

En este histórico momento de la vida del pueblo haitiano y en ocasión del aniversario de la Batalla de Vertieres, declaramos que las fuerzas de ocupación de las Naciones Unidas son ilegales e ilegítimas, plantea el documento.

Más adelante recuerda los crímenes atribuidos a agentes de la Minustah, incluyendo violaciones contra niñas y mujeres haitianas.

Rememora el estigma sufrido por la población haitiana debido a la epidemia de cólera, cuyo inicio fue única responsabilidad de militares de las Naciones Unidas. Esta epidemia ha cobrado más de siete mil vidas e infectado a medio millón de personas.

En otra parte de la declaración señala que el gobierno actual de Haití no ha mostrado ningún deseo de pedir la salida de Minustah ni de que cumpla con la ley haitiana en las zonas libres, obligando a los propietarios a reponer los sindicalistas despedidos por organizarse.

El documento afirma que la Comisión Internacional por la Reconstrucción de Haití, copresidida por el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton y el presidente haitiano Michel Martelly, es un instrumento del imperialismo para hacer permanente la ocupación de Haití y negarle la democracia y la soberanía al pueblo haitiano.

Todavía languidecen en carpas en condiciones infrahumanas más de 600 mil personas por casi dos años después del terremoto, indica.

En su parte resolutiva, el texto declara el primero de junio de 2012, octavo aniversario de la ocupación de Haití por Minustah, un día continental e internacional por la retirada inmediata de esa fuerza y de esa manera cumplir el mandato del Foro de Sao Paulo.

lac/ef

martes, 22 de noviembre de 2011

Claves para comprender la Crisis Capitalista desde la Perspectiva Marxista

Claves para comprender la Crisis Capitalista desde la Perspectiva Marxista

Escrito por Jordi Rosich Miércoles, 26 de Octubre de 2011 23:43
Publicado en "Tribuna Popular" - Órgano del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela

Perspectiva de la Crisis Capitalista

Perspectiva de la Crisis Capitalista

La actual crisis capitalista no será un fenómeno pasajero. Se trata de un punto de inflexión que marca un antes y un después de todo un periódico histórico, con profundas implicaciones sociales, económicas y políticas. Acaba de aprobarse la inyección de 90.000 millones de euros en Dexia, un banco privado belga que ya había recibido fondos públicos al inicio de la crisis. La economía mundial vuelve a situarse al borde de la depresión y una nueva ronda de quiebras y rescates de bancos planea sobre Europa.

Mientras, los gobiernos aceleran y profundizan los recortes contra el gasto social en lo que es una evidente transferencia de riqueza de los más pobres a los más ricos. Comprender las causas de la crisis, fundamental para encontrar una alternativa a la misma (coherente en la teoría y consecuente en la acción), pasa ante todo por entender la esencia del modo de funcionamiento del capitalismo en su fase decadente.

Debido a las limitaciones de espacio vamos directamente al grano en toda una serie de aspectos que se han ido conformando en los últimos años como temas de debate o interés respecto a la crisis. El objetivo del texto es, de una forma sintética, esbozar el punto de vista marxista sobre la crisis capitalista contemporánea y animar a los lectores a una profundización posterior.

¿Por qué se producen las crisis?

El objetivo del capitalista es la obtención de beneficios. Los beneficios surgen de la explotación de los trabajadores ya que éstos, en su jornada de trabajo, además de generar el valor de su propio salario, crean un valor extra, la plusvalía, que es lo que se queda el capitalista y de donde éste extrae los beneficios. Para hacer efectivo este beneficio el capitalista tiene que conseguir vender las mercancías que producen los trabajadores de su empresa, y lo hace en condiciones de competencia con otros capitalistas.

Esto implica que el capitalista tiene que estar constantemente renovando la maquinaria, lo que le permite abaratar los costes de cada mercancía y tener precios competitivos frente a otros capitalistas. Tarde o temprano todos tienen que hacer lo mismo si quieren continuar en el mercado. El incremento de la productividad lleva otro efecto asociado, además del abaratamiento: aumenta la cantidad de mercancías que es posible producir. El capitalista, para amortizar lo más rápidamente posible la inversión que ha hecho en nueva maquinaria y salarios, se ve obligado a utilizar al máximo posible la capacidad productiva de la empresa.

Las crisis surgen periódicamente porque el ritmo de expansión de la producción no puede ser acompañado por el ritmo de crecimiento del mercado, que es más lento. Se produce así una crisis de sobreproducción. Aunque parezca paradójico, las crisis capitalistas no son por falta medios de producción o por falta de mercancías; no son crisis de escasez, sino de abundancia.

A pesar de que, para los capitalistas, “sobra de todo” (coches, casas, leche, carne, en todas las ramas productivas hay saturación) millones de personas se ven empujados al desempleo y a la marginación y los que conservan su trabajo son sometidos a una explotación todavía mayor. Sólo después de que hay una destrucción de fuerzas productivas y mercancías en grado “suficiente”, la actividad económica vuelve a retomar una dinámica ascendente.

Los ciclos de recesión y recuperación se han sucedido en toda la historia del capitalismo, pero no todas las crisis son iguales, ni tienen la misma gravedad ni las mismas repercusiones, ya que esto depende de muchos factores, no sólo económicos, sino políticos, sociales y de las relaciones que se establecen entre diferentes potencias. En todo caso el capitalismo no es capaz de “aprender” de sus crisis y autocorregirse. Al revés. En la medida que el sistema capitalista se hace más viejo y decadente dominado por el sector financiero-especulativo y un puñado de monopolios, las crisis son todavía más virulentas, con consecuencias sociales y económicas más devastadoras y repercusiones políticas más profundas.

¿Es una crisis de la economía real o financiera?

La utilización del crédito es una manera de esquivar la crisis de sobreproducción, ampliando el mercado más allá de sus límites naturales. Pero sólo funciona durante un tiempo, y cuando la crisis estalla, las consecuencias son todavía más devastadoras, afectando, lógicamente todo el sistema financiero. En las últimas décadas el endeudamiento de las empresas, los estados, las familias y los propios bancos, ha alcanzado límites nunca vistos en la historia del capitalismo.

Por supuesto los banqueros, a pesar de la crisis financiera, han hecho grandes negocios con la deuda y la ruina de millones de familias, y sus beneficios están guardados en paraísos fiscales y cajas secretas, en muchos casos bien lejos de los bancos que ellos mismos están dirigiendo, llevando a la quiebra y rescatados con dinero público.

Es increíble que, recurrentemente, los medios burgueses culpen de la crisis por igual a los banqueros y a las familias hipotecadas, diciendo que “la gente ha vivido por encima de sus posibilidades”. Ahora resulta que, después de haber dedicado durante años un 70% de los salarios a pagar la hipoteca al banco (media por ejemplo en el Estado español) somos culpables de la crisis por ir al desempleo. Es el colmo de la desfachatez.

La crisis financiera estalló empezando por su punto más débil, con el impago de las hipotecas subprime en EEUU. Pero eso fue sólo el inicio. De forma abrupta y encadenada, todas las expectativas de devolución de las deudas contraídas se han cortado o están sumidas en una profunda incertidumbre. Todo eso se agrava por la interconexión financiera mundial y el desarrollo de todo tipo de mecanismos de “ingeniería financiera” como los derivados.

Con la crisis, la preocupación fundamental de los banqueros no es conceder créditos, sino recuperar los préstamos concedidos y utilizar al Estado burgués para robar el dinero público. Evidentemente, esto tiene un efecto en la economía productiva; la crisis financiera y la crisis de la economía real se retroalimentan. En ese sentido es una doble crisis. Pero la crisis financiera no es la causa fundamental de la crisis, la clave está en la economía real.

En sí mismas, las deudas no serían un problema especialmente grave si la actividad económica se recuperase sólidamente. Pero en la medida que el mercado es finito y la oferta de producción es mayor que el mercado,  la economía se estanca o entra en depresión y los ingresos de las empresas, las familias y los estados son menores o disminuyen, el problema de la deuda, aunque nominalmente se mantenga igual, se agrava todavía más.

En este contexto, los créditos se estancan no sólo porque los bancos no prestan, sino porque los empresarios no tienen ninguna intención de pedir créditos para invertir en producir nuevas mercancías. Todo eso explica lo superficial que es buscar en la “falta de liquidez” la causa de la crisis. Este falso e interesado diagnóstico ha servido de excusa para inyectar multimillonarias cantidades de dinero público a los bancos.

Crisis y especulación

Igual que el sobreendeudamiento, el enorme peso que tiene la actividad especulativa en la economía es un gran agravante de la crisis, por supuesto. Pero, ¿por qué se produce?

Los datos son realmente impresionantes: los productos derivados, los mercados de cambios de divisas y las bolsas movilizan cada día unos 5,5 billones de dólares, 35 veces más que el PIB mundial y 100 veces más que el volumen del comercio mundial.

Estas cifras valen tanto para el periodo de crecimiento como para la crisis. Marx decía que el ideal del capitalista era obtener beneficios sin pasar por el doloroso proceso de la inversión productiva. De hecho, llegaron bastante lejos por ese camino.

Los beneficios capitalistas provienen cada vez en mayor proporción de las operaciones financieras que de las inversiones productivas. Mientras que a principios de los años 80 del siglo pasado aquellas propiciaban el 25% de los beneficios, antes de estallar la actual crisis habían alcanzado ya el 42%. Otro dato significativo de las tendencias de fondo del capitalismo durante las últimas décadas es que la proporción de beneficios destinados a repartir dividendos (superior al 60% en el primer decenio del siglo XXI) es cada vez mayor respecto a la reinversión en capacidad productiva.

Los señores y señoras que dominan la economía mundial, los grandes capitalistas, están mucho más centrados en incrementar su riqueza personal reduciendo salarios y aumentando la jornada laboral, expoliando la riqueza pública ya acumulada (privatización de empresas públicas), creando monopolios privados de servicios básicos en connivencia con la cúspide del aparato estatal (distribución del agua, energía, telefonía, etc…), saqueando los presupuestos generales del Estado (reducción de impuestos, ayudas directas a sus empresas…), robándose entre ellos (fusiones, absorciones), que en la creación de riqueza mediante la inversión productiva, debido a la sobreproducción.

La degeneración de la clase dominante tiene una base objetiva en la decadencia del propio sistema.

No hay una separación absoluta entre capital especulativo y capital productivo. En EEUU, según datos de 1998, el 50% de las empresas, las más importantes, estaba en manos de “inversores institucionales” (grandes fondos privados dedicados a la actividad especulativa). No existe una casta especial de “especuladores” al margen y menos aún contrapuesta a la actividad de los grandes capitalistas. Son uno y lo mismo. La lucha por acabar con la especulación es, por tanto, la lucha por acabar con el propio sistema capitalista.

¿Por qué fallan las ‘recetas’ contra la crisis?

La crisis sigue una espiral descendente que todavía no ha tocado fondo. La crisis financiera sigue agravándose, la inversión sigue cayendo, igual que el consumo. No hay ninguna medida tomada desde el propio sistema que pueda detener esta tendencia hacia abajo. De todas maneras, más que una “solución a la crisis” las medidas que están tomando los gobiernos van encaminadas a satisfacer las exigencias del sector financiero, que es quien realmente gobierna el mundo, Europa y cada uno de los países. Todas las medidas para controlar los bancos y “regular” el sector financiero son una farsa y es comprensible que sea así ya que el Estado burgués difícilmente se va a rebelar contra su propio sistema.

Los gobiernos han gastado centenares de miles de millones en apoyar a la banca (créditos sin intereses, avales, garantía de depósitos, intervenciones para sanear las entidades y luego revenderlas, etc.). La última medida del BCE ha sido prolongar la barra libre del dinero gratis a la banca europea.

Lo mismo pasa en EEUU. Eso ha servido para evitar un colapso bancario, pero también para que los bancos sigan especulando con la deuda pública, que a su vez ha crecido como consecuencia de estas ayudas a la banca. La “ayuda” a Grecia es un ejemplo del tipo de “recetas” que los capitalistas toman para salir de la crisis: el dinero no ha ido a salvar el país heleno sino a los bancos franceses y alemanes en posesión de deuda griega.

Como consecuencia de los recortes exigidos a cambio de estas ayudas la economía griega ha colapsado, ahora es como un limón exprimido y seco que se tira al bote de la basura. El resultado final está siendo una población tremendamente empobrecida y unos cuantos millonarios, incluidos algunos griegos, todavía más enriquecidos.

Es verdad que el default de Grecia puede agudizar todavía más la crisis financiera y que los capitalistas que no se han deshecho de los bonos griegos con suficiente rapidez pueden encontrarse con unas ganancias menores de las que esperaban, pero tratarán de compensarlo saqueando de forma más sistemática las arcas públicas de sus propios países (es decir, a su propia clase trabajadora). De hecho, ya lo están haciendo.

Efectivamente, detrás de cada medida que “no funciona” contra la crisis hay un objetivo (inconfesable para la burguesía) que sí se cumple: se avanza un paso más en la transferencia de riqueza de los más pobres a los más ricos. La burguesía ya ha asumido que el capitalismo ha entrado en una fase recesiva por un largo periodo y, por tanto, su objetivo principal es amortiguar la disminución del negocio robando lo máximo que pueda a los trabajadores, actuando cada vez con más descaro y urgencia.

¿Se puede aumentar el consumo de los trabajadores sin afectar los intereses de los capitalistas?

Hay una tendencia bastante extendida entre algunos intelectuales de la izquierda y los dirigentes de los sindicatos y partidos reformistas, que tratan de convencer a los capitalistas de que lo mejor para ellos es aumentar el gasto social y los salarios, porque así “aumentará el consumo y los empresarios también saldrán ganando”.

Por supuesto que los marxistas estamos a favor y creemos que es absolutamente necesario aumentar urgentemente el gasto social y los salarios, pero esto sólo se puede conseguir con la lucha sindical y política contra los capitalistas y en último término con la nacionalización de todos los sectores decisivos y la planificación democrática de la economía.

En todo caso la cuestión es, ¿por qué los capitalistas se aferran en no hacerles ni caso a los que plantean la necesidad de aumentar el consumo de las masas si es tan bueno para ellos? Los capitalistas, por lo general, suelen actuar de forma muy consecuente con sus intereses. Cuando se exige más dinero para el consumo como una vía para salir de la crisis, la pregunta es: ¿de dónde sale este dinero?

Si los empresarios aumentasen el salario de los trabajadores (obviamente están haciendo todo lo contrario) lo tendrían que restar necesariamente de sus beneficios (lo cual sería absurdo para ellos porque el objetivo de los empresarios es precisamente éste) o de la inversión (lo cual contrarrestaría, mediante más desempleo, los efectos benéficos de un mayor poder adquisitivo).

Si el dinero para fomentar el consumo de las masas tuviese que salir del Estado (para invertir más en obra pública o aumentar el salario de los funcionarios, por ejemplo) sólo hay dos maneras de conseguirlo: endeudándose más (y el Estado ya está muy endeudado por las ayudas a la banca) o con más impuestos; si éstos recaen sobre las rentas de capital los capitalistas se opondrán, ya que afectaría a sus beneficios, y si salen del trabajo se actuaría contradictoriamente con el objetivo de aumentar el consumo.

Por supuesto que la crisis también se expresa en la falta de consumo, y que las medidas que deprimen todavía más el poder adquisitivo de los trabajadores acentúan más la crisis.

Sin embargo, el problema del consumo es un síntoma de un problema mucho más general: el modo de producción capitalista, basado en la propiedad privada y en la búsqueda del máximo beneficio individual.

Exigir más consumo sin cuestionar lo anterior, además de revelar un error teórico, equivale a tratar de conciliar los intereses de los capitalistas y los trabajadores y alimenta la idea, errónea y negativa (sobre todo si es entendida como una propuesta de “izquierdas”), de que es posible otro tipo de capitalismo capaz de satisfacer las necesidades de la mayoría.

¿Es posible un capitalismo diferente?

Efectivamente, hay quien defiende, también desde un punto de vista supuestamente favorable a los intereses de los trabajadores, que es posible otro tipo de capitalismo más “productivo” frente al actual, que es más “especulativo”. Antes hemos demostrado que no hay una separación entre especuladores y capitalistas, ambos son lo mismo.

Pero es que además, también es un hecho demostrable que la inversión productiva y tecnológica bajo el capitalismo, incluso en los países en los que esto ha ocurrido de forma muy intensiva, no ha evitado la crisis y la clase obrera se enfrenta ahora a graves problemas sociales, similares a los del resto de países.

El ejemplo más claro es Japón, donde el Ministerio de Trabajo reconoció que uno de cada seis japoneses —20 millones de personas— vivía en la pobreza en 2007. En aquel país donde todo está automatizado, lo que haría posible una reducción drástica de las horas de trabajo y un incremento brutal del nivel de vida, está extendida una enfermedad laboral mortal, el karoshi, que se produce como consecuencia del agotamiento por exceso de trabajo, y que afecta a 10.000 trabajadores cada año.

La tecnología tampoco evitó en Japón la especulación inmobiliaria y posterior crisis bancaria, que todavía pesa como una losa en la economía del país. EEUU, el país capitalista más poderoso del planeta, modelo de iniciativa empresarial donde los haya, se ha convertido en una de las principales bolsas de miseria del mundo y los trabajadores, a pesar de todos los recientes avances en informática y robotización de los procesos productivos de las últimas décadas, trabajan más que nunca y ganan menos que nunca.

Lo mejor que pudo ofrecer el capitalismo, a escala mundial, lo hizo en los años 50 y 60 del siglo pasado, cuando se produjo un importantísimo desarrollo de nuevas ramas productivas (derivados del petróleo, industria automovilística, aeronáutica, electrónica, industria militar, etc.), la creación del llamado “estado del bienestar” y prácticamente el pleno empleo.

Aún así, este periodo de prosperidad afectó tan sólo a una pequeña parte de la población mundial y se dio por una combinación de factores históricos muy particulares, entre otros la brutal destrucción de fuerzas productivas como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1973 el tipo de crecimiento fue muy diferente, con avances mucho menores y una reinversión de las ganancias en el aparto productivo muy modestas, inaugurando un periodo en el que la actividad especulativa adquirió dimensiones gigantescas, como ya hemos hecho referencia.

En el boom de mediados de los 90, que acabó en la crisis actual, a pesar del crecimiento económico y la explosión de beneficios capitalistas, la clase obrera retrocedió en salarios y condiciones de trabajo, incrementándose de forma exponencial la desigualdad social. Es significativo que el único país que todavía puede presentar tasas de crecimiento significativas, China, base su expansión en una explotación de la clase obrera similar a la del siglo XIX.

Las expectativas que los trabajadores podemos depositar en alguna suerte de capitalismo “de rostro humano” o en una futura recuperación del sistema para resolver nuestros problemas es exactamente ninguna.

¿Qué alternativa hay al capitalismo?

Marx y Engels señalaron que la contradicción fundamental del capitalismo se da entre el carácter social de la producción y la forma de apropiación individual de los beneficios que comporta la existencia de la propiedad privada de los medios de producción. Esta contradicción ha acompañado al capitalismo desde su nacimiento, tanto en periodos de boom como en las recesiones.

Sin embargo, cuanto más se han desarrollado las fuerzas productivas, cuanto más se ha integrado la economía en un todo mundial, más aguda e insoportable se ha hecho esta contradicción. La crisis económica actual la ha exacerbado en grado extremo.

¿Qué significa que la producción sea social? Pues que todo lo que necesitamos para la vida, incluso lo más simple, es producto de un proceso en el que participan muchas personas, desde la extracción de la materia prima hasta el transporte final, pasando por los diferentes estadios de la producción. La gran mayoría de productos que necesitamos no pueden ser creados por una sola persona, ni siquiera por una sola fábrica o un solo país.

El capitalismo, a través de un largo proceso, ha socializado la producción al máximo; en eso ha consistido su misión histórica progresista. Sin embargo, estas fuerzas productivas están aprisionadas en el marco de la propiedad privada, en los conflictos de intereses de las distintas burguesías nacionales y en el mezquino afán de beneficios privados, un combustible de muy baja calidad para mover y ampliar (realmente no sirve ni para conservar) la riqueza acumulada por la sociedad. Y no digamos para distribuir.

La misión histórica de los capitalistas está totalmente agotada y su existencia es un auténtico obstáculo para el progreso social y la verdadera causa del caos económico y de las crisis.

La única manera de salir de la crisis es liberando las fuerzas productivas, las fuentes de creación de riqueza, de los llamados “mercados”. ¿Quiénes son los misteriosos mercados? Pues personas (por designarles de alguna manera) con nombres y apellidos, que constituyen una infinitésima parte de la sociedad y que, sin embargo, acumulan un gigantesco patrimonio financiero, industrial e inmobiliario, determinantes para el funcionamiento y el desarrollo de la economía y la sociedad en su conjunto. Un estudio reciente revela que, sólo en el Estado español, mil 400 personas, un 0.035% de la población, controlan las entidades fundamentales de la economía y una capitalización equivalente al 80% del PIB. A escala mundial se ha demostrado que tan sólo 737 bancos, compañías de seguros o grandes grupos industriales controlan el 80% del valor de las 43 mil principales empresas multinacionales. Un grupo todavía más selecto de 147 entidades controlan el 40% del valor económico y financiero de todas las multinacionales del mundo; entre los 147, domina un grupo todavía más pequeño de 50, en el que están principalmente bancos norteamericanos y europeos. Todo eso indica que habría que expropiar a poquísimas personas para que la inmensa mayoría de la sociedad pudiese vivir decentemente.

Efectivamente, hay una forma de acabar con los “desequilibrios presupuestarios” y los “déficits excesivos” realmente eficaz y, además, en beneficio de la gran mayoría de la sociedad: nacionalizando todo el sistema financiero y las empresas estratégicas bajo control obrero y poniendo en marcha un plan de inversiones y producción al servicio de la mayoría de la sociedad.

Con los medios de producción en manos de los trabajadores y al servicio de la mayoría de la sociedad, el desarrollo económico, social y cultural daría un salto de gigante. Nada impediría que todo el mundo pudiera trabajar en buenas condiciones y con un trabajo decente; que cada avance técnico redundase en más tiempo libre para desarrollarnos en todo el potencial que nos brinda nuestra condición humana, que es infinito.

La teoría marxista y la lucha por el socialismo están más vigentes que nunca. Además de tener la razón de nuestra parte, la clase trabajadora tenemos la fuerza para poder imponerla, aunque éste es otro tema.

Terminemos esta sintética exposición sobre la crisis capitalista con una frase de Engels en su obra Anti-Dühring:
“En la sociedad capitalista los medios de producción no pueden ponerse en movimiento más que convirtiéndose previamente en capital, en medio de explotación de la fuerza humana de trabajo. Esta imprescindible condición de capital de los medios de producción y de vida se alza como un espectro entre ellos y la clase trabajadora. Ella sola es la que impide que se engranen la palanca material y la palanca personal de la producción; ella es la que no permite a los medios de producción funcionar y a los obreros trabajar y vivir. De una parte, el régimen capitalista de producción revela, pues, su propia incapacidad para seguir rigiendo estas fuerzas productivas. De otra parte, estas fuerzas productivas acucian con intensidad cada vez mayor a que se liquide la contradicción, a que se les redima de su condición de capital, a que se les reconozca, efectivamente, su condición de fuerzas productivas sociales”.

Fuente: El Militante

jueves, 17 de noviembre de 2011

Uruguay El camino electoral o no, vuelve a la polemica

Uruguay ||| El camino electoral no ha aliviado las penurias de los pueblos
CONTRARESPUESTA DE ZABALZA Y RESPUESTA A ZABALZA
jorge pedro zabalza | Para Kaos en la Red | Hoy a las 8:45 | 55 lecturas
www.kaosenlared.net/noticia/uruguay-camino-electoral-no-ha-aliviado-penurias-pueblos
Empecemos entonces, como dice Ornaldo, por la letra “A”: la derrota sufrida por los pueblos del mundo y sus organizaciones revolucionarias a lo largo del último tercio del siglo XX. En esa redada caen todos, desde los que creyeron tocar el cielo con las manos en 1917, hasta los que se embarcaron en la epopeya latinoamericana tras el Ché Guevara, al influjo de las Declaraciones de La Habana, cuyo llamado a las armas, si mal no recuerdo, aplaudió a rabiar Reinaldo Gargano como delegado del Partido Socialista a la OLAS en los ’60, los pueblos y los revolucionarios sintieron la revolución ahí nomás, a la vuelta de la esquina, pero los poderosos del mundo los derrotaron, frustrando expectativas, quebrando espíritus y rebeldías, cambiando las gafas conque se miraba el mundo. Lo más profundo de la derrota se descubre en el plano de las subjetividades, en el pasaje a aceptar resignadamente que el socialismo ya fué, que no es un problema del presente... sino de las generaciones venideras. La postergación por tiempo indefinido de las luchas revolucionarias ha sido el gran negocio del capital en el siglo XX.

Usted, sin embargo, no está resignado, se hace preguntas y se plantea problemas y... pese a que comenzamos mal, acepta el debate de ideas, condición primaria e ineludible para cambiar el mundo. Luego ése es el propósito subyacente en este intercambio aunque no lo hayamos explicitado ninguno de los dos. No sólo me da la oportunidad de salir de la cueva, usted también lo ha hecho. ¡Bienvenido al ruedo, pues!

Bienvenido sobretodo porque este primer tercio del siglo XXI es el del quiebre de la democracia burguesa. Ella está demostrando que no es un instrumento para el bienestar de los pueblos y, en consecuencia, está perdiendo el consentimiento de los dominados, elemento subjetivo básico para continuar ejerciendo el poder de manera pacífica. Creo que el deterioro de la confianza en los mecanismos parlamentarios y electorales, es el rasgo que caracteriza más claramente el momento que vivimos en todo el mundo, desde los EEUU (donde los que votan son una minortía frente a los que se abstienen) a los países europeos, donde la gente sale a las plazas a buscar la democracia perdida. Si en el siglo pasado nos dieron la paliza a los que queríamos hacer una revolución, en este comienzo de siglo los que están empezando a recoger fracasos y derrotas son los dueños del mundo .



Si nada sirve... ¿cuál es la propuesta, pregunta Ornaldo? Pues, en Uruguay, desde el Congreso del Pueblo (1964) no quedó mucho para inventar en materia de programa. Sin embargo, para no quedar anclado en el pasado, prefieron hablar del “programa de Raúl Sendic”, propuesto en 1985 a la salida de las cárceles y en el acto del Franzini (setiembre de 1987):

UNO: expropiar sin indemnizar los latifundios, estatizar las propiedades mayores de 2500 hás, pasar a administrarlas con formas populares de gestión y repoblar la campaña con los expulsados de la tierra que pueblanc el cinturón metropolitano;

DOS: impulsar un frente latinoamericano de países deudores para el no pago de la deuda externa, considerando que fue un negocio para resolver los problemas del capital ocioso y que ya ha sido suficientemente pagada con el hambre y la miseria de los pueblos;

TRES: estatizar la banca y los mecanismos de especulación capitalista, para recuperar el dominio de la economía nacional;

CUATRO: congelar los grandes depósitos bancarios para financiar un aumento sustantivo de los salarios (que el ingreso de cada familia alcance la canasta familiar), incentivando de esa manera la demanda interna y creando puestos de trabajo para abastecerla.

Casi que hasta los últimos días del siglo XX, el programa de Sendic fue sostenido e impulsado por el núcleo de exguerrilleros que hoy nos gobiernan, cuando desde “Mate Amargo” y Cx44 argumentaban contra el programa que pretendiera satisfacer las necesidades del trabajo y del capital al mismo tiempo, al que consideraban pura superchería, una simple falsificación ideológica.

Claro, claro, estos “cuatro puntitos” dijera Sendic, son muy sesgados socialmente, favorecen únicamente al pueblo asalariado y perjudican a los dueños del Uruguay, por consiguiente son un obstáculo para la conciliación de clases porque, para llevarlo adelante, es preciso estar dispuesto a confrontar fuerzas con la oligarquía (que existe, por supuesto) y con el capital extranjero, disposición que se contrapone al propósito de captar los votos de las capas medias para ganar las elecciones nacionales. “Se puede renunciar a todo menos a la victoria electoral” dijo más o menos Huidobro en el Congreso del Frente Amplio, renunciando a56 la Verdad y la Justicia nada más ni nada menos. El triunfo del 2004 se obtuvo gracias a la rebaja del programa, gracias al viaje emprendido hacia el liberalismo por el “progresismo” socialdemócrata.

En consecuencia, Ornaldo, con todo respeto, le digo que la vía electoral sólo sirve para elegir un elenco que haga la “ficción” de gobernar, encubriendo al gobierno real del mundo, como dice Eduardo Galeano. La vía electoral sólo sirve para sostener una ilusión de democracia, no es un camino para acumular fuerzas para luchar por un programa popular realmente democrático. ¿No es así en Europa?, En Uruguay, usted recordará, las luchas populares fueron el mayor generador de conciencia de la necesidad de aplicar ese programa. Nadie hizo por la reforma agraria más que las marchas de UTAA por tierra para el que la trabaja. El pueblo uruguayo nunca tuvo más fuerzas acumuladas tras su programa que en el período previo al golpe de estado, cuando se lucha en todas las formas y por todos los medios para derribar a la oligarquía del poder.



En cinsecuencia, pese a lo que usted me dice, la vía electoral ha demostrado que no es el camino para aliviar las penurias esenciales de nadie. Ni en Nicaragua, ni en El Salvador, ni tampoco en Uruguay o Argentina han aliviado nada. En todos esos países ha crecido la “brecha social”, o sea que, con gobiernos socialdemócratas y con ex-guerrilleros en el gobierno, los más ricos son cada vez más ricos y los más pobres cada vez más pobres. Le diré que los más empobrecidos tienen en su bolsillo un “pesito” más que en la crisis del 2002, hecho innegable y fundamental para amansar rebeldías, pero la desconformidad está ahí, al acecho, porque para nada se han resuelto los problemas de fondo, ni siquiera se ha encarado su solución. Estos gobiernos progresistas se han limitado a admnistrar analgésiscos que alivian el dolor pero no combaten la enfermedad...y eso sí, hacen tremenda propaganda con los perifar que reparten. ¡Qué fácil se viene al suelo esa ilusión del pesito más y el consumismo a tarjetazo limpio!. Y la des-ilusión arrastra a los Zapatero y a los Papandreu y a todos quienes los apoyaron electoralmente creyendo que por esa vía podían encontrar soluciones para las necesidades populares.

Ornaldo si usted quiere una receta positiva en el sentido de “cómo aliviar ya las upenurias esenciales de nuestro pueblo”, le debo confesar que no la tengo y que no creo que la haya. Mientras exista el capitalismo seguirán existiendo sus consecuencias sociales: marginación, exclusión, pobreza, nohabrá soluciones para educar al pueblo, ni para atender su salud, ni para alimentarlo. Es así de sencillo. Si uno quiere que se alivien las penurias hay que terminar con el capitalismo (por lo menos antes que él termine con el planeta y con todos nosotros). En realidad, Ornaldo, no tengo otra propuesta que luchar contra el capitalismo y, en el curso de esa lucha, crear conciencia de los problemas esenciales de la sociedad (los valores morales y éticos de quienes serán los militantes del tránsito social hacia el socialismo y la sociedad sin clases y sin Estado). Lamentablemente no creo que se pueda convencer a la clase propietaria para luchar contra el capitalismo, por eso debía alejarme de quienes están convencidos de que sí, de que pueden convencer a los capitalistas de ceder parte de su torta y de sus privilegios, de compartir sus ganancias y su poder. Esa es la razón de fondo del divorcio entre los exguerrilleros, cuya mayoría provino, como usted mismo, de filas socialistas.

Cuando Mujica, Topolansky, Breccia y Huidobro quieren liberar esos “viejitos” ( “de mierda” agrega Roger Rodríguez, con razón) están emitiendo un mensaje político a las fuerzas armadas. Su posición no es por humanismo ni por grandeza de espíritu, es consecuencia del propósito de obtener el respaldo político de la organización mejor organizada, con mando más vertical y más armada. Es un política concreta en el contexto de la concepción conciliadora general.



Acerca de traiciones y traidores. Por mucho que insista no me convence. El traidor cambia de bando (o rompe lealtades como dice su diccionario) en la más absoluta soledad, es una actitud individual y, sobretodo, repudiada por el colectivo que se abandona y menospreciada por el bando que se beneficia con la traición. Así fue Amodio Pérez, así fue el Charletta Guldenzof (no sé si el nombre está bien escrito). En el caso del divorcio entre exguerrilleros estamos hablando de procesos muy colectivos, donde hubo mucha discusión PÚBLICA y donde el viraje fue consecuencia del desarrollo de una concepción. Por eso no los he calificado nunca de traidores. Con Amodio no discuto, no hay una concepción con la cual discutir. Aunque no vaya ni a misa con el Pepe, (y aunque siempre se haga el sordo) todos los días estoy discutiendo su concepción “capitalismo en serio”, “capitalismo humanitario”, “olvido y perdón”, “conciliación de clases”, y más aún la estrategia “acuerdo con el imperialismo” que postula Tabaré Vázquez.



Desde la salida en 1985, el MLN no fue ningún movimiento clandestino aunque sí, como lo comprueban los documentos de sus Convenciones Nacionales, mantuvo una concepción revolucionaria, una de cuyas líneas era la práctica de la autodefensa. Cortando grueso para no aburrir: una síntesis concreta de esa concepción fue la movilización en defensa de la libertad de asilo que se llevó adleante en las cercanías del Hospital Filtro. Participaron decenas de compañer@s en las medidas de autodefensa puestas en prácticas en la ocasión, no creo haber roto nigún código defendiendo aquello por lo que nos jugamos, por el contrario, es la forma de reafirmar lo que compartimos como correcto en aquél momento. ¿No estará usted cayendo en los que me achaca: crearse un mundo de “traidores”? Le confieso que, por sobretodo, creo equivocado emplear la descalificación como método para debatir y por eso debo diculparme con usted. Me resultaría muy sencillo decirle “me informaron mal, no es culpa mía”, pero en realidad, me siento responsable de haber utilizado el término “seispuntista” en un sentido descalificador. Tengo bastante años de militancia como para haber dejado de lado la información que me pasaban y también para no caer en lo que critico a los demás: descalificar al contendor en el debate. No me queda otra que disculparme y entender su indignación. Espero que en adelante mi error no sea obstáculo para continuar lo más fraternalmente posible el debate.

Saludos

ORNALDO es SOCIALISTA, nunca fue MPP, ni SEIS PUNTOS!

Despacito y por las piedras, en primer lugar muy correcto decir que "pasé" por las filas del MLN(T), porque justamente ni siquiera pertenezco al MPP, aunque tengo excelentes amigos entre sus militantes. Le sugiero humildemente que le de un tirón de orejas o en zona pudenda, (según sus preferencias) al alcahuete que agregó lo de "seispuntista". Tampoco vivo en Malmö, cualquiera que se fije en la guía telefónica puede saber mi dirección.
Es una información falsa. Repite el método cotidiano de El País, distraer con un título mentiroso para, en este caso, comenzar poniendo en duda la seriedad del oponente.
Para escándalo público de los purasangre de la izquierda autóctona, diré que soy amigo de muchos ex-seis puntos, gente de bien a la que admiro y respeto. Pero nunca pertenecí a ese grupo, porque en la tarea política fui una persona con mucha disciplina, pero cuando se trata de pensar por la libre, me considero medio orejano.   Del escudo uruguayo, el campo que más me gusta es ese del caballito, porque representa la libertad.  
Y a esta altura de la vida no pregunto a la gente de donde viene, sino adonde va. Admitiendo que cada uno carga con todo su pasado. “Cada paso que das es para siempre. No puedes eliminarlo” (Cormac McCarthy)

Por otra parte noto que Ud. tiene la manía de clasificar a la gente. ¿Lleva un fichero de inteligencia como los que te jedi?
En ese caso póngalo al día. Hace más de treinta años que un juez militar me condecoró con una misérrima "Asistencia a la Asociación para Delinquir", que si hubiera pasado por un juez civil entraba por una puerta y salía por la otra. Nada heroico por lo que ve.  Me considero una pieza rara en la oferta izquierdosa.  Podría, aprovechando que queda "bian", adjudicarme algunas acciones heroicas para admiración de las actuales y futuras generaciones. Total, ahora es gratis. Promete buen rédito y a muy corto plazo.
No represento a nadie, soy un viejo medio boludo que de vez en cuando piensa y muy de lejo en lejo opina. Y lo hago entre amigos o conocidos, sin tener un ojo puesto en la línea política de mi partido.   No busco publicidad, nunca escalé y ahora padezco de lumbago político. Cualquier nabo puede voltearme del primer escalón.
Con respecto a su desafío para que demuestre cuándo fue que Ud. dijo que algunos tupas con cargo en el gobierno, son unos traidores, debo contestarle en honor a la verdad que así de esa manera estaría en la obligación de retirar mis dichos. Pero, siempre hay un pero, yo me refería a la acepción primera del diccionario de la RAE, que dice; Traición 1. f. "Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener".
Por ejemplo: (Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia)
Si una persona tuvo cargos de dirección en un movimiento clandestino, y participó en una acción en una camioneta donde estaban connotados dirigentes que hoy detentan altos cargos de gobierno y esa persona sin haber sido sometida a presiones ilegales, voluntariamente,   deschava que hubo cocteles molotov y otras chucherias, las malas lenguas podrian considerarlo comprendido en la definición citada up supra.  
Y también debería ser aplicada a “esos personajes que hoy nos gobiernan y con los cuales no voy ni a misa" que son los que  ahora están  "amparando el surgimiento de una fuerza con la autoridad moral de haber luchado armas en mano por la Revolución, pero que promueve el capitalismo y firma con los empresarios el acuerdo del Conrad y con los militares los acuerdos conocidos y otros todavía por conocer".
Si están haciendo arreglos a lo oscurito, ¿qué son?

Y ahora sí entro en materia. No he sacado a luz ninguna clase de rumores, leí el intercambio aparecido en "La Diaria" y opiné para un círculo muy reducido y como es mi costumbre adjunté la dirección donde podía leerse el original del material comentado. Nada más. Mi comentario era bien de rueda de boliche pero resulta que en esa intimidad había un cristiano de apellido "Fuentes". Y el asunto tomó difusión masiva.
Si de esta manera le di a Ud. oxigeno para salir a la superficie, en verdad, lo lamento de “en deveras”.
Dejando de lado lo anecdótico considero que lo que realmente tendría que estar en discusión es, por ejemplo,: ¿cuál es la esencia del imperialismo, hoy día? ¿En qué aspectos ha cambiado desde Lenin al presente?
En esta etapa, teniendo en cuenta el mundo que nos rodea y las fuerzas que juegan, ¿Hay otra alternativa  mejor que el  progresismo en latinoamérica?  ¿Qué es este progresismo nuestro?
Los latinoamericanos,  considerando el derrumbre  de  la URSS y el desastre al que se encamina la actual propuesta socialdemócrata en el mundo, ¿seguiremos siendo tomadores de  la ideología europea  o  debemos generar  un pensamiento propio que refleje nuestra cultura y los reales problemas de nuestros pueblos?   Analizado rigurosamente, ¿es correcto afirmar que son neoliberales las políticas económicas en Uruguay, Argentina y  Brasil, o  son una respuesta diferente encaminada a restablecer una suerte de estado de bienestar?
Y estas interrogantes no se resuelven a las puteadas, sino estudiando, analizando, intercambiando ideas y respetando al otro.
Ud. plantea a mi entender acertadamente que  se ha dado en nuestra izquierda  "el predominio de la ideología progresista, que frenó y distorsionó la visión marxista que predominaba en el movimiento popular,   fue un proceso colectivo donde participaron montones de militantes entusiasmados con los éxitos electorales". Un matiz nada menor es que en realidad la “visión marxista” predominaba en los cuadros dirigentes no así en la masa popular, prueba de ello es la votación histórica de los partidos Comunista y Socialista o lo que es lo mismo, los gobiernos de Gestido-Pacheco, Sanguinetti, Lacalle, Sanguinetti, Batlle.
Pero lo invito a que también atienda dialécticamente el otro polo de esta contradicción, me refiero a la derrota de todas las revoluciones latinoamericanas posteriores a la cubana. Después de los padecimientos de los pueblos salvadoreños, guatemaltecos, nicaragüense,  por citar los más notorios, veamos cual ha sido el resultado de esas luchas. En dónde está cada uno de ellos.  ¿No tienen esos pueblos –todos los pueblos- el derecho a buscar una vía electoral y por consiguiente democrática que al menos le alivie penurias esenciales?
Tengo la más firme convicción que es inmoral  seguir predicando aquel tipo de lucha donde se sacrificaba a una generación con la promesa de vida venturosa para la generación siguiente. Y los casos citados son ejemplos de  promesa que resultó  incumplida. 
Ud. escribre: "nadie está llamando a tomar las armas en Uruguay"  . Pero entonces, si nos decantamos por la lucha democrática, de lo que se trata es llegar al gobierno con la mitad más uno de los votos. Y así poder gobernar aplicando un programa que fue propuesto a la ciudadanía.  Y ese programa, aquí y ahora, no puede ser socialista por la muy sencilla razón que  en el conjunto de la población no hay una mayoría socialista que reclame o al menos acepte un programa socialista de cambios radicales.
Y al fin de cuentas ¿Qué se entiende por un programa socialista, al día de hoy, con la flojera ideológica que reina en todos los partidos de izquierda?

Lo han dicho hasta el cansancio politólogos, sociólogos, políticos de derecha y de izquierda: El Frente Amplio es una conjunción de fuerzas que acordaron un programa de gobierno.  Que nunca se propuso asumir el gobierno para establecer el socialismo.  Ese Frente Amplio fue apoyado por el Movimiento 26 de marzo ¿O no?
Y  tanto en su  escrito en La Diaria como en  la respuesta que me dirige, Ud. aparece anclado en las luchas pasadas que no desconozco y de las que fui partícipe, y las valoro como el antecedente inmediato de los movimientos sociales y políticos de  este presente que nos toca vivir. En cambio no encuentro, y esa es mi crítica central;  una propuesta, un programa, un proyecto de país que se contraponga o tienda a superar lo que está llevando a cabo el Frente Amplio en el gobierno.
Para mí es imposible compartir el núcleo duro de su pensamiento: “Son tiempos de estacas, de clavarse en la izquierda revolucionaria y resistir los embates y los cantos de sirena. De esperar al acecho”. ¡Esperar al acecho!. ¿A eso se reduce toda su propuesta política?
Y para finalizar,
a)          Admiro que Mujica después de todo lo que padeció a manos de los militares, tenga la grandeza de espíritu de la que yo carezco. No entra dentro de mis preocupaciones inmediatas,   aliviarle las penas de prisión que con toda justicia les correspondieron, a los "viejitos"  presos en  Domingo Arena. Si ahora están viejitos, es porque zafaron durante una punta de años gracias a la ley de impunidad. Hoy abolida!!!
b)          No estoy de acuerdo con que Uruguay  tenga tropas en Haití. Uno de los días de mayor frustración fue cuando recibí la noticia de la renuncia de Guillermo Chifflet a su banca de diputado. 

Si de volantear se trata yo también puedo hacerlo. Especialmente para contrarrestar su afirmación sin pruebas con respecto al seispuntismo. No pienso maquillar mi pasado, pero no admito que me lo pintarrajeen gratis. Si ese es su estilo, es un estilo realmente jodido.
Y como se definió Galeano: “No me arrepiento de nada. Yo también soy la suma de todas mis metidas de pata.” Pero de las mías no de las que me adjudiquen en forma irresponsable.
¿Ta?

Fraternalmente
Ornaldo
http://zurdatupa.blogspot.com/